La palabra Malditas ha sido usada en la literatura castellana en las siguientes obras.
La Barraca de Vicente Blasco Ibañez
Fortunata y Jacinta de Benito Pérez Galdós
Por tanto puede ser considerada correcta en Español.
Puedes ver el contexto de su uso en libros en los que aparece malditas.
Estadisticas de la palabra malditas
La palabra malditas no es muy usada pues no es una de las 25000 palabras más comunes del castellano según la RAE

la Ortografía es divertida

El Español es una gran familia
Algunas Frases de libros en las que aparece malditas
La palabra malditas puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 223
del libro La Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Su mujer vió cómo corría a campo traviesa hasta un cañar inmediato a las tierras malditas. ...
En la línea 584
del libro La Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Aquellas tierras, después de lo del pobre Barret, estaban malditas. ...
En la línea 1647
del libro La Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Todo lo que ocurría ahora lo esperaba él, ¡hijo mío! Ya se lo había dicho el primer día que lo encontró instalado en las tierras malditas: «¡Le traerían desgracia!. ...
En la línea 2159
del libro La Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Veía sangre, y maldecía la hora en que se les ocurrió establecerse sobre estas tierras malditas. ...
En la línea 453
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... «Va a salir la de D. Germán en la capilla de los Dolores… Hoy reciben congrio en la casa de Martínez; me han enseñado los despachos de Laredo… llena eres de gracia; el Señor es contigo… coliflor no hay, porque no han venido los arrieros de Villaviciosa por estar perdidos los caminos… ¡Con estas malditas aguas… !, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús… ». ...
En la línea 2044
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... No tenía malditas ganas de levantarse. Oyó a su tía regateando con los mozos por si eran tres o eran dos y medio. Después, le pareció que Juan Pablo y su tía hablaban en el comedor. ¡Si le estaría contando aquello… ! Seguramente, porque su tía era muy novelera, y no le gustaba de que ciertas cosas se le enranciaran dentro del cuerpo. Oyó luego que su hermano se lavaba en el cuarto inmediato, y cuando doña Lupe entró para llevarle toallas, cuchichearon largo rato. Maximiliano calculó que probablemente hablarían de la herencia; pero no las tenía todas consigo. Trataba de darse ánimos considerando que su hermano era el más simpático de la familia, el de más talento y el que mejor se hacía cargo de las cosas. ...
En la línea 2781
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Fortunata determinó volverse a su casa, pues tenía algo que hacer en ella, y repitiéndole a Papitos las varias disposiciones dictadas por la autócrata en el momento de su segunda salida, se puso el mantón y cogió calle. No tenía prisa y se fue a dar un paseíto, recreándose en la hermosura del día, y dando vueltas a su pensamiento, que estaba como el Tío Vivo, dale que le darás, y torna y vira… Iba despacio por la calle de Santa Engracia, y se detuvo un instante en una tienda a comprar dátiles, que le gustaban mucho. Siguiendo luego su vagabundo camino, saboreaba el placer íntimo de la libertad, de estar sola y suelta siquiera poco tiempo. La idea de poder ir a donde gustase la excitaba haciendo circular su sangre con más viveza. Tradújose esta disposición de ánimo en un sentimiento filantrópico, pues toda la calderilla que tenía la iba dando a los pobres que encontraba, que no eran pocos… Y anda que andarás, vino a hacerse la consideración de que no sentía malditas ganas de meterse en su casa. ¿Qué iba ella a hacer en su casa? Nada. Conveníale sacudirse, tomar el aire. Bastante esclavitud había tenido dentro de las Micaelas. ¡Qué gusto poder coger de punta a punta una calle tan larga como la de Santa Engracia! El principal goce del paseo era ir solita, libre. Ni Maxi ni doña Lupe ni Patricia ni nadie podían contarle los pasos, ni vigilarla ni detenerla. ...
En la línea 3556
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Como lo que debe suceder sucede, y no hay bromas con la realidad, las cosas vinieron y ocurrieron conforme a los deseos de D. Evaristo González Feijoo. Bien sabía él que no podía ser de otro modo, a menos que aquella mujer estuviese loca. ¿Qué salida tenía fuera de la propuesta por él? Ninguna. ¿Qué honradez era aquella que apetecía, no sabiendo trabajar, no queriendo volver con su marido y no teniendo malditas ganas de irse a un yermo a comer raíces? Moraleja: Lo que tenía que llegar, por la sucesión infalible de las necesidades humanas, llegó. «Y para que veas si sé yo hacer las cosas y me intereso por ti—le dijo un día D. Evaristo tuteándola ya—; me propongo evitar el escándalo por ti y por mí. Pondré singular cuidado en que ignore esto Juan Pablo Rubín, que fue quien me presentó a ti, en la calle, ¿te acuerdas?, y de ahí viene nuestro dichoso conocimiento. Estas relaciones las hemos de esconder y reservar hasta donde sea humanamente posible. Verás qué bien vamos a estar. Yo te enseñaré a ser práctica, y cuando pruebes el ser práctica, te ha de parecer mentira que hayas hecho en tu vida tantísimas tonterías contrarias a la ley de la realidad». ...
Más información sobre la palabra Malditas en internet
Malditas en la RAE.
Malditas en Word Reference.
Malditas en la wikipedia.
Sinonimos de Malditas.
Errores Ortográficos típicos con la palabra Malditas
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