La palabra Acciones ha sido usada en la literatura castellana en las siguientes obras.
La Bodega de Vicente Blasco Ibañez
Los tres mosqueteros de Alejandro Dumas
Memoria De Las Islas Filipinas. de Don Luis Prudencio Alvarez y Tejero
La Biblia en España de Tomás Borrow y Manuel Azaña
El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes Saavedra
Viaje de un naturalista alrededor del mundo de Charles Darwin
La Regenta de Leopoldo Alas «Clarín»
A los pies de Vénus de Vicente Blasco Ibáñez
El paraíso de las mujeres de Vicente Blasco Ibáñez
Fortunata y Jacinta de Benito Pérez Galdós
Crimen y castigo de Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
Por tanto puede ser considerada correcta en Español.
Puedes ver el contexto de su uso en libros en los que aparece acciones.
Estadisticas de la palabra acciones
La palabra acciones es una de las palabras más comunes del idioma Español, estando en la posición 694 según la RAE.
Acciones es una palabra muy común y se encuentra en el Top 500 con una frecuencia media de 125.49 veces en cada obra en castellano
El puesto de esta palabra se basa en la frecuencia de aparición de la acciones en 150 obras del castellano contandose 19075 apariciones en total.

la Ortografía es divertida
Algunas Frases de libros en las que aparece acciones
La palabra acciones puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 1303
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... --Es mucha la jambre, señorito--decía con la convicción de la gente rústica, que aprecia el estómago como el impulsor de todas las acciones. ...
En la línea 1546
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Y con el pensamiento evocaba a Salvatierra, recordando sus anatemas a la maléfica divinidad que regulaba todas las acciones y los afectos de un pueblo esclavizado por ella. ...
En la línea 4817
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... En efecto, considerado incluso al lado del señor de Tréville, el ele gante cortesano Athos, en sus días de buen humor podía sostener con ventaja la comparación; era de talla mediana, pero esa talla estaba tan admirablemente cuajada y tan bien proporcionada que más de una vez, en sus luchas con Porthos, había hecho doblar la rodilla al gigante cu ya fuerza física se había vuelto proverbial entre los mosqueteros; su cabeza, de ojos penetrantes, de nariz recta, de mentón dibujado como el de Bruto, tenía un carácter indefinible de grandeza y de gracia; sus manos, de las que no tenía cuidado alguno, causaban la desespera ción de Aramis, que cultivaba las suyas con gran cantidad de pastas de almendras y de aceite perfumado; el sonido de su voz era pe-netrante y melodioso a la vez, y además, lo que había de indefinible en Athos, que se hacía siempre oscuro y pequeño, era esa ciencia de licada del mundo y de los usos de la más brillante sociedad, esos hábi tos de buena casa que apuntaba como sin querer en sus menores acciones. ...
En la línea 6401
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... »Del zafiro ni una palabra: ¿quería el gascón guardar un arma con tra Milady? O bien, seamos francos, ¿no conservaba aquel zafiro como último recurso para el equipo?Nos equivocaríamos por lo demás si juzgáramos las acciones de una época desde el punto de vista de otra época. ...
En la línea 7709
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... -¿Sabéis lo que he hecho?-Puedo contar día por día vuestras acciones, desde vuestra entra da al servicio del cardenal hasta esta noche. ...
En la línea 451
del libro Memoria De Las Islas Filipinas.
del afamado autor Don Luis Prudencio Alvarez y Tejero
... que á estos empleados se les obligue desde luego á renunciar semejantes acciones en la Nao y las demas comisiones de comercio, y aun los destinos que obtengan y no sean compatibles con el exacto desempeño de las obligaciones de sus empleos de real hacienda, conforme á lo dispuesto en las leyes y Reales órdenes de la materia, y que de lo contrario sean separados inmediatamente, dando V. ...
En la línea 996
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Aquellos individuos, con aspecto de bandidos, por sus acciones mejoraban su facha. ...
En la línea 1075
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Después de cumplimentarle irónicamente por su cortesía y urbanidad, pregunté al oficial si entre las acciones egoístas de la nación y del gobierno ingleses, se contaba la de haber derrochado centenares de millones de libras esterlinas y vertido un océano de preciosa sangre para sostener la campaña de la península contra Napoleón. ...
En la línea 1860
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Además, es muy buen _jinete_; después de mí, no hay quien le iguale; sólo él sabe montar con las acciones de los estribos muy cortas. ...
En la línea 5110
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Juzgando por sus acciones y por lo que se decía de él, puedo asegurar que era una criatura estúpida, testarudo, y además grosero, un _mélange_ de _borrico_, mula y lobo. ...
En la línea 910
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Fuera de que Cide Mahamate Benengeli fue historiador muy curioso y muy puntual en todas las cosas; y échase bien de ver, pues las que quedan referidas, con ser tan mínimas y tan rateras, no las quiso pasar en silencio; de donde podrán tomar ejemplo los historiadores graves, que nos cuentan las acciones tan corta y sucintamente que apenas nos llegan a los labios, dejándose en el tintero, ya por descuido, por malicia o ignorancia, lo más sustancial de la obra. ...
En la línea 2843
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Si no, véase si se alcanza con las fuerzas corporales a saber y conjeturar el intento del enemigo, los disignios, las estratagemas, las dificultades, el prevenir los daños que se temen; que todas estas cosas son acciones del entendimiento, en quien no tiene parte alguna el cuerpo. ...
En la línea 3548
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Puede mostrar las astucias de Ulixes, la piedad de Eneas, la valentía de Aquiles, las desgracias de Héctor, las traiciones de Sinón, la amistad de Eurialio, la liberalidad de Alejandro, el valor de César, la clemencia y verdad de Trajano, la fidelidad de Zopiro, la prudencia de Catón; y, finalmente, todas aquellas acciones que pueden hacer perfecto a un varón ilustre, ahora poniéndolas en uno solo, ahora dividiéndolas en muchos. ...
En la línea 3562
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Porque, ¿qué mayor disparate puede ser en el sujeto que tratamos que salir un niño en mantillas en la primera cena del primer acto, y en la segunda salir ya hecho hombre barbado? Y ¿qué mayor que pintarnos un viejo valiente y un mozo cobarde, un lacayo rectórico, un paje consejero, un rey ganapán y una princesa fregona? ¿Qué diré, pues, de la observancia que guardan en los tiempos en que pueden o podían suceder las acciones que representan, sino que he visto comedia que la primera jornada comenzó en Europa, la segunda en Asia, la tercera se acabó en Africa, y ansí fuera de cuatro jornadas, la cuarta acababa en América, y así se hubiera hecho en todas las cuatro partes del mundo? Y si es que la imitación es lo principal que ha de tener la comedia, ¿cómo es posible que satisfaga a ningún mediano entendimiento que, fingiendo una acción que pasa en tiempo del rey Pepino y Carlomagno, el mismo que en ella hace la persona principal le atribuyan que fue el emperador Heraclio, que entró con la Cruz en Jerusalén, y el que ganó la Casa Santa, como Godofre de Bullón, habiendo infinitos años de lo uno a lo otro; y fundándose la comedia sobre cosa fingida, atribuirle verdades de historia, y mezclarle pedazos de otras sucedidas a diferentes personas y tiempos, y esto, no con trazas verisímiles, sino con patentes errores de todo punto inexcusables? Y es lo malo que hay ignorantes que digan que esto es lo perfecto, y que lo demás es buscar gullurías. ...
En la línea 2405
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... ... zo el misionero largos discursos para convencer a los indígenas de la inutilidad de la guerra y la simpleza de las causas que a ella los impulsaban, y tanto y tan bien habló que el jefe adoptó la inquebrantable resolución de renunciar a la guerra; pero se acuerda de improviso de que tenía un barril de pólvora en muy mal estado y que no podría conservarse ya mucho tiempo: este fue argumento irresistible que demostró la necesidad de una guerra inmediata; porque habría sido una lástima perder tan buena pólvora, y quedó decidida la lucha. han contado los misioneros que el amor a la guerra ha sido el único y exclusivo móvil de todas las acciones de Shongi, el jefe que estuvo en Inglaterra. tribu de que era jefe había sido antes muy oprimida por la que habita las, orillas del río Thames; y los hombres juraron solemnemente que tan pronto como sus hijos tuviesen edad y fuerza suficientes para luchar, no perdonarían nunca lo que se les había hecho sufrir. principal objeto del viaje de Shongi a Inglaterra había sido encontrar los medios de cumplir ese voto. se cuidaban de los regalos que se les hacían sino en tanto que pudiesen convertirse en armas; no les interesó más que la fabricación de éstas ...
En la línea 1456
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Creyó en una gran injusticia que era la ley del mundo, porque Dios quería, tuvo miedo de lo que los hombres opinaban de todas las acciones, y contradiciendo poderosos instintos de su naturaleza, vivió en perpetua escuela de disimulo, contuvo los impulsos de espontánea alegría; y ella, antes altiva, capaz de oponerse al mundo entero, se declaró vencida, siguió la conducta moral que se le impuso, sin discutirla, ciegamente, sin fe en ella, pero sin hacer traición nunca. ...
En la línea 1732
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Las señoritas de Ozores están llevando a cabo una obra de caridad que, si quisiéramos analizarla detenidamente, nos daría por resultado una larga serie de buenas acciones. ...
En la línea 4662
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Doña Paula esconde su gato, ¡un gatazo! ¿Y las casas que compra el Magistral por esos pueblos? ¿Y las fincas que ha adquirido doña Paula en Matalerejo, en Toraces, en Cañedo, en Somieda? ¿Y las acciones del Banco? —¡Calumnia, pura calumnia! usted no ha visto las escrituras; usted no ha visto las pólizas; usted no ha visto nada. ...
En la línea 9165
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Si a usted le repugnan a veces ciertas palabras, ciertas acciones de estas buenas señoras, no se deje llevar por la imaginación, no las condene ligeramente; perdone las flaquezas ajenas y piense bien, y no se cuide de apariencias. ...
En la línea 605
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... De actividad infatigable, múltiple y contradictoria en sus acciones, como la mayor parte de los personajes del Renacimiento, dedicaba una mitad de su existencia a los placeres y otra a los negocios de Estado y a la devoción, pues los excesos del libertinaje iban unidos en él a la te de un sincero creyente. ...
En la línea 1327
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Desde España, el primer político de la época, que lo veía todo por oculto que estuviese—y lo que no sabía lo adivinaba—, había acabado por presentir la maquinación papal y francesa. Fernando el Católico se indigno al ver que un español convertido en Pontífice intentaba moverse solo, siguiendo una política independiente que podía resultar contraria a la suya. Como era hombre de acciones múltiples y contradictorias, valiéndose a la vez de minas y contraminas, hasta el punto de enmarañar las cosas de tal modo que, finalmente, sólo él conocía el hilo conductor, buscó ponerse de acuerdo en secreto con el rey de Francia para repartirse entre ambos los territorios de Nápoles, si es que la tal partición resultaba inevitable, y envió al mismo tiempo una embajada amenazadora al Papa, pretendiendo asustarlo. ...
En la línea 1375
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Eran los más de sus hombres temibles revoltosos, inclinados a las acciones heroicas y a los actos reprensibles, que sólo podía gobernar un capitán como César, semejante a ellos, cruel y generoso, dispuesto a sostener la disciplina matando y tolerante al mismo tiempo para los atentados particulares que cometiesen sus gentes, sobre todo en lo referente a mujeres. Estos soldados llegaban de España atraídos por las hazañas del Valentino, como ellos llamaban a César, o se habían trasladado desde el vecino Nápoles, desertando las banderas de Gonzalo de Córdoba, por parecerles más fructíferas y gloriosas las campañas del hijo del Papa. Muchos iban a embarcarse años después para combatir contra guerreros cobrizos, explorar tierras de misterio y echar los cimientos de famosas ciudades al otro lado de la mar océana, en un mundo recién descubierto. Otros se quedaban para siempre en Europa, haciendo la guerra en diversos países, como si todo el viejo mundo, sin distinción de idiomas ni fronteras fuese para ellos interminable campo de batalla. ...
En la línea 1446
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... De vida aventurera, ansioso de abrirse paso en medio de la general indiferencia, sin sentir los trastornos que causa la atracción de la mujer, con una tranquila asexualidad que le permitía ser dueño de sus acciones, y acusándole algunos injustamente de afición al vicio griego, Leonardo de Vinci sentíase deslumbrado por este capitán glorioso que acababa de surgir cómo un astro de rápida trayectoria. ...
En la línea 638
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Nosotros queremos que el mundo vuelva a su antigua existencia. La vida es monótona sin aventuras, sin héroes, y no vale la pena de ser vivida si le falta el condimento del peligro. La amenaza de una muerte inmediata da mayor sabor a los deleites presentes. Queremos la guerra, con sus acciones esforzadas y sus abnegaciones sublimes entre compañeros de armas; queremos la resurrección de las virtudes grandiosas y crueles que forman el heroísmo. ...
En la línea 426
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Todos los primeros de mes recibía Barbarita de su esposo mil duretes. D. Baldomero disfrutaba una renta de veinticinco mil pesos, parte de alquileres de sus casas, parte de acciones del Banco de España y lo demás de la participación que conservaba en su antiguo almacén. Daba además a su hijo dos mil duros cada semestre para sus gastos particulares, y en diferentes ocasiones le ofreció un pequeño capital para que emprendiera negocios por sí; pero al chico le iba bien con su dorada indolencia y no quería quebraderos de cabeza. El resto de su renta lo capitalizaba D. Baldomero, bien adquiriendo más acciones cada año, bien amasando para hacerse con una casa más. De aquellos mil duros que la señora cogía cada mes, daba al Delfín dos o tres mil reales, que con esto y lo que del papá recibía estaba como en la gloria; y los diez y siete mil reales restantes eran para el gasto diario de la casa y para los de ambas damas, que allá se las arreglaban muy bien en la distribución, sin que jamás hubiese entre ellas el más ligero pique por un duro de más o de menos. Del gobierno doméstico cuidaban las dos, pero más particularmente la suegra, que mostraba ciertas tendencias al despotismo ilustrado. La nuera tenía el delicado talento de respetar esto, y cuando veía que alguna disposición suya era derogada por la autócrata, mostrábase conforme. Barbarita era administradora general de puertas adentro, y su marido mismo, después que religiosamente le entregaba el dinero, no tenía que pensar en nada de la casa, como no fuese en los viajes de verano. La señora lo pagaba todo, desde el alquiler del coche a la peseta de El Imparcial, sin que necesitara llevar cuentas para tan complicada distribución, ni apuntar cifra alguna. Era tan admirable su tino aritmético, que ni una sola vez pasó más allá de la indecisa raya que tan fácilmente traspasan los ricos; llegaba el fin de mes y siempre había un superávit con el cual ayudaba a ciertas empresas caritativas de que se hablará más adelante. Jacinta gastaba siempre mucho menos de lo que su suegra le daba para menudencias; no era aficionada a estrenar a menudo, ni a enriquecer a las modistas. Los hábitos de economía adquiridos en su niñez estaban tan arraigados que, aunque nunca le faltó dinero, traía a casa una costurera para hacer trabajillos de ropa y arreglos de trajes que otras señoras menos ricas suelen encargar fuera. Y por dicha suya, no tenía que calentarse la cabeza para discurrir el empleo de sus sobrantes, pues allí estaba su hermana Candelaria, que era pobre y se iba cargando de familia. Sus hermanitas solteras también recibían de ella frecuentes dádivas; ya los sombreritos de moda, ya el fichú o la manteleta, y hasta vestidos completos acabados de venir de París. ...
En la línea 611
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Don Baldomero entró a ver a su hijo antes de pasar al comedor. «¿Qué es eso, chico? Lo que yo digo: no te abrigas. ¡Qué cosas tenéis tú y Villalonga! ¡Pararse a hablar a las diez de la noche en la esquina del Ministerio de la Gobernación, que es otra punta del diamante! Te vi. Venía yo con Cantero de la Junta del Banco. Por cierto que estamos desorientados. No se sabe a dónde irá a parar esta anarquía. ¡Las acciones a 138!… Pase usted, Aparisi… Es Aparisi que viene a almorzar con nosotros». ...
En la línea 613
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... —¿Qué periódicos has leído?—preguntó el papá calándose los quevedos, que sólo usaba para leer—. Toma La Época y dame El Imparcial… Bueno, bueno va esto. ¡Pobre España! Las acciones a 138… el consolidado a 13. ...
En la línea 1441
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... —Sí, y era la verdad, la pura verdad. Pero más adelante hay otro episodio, del cual no te he hablado nunca, porque no había para qué. Cuando ocurrió, hacía ya un año que estábamos casados; vivíamos en la mejor armonía… Hay ciertas cosas que no se deben decir a una esposa. Por discreta y prudente que sea una mujer, y tú lo eres mucho, siempre alborota algo en tales casos; no se hace cargo de las circunstancias, ni se fija en los móviles de las acciones. Entonces callé, y creo firmemente que hice bien en callar. Lo que pasó no es desfavorable para mí. Podía habértelo dicho; pero ¿y si lo interpretabas mal? Ahora ha llegado la ocasión de contártelo, y veremos qué juicio formas. Lo que sí puedo asegurarte es que ya no hay más. Esto que te voy a decir es el último párrafo de una historia que te he referido por entregas. Y se acabó. Asunto agotado… Pero es tarde, hija mía, nos acostaremos, dormiremos y mañana… ...
En la línea 1915
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... Con estas palabras, dichas en un tono significativo, dio por terminada su visita. Acto seguido se levantó, se despidió con una mezcla de circunspección y cordialidad y se retiró acompañado de un raudal de bendiciones, acciones de gracias y efusivas manifestaciones de gratitud. Avdotia Romanovna incluso le tendió su delicada mano, sin que él hubiera hecho nada por provocar este gesto, y el doctor salió, encantado de la visita y más encantado aún de sí mismo. ...
En la línea 3549
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... Catalina Ivanovna había tenido especial interés en invitar a aquellas dos damas «a las que ni siquiera merecía atar los cordones de los zapatos», sobre todo porque le habían vuelto la cabeza desdeñosamente cada vez que se habían encontrado con ella. Catalina Ivanovna se decía que su invitación era un modo de demostrarles que era superior a ellas en sentimientos y que sabía perdonar las malas acciones. Por otra parte, las invitadas tendrían ocasión de convencerse de que ella no había nacido para vivir como vivía. Catalina Ivanovna tenía la intención de explicarles todo esto en la mesa, hablándoles también de las funciones de gobernador desempeñadas en otros tiempos por su padre. Y entonces, de paso, les diría que no había motivo para que le volviesen la cabeza cuando se cruzaban con ella y que tal proceder era sencillamente ridículo. ...
En la línea 4434
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑Eso sería demasiado largo de explicar, Avdotia Romanovna. Se trata… , ¿cómo se lo haré comprender… ?, de una teoría, algo así como si dijéramos: el crimen se permite cuando persigue un fin loable. ¡Un solo crimen y cien buenas acciones! Por otra parte, para un joven colmado de cualidades y de orgullo es penoso reconocer que le gustaría apoderarse de una suma de tres mil rublos, por saber que esta cantidad sería suficiente para cambiar su porvenir. Añada usted a esto la irritación morbosa que produce una mala alimentación continua, un cuarto demasiado estrecho, una ropa hecha jirones, la miseria de la propia situación social y, al mismo tiempo, la de una madre y una hermana. Y por encima de todo la ambición, el orgullo… Y todo ello a pesar de no carecer seguramente de excelentes cualidades… No vaya usted a creer que le acuso. Además, esto no es de mi incumbencia. También expuso una teoría personal según la cual la humanidad se divide en individuos que forman el rebaño y en personas extraordinarias, es decir, seres que, gracias a su superioridad, no están obligados a acatar la ley. Por el contrario, éstos son los que hacen las leyes para los demás, para el rebaño, para el polvo. En fin, c'est une théorie comme une autre. Napoleón lo tenía fascinado o, para decirlo con más exactitud, lo que le seducía era la idea de que los hombres de genio no temen cometer un crimen inicial, sino que se lanzan a ello resueltamente y sin pensarlo. Yo creo que su hermano se imaginó que también era genial o, por lo menos, que esta idea se apoderó de él en un momento dado. Ha sufrido mucho y sufre aún ante la idea de que es capaz de inventar una teoría, pero no de aplicarla, y que, por lo tanto, no es un hombre genial. Esta idea es sumamente humillante para un joven orgulloso y, especialmente, de nuestro tiempo. ...
En la línea 4446
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑Ha sido un golpe demasiado violento ‑murmuró Svidrigailof, apenado‑. Tranquilícese, Avdotia Romanovna. Su hermano tiene amigos. Le salvaremos. ¿Quiere usted que lo mande al extranjero? No tardaré más de tres días en conseguirle un billete. En cuanto a su crimen, él lo borrará a fuerza de buenas acciones. Cálmese. Todavía puede llegar a ser un gran hombre. ¿Se siente usted mejor? ...

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Acciones en Word Reference.
Acciones en la wikipedia.
Sinonimos de Acciones.
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