Cual es errónea Paraguas o Parraguas?
La palabra correcta es Paraguas. Sin Embargo Parraguas se trata de un error ortográfico.
La falta ortográfica detectada en la palabra parraguas es que se ha eliminado o se ha añadido la letra r a la palabra paraguas
Más información sobre la palabra Paraguas en internet
Paraguas en la RAE.
Paraguas en Word Reference.
Paraguas en la wikipedia.
Sinonimos de Paraguas.
Errores Ortográficos típicos con la palabra Paraguas
Cómo se escribe paraguas o parraguas?
Cómo se escribe paraguas o paraguaz?
Cómo se escribe paraguas o parajuas?
Algunas Frases de libros en las que aparece paraguas
La palabra paraguas puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 8923
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... ¿Quién pensaba en los aguaceros? En las reuniones de segundo orden, que abundaban en Vetusta, la humedad excitaba la alegría; cada cual se iba al agujero de costumbre y era de oír, por ejemplo, la algazara con que entraban en el portal de la casa de Visita los que la favorecían una vez por semana honrando sus salones, que eran sala y gabinete; eran de oír las carcajadas, las bromas de los tertulios guarecidos bajo los paraguas que recibían con estrépito las duchas de los tremendos serpentones de hojalata. ...
En la línea 11616
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... La calle se cubrió de paraguas. ...
En la línea 11623
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Ladró a la caja, a los paraguas y volvió a esconderse. ...
En la línea 11647
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... La lluvia empezó a caer perpendicular, pero en gotas mayores, los paraguas retumbaban con estrépito lúgubre y chorreaban por todas sus varillas. ...
En la línea 556
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Así, se le oyó decir más de una vez: «Parece que no lloverá; pero sacaré el paraguas e pur si muove». ...
En la línea 1906
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Cuentan que doña Lupe se quedó un buen rato como quien ve visiones. Después dio a entender que algo barruntaba ella, por la conducta anómala de su sobrino. ¡Casarse con una que ha tenido que ver con muchos hombres! ¡Bah!, no sería cierto quizás. Y si lo era, pronto se había de saber; porque, eso sí, a doña Lupe no se le apagaría en el cuerpo la bomba, y aquella misma noche o al día siguiente por la mañana, Maximiliano y ella se verían las caras… Que la señora viuda de Jáuregui estaba volada, lo probó la inseguridad de su paso al recorrer la distancia entre el domicilio de las de la Caña y el suyo. Hablaba sola, y se le cayó el paraguas dos veces, y cuando se bajó a recogerlo, se le cayó el pañuelo, y por fin, en vez de entrar en el portal de su casa, entró en el próximo. ¡Como estuviera en casa el muy hipocritón, su tía le iba a poner verde! Pero no estaría seguramente, porque eran las once de la noche, y el señoritingo no entraba ya nunca antes de las doce o la una… ¡Quién lo había de decir; pero quién lo había de decir… !, aquel cuitado, aquella calamidad de chico, aquella inutilidad, tan fulastre y para poco que no tenía aliento para apagar una vela, y que a los dieciocho años, sí, bien lo podía asegurar doña Lupe, no sabía lo que son mujeres y creía que los niños que nacen vienen de París; aquel hombre fallido enamorarse así, ¡y de quién!, ¡de una mujer perdida… !, pero perdida… en toda la extensión de la palabra. ...
En la línea 2
del libro Niebla
del afamado autor Miguel De Unamuno
... Al aparecer Augusto a la puerta de su casa extendió el brazo derecho, con la mano palma abajo y abierta, y dirigiendo los ojos al cielo quedóse un momento parado en esta actitud estatuaria y augusta. No era que tomaba posesión del mundo exterior, sino era que observaba si llovía. Y al recibir en el dorso de la mano el frescor del lento orvallo frunció el sobrecejo. Y no era tampoco que le molestase la llovizna, sino el tener que abrir el paraguas. ¡Estaba tan elegante, tan esbelto, plegado y dentro de su funda! Un paraguas cerrado es tan elegante como es feo un paraguas abierto. ...
En la línea 2
del libro Niebla
del afamado autor Miguel De Unamuno
... Al aparecer Augusto a la puerta de su casa extendió el brazo derecho, con la mano palma abajo y abierta, y dirigiendo los ojos al cielo quedóse un momento parado en esta actitud estatuaria y augusta. No era que tomaba posesión del mundo exterior, sino era que observaba si llovía. Y al recibir en el dorso de la mano el frescor del lento orvallo frunció el sobrecejo. Y no era tampoco que le molestase la llovizna, sino el tener que abrir el paraguas. ¡Estaba tan elegante, tan esbelto, plegado y dentro de su funda! Un paraguas cerrado es tan elegante como es feo un paraguas abierto. ...
En la línea 3
del libro Niebla
del afamado autor Miguel De Unamuno
... «Es una desgracia esto de tener que servirse uno de las cosas –pensó Augusto–; tener que usarlas, el use estropea y hasta destruye toda belleza. La función más noble de los objetos es la de ser contemplados. ¡Qué bella es una naranja antes de comida! Esto cambiará en el cielo cuando todo nuestro oficio se reduzca, o más bien se ensanche a contemplar a Dios y todas las cosas en Él. Aquí, en esta pobre vida, no nos cuidamos sino de servimos de Dios; pretendemos abrirlo, como a un paraguas, para que nos proteja de toda suerte de males.» ...
En la línea 4
del libro Niebla
del afamado autor Miguel De Unamuno
... Díjose así y se agachó a recogerse los pantalones. Abrió el paraguas por fin y se quedó un momento suspenso y pensando: «y ahora, ¿hacia dónde voy?, ¿tiro a la derecha o a la izquierda?» Porque Augusto no era un caminante, sino un paseante de la vida. «Esperaré a que pase un perro –se dijo– y tomaré la dirección inicial que él tome.» ...
En la línea 1900
del libro Grandes Esperanzas
del afamado autor Charles Dickens
... paraguas. ...
En la línea 186
del libro Un viaje de novios
del afamado autor Emilia Pardo Bazán
... Diciendo lo cual, cogió de la red manta, saco y lío de paraguas; pero Lucía con su juvenil vigor y sus hábitos de hija del pueblo arrebatole de la mano lo más pesado, el saco, y brincando, ligera como un ave, al suelo, dio a correr hacia la fonda. ...
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Reglas relacionadas con los errores de r
Las Reglas Ortográficas de la R y la RR
Entre vocales, se escribe r cuando su sonido es suave, y rr, cuando es fuerte aunque sea una palabra derivada o compuesta que en su forma simple lleve r inicial. Por ejemplo: ligeras, horrores, antirreglamentario.
En castellano no es posible usar más de dos r

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