Cual es errónea Recogidas o Recojidas?
								 La palabra correcta es Recogidas. Sin Embargo  Recojidas se trata de un error ortográfico.
								
 El Error ortográfico detectado en el termino recojidas es que hay un Intercambio de las letras j;g con respecto la palabra correcta la palabra recogidas  
						
						 Más información sobre la palabra Recogidas en internet
								 Recogidas en la RAE. 
								 Recogidas en Word Reference. 
								
								 Recogidas en la wikipedia.  
								
								 Sinonimos de Recogidas. 
  
								
								
								 
  la Ortografía es divertida  
 
								       
				Algunas Frases de libros en las que aparece recogidas
				La palabra recogidas puede ser considerada correcta por su aparición en estas  obras maestras de la literatura. 
							  En la línea 1105
   del libro  La Barraca
 del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
  ... Empujábanse en la estrecha escalerilla, con las faldas recogidas entre las piernas para inclinarse y hundir su cántaro en el pequeño estanque. ... 
 
 
							  En la línea 6204
   del libro  El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
 del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
  ... Las doncellas recogidas    que aspiran a ser casadas,    la honestidad es la dote    y voz de sus alabanzas. ... 
 
 
							  En la línea 4115
   del libro  La Regenta
 del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
  ... Hay estudiante que se acuesta satisfecho con media docena de miradas recogidas acá y allá, en sus idas y venidas por el Espolón o por la calle del Comercio; y niña casadera que tiene para ocho días con una flor amorosa que fingió desdeñar por impertinente y que saborea a sus solas, mientras borda unas zapatillas durante siete días mortales, detrás del cristal que azota la lluvia incansable. ... 
 
 
							  En la línea 2301
   del libro  Fortunata y Jacinta
 del afamado autor Benito Pérez Galdós
  ... A la mañana siguiente, Maximiliano encaminó sus pasos al convento, no por entrar, que esto era imposible, sino por ver aquellas paredes tras de las cuales respiraba la persona querida. La mañana estaba deliciosa, el cielo despejadísimo, los árboles del paseo de Santa Engracia empezaban a echar la hoja. Detúvose el joven frente a las Micaelas, mirando la obra de la nueva iglesia que llegaba ya a la mitad de las ojivas de la nave principal. Alejándose hasta más allá de la acera de enfrente, y subiendo a unos montones de tierra endurecida, se veía, por encima de la iglesia en construcción, un largo corredor del convento, y aun se podían distinguir las cabezas de las monjas o recogidas que por él andaban. Pero como la obra avanzaba rápidamente, cada día se veía menos. Observó Maxi en los días sucesivos que cada hilada de ladrillos iba tapando discretamente aquella interesante parte de la interioridad monjil, como la ropa que se extiende para velar las carnes descubiertas. Llegó un día en que sólo se alcanzaban a ver las zapatas de los maderos que sostenían el techo del corredor, y al fin la masa constructiva lo tapó todo, no quedando fuera más que las chimeneas, y aun para columbrar estas era preciso tomar la visual desde muy lejos. ... 
 
 
							  En la línea 2309
   del libro  Fortunata y Jacinta
 del afamado autor Benito Pérez Galdós
  ... Cuando las dos madres aquellas, la bizca y la seca, la llevaron adentro, Fortunata estaba muy conmovida. Era aquella sensación primera de miedo y vergüenza de que se siente poseído el escolar cuando le ponen delante de sus compañeros, que han de ser pronto sus amigos, pero que al verle entrar le dirigen miradas de hostilidad y burla. Las recogidas que encontró al paso mirábanla con tanta impertinencia, que se puso muy colorada y no sabía qué expresión dar a su cara. Las madres, que tantos y tan diversos rostros de pecadoras habían visto entrar allí, no parecían dar importancia a la belleza de la nueva recogida. Eran como los médicos que no se espantan ya de ningún horror patológico que vean entrar en las clínicas. Hubo de pasar un buen rato antes de que la joven se serenase y pudiera cambiar algunas palabras con sus compañeras de lazareto. Pero entre mujeres se rompe más pronto aún que entre colegiales ese hielo de las primeras horas, y palabra tras palabra fueron brotando las simpatías, echando el cimiento de futuras amistades. ... 
 
 
							  En la línea 2310
   del libro  Fortunata y Jacinta
 del afamado autor Benito Pérez Galdós
  ... Como ella esperaba y deseaba, pusiéronle una toca blanca; mas no había en el convento espejos en que mirar si caía bien o mal. Luego le hicieron poner un vestido de lana burda y negra muy sencillo; pero aquellas prendas sólo eran de indispensable uso al bajar a la capilla y en las horas de rezo, y podía quitárselas en las horas de trabajo, poniéndose entonces una falda vieja de las de su propio ajuar y un cuerpo, también de lana, muy honesto, que recibían para tales casos. Las recogidas dividíanse en dos clases, una llamada las Filomenas y otra las Josefinas. Constituían la primera, las mujeres sujetas a corrección; la segunda componíase de niñas puestas allí por sus padres, para que las educaran, y más comúnmente por madrastras que no querían tenerlas a su lado. Estos dos grupos o familias no se comunicaban en ninguna ocasión. Dicho se está que Fortunata pertenecía a la clase de las Filomenas. Observó que buena parte del tiempo se dedicaba a ejercicios religiosos, rezos por la mañana, doctrina por la tarde. Enterose luego de que los jueves y domingos había adoración del Sacramento, con larguísimas y entretenidas devociones, acompañadas de música. En este ejercicio y en la misa matinal, las recogidas, como las madres, entraban en la iglesia con un gran velo por la cabeza, el cual era casi tan grande como una sábana. ... 
 
 
							  En la línea 2310
   del libro  Fortunata y Jacinta
 del afamado autor Benito Pérez Galdós
  ... Como ella esperaba y deseaba, pusiéronle una toca blanca; mas no había en el convento espejos en que mirar si caía bien o mal. Luego le hicieron poner un vestido de lana burda y negra muy sencillo; pero aquellas prendas sólo eran de indispensable uso al bajar a la capilla y en las horas de rezo, y podía quitárselas en las horas de trabajo, poniéndose entonces una falda vieja de las de su propio ajuar y un cuerpo, también de lana, muy honesto, que recibían para tales casos. Las recogidas dividíanse en dos clases, una llamada las Filomenas y otra las Josefinas. Constituían la primera, las mujeres sujetas a corrección; la segunda componíase de niñas puestas allí por sus padres, para que las educaran, y más comúnmente por madrastras que no querían tenerlas a su lado. Estos dos grupos o familias no se comunicaban en ninguna ocasión. Dicho se está que Fortunata pertenecía a la clase de las Filomenas. Observó que buena parte del tiempo se dedicaba a ejercicios religiosos, rezos por la mañana, doctrina por la tarde. Enterose luego de que los jueves y domingos había adoración del Sacramento, con larguísimas y entretenidas devociones, acompañadas de música. En este ejercicio y en la misa matinal, las recogidas, como las madres, entraban en la iglesia con un gran velo por la cabeza, el cual era casi tan grande como una sábana. ... 
 
								 							  
							   
    Te vas a reir con las pifia que hemos hemos encontrado cambiando las letras j;g    							  
							    Reglas relacionadas con los errores de j;g
  
	Las Reglas Ortográficas de La J
  Se escriben con j las palabras que terminan en -aje. Por ejemplo: lenguaje, viaje.
  Se escriben con j los tiempos de los verbos que llevan esta letra en su infinitivo. Por ejemplo:
  viajemos, viajáis (del verbo viajar); trabajábamos, trabajemos (del verbo trabajar).
  Hay una serie de verbos que no tienen g ni j en sus infinitivos y que se escriben en sus tiempos
  verbales con j delante de e y de i. Por ejemplo: dije (infinitivo decir), traje (infinitivo traer).
 
	Las Reglas Ortográficas de la G
  Las palabras que contienen el grupo de letras -gen- se escriben con g.
  Observa los ejemplos: origen, genio, general.
  Excepciones: berenjena, ajeno.
  Se escriben con g o con j las palabras derivadas de otra que lleva g o j.
  Por ejemplo: - de caja formamos: cajón, cajita, cajero...
  - de ligero formamos: ligereza, aligerado, ligerísimo...
  Se escriben con g las palabras terminadas en -ogía, -ógico, -ógica.
  Por ejemplo: neurología, neurológico, neurológica.
  Se escriben con g las palabras que tienen los grupos -agi-, -igi. Por ejemplo: digiere.
  Excepciones: las palabras derivadas de otra que lleva j. Por ejemplo: bajito (derivada de bajo), hijito
  (derivada de hijo).
  Se escriben con g las palabras que empiezan por geo- y legi-, y con j las palabras que empiezan por
  eje-. Por ejemplo: geografía, legión, ejército.
  Excepción: lejía.
  Los verbos cuyos infinitivos terminan en -ger, -gir se escriben con g delante de e y de i en todos sus
  tiempos. Por ejemplo: cogemos, cogiste (del verbo coger); elijes, eligieron (del verbo elegir).
  Excepciones: tejer, destejer, crujir.
 							  
							    
  El Español es una gran familia 
  							  
							    Errores Ortográficos típicos con la palabra Recogidas  
									
				 
					 Cómo se escribe recogidas o rrecogidas?
  
					 Cómo se escribe recogidas o recogidaz?
  
					 Cómo se escribe recogidas o recojidas?
 			
						
					Palabras parecidas a recogidas
					   La palabra llenar 
 				
											      La palabra treinta 
 				
											      La palabra forzosamente 
 				
											      La palabra moros 
 				
											      La palabra reina 
 				
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											      La palabra arte 
 				
											   
						
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