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La palabra honores
Cómo se escribe

la palabra honores

La palabra Honores ha sido usada en la literatura castellana en las siguientes obras.
La Bodega de Vicente Blasco Ibañez
Los tres mosqueteros de Alejandro Dumas
La Regenta de Leopoldo Alas «Clarín»
A los pies de Vénus de Vicente Blasco Ibáñez
El príncipe y el mendigo de Mark Twain
Por tanto puede ser considerada correcta en Español.
Puedes ver el contexto de su uso en libros en los que aparece honores.

Estadisticas de la palabra honores

Honores es una de las 25000 palabras más comunes del castellano según la RAE, en el puesto 10446 según la RAE.

Honores aparece de media 7.35 veces en cada libro en castellano.

Esta es una clasificación de la RAE que se basa en la frecuencia de aparición de la honores en las obras de referencia de la RAE contandose 1117 apariciones .


la Ortografía es divertida

Algunas Frases de libros en las que aparece honores

La palabra honores puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 754
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... --El vino, Fermín, es la bebida universal por excelencia, la más sana de todas la que el hombre usa para su nutrición o su recreo. Es la bebida que mereció los honores de la embriaguez de todo un dios del paganismo. ...

En la línea 5798
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... Lord de Winter no estaba, y fue Milady quien esta vez le hizo todos los honores de la velada. ...

En la línea 5852
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... «¡Rediós! - pensó Porthos lanzando una mirada sobre los tres ham brientos, porque elmandadero no era, como es lógico, admitido er los honores de la mesa magistral-. ...

En la línea 7392
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... Y los cuatro amigos salieron de la habitación, dejando a Planchet y a Fourreau el cuidado de rendir los honores mortuorios a Brisemont. ...

En la línea 9434
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... «Escuchad -dijo-, os doy aún el resto de esta noche y el día de mañana; reflexionad: si prometéis callaros, la riqueza, la consideración, los honores incluso os rodearán; si amenazáis con hablar, os condeno a la infamia. ...

En la línea 9774
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Perdió aquel refugio de sus horas desocupadas que eran muchas, y anduvo como alma en pena vagando de café en café hasta que al cabo de algunos años tropezó con don Santos Barinaga en el Restaurant y café de la Paz, donde todas las noches el enemigo implacable del Magistral se preparaba a mal morir bebiendo un cognac con honores de espíritu de vino. ...

En la línea 196
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... — Dejemos aparte a Calixto Tercero, el primer Papa Borgia, varón de puras costumbres, al que sólo se atreven a criticar algunos por haber abierto el camino de los altos honores eclesiásticos a su sobrino, el futuro Alejandro Sexto… Yo no digo que Rodrigo de Borja, su hijo César y otros parientes fuesen santos ni modelos de virtud. Eran hombres de su época y vivieron con arreglo al ambiente de entonces. Antes que ellos naciesen ya existía la corrupción italiana dentro de la cual se desenvolvieron. Lo que a mí me Indigna es que muchos de sus contemporáneos supriman con hipocresía, el ambiente general de la época, hablando de ciertos hechos de los Borgias (indudablemente censurables) como si fuesen casos aislados, y callándose lo que hacían al mismo tiempo centenares y centenares de personajes más corrompidos que aquéllos. Todos se acuerdan de César Borgia príncipe hispanoitaliano como de un monstruo único, y nadie alude a Segismundo Malatesta y demás condottieri, feroces como osos y sin el aliciente de la elegancia en los gestos que tenia el otro. A nuestro Alejandro Sexto, uno de los papas que mejor defendieron los intereses de la Iglesia, lo hacen aparecer como un gozador vulgar o como un personaje de melodrama, envenenando a las gentes por gusto. ...

En la línea 241
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Al subir Alfonso V al trono de Aragón, reconocía los méritos de este joven experimentado en cuestiones jurídicas y hábil para las negociaciones diplomáticas, haciendo de él su secretario. Los servicios que prestó a Martín V—el Papa elegido por el Concilio de Constanza—le abrían el camino de los altos honores de la Iglesia. El fue quien trató con el sucesor del Papa Luna, el canónigo de Valencia Gil Muñoz, llamado Clemente VIII, para que renunciase a la tiara en el castillo de Peñiscola, y el Pontífice de Roma lo premió otorgándole el obispado de Valencia. Luego vivía en Nápoles, al lado de Alfonso V, ayudándole en la reorganización de dicho reino, despedazado por largas guerras. ...

En la línea 489
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Creyendo conocerlo en su justo valor, dejaba sin eco las burlas de muchos que acudían a sus fiestas y tomaban asiento a su mesa, para ridiculizar luego su fervorosa actividad literaria. Guardaba, con las páginas sin cortar, todos los libros impresos en grueso papel que le había regalado Enciso, con pomposas dedicatorias, llamándole eminentísimo poeta. No le interesaba conocer por segunda vez particularidades del Renacimiento italiano leídas en su adolescencia; pero declaraba sinceramente a este diplomático gratuito, ansioso de honores, una excelente persona, amable, tolerante, con afición al estudio y gran respeto a la inteligencia ajena, condiciones que lo colocaban por encima de la mayor parte de sus amigos y parásitos, vulgares de gustos, cobardes ante la novedad, con un pensamiento rutinario. ...

En la línea 831
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... obtenido honores y beneficios. Algunos hombres de fe ardorosa y costumbres puras gritaban contra la licencia de la Corte papal; pero la gente sólo vela en ellos unos fanáticos indignos de interés, no dando importancia a la conducta privada de los papas. Cuando más, reían de éstos, pero sin indignarse. ...

En la línea 189
del libro El príncipe y el mendigo
del afamado autor Mark Twain
... –¡Ah! Eso es digno de ti, es digno de ti. Veo que tu corazón sigue siendo el mismo, aunque tu mente haya sufrido daño, porque fuiste siempre de bondadosos sentimientos. Pero ese duque se alza entre tus honores y tú; pondré en su lugar a otro que no cubra de infamia su elevado cargo. Consuélate, príncipe mío; no turbes tu pobre cabeza con este asunto. ...

En la línea 465
del libro El príncipe y el mendigo
del afamado autor Mark Twain
... –Mi modesto servicio no ha traspasado el límite del más simple deber de un vasallo, y por consiguiente no tiene ningún mérito. Pero ya que Vuestra Majestad se digna considerar que merece alguna recompensa, me atrevo a hacer una petición al efecto. Cerca de cuatrocientos años atrás, como Vuestra Majestad no ignora, estando enemistados Juan, rey de Inglaterra, y el rey de Francia, se decretó que dos campeones combatieran en la palestra para poner término a la disputa con lo que se llama juicio de Dios. Reunidos los dos reyes, y el rey de España para ser testigo de la disputa y juzgarla, apareció el campeón francés; mas era tan temible, que nuestros caballeros ingleses se negaron a medir sus armas con él. Así el asunto, que era muy grave, estuvo a punto de resolverse contra el monarca inglés por falta de campeón. En la Torre se hallaba lord De Courcy, el más poderoso brazo de Inglaterra, despojado de sus honores y posesiones, y consumiendose en largo cautiverio. Apelóse a él, que accedió y compareció armado para el combate; mas no bien divisó el francés su recio cuerpo y oyó su famoso nombre, huyó a escape, y la causa del rey de Francia quedó perdida. El rey Juan devolvió a De Courcy sus títulos y posesiones, y le dijo: 'Manifiéstame tu deseo y lo conseguirás, aunque me cueste la mitad de mi reino.' A lo que De Courcy, de hinojos como yo estoy ahora, contestó: 'Pido, pues, solo una cosa., señor mío, y es que yo y mis descendientes tengamos y conservemos el privilegio de permanecer cubiertos en presencia del rey de Inglaterra mientras su trono perdure.' Concedióse la gracia como Vuestra Majestad sabe; y como en estos cuatrocientos años no ha habido nunca un momento en que la familia haya carecido de herederos, hasta el día de hoy el jefe de la antigua casa tiene aún el sombrero o el yelmo puesto ante la majestad del rey, sin impedimento alguno, y nadie más puede hacerlo. Invocando este precedente en ayuda de mi ruego, suplico al rey que me conceda esta gracia y privilegio –para más que suficiente recompensa mía– y ninguna otra cosa, a saber: que yo y mis herederos para siempre podamos sentarnos en presencia, de Su Majestad el rey de Inglaterra. ...

En la línea 560
del libro El príncipe y el mendigo
del afamado autor Mark Twain
... Un secretario dio cuenta de que en atención a que el difunto rey había dispuesto en su testamento que se otorgara el título de duque al conde de Hertford y se elevara a su hermano, sir Thomas Seymour, a la dignidad de par, y al hijo de Hertford a un condado, junto con parecidas mercedes a otros grandes servidores de la corona, el consejo había resuelto celebrar sesión el 16 de febrero para la entrega y confirmación de tales honores, y que entretanto, no habiendo designado el difunto rey por escrito sumas convenientes para el sostenimiento de tales dignidades, el Consejo, que conocía sus deseos particulares a este respecto, había creído conveniente otorgar a Seymour 'quinientas libras de tierra', al hijo de Hertford 'ochocientos libras de tierra', con más de 'trescientas libras de tierras del primer obispado que quedara vacante', si a ello accedía Su Majestad reinante. ...

En la línea 825
del libro El príncipe y el mendigo
del afamado autor Mark Twain
... Pero el chusco calderero hizo la mofa mejor de la noche y se llevó los debidos honores. Arrodillado, fingió besar los pies del rey; rechazado con indignación, empezó a pedir a todos un andrajo para pegárselo en la cara, en donde fue tocado por los pies, diciendo que debía preservarlo del contacto del aire vulgar y que haría su fortuna saliendo al camino real y exponiéndolo a la vista mediante cien chelines por mostrarlo; se puso tan dicharachero, que fue la envidia y la admiración de toda aquella sarnosa ralea. ...


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Más información sobre la palabra Honores en internet

Honores en la RAE.
Honores en Word Reference.
Honores en la wikipedia.
Sinonimos de Honores.

Errores Ortográficos típicos con la palabra Honores

Cómo se escribe honores o honorres?
Cómo se escribe honores o honorez?
Cómo se escribe honores o onores?

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