La palabra Revoluciones ha sido usada en la literatura castellana en las siguientes obras.
La Bodega de Vicente Blasco Ibañez
Viaje de un naturalista alrededor del mundo de Charles Darwin
El paraíso de las mujeres de Vicente Blasco Ibáñez
Fortunata y Jacinta de Benito Pérez Galdós
Veinte mil leguas de viaje submarino de Julio Verne
Por tanto puede ser considerada correcta en Español.
Puedes ver el contexto de su uso en libros en los que aparece revoluciones.
Estadisticas de la palabra revoluciones
Revoluciones es una de las 25000 palabras más comunes del castellano según la RAE, en el puesto 11374 según la RAE.
Revoluciones aparece de media 6.57 veces en cada libro en castellano.
Esta es una clasificación de la RAE que se basa en la frecuencia de aparición de la revoluciones en las obras de referencia de la RAE contandose 999 apariciones .

El Español es una gran familia
Algunas Frases de libros en las que aparece revoluciones
La palabra revoluciones puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 894
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... --En vano se han intentado revoluciones en esta tierra. El alma de nuestras gentes es la misma que en tiempo de los señoríos. Guardan en lo más hondo la resignación del siervo. ...
En la línea 1315
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... --Mal, muy mal, señorito. La paz con sangre, es mala paz. Mejor es arreglarse a las buenas. Crea su mercé a un viejo que ha pasado las de Caín, metido en eso de prenunciamientos y revoluciones. ...
En la línea 1669
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... La historia de aquel país, la tradición de la tierra gaditana, provincia de revoluciones, influía en la credulidad de las gentes. Habían visto con tanto facilidad, de la noche a la mañana, derribar tronos y ministerios, y hasta llevar presos a reyes, que nadie dudaba de la posibilidad de una revolución de mayor importancia que las anteriores, pues aseguraría el bienestar de los infelices. ...
En la línea 430
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... 5 de octubre.- Cruzamos el Paraná para dirigirnos a Santa Fe Bajada, ciudad sita en la opuesta orilla. El paso nos cuesta varias horas, pues el río consiste aquí en un laberinto de pequeños brazos, separados por islas bajas cubiertas de bosques. Tenía yo una carta de recomendación para un viejo español, un catalán, que me recibe con la mayor hospitalidad. Bajada es la capital de Entre-Ríos. En 1825 la ciudad contenía 6.000 habitantes, y 30.000 la provincia. Sin embargo, a pesar del corto número de habitantes, ninguna provincia ha sufrido más revoluciones sangrientas. Hay aquí diputados, ministros, ejército regular y gobernadores; por tanto, no es extraño que haya revoluciones. Esta provincia llegará a ser de seguro uno de los países más ricos de la Plata. El suelo es fértil, y la forma casi insular de EntreRíos le da dos grandes líneas de comunicación: el Paraná y el Uruguay. ...
En la línea 430
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... 5 de octubre.- Cruzamos el Paraná para dirigirnos a Santa Fe Bajada, ciudad sita en la opuesta orilla. El paso nos cuesta varias horas, pues el río consiste aquí en un laberinto de pequeños brazos, separados por islas bajas cubiertas de bosques. Tenía yo una carta de recomendación para un viejo español, un catalán, que me recibe con la mayor hospitalidad. Bajada es la capital de Entre-Ríos. En 1825 la ciudad contenía 6.000 habitantes, y 30.000 la provincia. Sin embargo, a pesar del corto número de habitantes, ninguna provincia ha sufrido más revoluciones sangrientas. Hay aquí diputados, ministros, ejército regular y gobernadores; por tanto, no es extraño que haya revoluciones. Esta provincia llegará a ser de seguro uno de los países más ricos de la Plata. El suelo es fértil, y la forma casi insular de EntreRíos le da dos grandes líneas de comunicación: el Paraná y el Uruguay. ...
En la línea 469
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... Pretende ser muy amigo de los ingleses; pero sostiene que sólo obtuvieron la victoria de Trafalgar porque compraron a los capitanes españoles, y que el único acto de valentía ejecutado en aquella jornada fue el del almirante español ¿No es característico esto? ¡Un hombre que prefiere creer que sus compatriotas son los traidores más abominables a pensar que sean cobardes o torpes! 18y 19 de octubre.- Seguimos bajando lentamente este río magnífico; la corriente no nos ayuda nada. Encontramos muy pocos barcos. Parece realmente desdeñarse aquí uno de los dones más preciosos de la naturaleza: esta magnífica vía de comunicación, un río donde por buques podrían relacionarse dos países, uno de clima templado y en el cual abundan ciertos productos mientras otros faltan por completo; otro con un clima tropical y un suelo que (a creer a M. Bonpland, el mejor de todos los jueces) quizá no tenga igual en el mundo por su fertilidad. ¡Cuán otro hubiera sido este río, si colonos ingleses hubiesen tenido la suerte de remontar los primeros el río de la Plata! ¡Qué magníficas ciudades ocuparían hoy sus orillas! Hasta la muerte de Francia, dictador del Paraguay, estos dos países permanecen tan separados cual si estuviesen en los dos extremos del globo. Pero violentas revoluciones, violentas proporcionalmente a la tranquilidad tan poco natural que hoy reina allí, desgarrarán al Paraguay cuando el viejo tirano sanguinario ya no exista. Este país tendrá que aprender, como todos los estados españoles de la América del Sur, que una república no puede sustituir en tanto que no se apoye en hombres que respeten los principios de la justicia y el honor. ...
En la línea 575
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... Las conchas terciarias extinguidas del puerto de San Julián y de las orillas del Santa Cruz, no han podido vivir, si hemos de creer al profesor E. Forbes, sino en el agua a la profundidad variable de 40 a 250 pies. Y como están cubiertas por un depósito marino que varía entre 800 y 1.000 pies de espesor, resulta que el lecho del mar en que vivían antes estas conchas ha debido deprimirse varios cientos de pies para que haya podido formarse el depósito superior. ¡Qué inmensas revoluciones geológicas pueden leerse en esta sencillísima costa de la Patagonia! Cerca del puerto San Julián7 en el lodo rojo que cubre la grava de la llanura, elevada 90 pies sobre el nivel del mar, he encontrado la mitad de un esqueleto de Macranchenia Patachonica, notable cuadrúpedo, tan grande como un camello. ...
En la línea 448
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... ¡Qué envidia siento al pensar en las mujeres que presenciaron la más estupenda de las revoluciones! ¡Cuánto me hubiese gustado ver lo que vio mi madre, que era entonces una niña!… Las muchachas más valerosas, acostumbradas a los deportes, montaron una mañana en varios aeroplanos, volando sobre toda la extensión del país. Cada avión llevaba un aparato de los inventados por la sabia providencial. Eran a la vista unas simples cajas de las que salían varios chorros de humo tenue y negro. Estas mangas, al descender del avión, iban pasando sobre la superficie de la tierra, y toda materia inflamable que tocaban, aunque estuviese defendida por paredes u oculta bajo el suelo, hacia explosión inmediatamente. Así, en unas cuantas horas volaron todos los arsenales, polvorines y depósitos de municiones existentes en nuestro país. ...
En la línea 453
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... El Comité triunfador hizo bien en no oirlas. Las revoluciones no se miden por los dolores que originan, sino por los nuevos beneficios que aportan al bienestar y la libertad de los humanos. ...
En la línea 456
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... En resumen: bastó una semana para que en todos los países triunfasen las mujeres, quedando los hombres en un servilismo igual al que habían infligido a nuestro sexo durante miles de años. Así fue lo que hemos convenido en llamar la Verdadera Revolución, tan distinta en sus resultados a las revoluciones hechas por los hombres. ...
En la línea 469
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Confieso que la Revolución causó muchas víctimas y que aún hoy el mantenimiento de sus reformas exige ciertas precauciones que tal vez parezcan poco humanitarias; pero ¡Qué de beneficios nos trajo!… Hace cincuenta años que gobiernan las mujeres, y no ha habido una sola guerra ni asomo de motivo capaz de provocarla en lo futuro. Hemos suprimido las dos calamidades que excitaban la brutalidad de los hombres: la guerra y el alcohol. Nuestros gobiernos se suceden provocando luchas de palabra únicamente: sin choques sangrientos y sin revoluciones. Jamás fue tan bien administrada la fortuna pública. ...
En la línea 1093
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... —No la gasto pa mujeres… —Ni para hombres… Si creerá este fantasmón que nos va a acoquinar porque tiene esa fachada… Siéntese usted y no haga visajes, que eso servirá para asustar a chicos, pero no a mí. Además de bruto es usted un embustero, porque ni ha estado en Cartagena ni ese es el camino, y todo lo que cuenta de las revoluciones es gana de hablar. A mí me ha enterado quien le conoce a usted bien… ¡Ah!, pobre hombre, ¿sabe usted lo que nos inspira? Pues lástima, una lástima que no puede ponderarle, por lo grande que es… ...
En la línea 1111
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... «Porque eso de que Castelar le coloque es cosa de labios afuera. Usted mismo no lo cree ni en sueños. Lo dice por embobar a Ido y otros tontos como él… Ni ¿qué destino le van a dar a un hombre que firma con una cruz? Usted que alardea de haber hecho tantas revoluciones y de que nos ha traído la dichosa República, y de que ha fundado el cantón de Cartagena… ¡así ha salido él!… usted que se las echa de hombre perseguido y nos llama neas con desprecio y publica por ahí que le van a hacer archipámpano, se contentará… dígalo con franqueza, se contentará con que le den una portería… ». ...
En la línea 3056
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Allí brillaba espléndidamente esa fraternidad española en cuyo seno se dan mano de amigo el carlista y el republicano, el progresista de cabeza dura y el moderado implacable. Antiguamente, los partidos separados en público, estábanlo también en las relaciones privadas; pero el progreso de las costumbres trajo primero cierta suavidad en las relaciones personales, y por fin la suavidad se trocó en blandura. Algunos creen que hemos pasado de un extremado mal a otro, sin detenernos en el medio conveniente, y ven en esta fraternidad una relajación de los caracteres. Esto de que todo el mundo sea amigo particular de todo el mundo es síntoma de que las ideas van siendo tan sólo un pretexto para conquistar o defender el pan. Existe una confabulación tácita (no tan escondida que no se encuentre a poco que se rasque en los políticos), por la cual se establece el turno en el dominio. En esto consiste que no hay aspiración, por extraviada que sea, que no se tenga por probable; en esto consiste la inseguridad, única cosa que es constante entre nosotros, la ayuda masónica que se prestan todos los partidos desde el clerical al anarquista, lo mismo dándose una credencial vergonzante en tiempo de paces, que otorgándose perdones e indultos en las guerras y revoluciones. Hay algo de seguros mutuos contra el castigo, razón por la cual se miran los hechos de fuerza como la cosa más natural del mundo. La moral política es como una capa con tantos remiendos, que no se sabe ya cuál es el paño primitivo. ...
En la línea 3126
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Rubín, después de su fracaso en el campo y corte de D. Carlos, había tomado en aborrecimiento a los hombres del bando absolutista; pero conservaba las ideas autoritarias y la opinión de que no se puede gobernar bien sino dando muchos palos. Toda la parte religiosa del programa carlista la descartaba, quedándose tan sólo con la política, porque ya había visto prácticamente que los curas lo echan todo a perder. Decía que su ideal era un gobierno de leña, que hiciera las leyes y nos las aplicara sin contemplaciones, mirando siempre a la justicia, con una tranca muy grande y siempre alzada en la mano. Este sistema autocrático comprendía las maneras de gobernar más que las ideas y soluciones teóricas, porque entre las que profesaba Rubín habíalas marcadamente avanzadas, populares y aun socialistas. Uno de sus temas era este: «Conviene que todo el mundo coma… porque el hambre y la pobretería son lo que más estorba la acción de los gobiernos, lo que da calor a las revoluciones, manteniendo a la nación en la intranquilidad y el desbarajuste». Este socialismo sin libertad, combinado con el absolutismo sin religión, formaba en la cabeza de aquel buen hombre un revoltijo de mil demonios. ...
En la línea 718
del libro Veinte mil leguas de viaje submarino
del afamado autor Julio Verne
... -Como ve usted -me dijo el capitán Nemo-, uso elementos Bunsen y no de Ruhmkorff, que resultarían impotentes. Los elementos Bunsen son poco numerosos, pero grandes y fuertes, lo que da mejores resultados según nuestra experiencia. La electricidad producida se dirige hacia atrás, donde actúa por electroimanes de gran dimensión sobre un sistema particular de palancas y engranajes que transmiten el movimiento al árbol de la hélice. Ésta, con un diámetro de seis metros y un paso de siete metros y medio, puede dar hasta ciento veinte revoluciones por segundo. ...
En la línea 801
del libro Veinte mil leguas de viaje submarino
del afamado autor Julio Verne
... El capitán Nemo se despidió y me dejó solo, absorto en mis pensamientos, que se centraban exclusivamente en el comandante del Nautilus. ¿Llegaría a saber alguna vez a qué nación pertenecía aquel hombre extraño que se jactaba de no pertenecer a ninguna? ¿Quién o qué había podido provocar ese odio que profesaba a la humanidad, ese odio que buscaba tal vez terribles venganzas? ¿Era uno de esos sabios desconocidos, uno de esos genios «víctimas del desprecio y de la humillación», según la expresión de Conseil, un Galileo moderno, o bien uno de esos hombres de ciencia como el americano Maury cuya carrera ha sido rota por revoluciones políticas? No podía yo decirlo. El azar me había llevado a bordo de su barco, y puesto mi vida entre sus manos. Me había acogido fría pero hospitalariamente. Pero aún no había estrechado la mano que yo le tendía ni me había ofrecido la suya. ...
En la línea 2487
del libro Veinte mil leguas de viaje submarino
del afamado autor Julio Verne
... El capitán Nemo resolvió buscar el fondo oceánico por una diagonal suficientemente alargada, por medio de sus planos laterales, a los que se dispuso en un ángulo de 45'. Se llevó a la hélice a su máximo de revoluciones y su cuádruple paleta azotó el agua con una extraordinaria violencia. Bajo esta poderosa presión, el casco del Nautilus se estremeció como una cuerda sonora y se hundió con regularidad en las aguas. Apostados en el salón, el capitán y yo observábamos la aguja del manómetro, que se desviaba rápidamente. Pronto sobrepasamos la zona habitable en que residen la mayoría de los peces. Si algunos de ellos no pueden vivir más que en la superficie de los mares o de los ríos, otros, menos numerosos, se mantienen a profundidades bastante grandes. Entre éstos vi al hexanco, especie de perro marino provisto de seis hendiduras respiratorias; al telescopio, de ojos enormes, al malarmat acorazado, de dorsales grises y pectorales negras, protegidas por un peto de rojas placas óseas, y, por último, al lepidópodo, que, a los mil doscientos metros de profundidad en que vivía, soportaba una presión de ciento veinte atmósferas. ...
En la línea 2617
del libro Veinte mil leguas de viaje submarino
del afamado autor Julio Verne
... Era tiempo ya de acudir en socorro de las ballenas. El Nautilus comenzó a navegar entre dos aguas. Conseil, Ned y yo nos apostamos en el observatorio del salón. El capitán Nemo se dirigió a la cabina del timonel para maniobrar su aparato como un artefacto de destrucción. Poco después sentí cómo se multiplicaban las revoluciones de la hélice y aumentaba nuestra velocidad. ...

la Ortografía es divertida
Más información sobre la palabra Revoluciones en internet
Revoluciones en la RAE.
Revoluciones en Word Reference.
Revoluciones en la wikipedia.
Sinonimos de Revoluciones.
Errores Ortográficos típicos con la palabra Revoluciones
Cómo se escribe revoluciones o rrevoluciones?
Cómo se escribe revoluciones o revolucionez?
Cómo se escribe revoluciones o revoluziones?
Cómo se escribe revoluciones o reboluciones?
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