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La palabra abriendo
Cómo se escribe

la palabra abriendo

La palabra Abriendo ha sido usada en la literatura castellana en las siguientes obras.
La Barraca de Vicente Blasco Ibañez
La Bodega de Vicente Blasco Ibañez
Los tres mosqueteros de Alejandro Dumas
La Biblia en España de Tomás Borrow y Manuel Azaña
El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes Saavedra
Viaje de un naturalista alrededor del mundo de Charles Darwin
La Regenta de Leopoldo Alas «Clarín»
Fortunata y Jacinta de Benito Pérez Galdós
Grandes Esperanzas de Charles Dickens
Crimen y castigo de Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
Un viaje de novios de Emilia Pardo Bazán
Por tanto puede ser considerada correcta en Español.
Puedes ver el contexto de su uso en libros en los que aparece abriendo.

Estadisticas de la palabra abriendo

Abriendo es una de las 25000 palabras más comunes del castellano según la RAE, en el puesto 7025 según la RAE.

Abriendo aparece de media 12.16 veces en cada libro en castellano.

Esta es una clasificación de la RAE que se basa en la frecuencia de aparición de la abriendo en las obras de referencia de la RAE contandose 1848 apariciones .

Errores Ortográficos típicos con la palabra Abriendo

Cómo se escribe abriendo o habriendo?
Cómo se escribe abriendo o abrriendo?
Cómo se escribe abriendo o avriendo?


la Ortografía es divertida

Algunas Frases de libros en las que aparece abriendo

La palabra abriendo puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 1060
del libro La Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Su novio no sabía presentarse con las manos vacías, y exploraba todos los cañares y árboles de la huerta para regalar a la hilandera ruedas de pajas y ramitas, en cuyo fondo unos cuantos polluelos, con la rosada piel cubierta de finísimo pélo y el trasero desnudo, piaban desesperadamente, abriendo un pico descomunal jamás ahíto de migas. ...

En la línea 1898
del libro La Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Todo esto sin contar que Teresa, más de una vez, se encerraba en su estudi, y, abriendo un cajón de la cómoda, desliaba pañuelos sobre pañuelos para extasiarse ante un montoncillo de monedas de plata, el primer dinero que su marido había hecho sudar a las tierras. ...

En la línea 625
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... El cristianismo era una mentira más, desfigurada y explotada por los de arriba para justificar y santificar sus usurpaciones. ¡Justicia, y no Caridad! ¡Bienestar en la tierra para los infelices y que los ricos se reservasen, si la deseaban, la posesión del cielo, abriendo la mano para soltar sus rapiñas terrenales! Los miserables no podían esperar nada de lo alto. Sobre sus cabezas sólo existía un infinito insensible a la desesperación humana: otros mundos que ignoraban la vida de millones de míseros gusanos sobre esta esfera deshonrada por el egoísmo y la violencia. Los hambrientos, los que tenían sed de justicia, sólo debían confiar en ellos mismos. ¡Arriba, aunque fuese para morir! Otros vendrían detrás, que esparcirían la simiente germinadora en los surcos fecundados por su sangre. ¡De pie y en marcha la horda de la miseria, sin más Dios que la rebelión, iluminando su camino la estrella roja, el eterno diablo de las religiones, guía insustituible de todos los grandes movimientos de la humanidad!... ...

En la línea 626
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... El grupo de braceros escuchaba en silencio al revolucionario. Muchos seguían sus palabras abriendo desmesuradamente los ojos, como si quisieran absorberlas con la vista. ...

En la línea 956
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... La gente estaba lo mismo, como si el líquido se hubiera derramado en el suelo: solamente el tocador rasgueaba con más fuerza y los demás batían palmas con una agitación loca, gritando a un tiempo para jalear al viejo bailarín. El respetable padre de las _Moñotieso_, abriendo la boca desdentada y negra con femeniles gritos, movía sus caderas descarnadas, hundiendo el vientre para hacer surgir con mayor relieve la parte opuesta. Sus mismas hijas celebraban con grandes risotadas estos alardes de una vejez envilecida. ...

En la línea 1438
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Y abriendo con gran estrépito de muelles una navaja de cachas viejas, besaba ferozmente la tersa hoja, con dibujos coloreados por el óxido rojizo. ...

En la línea 353
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... -El señor de Tréville espera al señor D'Artagnan -interrumpió el lacayo abriendo la puerta del gabinete. ...

En la línea 2683
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... Y abriendo la puerta de comunicación, Luis XIII se adentró por el corredor que conducía de sus habitaciones a las de Ana de Austria. ...

En la línea 3070
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... -Entonces - prosiguió la señora Bonacieux abriendo un armario y sacando de ese armario la bolsa que media hora antes acariciaba tan amorosamente su marido-tomad esta bolsa. ...

En la línea 3275
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... Aramis llamó a Bazin, y tras haberle ordenado ir a reunirse con él a casa de Athos, tomando su capa, su espada y sus tres pistolas, y abriendo inútilmente tres o cuatro cajones para ver si encontraba en ellos alguna pistola extraviada, dijo:-Partamos, pues. ...

En la línea 5445
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... YO.—¿Benedicto Mol? —_Yaw, mein lieber Herr_—dijo Benedicto, abriendo del todo la puerta, que estaba entornada—. ...

En la línea 5511
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... —¿Sabe usted lo que dice?—preguntó Ofalia, arqueando las cejas y abriendo la boca. ...

En la línea 344
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Y abriendo uno, vio que era La Diana, de Jorge de Montemayor, y dijo, creyendo que todos los demás eran del mesmo género: -Éstos no merecen ser quemados, como los demás, porque no hacen ni harán el daño que los de caballerías han hecho; que son libros de entendimiento, sin perjuicio de tercero. ...

En la línea 350
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... -Este libro es -dijo el barbero, abriendo otro- Los diez libros de Fortuna de Amor, compuestos por Antonio de Lofraso, poeta sardo. ...

En la línea 1574
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Leí la carta y enmudecí leyéndola, y más cuando oí que mi padre me decía: ''De aquí a dos días te partirás, Cardenio, a hacer la voluntad del duque; y da gracias a Dios que te va abriendo camino por donde alcances lo que yo sé que mereces''. ...

En la línea 2174
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... -¡Eso juro yo -dijo Sancho- para el puto que no se casare en abriendo el gaznatico al señor Pandahilado! Pues, ¡monta que es mala la reina! ¡Así se me vuelvan las pulgas de la cama! Y, diciendo esto, dio dos zapatetas en el aire, con muestras de grandísimo contento, y luego fue a tomar las riendas de la mula de Dorotea, y, haciéndola detener, se hincó de rodillas ante ella, suplicándole le diese las manos para besárselas, en señal que la recibía por su reina y señora. ...

En la línea 1928
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... Paso la noche en casa del propietario de una de las minas de nitrato. tan estéril el suelo en este punto como pueda serlo junto a la costa; pero hay medio de proporcionarse agua, aunque de gusto amargo y salitroso, abriendo pozos: el de la casa en que me hallo tiene 36 metros de profundidad ...

En la línea 6221
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Reía con franca jovialidad, abriendo bastante la boca y enseñando una dentadura perfecta. ...

En la línea 6917
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Y abriendo las piernas y agachándose como dispuesto a correr detrás de los compañeros a latigazos, dio una vuelta al pañuelo alrededor de la mano y añadió: —¡Da señas que se entiendan o te rompo el alma! Y tiraba por el látigo como queriendo arrancarlo del poder de la madre. ...

En la línea 10590
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Pero abriendo aquella ventana que tenía vistas al cielo, ya no había que temer. ...

En la línea 14371
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... En el momento de entrar él, don Víctor (con una montera picona en la cabeza) cantaba un dúo con Ripamilán, rejuvenecido, junto al piano, que tocaba como sabía don Álvaro, con un puro en la boca, zarandeando el cuerpo y cerrando y abriendo los ojos brillantes que el humo del cigarro cegaba. ...

En la línea 1072
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Avanzaron en busca de la guarida de Izquierdo, siempre rodeadas de vecinas. Adoración iba detrás, cogida a la falda de Jacinta, como los pajes que llevan la cola de los reyes, y delante abriendo calle, como un batidor, la zancuda, que aquel día parecía tener las canillas más desarrolladas y las greñas más sueltas. Jacinta le había llevado unas botas, y estaba la chica muy incomodada porque su madre no se las dejaba poner hasta el domingo. ...

En la línea 1429
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Jacinta les hubiera echado, abriendo todas las ventanas y sacudiéndoles con una servilleta, como se hace con las moscas. Cuando su marido y ella se quedaron solos, parecíale la casa un paraíso; pero sus ansiedades eran tan grandes que no podía saborear el dulce aislamiento. ¡Solos en la alcoba! Al fin… ...

En la línea 2357
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... —Echa, echa más veneno—murmuraba Sor Marcela con tranquilidad, abriendo la puerta de la prisión—. Así te pasará más pronto el arrechucho. Vaya, adentro, y mañana como un guante. A la noche te traeré de comer. Paciencia, hija… ...

En la línea 2366
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... La monja pasaba… trun, trun… hiriendo los guijarros con aquel pie duro que debía ser como la pata de una silla; y no concedía a la prisionera ni respuesta ni mirada. Al anochecer, bajó con la cena para la presa, y abriendo la puerta penetró en el lóbrego aposento. Por el pronto no vio a Mauricia, que estaba acurrucada sobre unas tablas, las rodillas junto al pecho, las manos cruzadas sobre las rodillas, y en las manos apoyada la barba. ...

En la línea 350
del libro Grandes Esperanzas
del afamado autor Charles Dickens
... — ¡Magnífico, Pip! - exclamó abriendo cuanto pudo sus azules ojos -. ¡Cuánto sabes! ¿Lo has hecho tú? ...

En la línea 1430
del libro Grandes Esperanzas
del afamado autor Charles Dickens
... Biddy se había levantado tan temprano para prepararme el desayuno, que, a pesar de que dormí junto a la ventana por espacio de una hora, percibí el humo del fuego de la cocina y me puse en pie con la idea terrible de que había pasado ya la mañana y de que la tarde estaba avanzada. Pero mucho después de eso y de oír el ruido que abajo hacían las tazas del té, y aun después de estar vestido por completo, no me resolví a bajar, sino que me quedé en mi cuarto abriendo y cerrando mi maleta una y otra vez hasta que Biddy me gritó que ya era tarde. ...

En la línea 1597
del libro Grandes Esperanzas
del afamado autor Charles Dickens
... Es cosa de poca importancia, pero vale la pena de hacer como los demás. También la cuchara se usa cogiéndola no con la mano encima de ella, sino debajo. Esto tiene dos ventajas. Así se llega mejor a la boca, objeto principal de este movimiento, y se evita la actitud desagradable del codo derecho, semejante a cuando se están abriendo ostras. ...

En la línea 1741
del libro Grandes Esperanzas
del afamado autor Charles Dickens
... - ¡ Wemmick! - exclamó el señor Jaggers abriendo la puerta de su despacho -. Admita un recibo del señor Pip y entréguele veinte libras. ...

En la línea 2263
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑Sí, ¿y qué? ‑preguntó Rasumikhine, abriendo exageradamente los ojos. ...

En la línea 3386
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... Ya se disponía a abrir la puerta, cuando ésta se abrió sin que él la tocase. Se estremeció y retrocedió rápidamente. La puerta se fue abriendo poco a poco, sin ruido, y de súbito apareció la figura del personaje del día anterior, del hombre que parecía haber surgido de la tierra. ...

En la línea 4622
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑¡Eh, eh! ‑exclamó el soldado, abriendo aún más los ojos y mirándole con una expresión de terror‑. Ya le he dicho que éste no es sitio para bromas. ...

En la línea 409
del libro Un viaje de novios
del afamado autor Emilia Pardo Bazán
... En el tercer piso se detuvo, no sin algún sobrealiento, y abriendo las puertas de dos gabinetes contiguos, pero independientes, encendió con pajuelas las bujías colocadas, sobre la chimenea, y fuese. Artegui y Lucía permanecieron unos segundos callados, de pie, en la puerta de las habitaciones. Al fin pronunció él: ...

En la línea 414
del libro Un viaje de novios
del afamado autor Emilia Pardo Bazán
... Sería pasada una hora, o quizás hora y media, cuando oyó Lucía herir con los nudillos a la puerta de su cuarto, y abriendo, se halló cara a cara con su compañero y protector, que en los blancos puños y en no sé qué leves modificaciones del traje, daba testimonio de haber ejercido ese detenido aseo, que es uno de los sacramentos de nuestro siglo. Entró, y sin sentarse, tendió a Lucía un portamonedas, amorcillado de puro relleno. ...

En la línea 713
del libro Un viaje de novios
del afamado autor Emilia Pardo Bazán
... -¿Pero está de cuidado, de cuidado? -interrogó el mozo abriendo cuanto podía sus ojos chicos. ...

En la línea 1144
del libro Un viaje de novios
del afamado autor Emilia Pardo Bazán
... Como cierva herida a traición por una saeta, brincó Lucía al sonido de aquellas palabras, y abriendo los ojos y pasándose la mano por la frente, quedose de pie ante Artegui, mirando a todos lados, encendidas por súbito rubor las mejillas y clara ya la mirada y el entendimiento. ...


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Más información sobre la palabra Abriendo en internet

Abriendo en la RAE.
Abriendo en Word Reference.
Abriendo en la wikipedia.
Sinonimos de Abriendo.

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