Cual es errónea Usted o Uzted?
La palabra correcta es Usted. Sin Embargo Uzted se trata de un error ortográfico.
El Error ortográfico detectado en el termino uzted es que hay un Intercambio de las letras s;z con respecto la palabra correcta la palabra usted
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Usted en la wikipedia.
Sinonimos de Usted.

la Ortografía es divertida
Te vas a reir con las pifia que hemos hemos encontrado cambiando las letras s;z
Reglas relacionadas con los errores de s;z
Las Reglas Ortográficas de la S
Se escribe s al final de las palabras llanas.
Ejemplos: telas, andamos, penas
Excepciones: alférez, cáliz, lápiz
Se escriben con s los vocablos compuestos y derivados de otros que también se escriben con esta letra.
Ejemplos: pesar / pesado, sensible / insensibilidad
Se escribe con s las terminaciones -esa, -isa que signifiquen dignidades u oficios de mujeres.
Ejemplos: princesa, poetisa
Se escriben con s los adjetivos que terminan en -aso, -eso, -oso, -uso.
Ejemplos: escaso, travieso, perezoso, difuso
Se escribe con s las terminaciones -ísimo, -ísima.
Ejemplos: altísimo, grandísima
Se escribe con s la terminación -sión cuando corresponde a una palabra que lleva esa letra, o cuando otra palabra derivada lleva -sor, -sivo, -sible,-eso.
Ejemplos: compresor, compresión, expreso, expresivo, expresión.
Se escribe s en la terminación de algunos adjetivos gentilicios singulares.
Ejemplos: inglés, portugués, francés, danés, irlandés.
Se escriben s con las sílabas iniciales des-, dis-.
Ejemplos: desinterés, discriminación.
Se escribe s en las terminaciones -esto, -esta.
Ejemplos: detesto, orquesta.
Las Reglas Ortográficas de la Z
Se escribe z y no c delante de a, o y u.
Se escriben con z las terminaciones -azo, -aza.
Ejemplos: pedazo, terraza
Se escriben con z los sustantivos derivados que terminan en las voces: -anza, -eza, -ez.
Ejemplos: esperanza, grandeza, honradez
La X y la S

El Español es una gran familia
Algunas Frases de libros en las que aparece usted
La palabra usted puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 1233
del libro La Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... -A ver, señor de Llopis, levántese usted. ...
En la línea 1235
del libro La Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... -Hace un rato que le veo a usted hurgándose las narices y haciendo pelotillas. ...
En la línea 1236
del libro La Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Vicio feo, señor de Llopis; crea usted a su maestro. ...
En la línea 1237
del libro La Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Por esta vez pase, porque es usted aplicado y sabe la tabla de multiplicar; pero la sabiduría es poca cosa cuando no va acompañada por la buena crianza. ...
En la línea 165
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... --¡Vaya usted con Dios, marquesita salerosa!--dijo Fermín cerrándola el paso. ...
En la línea 193
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... --A ver, señor Fermín--decía sacando el viejo a la gran explanada que se extendía frente a las casas de Marchamalo, que casi formaban un pueblo.--Eche usted una voz de mando; pero con arrogancia, como cuando era usted de los rojos y marchaba de partida por la sierra. ...
En la línea 193
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... --A ver, señor Fermín--decía sacando el viejo a la gran explanada que se extendía frente a las casas de Marchamalo, que casi formaban un pueblo.--Eche usted una voz de mando; pero con arrogancia, como cuando era usted de los rojos y marchaba de partida por la sierra. ...
En la línea 262
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... --¡Hola, Salvatierra!... Me han dicho que es usted el maestro de Ferminillo. ¿Cómo va ese discípulo? Ferminillo progresaba rápidamente. Muchas noches no quería quedarse en Jerez, y emprendía una marcha de más de una hora para ir a la viña en busca de las lecciones de don Fernando. Los domingos dedicábalos por entero a su maestro, al que adoraba con una pasión igual a la de su padre. ...
En la línea 30
del libro El cuervo
del afamado autor Leopoldo Alias Clarín
... —Lo que usted quiere es matarme el periódico. ...
En la línea 32
del libro El cuervo
del afamado autor Leopoldo Alias Clarín
... —No, señor; usted tendrá buena intención, pero resulta que sin querer hiere muchas susceptibilidades. ...
En la línea 39
del libro El cuervo
del afamado autor Leopoldo Alias Clarín
... —Pero su periódico de usted es de intereses materiales. ...
En la línea 41
del libro El cuervo
del afamado autor Leopoldo Alias Clarín
... Y mi único interés moral es que viva el periódico, porque si usted me lo mata, ya no puedo defender nada, incluso el estómago. ...
En la línea 69
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Cuando aún se hallaba en curso su nombramiento, uno de secretarios de la Sociedad Bíblica censuraba así el estilo de una carta de Borrow: «Perdóneme usted si, como sacerdote, y mayor que usted en años, aunque no en talento, me atrevo, con la mejor intención, a hacerle una advertencia que podrá no ser inútil.» Acota una frase que ha llamado la atención de algunos de «los excelentes miembros de nuestro Comité»: aquella en que «habla usted de la perspectiva de ser _útil a la Divinidad, al hombre y a usted mismo_. ...
En la línea 69
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Cuando aún se hallaba en curso su nombramiento, uno de secretarios de la Sociedad Bíblica censuraba así el estilo de una carta de Borrow: «Perdóneme usted si, como sacerdote, y mayor que usted en años, aunque no en talento, me atrevo, con la mejor intención, a hacerle una advertencia que podrá no ser inútil.» Acota una frase que ha llamado la atención de algunos de «los excelentes miembros de nuestro Comité»: aquella en que «habla usted de la perspectiva de ser _útil a la Divinidad, al hombre y a usted mismo_. ...
En la línea 69
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Cuando aún se hallaba en curso su nombramiento, uno de secretarios de la Sociedad Bíblica censuraba así el estilo de una carta de Borrow: «Perdóneme usted si, como sacerdote, y mayor que usted en años, aunque no en talento, me atrevo, con la mejor intención, a hacerle una advertencia que podrá no ser inútil.» Acota una frase que ha llamado la atención de algunos de «los excelentes miembros de nuestro Comité»: aquella en que «habla usted de la perspectiva de ser _útil a la Divinidad, al hombre y a usted mismo_. ...
En la línea 70
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Sin duda, quiso usted decir la _perspectiva de glorificar a Dios_; pero el giro de sus palabras nos hizo pensar en ciertos pasajes de la Escritura, tales como Job, XXI, 2, etc.» La respuesta de Borrow debió de ser tal, que el mismo reverendo le escribía: «El espíritu de su última carta es verdaderamente cristiano, en armonía con aquella regla sentada por el mismo Cristo, y de la que Él dió, en cierto sentido, tan prodigioso ejemplo, que dice: El que se humille será ensalzado.» Finalmente, la Sociedad Bíblica aceptó los servicios de Borrow y le envió a Rusia, para donde salió sin dilación, a mediados de año, a colaborar en la transcripción y colación del manuscrito de la Biblia traducida al manchú, y en la impresión del Nuevo Testamento en la misma lengua. ...
En la línea 73
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... «Todo lo que usted quiera, señor», suele contestar. Las primeras veces me apresuraba a dar gracias interiormente a la Providencia, por habernos conducido junto a un hombre tan amable. «¿Podría usted darnos pescado? -¡Oh! no, señor. -¿Y sopa? -No, señor. - ¿Y pan? -¡Oh! no, señor. -¿Y carne seca, tasajo? -¡Oh! no, señor.» Por muy satisfechos teníamos que darnos, si al cabo de dos horas de espera, lográbamos conseguir aves de corral, arroz y farinha. Hasta necesitábamos con frecuencia matar a pedradas a las gallinas que habían de servirnos de cena. Entonces, cuando rendidos de hambre y de cansancio, nos atrevíamos a decir con timidez que nos alegraría mucho el saber si estaba dispuesta la comida, el posadero nos respondía con orgullo (y, por desgracia, eso era lo más cierto de sus respuestas): «La comida estará cuando esté». Si nos hubiéramos atrevido a quejarnos o a insistir, nos hubieran dicho que éramos unos impertinentes y nos hubieran rogado que siguiésemos nuestro camino. ...
En la línea 74
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... Los patrones son muy poco atractivos, a menudo hasta muy groseros; sus casas y personas están casi siempre horriblemente sucias; en sus posadas no se encuentran cuchillos, tenedores ni cucharas; y estoy convencido de que sería difícil hallar en Inglaterra un cottage, por pobre que sea, tan desprovisto de las cosas más necesarias para la vida. En cierto lugar, en Campos-Novos, nos trataron magníficamente: nos dieron de comer arroz y aves de corral, bizcochos, vino y licores, café por la tarde, y en el almuerzo pescado y café. Todo ello, incluso un buen pienso para los caballos, no nos costó más que tres pesetas por cabeza. Sin embargo, cuando uno de nosotros preguntó al ventero si había visto un látigo que se le había extraviado, respondióle groseramente: «¿Cómo quiere usted que yo lo haya visto? ¿Por qué no ha tenido usted cuidado de él? Probablemente se lo habrán comido los perros». ...
En la línea 74
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... Los patrones son muy poco atractivos, a menudo hasta muy groseros; sus casas y personas están casi siempre horriblemente sucias; en sus posadas no se encuentran cuchillos, tenedores ni cucharas; y estoy convencido de que sería difícil hallar en Inglaterra un cottage, por pobre que sea, tan desprovisto de las cosas más necesarias para la vida. En cierto lugar, en Campos-Novos, nos trataron magníficamente: nos dieron de comer arroz y aves de corral, bizcochos, vino y licores, café por la tarde, y en el almuerzo pescado y café. Todo ello, incluso un buen pienso para los caballos, no nos costó más que tres pesetas por cabeza. Sin embargo, cuando uno de nosotros preguntó al ventero si había visto un látigo que se le había extraviado, respondióle groseramente: «¿Cómo quiere usted que yo lo haya visto? ¿Por qué no ha tenido usted cuidado de él? Probablemente se lo habrán comido los perros». ...
En la línea 493
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... Sin embargo, ¡han oído hablar de un país donde el día y la noche duran cada uno seis meses seguidos, país poblado de habitantes altos y flacos! Me hacen muchas preguntas acerca de ganadería y precio de los ganados en Inglaterra. Cuando le digo que nosotros no cogemos con lazo a nuestros animales, exclaman: «¡Cómo! Entonces, ¿no emplean ustedes más que las bolas?» No tenían ni la menor idea de que pudiese cercarse un terreno. El capitán me dice que tiene que hacerme una pregunta, pero importantísima, a la cual me apremia para que responda con toda la verdad. Casi temblé ante la idea de la profundidad científica que iba a tener esa pregunta. Hela aquí: - «Las mujeres de Buenos Aires ¿no son las más hermosas del mundo?» Le contesté como un verdadero renegado: - «Ciertamente que sí». Añadió él: - «Otra pregunta tengo que hacerle a usted: ¿hay en alguna otra parte del mundo mujeres que gasten unas peinetas como las que éstas llevan?» Le afirmé solemnemente que nunca había encontrado otras mayores. ...
En la línea 478
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Eso que usted cree obra del humo es la pátina; precisamente el encanto de los cuadros antiguos. ...
En la línea 554
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... —Encienda usted un fósforo, señor Infanzón —dijo Obdulia. ...
En la línea 657
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... No soy yo de los que olvidan que en boca cerrada no entran moscas; pero con usted no tengo inconveniente en ser explícito y franco, acaso por la primera vez en mi vida. ...
En la línea 658
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Pues bien, oiga usted el secreto. ...
En la línea 348
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... — Creo que usted conoce la frase, tío: «La vejez se consuela dando buenos consejos de no poder ya dar malos ejemplos.» ...
En la línea 497
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... —Usted es de una gran familia histórica—dijo a Claudio—. Pertenece a la nobleza en la que yo hubiese querido figurar de no bastarme la mía, herencia de hombres de espada que pasaron el Océano, o sea de los conquistadores. Procede usted de la aristocracia papal, i Gran familia la de los Borgias. Muchas veces siento la tentación de escribir un libro sobre ellos. Su tío don Baltasar me incitó a que lo hiciese, en su reciente visita; ¡pero son tantas las cosas que debo escribir antes!… Una familia que empieza a figurar en el mundo gracias a Calixto Tercero, el octogenario e incansable cruzado, y termina un siglo después dando un gran salto, el cuarto duque de Gandía, cortesano elegante que se hace jesuíta y acaba por ser San Francisco de Borja. Todos en ella se muestran ardorosos, enérgicos, de vigorosa personalidad. ¡César Borgia y San Francisco de Borja surgiendo de la misma estirpe en el transcurso de pocos decenios!… Unos Borjas fueros héroes; otros, santos; otros terribles pecadores, pero ninguno vulgar ni mediocre. ...
En la línea 499
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... —Amigo Claudio, usted que es joven, que empieza ahora su carrera y puede disponer de todo su tiempo, debía escribir algo sobre estos personajes tan calumniados o mal comprendidos. ...
En la línea 773
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... —Puede usted verlo cuando quiera, querido Borja. Es el actual palacio Sforza Cesarini. ...
En la línea 131
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... -Gentleman: queda usted autorizado para mover la cabeza, para levantarla, si es que puede, y para cambiar de postura con cierta suavidad, sin poner en peligro a la muchedumbre justamente curiosa que le rodea. En cuanto a mover los brazos o las piernas, le aconsejo una completa abstención hasta nueva orden. Ya habrá visto usted que su primer intento dio mal resultado. Le ruego que no insista. ...
En la línea 131
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... -Gentleman: queda usted autorizado para mover la cabeza, para levantarla, si es que puede, y para cambiar de postura con cierta suavidad, sin poner en peligro a la muchedumbre justamente curiosa que le rodea. En cuanto a mover los brazos o las piernas, le aconsejo una completa abstención hasta nueva orden. Ya habrá visto usted que su primer intento dio mal resultado. Le ruego que no insista. ...
En la línea 133
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... -¿Como sabe usted el inglés? -preguntó Edwin-. ¿Donde ha podido aprenderlo?… ...
En la línea 135
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... - ¡Oh, Gentleman-Montaña!… ¡Va usted a encontrar en mi patria tantas cosas extraordinarias dignas de su asombro!… ...
En la línea 15
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Cuando comunicaba sus temores a D. Baldomero, este se echaba a reír y le decía: «El chico es de buena índole. Déjale que se divierta y que la corra. Los jóvenes del día necesitan despabilarse y ver mucho mundo. No son estos tiempos como los míos, en que no la corría ningún chico del comercio, y nos tenían a todos metidos en un puño hasta que nos casaban. ¡Qué costumbres aquellas tan diferentes de las de ahora! La civilización, hija, es mucho cuento. ¿Qué padre le daría hoy un par de bofetadas a un hijo de veinte años por haberse puesto las botas nuevas en día de trabajo? ¿Ni cómo te atreverías hoy a proponerle a un mocetón de estos que rece el rosario con la familia? Hoy los jóvenes disfrutan de una libertad y de una iniciativa para divertirse que no gozaban los de antaño. Y no creas, no creas que por esto son peores. Y si me apuras, te diré que conviene que los chicos no sean tan encogidos como los de entonces. Me acuerdo de cuando yo era pollo. ¡Dios mío, qué soso era! Ya tenía veinticinco años, y no sabía decir a una mujer o señora sino que usted lo pase bien, y de ahí no me sacaba nadie. Como que me había pasado en la tienda y en el almacén toda la niñez y lo mejor de mi juventud. Mi padre era una fiera; no me perdonaba nada. Así me crié, así salí yo, con unas ideas de rectitud y unos hábitos de trabajo, que ya ya… Por eso bendigo hoy los coscorrones que fueron mis verdaderos maestros. Pero en lo referente a sociedad, yo era un salvaje. Como mis padres no me permitían más compañía que la de otros muchachones tan ñoños como yo, no sabía ninguna suerte de travesuras, ni había visto a una mujer más que por el forro, ni entendía de ningún juego, ni podía hablar de nada que fuera mundano y corriente. Los domingos, mi mamá tenía que ponerme la corbata y encasquetarme el sombrero, porque todas las prendas del día de fiesta parecían querer escapárseme del cuerpo. Tú bien te acuerdas. Anda, que también te has reído de mí. Cuando mis padres me hablaron… así, a boca de jarro, de que me iba a casar contigo, ¡me corrió un frío por todo el espinazo… ! Todavía me acuerdo del miedo que te tenía. Nuestros padres nos dieron esto amasado y cocido. Nos casaron como se casa a los gatos, y punto concluido. Salió bien; pero hay tantos casos en que esta manera de hacer familias sale malditamente… ¡Qué risa! Lo que me daba más miedo cuando mi madre me habló de casarme, fue el compromiso en que estaba de hablar contigo… No tenía más remedio que decirte algo… ¡Caramba, qué sudores pasé! 'Pero yo ¿qué le voy a decir, si lo único que sé es que usted lo pase bien, y en saliendo de ahí soy hombre perdido… ?'. ...
En la línea 94
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... «¿Sabe usted, Estupiñá, lo que dicen ahora? Pues dicen que los ingleses proyectan construir barcos de fierro». ...
En la línea 95
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... El llamado Estupiñá debía de ser indispensable en todas las tertulias de tiendas, porque cuando no iba a la de Arnaiz, todo se volvía preguntar: «Y Plácido, ¿qué es de él?». Cuando entraba le recibían con exclamaciones de alegría, pues con su sola presencia animaba la conversación. En 1871 conocí a este hombre, que fundaba su vanidad en haber visto toda la historia de España en el presente siglo. Había venido al mundo en 1803 y se llamaba hermano de fecha de Mesonero Romanos, por haber nacido, como este, el 19 de Julio del citado año. Una sola frase suya probará su inmenso saber en esa historia viva que se aprende con los ojos: «Vi a José I como le estoy viendo a usted ahora». Y parecía que se relamía de gusto cuando le preguntaban: «¿Vio usted al duque de Angulema, a lord Wellington?… ». «Pues ya lo creo». Su contestación era siempre la misma: «Como le estoy viendo a usted». Hasta llegaba a incomodarse cuando se le interrogaba en tono dubitativo. «¡Que si vi entrar a María Cristina!… Hombre, si eso es de ayer… ». Para completar su erudición ocular, hablaba del aspecto que presentaba Madrid el 1.º de Septiembre de 1840, como si fuera cosa de la semana pasada. Había visto morir a Canterac; ajusticiar a Merino, «nada menos que sobre el propio patíbulo», por ser él hermano de la Paz y Caridad; había visto matar a Chico… , precisamente ver no, pero oyó los tiritos, hallándose en la calle de las Velas; había visto a Fernando VII el 7 de Julio cuando salió al balcón a decir a los milicianos que sacudieran a los de la Guardia; había visto a Rodil y al sargento García arengando desde otro balcón, el año 36; había visto a O'Donnell y Espartero abrazándose, a Espartero solo saludando al pueblo, a O'Donnell solo, todo esto en un balcón, y por fin, en un balcón había visto también en fecha cercana a otro personaje diciendo a gritos que se habían acabado los Reyes. La historia que Estupiñá sabía estaba escrita en los balcones. ...
En la línea 95
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... El llamado Estupiñá debía de ser indispensable en todas las tertulias de tiendas, porque cuando no iba a la de Arnaiz, todo se volvía preguntar: «Y Plácido, ¿qué es de él?». Cuando entraba le recibían con exclamaciones de alegría, pues con su sola presencia animaba la conversación. En 1871 conocí a este hombre, que fundaba su vanidad en haber visto toda la historia de España en el presente siglo. Había venido al mundo en 1803 y se llamaba hermano de fecha de Mesonero Romanos, por haber nacido, como este, el 19 de Julio del citado año. Una sola frase suya probará su inmenso saber en esa historia viva que se aprende con los ojos: «Vi a José I como le estoy viendo a usted ahora». Y parecía que se relamía de gusto cuando le preguntaban: «¿Vio usted al duque de Angulema, a lord Wellington?… ». «Pues ya lo creo». Su contestación era siempre la misma: «Como le estoy viendo a usted». Hasta llegaba a incomodarse cuando se le interrogaba en tono dubitativo. «¡Que si vi entrar a María Cristina!… Hombre, si eso es de ayer… ». Para completar su erudición ocular, hablaba del aspecto que presentaba Madrid el 1.º de Septiembre de 1840, como si fuera cosa de la semana pasada. Había visto morir a Canterac; ajusticiar a Merino, «nada menos que sobre el propio patíbulo», por ser él hermano de la Paz y Caridad; había visto matar a Chico… , precisamente ver no, pero oyó los tiritos, hallándose en la calle de las Velas; había visto a Fernando VII el 7 de Julio cuando salió al balcón a decir a los milicianos que sacudieran a los de la Guardia; había visto a Rodil y al sargento García arengando desde otro balcón, el año 36; había visto a O'Donnell y Espartero abrazándose, a Espartero solo saludando al pueblo, a O'Donnell solo, todo esto en un balcón, y por fin, en un balcón había visto también en fecha cercana a otro personaje diciendo a gritos que se habían acabado los Reyes. La historia que Estupiñá sabía estaba escrita en los balcones. ...
En la línea 64
del libro Niebla
del afamado autor Miguel De Unamuno
... «Señorita: Esta misma mañana, bajo la dulce llovizna del cielo, cruzó usted, aparición fortuita, por delante de la puerta de la casa donde aún vivo y ya no tengo hogar. Cuando desperté fui a la puerta de la suya, donde ignoro si tiene usted hogar o no le tiene. Me habían llevado allí sus ojos, sus ojos, que son refulgentes estrellas mellizas en la nebulosa de mi mundo. Perdóneme, Eugenia, y deje que le dé familiarmente este dulce nombre; perdóneme la lírica. Yo vivo en perpetua lírica infinitesimal. ...
En la línea 64
del libro Niebla
del afamado autor Miguel De Unamuno
... «Señorita: Esta misma mañana, bajo la dulce llovizna del cielo, cruzó usted, aparición fortuita, por delante de la puerta de la casa donde aún vivo y ya no tengo hogar. Cuando desperté fui a la puerta de la suya, donde ignoro si tiene usted hogar o no le tiene. Me habían llevado allí sus ojos, sus ojos, que son refulgentes estrellas mellizas en la nebulosa de mi mundo. Perdóneme, Eugenia, y deje que le dé familiarmente este dulce nombre; perdóneme la lírica. Yo vivo en perpetua lírica infinitesimal. ...
En la línea 66
del libro Niebla
del afamado autor Miguel De Unamuno
... »¿Me dará usted, pues, Eugenia, dulce aparición de mi vida cotidiana, me dará usted oídos? »Sumido en la niebla de su vida espera su respuesta. ...
En la línea 66
del libro Niebla
del afamado autor Miguel De Unamuno
... »¿Me dará usted, pues, Eugenia, dulce aparición de mi vida cotidiana, me dará usted oídos? »Sumido en la niebla de su vida espera su respuesta. ...
En la línea 146
del libro Sandokán: Los tigres de Mompracem
del afamado autor Emilio Salgàri
... —Detrás de usted. ...
En la línea 295
del libro Sandokán: Los tigres de Mompracem
del afamado autor Emilio Salgàri
... —¿Quién es usted? ...
En la línea 308
del libro Sandokán: Los tigres de Mompracem
del afamado autor Emilio Salgàri
... —Sí, agarrado a un fragmento de uno de los barcos. ¿Dónde me encontró usted? ...
En la línea 311
del libro Sandokán: Los tigres de Mompracem
del afamado autor Emilio Salgàri
... —¡Entonces usted es un príncipe malayo! —exclamó el lord tendiéndole la mano, que Sandokán estrechó después de una breve vacilación. ...
En la línea 63
del libro Veinte mil leguas de viaje submarino
del afamado autor Julio Verne
... Muy señor nuestro: si desea usted unirse a la expedición del Abraham Lincoln, el gobierno de la Unión vería con agrado que Francia estuviese representada por usted en esta empresa. El comandante Farragut tiene un camarote a su disposición. ...
En la línea 139
del libro Veinte mil leguas de viaje submarino
del afamado autor Julio Verne
... -¿Cómo es posible, Ned, que no esté usted convencido de la existencia del cetáceo que perseguimos? -¿Tiene usted razones particulares para mostrarse tan incrédulo? ...
En la línea 139
del libro Veinte mil leguas de viaje submarino
del afamado autor Julio Verne
... -¿Cómo es posible, Ned, que no esté usted convencido de la existencia del cetáceo que perseguimos? -¿Tiene usted razones particulares para mostrarse tan incrédulo? ...
En la línea 142
del libro Veinte mil leguas de viaje submarino
del afamado autor Julio Verne
... -Sin embargo, Ned, usted que es un ballenero profesional, usted que está familiarizado con los grandes mamíferos marinos, usted cuya imaginación debería aceptar fácilmente la hipótesis de cetáceos enormes, parece el menos indicado… debería ser usted el último en dudar, en semejantes circunstancias. ...
En la línea 130
del libro Grandes Esperanzas
del afamado autor Charles Dickens
... — Me parece que ha cogido usted fiebre. ...
En la línea 132
del libro Grandes Esperanzas
del afamado autor Charles Dickens
... — Este sitio es muy malo - advertí -. Se habrá usted echado en el marjal, que es muy malsano. También da reuma. ...
En la línea 142
del libro Grandes Esperanzas
del afamado autor Charles Dickens
... — No sabe usted cuánto me contenta que le guste lo que le he traído. ...
En la línea 150
del libro Grandes Esperanzas
del afamado autor Charles Dickens
... — El joven. Ese de quien me habló usted. El que estaba escondido. ...
En la línea 44
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑¡Pero si me trae usted una miseria! Este reloj no vale nada, mi buen amigo. La vez pasada le di dos hermosos billetes por un anillo que podía obtenerse nuevo en una joyería por sólo rublo y medio. ...
En la línea 55
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑Aquí tiene, amigo mío. A diez kopeks por rublo y por mes, los intereses del rublo y medio son quince kopeks, que cobro por adelantado. Además, por los dos rublos del préstamo anterior he de descontar veinte kopeks para el mes que empieza, lo que hace un total de treinta y cinco kopeks. Por lo tanto, usted ha de recibir por su reloj un rublo y quince kopeks. Aquí los tiene. ...
En la línea 62
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑Entonces, adiós… ¿Está usted siempre sola aquí? ¿No está nunca su hermana con usted? ‑preguntó en el tono más indiferente que le fue posible, mientras pasaba al vestíbulo. ...
En la línea 62
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑Entonces, adiós… ¿Está usted siempre sola aquí? ¿No está nunca su hermana con usted? ‑preguntó en el tono más indiferente que le fue posible, mientras pasaba al vestíbulo. ...
En la línea 7
del libro El jugador
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... Quería acompañar a Miguel y a Nadina de paseo; pero cuando estábamos ya en la escalera, el general me mandó llamar. Le parecía conveniente enterarse de a dónde llevaba yo a los niños. Es evidente que este hombre no puede mirarme con franqueza, cara a cara. El de buena gana lo querría, pero a cada tentativa suya le lanzó una mirada tan fija, es decir, tan poco respetuosa, que se desconcierta. Con frases grandilocuentes, retorcidas, de las que perdía el hilo, diome a entender que nuestro paseo debía tener lugar en el parque, lo más lejos posible del casino. Por último se enfadó, y bruscamente dijo: —¿Es que va usted a llevar a los niños a la ruleta? Perdóneme —añadió inmediatamente—; tengo entendido que usted es débil y capaz de dejarse arrastrar por el juego. En todo caso yo no soy, ni deseo ser su mentor; pero al menos, eso sí, tengo derecho a velar porque no me comprometa… ...
En la línea 28
del libro El jugador
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... —Eso significa que alguien le ha dado a usted una lección —dijo el francés despectivamente. ...
En la línea 33
del libro El jugador
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... Vi cómo el introductor se deshacía en reverencias. Repetí entonces mi petición y él me reiteró —mucho más secamente esta vez—que debía aguardar. Pasado un momento, un recién llegado, austríaco al parecer, fue igualmente conducido, sin hacerlo esperar, al primer piso. Muy molesto me dirigí al cura y le declaré, perentoriamente, que puesto que Monseñor recibía, podía perfectamente ocuparse de mi asunto. El cura retrocedió, asombrado. ¿Cómo un insignificante ruso osaba ponerse al nivel de los visitantes de Monseñor? De la manera más insolente del mundo, como si estuviese muy satisfecho de poderme humillar, me miró de cabeza a pies y exclamó: —¿Cree usted, pues, que Monseñor va a dejar su café para recibirle? ...
En la línea 34
del libro El jugador
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... Fui entonces yo, quien, a mi vez, exclamé en voz mucho más alta que la suya: —¡Me tiene sin cuidado el café de vuestro Monseñor! ¡Escupiría en su taza! Si usted no resuelve inmediatamente el asunto de mi pasaporte, iré a verlo a él en persona. ...
En la línea 218
del libro La llamada de la selva
del afamado autor Jack London
... -Será porque usted no es un necio, supongo. De todas formas, nosotros continuaremos hacia Dawson -dijo, y desenrolló el látigo-. ¡Arriba, Buck! ¡Venga! ¡Arriba! ¡Arre! ...
En la línea 47
del libro Amnesia
del afamado autor Amado Nervo
... »Renace ahora… Nada recuerda de su vida pasada; hasta ignora que tuvo una hija. Pero su memoria, que procederá como instinto mientras no cure de la amnesia, hará, así lo espero, que experimente simpatías por usted. ...
En la línea 48
del libro Amnesia
del afamado autor Amado Nervo
... »Con dulzura, y sobre todo, recuérdelo, sin fatiga, usted la reeducará. ...
En la línea 49
del libro Amnesia
del afamado autor Amado Nervo
... »En suma -añadió-, la experiencia es nueva, dulce y tentadora. Con el mismo cuerpo de la mujer amada, el destino le otorga a usted un alma nueva, un alma blanda que usted, si es artista, sabrá modelar… ». ...
En la línea 49
del libro Amnesia
del afamado autor Amado Nervo
... »En suma -añadió-, la experiencia es nueva, dulce y tentadora. Con el mismo cuerpo de la mujer amada, el destino le otorga a usted un alma nueva, un alma blanda que usted, si es artista, sabrá modelar… ». ...
En la línea 19
del libro Un viaje de novios
del afamado autor Emilia Pardo Bazán
... -No se aflija usted, señor… Yo haré por volver pronto… Cuídese usted mucho, por Dios… atienda usted al asma… Vaya usted de tiempo en tiempo a ver al señor de Rada… Si tiene usted algo, un telegrama volando… ¿Palabra de honor? ...
En la línea 19
del libro Un viaje de novios
del afamado autor Emilia Pardo Bazán
... -No se aflija usted, señor… Yo haré por volver pronto… Cuídese usted mucho, por Dios… atienda usted al asma… Vaya usted de tiempo en tiempo a ver al señor de Rada… Si tiene usted algo, un telegrama volando… ¿Palabra de honor? ...
En la línea 19
del libro Un viaje de novios
del afamado autor Emilia Pardo Bazán
... -No se aflija usted, señor… Yo haré por volver pronto… Cuídese usted mucho, por Dios… atienda usted al asma… Vaya usted de tiempo en tiempo a ver al señor de Rada… Si tiene usted algo, un telegrama volando… ¿Palabra de honor? ...
En la línea 19
del libro Un viaje de novios
del afamado autor Emilia Pardo Bazán
... -No se aflija usted, señor… Yo haré por volver pronto… Cuídese usted mucho, por Dios… atienda usted al asma… Vaya usted de tiempo en tiempo a ver al señor de Rada… Si tiene usted algo, un telegrama volando… ¿Palabra de honor? ...
Errores Ortográficos típicos con la palabra Usted
Cómo se escribe usted o husted?
Cómo se escribe usted o uzted?
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