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La palabra prrovincia
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Comó se escribe prrovincia o provincia?

Cual es errónea Provincia o Prrovincia?

La palabra correcta es Provincia. Sin Embargo Prrovincia se trata de un error ortográfico.

La falta ortográfica detectada en la palabra prrovincia es que se ha eliminado o se ha añadido la letra r a la palabra provincia

Más información sobre la palabra Provincia en internet

Provincia en la RAE.
Provincia en Word Reference.
Provincia en la wikipedia.
Sinonimos de Provincia.

Errores Ortográficos típicos con la palabra Provincia

Cómo se escribe provincia o prrovincia?
Cómo se escribe provincia o provinzia?
Cómo se escribe provincia o probincia?


la Ortografía es divertida

Reglas relacionadas con los errores de r

Las Reglas Ortográficas de la R y la RR

Entre vocales, se escribe r cuando su sonido es suave, y rr, cuando es fuerte aunque sea una palabra derivada o compuesta que en su forma simple lleve r inicial. Por ejemplo: ligeras, horrores, antirreglamentario.

En castellano no es posible usar más de dos r


Mira que burrada ortográfica hemos encontrado con la letra r


El Español es una gran familia

Algunas Frases de libros en las que aparece provincia

La palabra provincia puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 490
del libro La Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Cultivarían la tierra ellos mismos: y buscaron jornaleros entre la gente sufrida y sumisa que, oliendo a lana burda y miseria, baja en busca de trabajo, empujada por el hambre, desde lo último de la provincia, desde las montañas fronterizas de Aragón. ...

En la línea 528
del libro La Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... En unos cuantos años de fatigosa peregrinación por las carreteras de la provincia, comiendo mal, durmiendo al raso y sufriendo el tormento de pasar meses enteros lejos de la familia, a la que adoraba con el afecto reconcentrado del hombre rudo y silencioso, Batiste sólo experimentó pérdidas y vio su situación cada vez más comprometida. ...

En la línea 1279
del libro La Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... ¡Lo que corríamos! Unas veces aquí; otras, en la provincia de Alicante; después, por cerca de Albacete; siempre nos iban pisando los talones; pero nosotros, francés que pillábamos, lo hacíamos polvo. ...

En la línea 1952
del libro La Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... En el fondo de la pieza estaba el pesado carro que rodaba hasta los últimos límites de la provincia para traer las compras de vino. ...

En la línea 1307
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Al iniciarse la huelga, los ricos le habían hecho saber indirectamente la conveniencia de que saliese cuanto antes de la provincia de Cádiz. ...

En la línea 1493
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Y el capataz habló a su hijo de la gran reunión que los trabajadores iban a celebrar el día siguiente en los llanos de Caulina. Nadie sabía quién daba las órdenes, pero el llamamiento había circulado de boca en boca por el campo y la sierra, y se juntarían miles y miles de hombres, viniendo hasta de los límites de la provincia de Málaga, todos los que ganaban el jornal en la campiña jerezana. ...

En la línea 1669
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... La historia de aquel país, la tradición de la tierra gaditana, provincia de revoluciones, influía en la credulidad de las gentes. Habían visto con tanto facilidad, de la noche a la mañana, derribar tronos y ministerios, y hasta llevar presos a reyes, que nadie dudaba de la posibilidad de una revolución de mayor importancia que las anteriores, pues aseguraría el bienestar de los infelices. ...

En la línea 50
del libro El cuervo
del afamado autor Leopoldo Alias Clarín
... Pues nuestro hombre, el de los cerdos, fue a la provincia limítrofe con unas dietas que no se merecía; gastó allí alegremente su dinero, llamémosle así, y no vio el boliche ni se acordó de él siquiera hasta que, poco antes de dar la vuelta para Laguna, un amigo suyo, a quien había encargado que estudiara «aquello del boliche, o San Boliche», se le presentó con una Memoria acerca de la planta y una caja bien cerrada, donde había ejemplares de ella. ...

En la línea 116
del libro El cuervo
del afamado autor Leopoldo Alias Clarín
... La alegría de los lagunenses era proverbial en toda la provincia, ¿por qué turbarles el ánimo con tristes enseñanzas? Ni ellos querían ver el mal, ni mostrárselo era más que una crueldad inútil, porque no tenía remedio. ...

En la línea 273
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... El día en que D'Artagnan se presentó, la asamblea era imponente, sobre todo para un provinciano que llegaba de su provincia: es cierto que el provinciano era gascón, y que sobre todo en esa época los com patriotas de D'Artagnan tenían fama de no dejarse intimidar fácilmen-te. ...

En la línea 285
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... Aunque no fuera difícil, dado que quería ser asombrado, este pa satiempo asombró a nuestro joven viajero; en su provincia, esa tierra donde sin embargo se calientan tan rápidamente los cascos, había vis to algunos preliminares de duelos, y la gasconada de aquellos cuatro jugadores le pareció la más rara de todas las que hasta entonces había oído, incluso en Gascuña. ...

En la línea 463
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... Nuestros cadetes de Béarn no son por regla general ricos, y dudo de que las cosas ha yan cambiado mucho de cara desde mi salida de la provincia. ...

En la línea 1249
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... La vida de los cuatro jóvenes se había hecho común; D'Artagnan, que no tenía ningún hábito, puesto que llegaba de su provincia y caía en medio de un mundo totalmente nuevo para él, tomó por eso los hábitos de sus amigos. ...

En la línea 70
del libro Memoria De Las Islas Filipinas.
del afamado autor Don Luis Prudencio Alvarez y Tejero
... Como la sumaria se forma por lo regular con muchos defectos, van y vuelven del juzgado á Manila, y de aqui á la provincia algunas veces, hasta que el asesor, el alcalde mayor ó correjidor y gobernadorcillo logran entenderse, que suele ser con mucha dificultad y trabajo, y siempre con el retraso consiguiente y proporcionado á la distancia de la provincia. ...

En la línea 72
del libro Memoria De Las Islas Filipinas.
del afamado autor Don Luis Prudencio Alvarez y Tejero
... Declarada por fin, despues de vencidas dificultades, por bastante para proceder, los juzgados se encuentran sin promotores fiscales, ni letrados defensores capaces de pedir en la causa cada uno segun su ministerio, y á cada pedimento que por los reos ó presos suele presentar el indio defensor, ó por cualquier otro incidente que ocurra, se suspende el curso y vuelva al asesor cuando haya oportunidad: últimamente, por no molestar mas en el particular, llegado el caso de sentencia se pronuncia con asesor y con las dilaciones que todo lo demas, y dada y publicada, se remite la causa á la audiencia, desde donde á solicitud del ministerio fiscal suele volver á la provincia para reformar defectos, y aun ciertas nulidades, con las cuales no se puede administrar justicia, ó para practicar alguna dilijencia interesante que se omitió, y que aun puede ser de utilidad. ...

En la línea 73
del libro Memoria De Las Islas Filipinas.
del afamado autor Don Luis Prudencio Alvarez y Tejero
... Ahora bien: á vista de este pequeño bosquejo y diminuto relato de como se forma una causa criminal, ¿habrá alguno que dude de lo defectuosa que es la sustanciacion y de lo pesada y lenta que por necesidad será la administracion de justicia? Creo que no; mas si alguno dudase de esta verdad, puede manifestar sus dudas, que prácticamente podrán ser satisfechas con enumeracion de casos en que yo mismo he sido asesor, y no de una sola provincia, sino de varias. ...

En la línea 74
del libro Memoria De Las Islas Filipinas.
del afamado autor Don Luis Prudencio Alvarez y Tejero
... No son mas felices y breves los pleitos civiles, pues aunque las partes dirijidas por abogados, y bien provistas de sus pedimentos (bastantes tengo hechos), procuren activar y atajar las cavilosidades del que litiga de mala fe, no lo consiguen; y es la razon, porque saben que con pedir al juez que se asesore, ya se paró el negocio, y los autos al asesor á Manila cuando haya ocasion: son, pues, interminables en primera instancia los pleitos, porque van y vienen de la provincia á Manila repetidas veces, y muchas de ellas para dictarse un no ha lugar, que sabia muy bien el que lo promovia que sucederia asi; pero en el ínterin fastidia á su contrario, y si está en posesion de la cosa litijiosa, la goza y disfruta, y beato el que posee: son incalculables los daños y perjuicios que se causan; asi como que es palpable por lo dicho el retraso y grandes dispendios para obtener justicia los que la reclaman, y la facilidad para entorpecerla los que quieren retener lo ajeno, pues á ello les favorecen los obstáculos naturales, como se ha dicho; y los que emanan de los alcaldes y correjidores legos, estos podrian desde luego desaparecer si estos destinos se sirviesen por letrados, como parece regular y conforme, y cesarian tantos males, como se han indicado. ...

En la línea 419
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Esta provincia no es bella ni pintoresca, a diferencia de casi todas las demás partes de Portugal; hay en ella muy pocas colinas y montañas. ...

En la línea 518
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Los cerdos son muy hermosos: de patas cortas, corpulentos, de color negro o rojo oscuro; de la excelencia de su carne puedo dar testimonio, porque muchas veces la he saboreado con deleite en mis viajes por esta provincia; el _lombo_, o lomo, asado en el rescoldo, es delicioso, especialmente comiéndolo con aceitunas. ...

En la línea 1056
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... El gasto y el trabajo necesarios para levantar tan insigne máquina, debieron de ser enormes; y cuando se piensa en la relativa facilidad con que la industria moderna obtendría igual resultado, no puede uno por menos de alegrarse de vivir en tiempos en que es innecesario esquilmar la riqueza de una provincia para proveer a una ciudad, construída en un cerro, de un indispensable elemento de vida. ...

En la línea 2216
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Hacía ya algún tiempo que no circulaba la diligencia, debido al turbulento estado de la provincia. ...

En la línea 2358
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Donde se cuenta la novela del Curioso impertinente «En Florencia, ciudad rica y famosa de Italia, en la provincia que llaman Toscana, vivían Anselmo y Lotario, dos caballeros ricos y principales, y tan amigos que, por excelencia y antonomasia, de todos los que los conocían los dos amigos eran llamados. ...

En la línea 3319
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... -Castillo es -replicó don Quijote-, y aun de los mejores de toda esta provincia; y gente tiene dentro que ha tenido cetro en la mano y corona en la cabeza. ...

En la línea 5041
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Pues siendo esto así, y que realmente murió este caballero, ¿cómo ahora se queja y sospira de cuando en cuando, como si estuviese vivo?'' Esto dicho, el mísero Durandarte, dando una gran voz, dijo: ''¡Oh, mi primo Montesinos! Lo postrero que os rogaba, que cuando yo fuere muerto, y mi ánima arrancada, que llevéis mi corazón adonde Belerma estaba, sacándomele del pecho, ya con puñal, ya con daga.'' Oyendo lo cual el venerable Montesinos, se puso de rodillas ante el lastimado caballero, y, con lágrimas en los ojos, le dijo: ''Ya, señor Durandarte, carísimo primo mío, ya hice lo que me mandastes en el aciago día de nuestra pérdida: yo os saqué el corazón lo mejor que pude, sin que os dejase una mínima parte en el pecho; yo le limpié con un pañizuelo de puntas; yo partí con él de carrera para Francia, habiéndoos primero puesto en el seno de la tierra, con tantas lágrimas, que fueron bastantes a lavarme las manos y limpiarme con ellas la sangre que tenían, de haberos andado en las entrañas; y, por más señas, primo de mi alma, en el primero lugar que topé, saliendo de Roncesvalles, eché un poco de sal en vuestro corazón, porque no oliese mal, y fuese, si no fresco, a lo menos amojamado, a la presencia de la señora Belerma; la cual, con vos, y conmigo, y con Guadiana, vuestro escudero, y con la dueña Ruidera y sus siete hijas y dos sobrinas, y con otros muchos de vuestros conocidos y amigos, nos tiene aquí encantados el sabio Merlín ha muchos años; y, aunque pasan de quinientos, no se ha muerto ninguno de nosotros: solamente faltan Ruidera y sus hijas y sobrinas, las cuales llorando, por compasión que debió de tener Merlín dellas, las convirtió en otras tantas lagunas, que ahora, en el mundo de los vivos y en la provincia de la Mancha, las llaman las lagunas de Ruidera; las siete son de los reyes de España, y las dos sobrinas, de los caballeros de una orden santísima, que llaman de San Juan. ...

En la línea 5302
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Siendo, pues, esto así, que uno solo no puede afrentar a reino, provincia, ciudad, república ni pueblo entero, queda en limpio que no hay para qué salir a la venganza del reto de la tal afrenta, pues no lo es; porque, ¡bueno sería que se matasen a cada paso los del pueblo de la Reloja con quien se lo llama, ni los cazoleros, berenjeneros, ballenatos, jaboneros, ni los de otros nombres y apellidos que andan por ahí en boca de los muchachos y de gente de poco más a menos! ¡Bueno sería, por cierto, que todos estos insignes pueblos se corriesen y vengasen, y anduviesen contino hechas las espadas sacabuches a cualquier pendencia, por pequeña que fuese! No, no, ni Dios lo permita o quiera. ...

En la línea 153
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... Hay pocos árboles en la banda oriental; hasta pudiera decirse que no hay ninguno, y este es un hecho muy notable. Encuéntranse matorrales achaparrados en una parte de las colinas peñascosas; a orillas de las mayores corrientes de agua, sobre todo el norte de Las Minas, hay sauces en bastante gran número. Me han dicho que hubo un bosque de palmeras junto al «Arroyo Tapes»; por otra parte, cerca del «Pan de Azúcar», a 350 de latitud, he visto una palmera de muchísima altura. Excepto estos pocos árboles, y los plantados por los españoles, falta por completo la leña. En el número de las especies introducidas por los europeos pueden contarse el álamo blanco, el olivo, el melocotonero y algunos otros frutales; el melocotonero se ha propagado tan bien, que es la única leña para quemar que puede hallarse en la ciudad de Buenos Aires. Los países absolutamente llanos, tales como las Pampas, parecen poco favorables al crecimiento de los árboles. ¿A qué debe atribuirse este hecho? Acaso a la fuerza de los vientos, acaso también al modo del desecamiento del suelo. Pero no puede explicarse por estas causas la falta de árboles en las cercanías de Maldonado: las colinas peñascosas que entrecortan esta región presentan abrigos y hay allí diferentes clases de terrenos; por lo común corre un arroyo por el fondo de cada valle, y la naturaleza arcillosa del suelo parece hacerlo muy apto para conservar una humedad suficiente. Se ha pensado, y ésta es una deducción muy probable en sí, que la cantidad anual de humedad determina la presencia de los bosques2; pues bien, en esta provincia caen lluvias abundantes y frecuentes en invierno, y aunque el verano es seco, no lo es en un grado excesivo3. Inmensos árboles cubren la casi totalidad de la Australia; sin embargo, el clima de este país es mucho más árido. Esta carencia de árboles en la banda oriental debe, pues, depender de alguna otra causa desconocida. ...

En la línea 414
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... Sabido es que el viscache1 constituye uno de los rasgos característicos de la zoología de las Pampas. Por el sur se extiende hasta el río Negro, a los 41° de latitud, pero no más allá. No puede, como el agutí, vivir en los llanos pedregosos y desiertos de la Patagonia; prefiere un suelo arcilloso o arenisco, que produce una vegetación diferente y más abundante. Cerca de Mendoza, al pie de la cordillera, habita casi en las mismas regiones que una especie alpestre muy parecida. Circunstancia curiosa, respecto a la distribución geográfica de este animal: por fortuna para los habitantes de la banda oriental, nunca se le ha visto al este del Uruguay; sin embargo, en esta provincia hay llanuras que parecen deber prestarse maravillosamente a sus costumbres. El Uruguay ha presentado un obstáculo insuperable a su emigración, aunque ha atravesado la aún más ancha barrera formada por el Paraná y abunda en la provincia de Entre Ríos, sita entre las dos grandes corrientes de agua. Este animal es muy numeroso en las cercanías de Buenos Aires. Parece habitar de preferencia en las partes de la llanura recubiertas a su debido tiempo por los cardos gigantes con exclusión de todas las demás plantas. Los gauchos afirman que se alimenta de raíces, lo cual parece muy probable a juzgar por la fortaleza de sus dientes y por los lugares que acostumbra a frecuentar. Por la tarde salen los viscaches en gran número de sus madrigueras y se sientan tranquilamente a su entrada. Entonces parecen casi domesticados; y un hombre que pase por delante de ellos a caballo, lejos de asustarlos, parece dar nuevo pábulo a sus graves meditaciones. ...

En la línea 414
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... Sabido es que el viscache1 constituye uno de los rasgos característicos de la zoología de las Pampas. Por el sur se extiende hasta el río Negro, a los 41° de latitud, pero no más allá. No puede, como el agutí, vivir en los llanos pedregosos y desiertos de la Patagonia; prefiere un suelo arcilloso o arenisco, que produce una vegetación diferente y más abundante. Cerca de Mendoza, al pie de la cordillera, habita casi en las mismas regiones que una especie alpestre muy parecida. Circunstancia curiosa, respecto a la distribución geográfica de este animal: por fortuna para los habitantes de la banda oriental, nunca se le ha visto al este del Uruguay; sin embargo, en esta provincia hay llanuras que parecen deber prestarse maravillosamente a sus costumbres. El Uruguay ha presentado un obstáculo insuperable a su emigración, aunque ha atravesado la aún más ancha barrera formada por el Paraná y abunda en la provincia de Entre Ríos, sita entre las dos grandes corrientes de agua. Este animal es muy numeroso en las cercanías de Buenos Aires. Parece habitar de preferencia en las partes de la llanura recubiertas a su debido tiempo por los cardos gigantes con exclusión de todas las demás plantas. Los gauchos afirman que se alimenta de raíces, lo cual parece muy probable a juzgar por la fortaleza de sus dientes y por los lugares que acostumbra a frecuentar. Por la tarde salen los viscaches en gran número de sus madrigueras y se sientan tranquilamente a su entrada. Entonces parecen casi domesticados; y un hombre que pase por delante de ellos a caballo, lejos de asustarlos, parece dar nuevo pábulo a sus graves meditaciones. ...

En la línea 430
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... 5 de octubre.- Cruzamos el Paraná para dirigirnos a Santa Fe Bajada, ciudad sita en la opuesta orilla. El paso nos cuesta varias horas, pues el río consiste aquí en un laberinto de pequeños brazos, separados por islas bajas cubiertas de bosques. Tenía yo una carta de recomendación para un viejo español, un catalán, que me recibe con la mayor hospitalidad. Bajada es la capital de Entre-Ríos. En 1825 la ciudad contenía 6.000 habitantes, y 30.000 la provincia. Sin embargo, a pesar del corto número de habitantes, ninguna provincia ha sufrido más revoluciones sangrientas. Hay aquí diputados, ministros, ejército regular y gobernadores; por tanto, no es extraño que haya revoluciones. Esta provincia llegará a ser de seguro uno de los países más ricos de la Plata. El suelo es fértil, y la forma casi insular de EntreRíos le da dos grandes líneas de comunicación: el Paraná y el Uruguay. ...

En la línea 390
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Porque además del primer anticuario de la provincia, creía ser —y esto era verdad —el hombre más fino y cortés de España. ...

En la línea 464
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Representaba la pintura a San Pablo primer ermitaño; el pintor era un vetustense del siglo diez y siete, sólo conocido de los especialistas en antigüedades de Vetusta y su provincia. ...

En la línea 591
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Muchos no sabían que era de otra provincia. ...

En la línea 1207
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Se acercó a la jaula del tordo más filarmónico de la provincia, sin vanidad. ...

En la línea 1644
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Día memorable fue para Juan Pablo aquel en que tropezó con un cierto amigote de la infancia, camarada suyo en San Isidro. El amigo era diputado de los que llamaban cimbros, y Juan Pablo, que era hombre de mucha labia, le encareció tanto su aburrimiento de la vida comercial y lo bien dispuesto que estaba para la administrativa, que el otro se lo creyó, y hágote empleado. Rubín fue al mes siguiente inspector de policía en no sé qué provincia. Pero su infame estrella se la había jurado: a los tres meses cambió la situación política, y mi Rubín cesante. Había tomado el gusto a la carne de nómina, y ya no podía ser más que empleado o pretendiente. No sé qué hay en ello, pero es lo cierto que hasta la cesantía parece que es un goce amargo para ciertas naturalezas, porque las emociones del pretender las vigorizan y entonan, y por eso hay muchos que el día que les colocan se mueren. La irritabilidad les ha dado vida y la sedación brusca les mata. Juan Pablo sentía increíbles deleites en ir al café, hablar mal del Gobierno, anticipar nombramientos, darse una vuelta por los ministerios, acechar al protector en las esquinas de Gobernación o a la salida del Congreso, dar el salto del tigre y caerle encima cuando le veía venir. Por fin salió la credencial. Pero, ¡qué demonio!, siempre la condenada suerte persiguiéndole, porque todos los empleos que le daban eran de lo más antipático que imaginarse puede. Cuando no era algo de la policía secreta, era cosa de cárceles o presidios. ...

En la línea 1991
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Don Pedro Manuel de Jáuregui había servido en el Real Cuerpo de Alabarderos. Después se dedicó a negocios, y era tan honrado, pero tan sosamente honrado, que no dejó al morir más que cinco mil reales. Oriundo de la provincia de León, recibía partidas de huevos y otros artículos de recoba. Todos los paveros leoneses, zamoranos y segovianos depositaban en sus manos el dinero que ganaban, para que lo girase a los pueblos productores del artículo, y de aquí vino el apodo que le dieron en Puerta Cerrada y que heredó doña Lupe. También recibía Jáuregui, por Navidad, remesas de mantecadas de Astorga, y a su casa iban a cobrar y a dejar fondos todos los ordinarios de la maragatería. En política hizo gran papel D. Pedro por ser uno de los corifeos de la Milicia Nacional, y era tan sensato, que la única vez que se sublevó lo hizo al grito mágico de ¡Viva Isabel II! Falleció aquel bendito, y doña Lupe se hubiera muerto también si el dolor matara. Y no se vaya a creer que le faltaron pretendientes a la viudita, pues había, entre otros, un D. Evaristo Feijoo, coronel de ejército, que le rondaba la calle y no la dejaba vivir. Pero la fidelidad a la memoria de su feo y honrado Jáuregui se sobreponía en doña Lupe a todos los intereses de la tierra. Después vino la crianza y cuidado de su sobrinito, que le dieron esa distracción tan saludable para las desazones del alma. Torquemada y los negocios ayudáronla también a entretener su existencia y a conllevar su dolor… Pasó tiempo, ganó dinero, y lentamente vino la situación en que la he descrito. Frisaba ya doña Lupe en los cincuenta años, mas estaba tan bien conservada, que no parecía tener más de cuarenta. Había sido en su mocedad frescachona de cuerpo y enjuta de rostro, y tenía cierto parecido remoto con Juan Pablo. Sus ojos pardos conservaban la viveza de la juventud; pero tenía cierta adustez jurídica en la cara, acentuada de líneas y seca de color. Sobre el labio superior, fino y violado cual los bordes de una reciente herida, le corría un bozo tenue, muy tenue, como el de los chicos precoces, vello finísimo que no la afeaba ciertamente; por el contrario, era quizás la única pincelada feliz de aquel rostro semejante a las pinturas de la Edad Media, y hacía la gracia el tal bozo de ir a terminarse sobre el pico derecho de la boca con una verruguita muy mona, de la cual salían dos o tres pelos bermejos que a la luz brillaban retorcidos como hilillos de cobre. El busto era hermoso, aunque, como se verá más adelante, había en él algo y aun algos de falseamiento de la verdad. ...

En la línea 5485
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... La señora tomó pie de esto último para variar la conversación: «Dices bien. ¿Sabes que tu hermano Juan Pablo me parece a mí que no está bueno de la cabeza? Hoy estuvo otra vez a darme la jaqueca… Pues que le he de hacer el préstamo o se pega un tirito. ¡Como no se mate él! Es el egoísmo andando. Se necesita atrevimiento. ¡Pedirme dinero un hombre que, cuando debe, no hay medio de sacarle un real, y se enfada si una reclama lo suyo! Dice que le van a hacer secretario de un gobierno de provincia y qué sé yo qué… ¿Tú lo crees? Muy rebajada está la talla de los empleados; pero no tanto… ». ...

En la línea 5494
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... —La secretaría de… —No, amigo; es más. Yo, cuando encuentro una persona que me entra por el ojo derecho, y que sirve, digo copo, y la tomo para que me sirva a mí. Le juro a usted que me conviene, camará. Allá va la bomba. Va usted a ser gobernador de una provincia de tercera clase. ...

En la línea 819
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑Permítame explicarle que hace tres años, desde que llegué de mi provincia, soy huésped de esa señora, y que al principio… , no tengo por qué ocultarlo… , al principio le prometí casarme con su hija. Fue una promesa simplemente verbal. Yo no estaba enamorado, pero la muchacha no me disgustaba… Yo era entonces demasiado joven… Mi patrona me abrió un amplio crédito, y empecé a llevar una vida… No tenía la cabeza bien sentada. ...

En la línea 1400
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑¿Eres tal vez de Zaraisk? ¿De qué provincia? ...

En la línea 1402
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑Alteza, mi familia no es de ninguna provincia, sino de un distrito. Mi hermano, que es el que viaja, entiende de esas cosas. Pero yo, como tengo que quedarme aquí, no sé nada. Espero de la misericordia de su alteza que me perdone. ...

En la línea 3433
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... Estas sociedades le inspiraban un terror que podía calificarse de infantil. Varios años atrás, cuando comenzaba su carrera en su provincia, había visto a los revolucionarios desenmascarar a dos altos funcionarios con cuya protección contaba. Uno de estos casos terminó del modo más escandaloso en contra del denunciado; el otro había tenido también un final sumamente enojoso. De aquí que Piotr Petrovitch, apenas llegado a Petersburgo, procurase enterarse de las actividades de tales asociaciones: así, en caso de necesidad, podría presentarse como simpatizante y asegurarse la aprobación de las nuevas generaciones. Para esto había contado con Andrés Simonovitch, y que se había adaptado rápidamente al lenguaje de los reformadores lo demostraba su visita a Raskolnikof. ...

En la línea 34
del libro Un viaje de novios
del afamado autor Emilia Pardo Bazán
... -Pierda usted cuidado, señor Joaquín… , ¡no hay que afectarse, vamos!, cuenta con esa salud… Adiós, Mendoya, adiós, Santián… Gracias, gracias. Señor gobernador de la provincia, a mi vuelta, reclamo esas ofrecidas botellas de Pedro Jiménez… ¡No se haga usted el olvidadizo! Lucía, hay que subirse: el tren andará en seguida, y las señoras no pueden… ...

En la línea 165
del libro Un viaje de novios
del afamado autor Emilia Pardo Bazán
... El que conozca un tanto las ciudades de provincia, imaginará fácilmente cuánto comentario, cuánta murmuración declarada o encubierta provocó en León la boda del importante Miranda con la obscura heredera del ex lonjista. Hablose sin tino ni mesura; quién censuraba la vanidad del viejo, que harto al fin de romper chaquetas, quería dar a su hija viso y tono de marquesa (Miranda parecía a no pocas gentes el tipo clásico del marqués). Quién hincaba el diente en el novio, hambrón madrileño, con mucho aparato y sin un ochavo, venido allí a salir de apuros con las onzas del señor Joaquín. Quién describía satíricamente la extraña figura de Lucía la mocetona, cuando estrenase sombrero, sombrilla y cola larga. Mas estos runrunes se estrellaban en la orgullosa satisfacción del señor Joaquín, en la infantil frivolidad de la novia, en la cortés y mundana reserva del novio. Fiel Lucía a su programa de no pensar en la boda misma, pensaba en los accesorios nupciales, y contaba gozosa a sus amigas el viaje proyectado, repitiendo los nombres eufónicos de pueblos que tenía por encantadas regiones; París, Lyón, Marsella, donde las niñas imaginaban que el cielo sería de otro color y luciría el sol de distinto modo que en su villa natal. Miranda, a cuenta de un empréstito que negoció contando satisfacerlo después a expensas del generoso suegro, hizo venir de la corte lindas finezas, un aderezo de brillantes, un cajón atestado de lucidas galas, envío de renombrado sastre de señoras. Mujer al cabo Lucía, y nuevos para ella tales primores, más de una vez, como la Margarita de Fausto, se colgó ante un espejillo los preciosos dijes, complaciéndose en sacudir la cabeza a fin de que fulgurasen los resplandores de los pendientes y las flores de pedrería salpicadas por el obscuro cabello. En esto se solazan las mujeres cuando son niñas, y todavía muchísimo tiempo después de dejar de serlo. Pero Lucía no era niña para siempre. ...

En la línea 805
del libro Un viaje de novios
del afamado autor Emilia Pardo Bazán
... Solía la voz de la anémica romper el encanto. -Eh, chica… ¿en qué estarás tú pensando? ¡Qué románticas son estas niñas criadas en provincia! ...

En la línea 850
del libro Un viaje de novios
del afamado autor Emilia Pardo Bazán
... No había podido obtener Pilar que Lucía la acompañase al salón de Damas; cortedad y encogimiento de niña educada en provincia se lo vedaban, haciéndole temer más que al fuego a aquellas mujeres curiosas que examinarían su tocado como el diestro confesor los repliegues de la conciencia del penitente. Pilar, en cambio, estaba allí en su elemento y esfera natural. Su voz algo aflautada sólo rendía el pabellón ante el ceceo cubano de la Amézaga capitana. ...

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