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La palabra quieren
Cómo se escribe

la palabra quieren

La palabra Quieren ha sido usada en la literatura castellana en las siguientes obras.
La Bodega de Vicente Blasco Ibañez
Los tres mosqueteros de Alejandro Dumas
Memoria De Las Islas Filipinas. de Don Luis Prudencio Alvarez y Tejero
La Biblia en España de Tomás Borrow y Manuel Azaña
El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes Saavedra
Viaje de un naturalista alrededor del mundo de Charles Darwin
La Regenta de Leopoldo Alas «Clarín»
A los pies de Vénus de Vicente Blasco Ibáñez
El paraíso de las mujeres de Vicente Blasco Ibáñez
Fortunata y Jacinta de Benito Pérez Galdós
Niebla de Miguel De Unamuno
Sandokán: Los tigres de Mompracem de Emilio Salgàri
Crimen y castigo de Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
Fantina Los miserables Libro 1 de Victor Hugo
Julio Verne de La vuelta al mundo en 80 días
Por tanto puede ser considerada correcta en Español.
Puedes ver el contexto de su uso en libros en los que aparece quieren.

Estadisticas de la palabra quieren

Quieren es una de las palabras más utilizadas del castellano ya que se encuentra en el Top 5000, en el puesto 1278 según la RAE.

Quieren tienen una frecuencia media de 7.21 veces en cada libro en castellano

Esta clasificación se basa en la frecuencia de aparición de la quieren en 150 obras del castellano contandose 1096 apariciones en total.

Errores Ortográficos típicos con la palabra Quieren

Cómo se escribe quieren o kieren?
Cómo se escribe quieren o quierren?

Más información sobre la palabra Quieren en internet

Quieren en la RAE.
Quieren en Word Reference.
Quieren en la wikipedia.
Sinonimos de Quieren.


la Ortografía es divertida

Algunas Frases de libros en las que aparece quieren

La palabra quieren puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 746
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... --Porque son muy buenos, padre--dijo el capataz con acento hipócrita.--Porque quieren mucho al amo, y ha bastado que les dijese yo de parte de don Pablo lo de la fiesta, pa que los pobrecitos se quedasen voluntariamente sin ir a sus casas. ...

En la línea 775
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Créeme: el que muerde la fatal manzana de que hablan esos señores amigos de nuestro principal, no se quita jamás el gusto de los labios. Se cambia de envoltura para seguir viviendo, pero de alma ¡nunca! El que duda una vez, y razona y critica, ese ya no cree jamás como los devotos sinceros; cree porque se lo aconseja la razón, o porque se lo imponen sus conveniencias. Por esto, cuando veas a uno, como yo, hablar de fe y de creencias, di que miente porque le conviene, o que se engaña a sí mismo para proporcionarse cierta tranquilidad... Fermín, hijo mío; el pan no me lo gano dulcemente, sino a costa de bajezas de alma, que me dan vergüenza. ¡Yo, que en _mis tiempos_ era de una altivez y una virtud con púas de erizo!... Pero piensa que llevo a cuestas a mis hijas, que quieren comer y vestir y todo lo demás que es necesario para atrapar a un marido, y que mientras éste no se presente debo mantenerlas aunque sea robando. ...

En la línea 780
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... A ver, dime tú, ¿cuándo se ha levantado de veras este país? ¿Cuándo hemos tenido una revolución?... La única de verdad fue el año 8, y si el país se sublevó fue porque se le llevaban secuestrados unos cuantos príncipes e infantes, que eran bobos de nacimiento y malvados por instinto hereditario; y la bestia popular derramó su sangre para que volviesen esos señores, que agradecieron tantos sacrificios enviando a unos a presidio y a otros a la horca. ¡Famoso pueblo! Anda y sacrifícate esperando algo de él... Después ya no se han visto revoluciones; todo han sido pronunciamientos del ejército, motines por el medro o por antagonismo personal, que si sirvieron de algo fue indirectamente, por apoderarse de ellos las corrientes de opinión. Y como ahora los generales ya no se sublevan, porque tienen todo lo que quieren, y cuidan en lo alto de halagarles, aleccionados por la Historia, ¡se acabó la revolución! Los que trabajan por ella sudan y se fatigan con tanto éxito como si sacasen agua en espuertas... ¡Saludo a los héroes desde la puerta de mi retiro!... pero no doy ni un paso para acompañarles. Yo no pertenezco a su gloriosa clase; soy ave de corral tranquila y bien cebada, y no me arrepiento de ello cuando veo a mi antiguo camarada Fernando Salvatierra, el amigote de tu padre, vestido de invierno en el verano, y de verano en invierno, comiendo pan y queso, con una celda reservada en todos las cárceles de la Península y molestado a cada paso por la vigilancia... Muy bonito; los periódicos publican el nombre del héroe, tal vez la historia llegue a hablar de él, pero yo prefiero mi mesa en el escritorio, mi sillón, que me hace pensar en los canónigos reunidos en el coro, y la generosidad de don Pablo, que es espléndido como un príncipe con los que saben llevarle el aire. ...

En la línea 953
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... --Largo, granuja; esos señores no quieren ná con los gitanos. ...

En la línea 3410
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... -Grimaud bastará para guardar los caballos -dijo Planchet -; si los señores quieren, yo me acostaré atravesando la puerta; de esta for ma, estarán seguros de que nadie llegará hasta ellos. ...

En la línea 8171
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... -Pues bien, lleváoslo -dijo el cardenal-; no es justo que, dado que esos cuatro valientes militares se quieren tanto, no sirvan en la misma compañía. ...

En la línea 8336
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... Estos señores lo dicen todo eso por ternura hacia mí, pero en el fondo lo quieren. ...

En la línea 8342
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... -Escucha -le dijo-, cuando hayas entregado la carta a lord de Winter y la haya leido, le dirás: «Velad por Su Gracia lord Buckingham, porque lo quieren asesinar. ...

En la línea 213
del libro Memoria De Las Islas Filipinas.
del afamado autor Don Luis Prudencio Alvarez y Tejero
... Un acto tan importante, del cual depende el que la renta se utilice ó pierda centenares de miles de pesos, está confiado á aforadores particulares, que se dicen peritos, y empleados estacionarios en los paises de las siembras, y que relacionados con los cosecheros hacen sobre ese punto lo que quieren, si ya no es que esa funcion sea oríjen de fraudes y sobornos. ...

En la línea 325
del libro Memoria De Las Islas Filipinas.
del afamado autor Don Luis Prudencio Alvarez y Tejero
... Bajo esta denominacion hay un caudal existente, que si bien algunos quieren presentarlo como cosa de poco momento é importancia, no falta quien propale ser una riqueza inmensa; y si bien conviene despreciar á los que solo intentan disminuir ese capital, es tambien prudente oir con prevencion las exajeraciones de los otros y las frases con que las hacen. ...

En la línea 858
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... —¿Y dónde están los judíos de Portugal—pregunté—, hijos auténticos de este país? —No conocemos a nadie fuera de nosotros—respondieron los berberiscos—; pero hemos oído decir que aquí hay otros judíos; si así es, no quieren tratarse con nosotros, y hacen bien, porque somos malísima gente, ¡oh _Tsadik_!, todos ladrones, sin excepción. ...

En la línea 1092
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Los ingleses nunca han estado en guerra con Portugal; se han batido por mar y por tierra, siempre con buen éxito, en favor de su independencia; se han obligado, por un tratado de comercio, a beber sus vinos, tan ordinarios y adulterados, que en ninguna otra parte los quieren, y, sin embargo, son los más impopulares de cuantos extranjeros visitan este país. ...

En la línea 2440
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Usted tiene ganas de marcharse, según me dice, y yo no acostumbro a retener a mis huéspedes más tiempo del que buenamente quieren estar en mi casa; proceder de otro modo sería impropio de un posadero cristiano; eso se queda para los moros, los _cristinos_ y los _negros_. ...

En la línea 2868
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... LA CARCELERA.—Sí; somos muy buenos con ellos; me refiero a los que son _caballeros_, porque con los que no tienen más que _miseria_, ¿qué podemos hacer? La cárcel de Toro es muy divertida: dejamos entrar todo el vino que quieren los presos, mientras tienen dinero para comprarlo y para pagar el derecho de entrada. ...

En la línea 909
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Sucedía a estos dos lechos el del arriero, fabricado, como se ha dicho, de las enjalmas y todo el adorno de los dos mejores mulos que traía, aunque eran doce, lucios, gordos y famosos, porque era uno de los ricos arrieros de Arévalo, según lo dice el autor desta historia, que deste arriero hace particular mención, porque le conocía muy bien, y aun quieren decir que era algo pariente suyo. ...

En la línea 1026
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... -Pues, ¿por qué se quieren tan mal estos dos señores? -preguntó Sancho. ...

En la línea 1054
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Sábete, Sancho, que es muy fácil cosa a los tales hacernos parecer lo que quieren, y este maligno que me persigue, envidioso de la gloria que vio que yo había de alcanzar desta batalla, ha vuelto los escuadrones de enemigos en manadas de ovejas. ...

En la línea 1569
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Y fue esta negación añadir llama a llama y deseo a deseo, porque, aunque pusieron silencio a las lenguas, no le pudieron poner a las plumas, las cuales, con más libertad que las lenguas, suelen dar a entender a quien quieren lo que en el alma está encerrado; que muchas veces la presencia de la cosa amada turba y enmudece la intención más determinada y la lengua más atrevida. ...

En la línea 492
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... La conversación de estos señores no deja de ser bastante divertida, dada su posición social. Como casi todos sus compatriotas, por supuesto, dan gritos de asombro cuando les digo que la tierra es redonda, y no quieren creerme cuando añado que un pozo que se prolongase hasta la suficiente profundidad iría a abrirse al opuesto lado del globo. ...

En la línea 952
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... ... s aseguro que soy también cristiano, aunque no de la misma manera que ellas; y no quieren creerme, y añaden: «¡Pero sus sacerdotes de ustedes, hasta sus obispos, no se casan!» ¡Casarse un obispo! Esto es lo que más les choca; no saben si reírse o escandalizarse de tamaña enormidad. ...

En la línea 1092
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... ... s habitantes se quejan aquí mucho de la falta de tierras; lo que en parte se debe a su propia negligencia, porque no quieren tomarse el trabajo de desmontar, y en parte también a las restricciones impuestas por el gobierno. necesita, en efecto, antes de comprar un pedazo de tierra, por pequeño que sea, pagar al agrimensor dos y medio francos (150 metros cuadrados) que mide y además el precio que estima conveniente fijar para valor de la tierra ...

En la línea 1646
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... 1.0 de abril.-Atravesamos la cadena de Uspallata y pasamos la noche en la Aduana, único punto habitado del llano. poco antes de dejar las montañas, disfrutamos de un golpe de vista extraordinario; rocas de sedimento rojas, purpúreas, verdes y otras completamente blancas, alternando con lavas negras, rotas y arrojadas con el mayor desorden entre masas de pórfido que afectan todos los matices, desde el pardo oscuro hasta el lila claro. la primera vez que se me presenta un espectáculo que me recuerda esos preciosos cortes que hacen los geólogos cuando quieren representar el interior de la tierra. ...

En la línea 457
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Le espero con unos amigos de Palomares que quieren visitar la catedral acompañados de una persona inteligente. ...

En la línea 1948
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Ustedes no quieren que yo sea obscura, seria, huraña. ...

En la línea 2149
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... A don Tomás le llamaban Frígilis, porque si se le refería un desliz de los que suelen castigar los pueblos con hipócritas aspavientos de moralidad asustadiza, él se encogía de hombros, no por indiferencia, sino por filosofía, y exclamaba sonriendo: —¿Qué quieren ustedes? Somos frígilis; como decía el otro. ...

En la línea 2293
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... En Vetusta la juventud pobre no sabe ganarse la vida, a lo sumo se gana la miseria; muchachos y muchachas se comen a miradas, se quieren, hasta se lo dicen. ...

En la línea 1178
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... —Me hace recordar a ciertos hombres de nuestra época que escriben sus Memorias para que se publiquen después de su muerte. Poco a poco se apasionan por ellas con un cariño de autor; quieren que sean Interesantes como una novela; se entristecen cuando transcurren días sin poder añadir algo sensacional, y acaban por aceptar serenamente toda clase de chismes y calumnias, sin otra precaución que poner al frente de ellas un se dice . Alejandro Sexto mostraba cierto afecto por los alemanes. Después de los españoles, eran aquéllos los más numerosos en la Corte papal. En realidad, el tal maestro de ceremonias sólo intervenía en los actos públicos, sin tener entrada en la vida particular del Papa, como el español Marrades y otros; pero suplió la falta de intimidad recogiendo en su Diario todas las calumnias y murmuraciones de antesalas y plazuelas contra su protector. ...

En la línea 214
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... - Ya le dije que los Hombres-Montañas deben asombrarse cuando nos visitan, así como nosotros nos asombrábamos al verles en otros tiempos. Hay cosas que no comprenderá usted nunca si no le damos una explicación preliminar. Y esta explicación solo la recibirá usted si los altos señores del Consejo Ejecutivo quieren que viva. En cuanto a la desproporción entre nuestras armas y nuestras máquinas, no debe usted preocuparse de ella. Vivimos organizados como queremos, como a nosotros nos conviene. ...

En la línea 354
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... - Los altos señores del gobierno, -dijo- están muy satisfechos de su discreción y su cordura. Acaban de perdonarle la vida al gigante, y quieren que sea usted el encargado de todo lo referente a su enseñanza y su alimentación. ...

En la línea 483
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Pero necesitamos mantener este ejército poco temible, porque los pueblos, aunque vivan en paz, quieren saber que existe una fuerza pública capaz de defenderlos. También debe tenerse en cuenta que la juventud, necesitada de los deportes para consumir una parte de su exceso de vida, considera la profesión militar como el más divertido y gallardo de los juegos. ...

En la línea 627
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... - No soy yo el único que en este país conoce la verdad. Flimnap le contó el otro día, según creo, que los hombres ya no se muestran tan cobardes como al principio de la dominación femenina. Se sublevan contra el despotismo de las mujeres; quieren una existencia propia; desean 'vivir su vida', como dicen los muchachos más rebeldes. Hasta hace poco tiempo esto era un simple anhelo de emancipación, indeterminado y declamatorio, que únicamente producía conflictos dentro de las familias. Los periódicos lo llaman el 'varonismo', riéndose de el. ...

En la línea 834
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Por los ventanuchos abiertos salía, con el olor a fritangas y el ambiente chinchoso, murmullo de conversaciones dejosas, arrastrando toscamente las sílabas finales. Este modo de hablar de la tierra ha nacido en Madrid de una mixtura entre el deje andaluz, puesto de moda por los soldados, y el dejo aragonés, que se asimilan todos los que quieren darse aires varoniles. ...

En la línea 989
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... —Soy pobre, señora —refunfuñó Izquierdo con la sequedad de siempre—. No me quieren colocar… por decente… ...

En la línea 1120
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... «Mi dinidá y sinificancia no me premiten… Es la que se dice: quisiera, pero no pué ser, no pué ser. Si quieren solutamente socorrerme por que me quitan a mi piojín de mi arma, me atengo al honorario». ...

En la línea 1190
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... —Pues no harás nada de más, avariento. Se están poniendo bien las cosas, a fe mía… El ciento de pintón, que estaba la semana pasada a diez reales, ahora me lo quieren cobrar a once y medio, y el pardo a diez y medio. Estoy volada. Los materiales por las nubes… ...

En la línea 1828
del libro Niebla
del afamado autor Miguel De Unamuno
... –Sí, y en cambio no logramos aprender las que quieren enseñamos. ...

En la línea 1550
del libro Sandokán: Los tigres de Mompracem
del afamado autor Emilio Salgàri
... —Por ahora no quieren nada con nosotros —contestó Sandokán-. Pero después tendremos que hacer frente al vencedor. ...

En la línea 2019
del libro Sandokán: Los tigres de Mompracem
del afamado autor Emilio Salgàri
... —Seguirán el ejemplo de su jefe, si así lo quieren, y darán su adiós a Mompracem. ...

En la línea 251
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... »¡Como si mama tuviera el dinero para arrojarlo por la ventana! ¿Con qué llegará a Petersburgo? Con tres rublos, o dos pequeños billetes, como los que mencionaba el otro día la vieja usurera… ¿Cómo cree que podrá vivir en Petersburgo? Pues es el caso que ha visto ya, por ciertos indicios, que le será imposible estar en casa de Dunia, ni siquiera los primeros días después de la boda. Ese hombre encantador habrá dejado escapar alguna palabrita que debe de haber abierto los ojos a mamá, a pesar de que ella se niegue a reconocerlo con todas sus fuerzas. Ella misma ha dicho que no quiere vivir con ellos. Pero ¿con qué cuenta? ¿Pretende acaso mantenerse con los ciento veinte rublos de la pensión, de los que hay que deducir el préstamo de Atanasio Ivanovitch? En nuestra pequeña ciudad desgasta la poca vista que le queda tejiendo prendas de lana y bordando puños, pero yo sé que esto no añade más de veinte rublos al año a los ciento veinte de la pensión; lo sé positivamente. Por lo tanto, y a pesar de todo, ellas fundan sus esperanzas en los sentimientos generosos del señor Lujine. Creen que él mismo les ofrecerá su apoyo y les suplicará que lo acepten. ¡Sí, si… ! Esto es muy propio de dos almas románticas y hermosas. Os presentan hasta el último momento un hombre con plumas de pavo real y no quieren ver más que el bien, nunca el mal, aunque esas plumas no sean sino el reverso de la medalla; no quieren llamar a las cosas por su nombre por adelantado; la sola idea de hacerlo les resulta insoportable. Rechazan la verdad con todas sus fuerzas hasta el momento en que el hombre por ellas idealizado les da un puñetazo en la cara. Me gustaría saber si el señor Lujine está condecorado. Estoy seguro de que posee la cruz de Santa Ana y se adorna con ella en los banquetes ofrecidos por los hombres de empresa y los grandes comerciantes. También la lucirá en la boda, no me cabe duda… En fin, ¡que se vaya al diablo! ...

En la línea 251
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... »¡Como si mama tuviera el dinero para arrojarlo por la ventana! ¿Con qué llegará a Petersburgo? Con tres rublos, o dos pequeños billetes, como los que mencionaba el otro día la vieja usurera… ¿Cómo cree que podrá vivir en Petersburgo? Pues es el caso que ha visto ya, por ciertos indicios, que le será imposible estar en casa de Dunia, ni siquiera los primeros días después de la boda. Ese hombre encantador habrá dejado escapar alguna palabrita que debe de haber abierto los ojos a mamá, a pesar de que ella se niegue a reconocerlo con todas sus fuerzas. Ella misma ha dicho que no quiere vivir con ellos. Pero ¿con qué cuenta? ¿Pretende acaso mantenerse con los ciento veinte rublos de la pensión, de los que hay que deducir el préstamo de Atanasio Ivanovitch? En nuestra pequeña ciudad desgasta la poca vista que le queda tejiendo prendas de lana y bordando puños, pero yo sé que esto no añade más de veinte rublos al año a los ciento veinte de la pensión; lo sé positivamente. Por lo tanto, y a pesar de todo, ellas fundan sus esperanzas en los sentimientos generosos del señor Lujine. Creen que él mismo les ofrecerá su apoyo y les suplicará que lo acepten. ¡Sí, si… ! Esto es muy propio de dos almas románticas y hermosas. Os presentan hasta el último momento un hombre con plumas de pavo real y no quieren ver más que el bien, nunca el mal, aunque esas plumas no sean sino el reverso de la medalla; no quieren llamar a las cosas por su nombre por adelantado; la sola idea de hacerlo les resulta insoportable. Rechazan la verdad con todas sus fuerzas hasta el momento en que el hombre por ellas idealizado les da un puñetazo en la cara. Me gustaría saber si el señor Lujine está condecorado. Estoy seguro de que posee la cruz de Santa Ana y se adorna con ella en los banquetes ofrecidos por los hombres de empresa y los grandes comerciantes. También la lucirá en la boda, no me cabe duda… En fin, ¡que se vaya al diablo! ...

En la línea 616
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑Pero ¿no comprende? Esto prueba que una de ellas está en la casa. Si hubieran salido las dos, habrían cerrado con llave por fuera; de ningún modo habrían podido echar el cerrojo por dentro… ¿Lo oye, lo oye? Hay que estar en casa para poder echar el cerrojo, ¿no comprende? En fin, que están y no quieren abrir. ...

En la línea 1104
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... El enfermo dejó caer la cabeza en la almohada y guardó silencio durante más de dos minutos. «No quieren dejarme en paz, pensaba.» ...

En la línea 787
del libro Fantina Los miserables Libro 1
del afamado autor Victor Hugo
... - ¡Cuarenta francos!, es decir, ¡dos napoleones de oro! ¿De dónde quieren que yo los saque? ¡Qué tontos son esos aldeanos! ...

En la línea 944
del libro Julio Verne
del afamado autor La vuelta al mundo en 80 días
... -¿Eh?- dijo Picaporte-, ¿Qué estáis ahí diciendo? ¡Cómo! ¡No contentos con hacer seguir a mi amo y sospechar de su lealtad, esos caballeros quieren además promover obstáculos! ¡Me avergüenzo por ellos! ...


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