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La palabra historias
Cómo se escribe

la palabra historias

La palabra Historias ha sido usada en la literatura castellana en las siguientes obras.
La Barraca de Vicente Blasco Ibañez
Los tres mosqueteros de Alejandro Dumas
La Biblia en España de Tomás Borrow y Manuel Azaña
El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes Saavedra
Viaje de un naturalista alrededor del mundo de Charles Darwin
La Regenta de Leopoldo Alas «Clarín»
A los pies de Vénus de Vicente Blasco Ibáñez
Fortunata y Jacinta de Benito Pérez Galdós
Veinte mil leguas de viaje submarino de Julio Verne
Crimen y castigo de Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
Por tanto puede ser considerada correcta en Español.
Puedes ver el contexto de su uso en libros en los que aparece historias.

Estadisticas de la palabra historias

Historias es una de las palabras más utilizadas del castellano ya que se encuentra en el Top 5000, en el puesto 2582 según la RAE.

Historias tienen una frecuencia media de 36.96 veces en cada libro en castellano

Esta clasificación se basa en la frecuencia de aparición de la historias en 150 obras del castellano contandose 5618 apariciones en total.

Errores Ortográficos típicos con la palabra Historias

Cómo se escribe historias o historrias?
Cómo se escribe historias o hiztoriaz?
Cómo se escribe historias o istorias?

Más información sobre la palabra Historias en internet

Historias en la RAE.
Historias en Word Reference.
Historias en la wikipedia.
Sinonimos de Historias.

Algunas Frases de libros en las que aparece historias

La palabra historias puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 1267
del libro La Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... El tío Tomba, que hasta por las sendas iba siempre conversando con sus ovejas, hablaba al principio con lentitud, como hombre que teme revelar su defecto; pero la charla del maestro iba enardeciéndolo, y no tardaba en lanzarse en el inmenso mar de sus eternas historias. ...

En la línea 1313
del libro La Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Y mientras el pastor, despedido cortésmente, guiaba sus ovejas hacia el molino, para repetir allí sus historias, empezaba de nuevo en la escuela el canturreo de la tabla de multiplicar, que era para los discípulos de don Joaquín el gran alarde de sabiduría. ...

En la línea 1907
del libro La Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Por algo, según las historias, lloraban los moros al ser arrojados de allí. ...

En la línea 2702
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... Contaban de él algunas historias, entre otras ésta:Tras una juventud tormentosa, se había retirado a un convento pa ra expiar al menos durante algún tiempo las locuras de la adolescencia. ...

En la línea 5117
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... Athos no se fió de esta palabra y prosiguió:-No habréis dejado de notar, mi querido amigo, que cada cual tiene su clase de borrachera: triste o alegre; yo tengo la borrachera tris te, y cuando alguna vez me emborracho, mi manía es contar todas las historias lúgubres que la tonta de mi nodriza me metió en el cerebro. ...

En la línea 5174
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... -Athos no estáis en vuestro sano juicio, ¡os lo juro!-Querido, ayer, cuando os contaba mis tontas historias, era cuando teníais que decirme eso, y no esta mañana. ...

En la línea 10005
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... A la abadesa, queera una hija de la nobleza, le gustaban sobre to do las historias de corte, que rara vez llegan hasta las extremidades del reino y que, sobre todo, tanto les cuesta franquear los muros de los conventos, a cuyo umbral vienen a expirar los rumores mundanales. ...

En la línea 1337
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... En estas _tertulias_, la abuela era la oradora principal, y me llenaba de asombro narrándome maravillosas historias de la tierra del moro, fugas de presidio, robos y una o dos aventuras de envenenamiento, en las que se había visto complicada, según me dijo, en su primera juventud. ...

En la línea 2850
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Muchas historias, maravillosas precisamente por ser ciertas, podrían, sin duda, extraerse de los archivos del seminario papista inglés de Valladolid. ...

En la línea 3642
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Las historias de tesoros ocultos están ya muy gastadas; por aquí se han oído contar casi desde los tiempos de los moros. ...

En la línea 3776
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Sus compatriotas han hecho mucho daño antiguamente en estas regiones, si hemos de creer a las historias. ...

En la línea 170
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Preguntóle si traía dineros; respondió don Quijote que no traía blanca, porque él nunca había leído en las historias de los caballeros andantes que ninguno los hubiese traído. ...

En la línea 171
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... A esto dijo el ventero que se engañaba; que, puesto caso que en las historias no se escribía, por haberles parecido a los autores dellas que no era menester escrebir una cosa tan clara y tan necesaria de traerse como eran dineros y camisas limpias, no por eso se había de creer que no los trujeron; y así, tuviese por cierto y averiguado que todos los caballeros andantes, de que tantos libros están llenos y atestados, llevaban bien herradas las bolsas, por lo que pudiese sucederles; y que asimismo llevaban camisas y una arqueta pequeña llena de ungüentos para curar las heridas que recebían, porque no todas veces en los campos y desiertos donde se combatían y salían heridos había quien los curase, si ya no era que tenían algún sabio encantador por amigo, que luego los socorría, trayendo por el aire, en alguna nube, alguna doncella o enano con alguna redoma de agua de tal virtud que, en gustando alguna gota della, luego al punto quedaban sanos de sus llagas y heridas, como si mal alguno hubiesen tenido. ...

En la línea 528
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Pero dime, por tu vida: ¿has visto más valeroso caballero que yo en todo lo descubierto de la tierra? ¿Has leído en historias otro que tenga ni haya tenido más brío en acometer, más aliento en el perseverar, más destreza en el herir, ni más maña en el derribar? -La verdad sea -respondió Sancho- que yo no he leído ninguna historia jamás, porque ni sé leer ni escrebir; mas lo que osaré apostar es que más atrevido amo que vuestra merced yo no le he servido en todos los días de mi vida, y quiera Dios que estos atrevimientos no se paguen donde tengo dicho. ...

En la línea 552
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Hágote saber, Sancho, que es honra de los caballeros andantes no comer en un mes; y, ya que coman, sea de aquello que hallaren más a mano; y esto se te hiciera cierto si hubieras leído tantas historias como yo; que, aunque han sido muchas, en todas ellas no he hallado hecha relación de que los caballeros andantes comiesen, si no era acaso y en algunos suntuosos banquetes que les hacían, y los demás días se los pasaban en flores. ...

En la línea 346
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... Téngome por el primer europeo que ha subido a la cima de esta montaña; un corto número de soldados de la guarnición de Bahía Blanca tuvieron también la curiosidad de visitarla. Por eso se repetían toda clase de historias acerca de las capas de carbón, las minas de oro y plata, las cavernas y los bosques que contenía, historias que espoleaban mi curiosidad, pero me aguardaba cruel desengaño. Desde la posta a la montaña hay unas seis leguas a través de una planicie tan llana y tan yerma como la que por la mañana habíamos atravesado; pero no por eso era menos interesante el camino, pues cada paso nos iba aproximando a la montaña, cuyas verdaderas formas se nos aparecían más claramente. Así que llegamos al pie de ella, nos costó mucho trabajo encontrar agua, y por un momento pensamos vernos obligados a pasar la noche sin poder proporcionárnosla. ...

En la línea 346
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... Téngome por el primer europeo que ha subido a la cima de esta montaña; un corto número de soldados de la guarnición de Bahía Blanca tuvieron también la curiosidad de visitarla. Por eso se repetían toda clase de historias acerca de las capas de carbón, las minas de oro y plata, las cavernas y los bosques que contenía, historias que espoleaban mi curiosidad, pero me aguardaba cruel desengaño. Desde la posta a la montaña hay unas seis leguas a través de una planicie tan llana y tan yerma como la que por la mañana habíamos atravesado; pero no por eso era menos interesante el camino, pues cada paso nos iba aproximando a la montaña, cuyas verdaderas formas se nos aparecían más claramente. Así que llegamos al pie de ella, nos costó mucho trabajo encontrar agua, y por un momento pensamos vernos obligados a pasar la noche sin poder proporcionárnosla. ...

En la línea 12622
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... —Ya lo sé todo; no necesito historias. ...

En la línea 82
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Inútilmente protestaba Rosaura… El incrédulo Borja seguía preguntando… ¿Cómo una mujer hermosa que tanto interesaba a los hombres podía haber llegado hasta él sin historias amorosas?… ...

En la línea 85
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Le contaba inverosímiles historias de amores con hombres de diversos países, a los que había conocido en sus viajes, y al notar el enfurruñamiento silencioso de Claudio rompía a reír. ...

En la línea 133
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Se acordaba Rosaura repentinamente de una doméstica del canónigo, que Claudio había nombrado muchas veces. El joven la distinguía de las otras por su habilidad para contarle historias de santos y demonios, que amenizaban su niñez. Admirábase Figueras de la memoria prodigiosa de esta señora, capaz de retener el nombre de una oscura criada. ...

En la línea 143
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Tenía su manía propia, como todos los que concentran la atención en un asunto único. Sus pláticas eran agradables; sabía contar historias amenas sobre la vida íntima en la Edad Media, que interesaban hasta a las personas más frívolas. Pero apenas nombraba a los Borjas, sus oyentes mirábanse entre ellos con cierta inquietud. ...

En la línea 247
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... —Mira—dijo ella cuando llegaron a un sitio menos desierto—, no me cuentes más historias. No quiero saber más. Punto final. ...

En la línea 2150
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... —Déjese usted de que pueda o no pueda ser. Ese uno, esa excepción de su hastío es el primero, ese tal D. Juanito. No necesita usted confirmarlo. Me sé estas historias al dedillo. ¿No ve usted, hija mía, que he sido confesor de las Arrepentidas de Toledo durante cinco años largos de talle? ...

En la línea 2389
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Fortunata y ella, una vez que se conocieron, no tardaron en referirse sus respectivas historias. La que ya conocemos salió descarnada; pero Manolita adornó la suya tanto y de tal modo la quiso hacer patética, que no la conocería nadie. Según su relato, no había pecado, todo había sido pura equivocación; pero su marido, que era muy bruto y tenía la culpa, sí, él tenía la culpa, de las equivocaciones, o si se quiere, malas tentaciones de ella, la había metido allí sin andarse con rodeos. Como aquella señora había ocupado una regular posición, contaba con embeleso cosas del mundo y sus pompas, de los saraos a que asistía, de los muchos y buenos vestidos que usaba. Porque su marido era comerciante de novedades, hombre inferior a ella por el nacimiento; como que su papá era oficial primero de la Dirección de la Deuda. Oyendo estas ponderaciones orgullosas, Fortunata se echaba a pensar qué cosa tan empingorotada sería aquel destino del papá de su amiga. ...

En la línea 5599
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... El asesino le iba soltando a la víctima las palabras en dosis pequeñas, y la miraba observando el efecto que le causaban. Fortunata quiso sobreponerse a aquel suplicio, y sacudiendo la despeinada cabeza, como para alejar y espantar una convicción que quería penetrar en ella, le dijo: «¿Qué historias me vienes a contar ahí?… Déjame en paz». ...

En la línea 3129
del libro Veinte mil leguas de viaje submarino
del afamado autor Julio Verne
... -Nada, nada en todo cuanto pasa de los límites de la verosimilitud para desbordarse en la fábula o la leyenda. No obstante, la imaginación de los que cuentan estas historias requiere si no una causa, al menos un pretexto. No puede negarse que existen pulpos y calamares de gran tamaño, aunque inferior sin embargo al de los cetáceos. Aristóteles comprobó las dimensiones de un calamar que medía tres metros diez. Nuestros pescadores ven con frecuencia piezas de una longitud superior a un metro ochenta. Los museos de Trieste y de Montpellier conservan esqueletos de pulpos que miden dos metros. Además, según el cálculo de los naturalistas, uno de estos animales, de seis pies de largo, debería tener tentáculos de veintisiete metros, lo que basta y sobra pará hacer de ellos unos monstruos formidables. ...

En la línea 2437
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑Le parece mentira, ¿verdad? Pues espere, que con usted voy a hacer lo mismo. ¡Ja, ja, ja… ! No, no; le voy a decir la verdad. A propósito de todas esas historias de crímenes, de medios, de jovencitas, recuerdo un articulo de usted que me interesó y me sigue interesando. Se titulaba… creo que «El crimen», pero la verdad es que de esto no estoy seguro. Me recreé leyéndolo en La Palabra Periódica hace dos meses. ...

En la línea 4329
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑Hágame el favor de no dar crédito a esas villanías ‑exclamó Svidrigailof con una mezcla de cólera y repugnancia‑. Si usted desea conocer la verdad de todas esas historias absurdas, se las contaré en otra ocasión, pero ahora… ...

En la línea 4334
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑Sí, ese criado fue. Ya veo que todas esas historias le han interesado vivamente, y me comprometo a satisfacer su curiosidad en la primera ocasión. Creo que se me puede considerar como un personaje romántico. Ya comprenderá la gratitud que debo guardar a Marfa Petrovna por haber contado a su hermana tantas cosas enigmáticas e interesantes sobre mí. No sé qué impresión le producirían estas confidencias, pero apostaría cualquier cosa a que me favorecieron. A pesar de la aversión que su hermana sentía hacia mi persona, a pesar de mi actitud sombría y repulsiva, acabó por compadecerse del hombre perdido que veía en mí. Y cuando la piedad se apodera del corazón de una joven, esto es sumamente peligroso para ella. La asalta el deseo de salvar, de hacer entrar en razón, de regenerar, de conducir por el buen camino a un hombre, de ofrecerle, en fin, una vida nueva. Ya debe de conocer usted los sueños de esta índole. ...


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