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La palabra rrota
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Comó se escribe rrota o rota?

Cual es errónea Rota o Rrota?

La palabra correcta es Rota. Sin Embargo Rrota se trata de un error ortográfico.

La falta ortográfica detectada en la palabra rrota es que se ha eliminado o se ha añadido la letra r a la palabra rota

Más información sobre la palabra Rota en internet

Rota en la RAE.
Rota en Word Reference.
Rota en la wikipedia.
Sinonimos de Rota.

Errores Ortográficos típicos con la palabra Rota

Cómo se escribe rota o rrota?

Algunas Frases de libros en las que aparece rota

La palabra rota puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 188
del libro La Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Sobre la rota techumbre de paja, si algo se veía, era el revoloteo de alas negras y traidoras, plumajes fúnebres de cuervos y milanos, que, al agitarse, hacían enmudecer los árboles cargados de gozosos aleteos y juguetones piidos, quedando silenciosa la huerta, como si no hubiese gorriones en media legua a la redonda. ...

En la línea 2121
del libro La Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Rodaron jarros y mesillas; la gente se hizo atrás instintivamente, aterrada por el ademán agresivo de este hombre siempre pacífico, que parecía ahora agigantado por la rabia; y antes que pudieran todos retroceder un nuevo paso, «¡Plaf!», sonó un ruido de puchero que estalla, y cayó Pimentó con la cabeza rota de un taburetazo. ...

En la línea 2125
del libro La Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Pimentó, de bruces en el suelo, se quejaba con lamentos que parecían ronquidos, saliendo a borbotones la sangre de su rota cabeza. ...

En la línea 2361
del libro La Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Ya no tenía, como antes, la cabeza rota; ahora mostraba el cuerpo rasgado por dos heridas, que Batiste no podía apreciar en qué lugar estaban; pero dos heridas eran que abrían sus labios amoratados como inagotables fuentes de sangre. ...

En la línea 9332
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... Yo estaba rota de fatiga; el insomnio quemaba mis ojos; no me había atrevido a dormir ni un solo instante: el día me tranquilizó, fui a echarme sobre mi cama sin abandonar el cuchillo libe rador que oculté bajo mi almohada. ...

En la línea 10799
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... Los criados siguieron a sus amos y la habitación quedó solitaria con su ventana rota, su puerta abierta y su lámpara humeante que ardía tristemente sobre la mesa. ...

En la línea 1246
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Miré en busca de una silla, pero no la había; cerca de mí, empero, descubrí en el suelo el remate de una columna rota; rodándolo, lo acerqué al _brasero_, y me senté. ...

En la línea 521
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... A lo cual respondió don Quijote: -Advertid, hermano Sancho, que esta aventura y las a ésta semejantes no son aventuras de ínsulas, sino de encrucijadas, en las cuales no se gana otra cosa que sacar rota la cabeza o una oreja menos. ...

En la línea 540
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Mas, cuando don Quijote llegó a ver rota su celada, pensó perder el juicio, y, puesta la mano en la espada y alzando los ojos al cielo, dijo: -Yo hago juramento al Criador de todas las cosas y a los santos cuatro Evangelios, donde más largamente están escritos, de hacer la vida que hizo el grande marqués de Mantua cuando juró de vengar la muerte de su sobrino Valdovinos, que fue de no comer pan a manteles, ni con su mujer folgar, y otras cosas que, aunque dellas no me acuerdo, las doy aquí por expresadas, hasta tomar entera venganza del que tal desaguisado me fizo. ...

En la línea 1283
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... ¿Qué pie sacaste cojo, qué costilla quebrada, qué cabeza rota, para que no se te olvide aquella burla? Que, bien apurada la cosa, burla fue y pasatiempo; que, a no entenderlo yo ansí, ya yo hubiera vuelto allá y hubiera hecho en tu venganza más daño que el que hicieron los griegos por la robada Elena. ...

En la línea 11423
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Hizo un esfuerzo y trayendo hacia la barba el embozo sucio de la sábana rota, continuó: —Ítem: muero por falta de tabaco. ...

En la línea 15065
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Las sillas estaban en desorden; sobre la alfombra yacían dos o tres libros, pedazos de papel, barro del Vivero, hojas de flores, y una rota de Begonia, como un pedazo de brocado viejo. ...

En la línea 1661
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Se dio cuenta de que su cuerpo estaba perforado por un nuevo agujero. Percibió contactos metálicos en la carne rota, pero ningún dolor que resultase intolerable. ...

En la línea 1750
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... El tiempo apremiaba y doña Lupe podía venir. Cuando cogió la hucha llena, el corazón le palpitaba y su respiración era difícil. Dábale compasión de la víctima, y para evitar su enternecimiento, que podría frustrar el acto, hizo lo que los criminales que se arrojan frenéticos a dar el primer golpe para perder el miedo y acallar la conciencia, impidiéndose el volver atrás. Cogió la hucha y con febril mano le atizó un porrazo. La víctima exhaló un gemido seco. Se había cascado, pero no estaba rota aún. Como este primer golpe fue dado sobre el suelo, le pareció a Maximiliano que había retumbado mucho, y entonces puso sobre la cama el cacharro herido. Su azoramiento era tal que casi le pega a la hucha vacía en vez de hacerlo a la llena; pero se serenó, diciendo: «¡Qué tonto soy! Si esto es mío, ¿por qué no he de disponer de ello cuando me dé la gana?». Y leña, más leña… La infeliz víctima, aquel antiguo y leal amigo, modelo de honradez y fidelidad, gimió a los fieros golpes, abriéndose al fin en tres o cuatro pedazos. Sobre la cama se esparcieron las tripas de oro, plata y cobre. Entre la plata, que era lo que más abundaba, brillaban los centenes como las pepitas amarillas de un melón entre la pulpa blanca. Con mano trémula, el asesino lo recogió todo menos la calderilla, y se lo guardó en el bolsillo del pantalón. Los cascos esparcidos semejaban pedazos de un cráneo, y el polvillo rojo del barro cocido que ensuciaba la colcha blanca pareciole al criminal manchas de sangre. Antes de pensar en borrar las huellas del estropicio, pensó en poner los cuartos en la hucha nueva, operación verificada con tanta precipitación que las piezas se atragantaban en la boca y algunas no querían pasar. Como que la boca era un poquitín más estrecha que la de la muerta. Después metió el cobre de las dos pesetas que había cambiado. ...

En la línea 2066
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... De sobremesa, Juan Pablo propuso, puesto que estaban todos reunidos, tratar algunos puntos de la herencia, que debían ponerse en claro. Él no quería propiedad rústica, y si sus hermanos lo aprobaban, recibiría su parte en metálico e hipotecas. Otras hipotecas y las tierras serían para Nicolás y Maximiliano. Estos se conformaron con lo que su hermano proponía, y a doña Lupe le dieron ganas de tomar cartas en el asunto; pero no se atrevió a intervenir en un negocio que no le incumbía. No tuvo más remedio que tragar saliva y callarse. Después le dijo a Maximiliano: «Habéis sido unos tontos. Tu hermano quiere su parte en metálico para gastarla en cuatro días. Es una mano rota. ¿A mí qué me va ni me viene? Pues más te habría valido recibir lo tuyo en dinero contante, que bien colocado por mí, te habría dado una rentita bien segura. Y si no, lo has de ver. Yo quiero saber cómo te las vas tú a gobernar con tanto olivo, tanto parral y ese pedazo de monte bajo que dicen que te toca. Lo mismo que el majagranzas de Nicolás; a todo decía que sí. Por de pronto tendréis que tomar un administrador que os robará los ojos, y os dará cada cuenta que Dios tirita. ¡Qué par de zopencos sois! Yo te miraba y te quería comer con los ojos, dándote a entender que te resistieras; y tú, hecho un marmolillo… Y luego quieres echártela de hombre de carácter. Bonito camino, sí señor, bonito camino tomas». ...

En la línea 5011
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... —Mi vida está completamente truncada y rota. No hay manera de soldarla ya… Cree que si me quisieran yo me quedaría aquí, yo sería bueno, y por darte gusto a ti y a tus amigas, me haría muy religioso, muy amigo de Dios y de la Virgen; emplearía todo mi dinero en obras de caridad, protegería la devoción… ...

En la línea 1456
del libro Grandes Esperanzas
del afamado autor Charles Dickens
... El despacho del señor Jaggers estaba poco alumbrado por una claraboya que le daba luz cenital; era un lugar muy triste. Aquella claraboya tenía muchos parches, como si fuese una cabeza rota, y las casas contiguas parecían haberse retorcido, como si quisieran mirarme a través de ella. No había por allí tantos papeles como yo me habría imaginado; por otra parte, vi algunos objetos heterogéneos, tales como una vieja pistola muy oxidada, una espada con su vaina, varias cajas y paquetes de raro aspecto y dos espantosas mascarillas en un estante, de caras algo hinchadas y narices retorcidas. El sillón del señor Jaggers tenía un gran respaldo cubierto de piel de caballo, con clavos de adorno que le daban la apariencia de un ataúd, y tuve la ilusión de que lo veía recostarse allí mientras se mordía su dedo índice ante los clientes. La habitación era muy pequeña y, al parecer, los clientes habían contraído la costumbre de apoyarse en la pared, pues la parte opuesta al sillón del señor Jaggers estaba grasienta de tantos hombros como en ella se habían recostado. Entonces recordé que el caballero del único ojo se había apoyado también en la pared cuando fui la causa involuntaria de que lo sacaran de allí. ...

Reglas relacionadas con los errores de r

Las Reglas Ortográficas de la R y la RR

Entre vocales, se escribe r cuando su sonido es suave, y rr, cuando es fuerte aunque sea una palabra derivada o compuesta que en su forma simple lleve r inicial. Por ejemplo: ligeras, horrores, antirreglamentario.

En castellano no es posible usar más de dos r


Mira que burrada ortográfica hemos encontrado con la letra r


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la Ortografía es divertida

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