Cual es errónea Llevo o Yevo?
La palabra correcta es Llevo. Sin Embargo Yevo se trata de un error ortográfico.
La Palabra yevo es una error ortográfica de la palabra llevo en la que se ha cambiado la letra u por la ü o viceversa, esto es falta o sobra la diéresis sobre una de sus vocales u de la palabra correcta que es llevo
Errores Ortográficos típicos con la palabra Llevo
Cómo se escribe llevo o llebo?
Cómo se escribe llevo o yevo?
Algunas Frases de libros en las que aparece llevo
La palabra llevo puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 775
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Créeme: el que muerde la fatal manzana de que hablan esos señores amigos de nuestro principal, no se quita jamás el gusto de los labios. Se cambia de envoltura para seguir viviendo, pero de alma ¡nunca! El que duda una vez, y razona y critica, ese ya no cree jamás como los devotos sinceros; cree porque se lo aconseja la razón, o porque se lo imponen sus conveniencias. Por esto, cuando veas a uno, como yo, hablar de fe y de creencias, di que miente porque le conviene, o que se engaña a sí mismo para proporcionarse cierta tranquilidad... Fermín, hijo mío; el pan no me lo gano dulcemente, sino a costa de bajezas de alma, que me dan vergüenza. ¡Yo, que en _mis tiempos_ era de una altivez y una virtud con púas de erizo!... Pero piensa que llevo a cuestas a mis hijas, que quieren comer y vestir y todo lo demás que es necesario para atrapar a un marido, y que mientras éste no se presente debo mantenerlas aunque sea robando. ...
En la línea 1335
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Y Rafael reía como un bendito, lo mismo que el señor Fermín. ¡Pero qué don Luis tan gracioso y tan bueno! El señorito, continuando en el tono de cómica gravedad, se encaraba con su aperador: --Ríe, bigardo... ¡Mirad ustedes, qué satisfechote está de la envidia que le tienen los demás! El mejor día te mato y me llevo a Mariquita de la Luz, y la pongo en un trono en Jerez en medio de la plaza Nueva, y al pie toos los gitanos de Andalucía para que toquen y bailen, y se arranquen cantando a la reina de la hermosura y de la gracia, todo lo que merece... Eso lo hago yo: Luis Dupont, aunque mi primo me excomulgue. ...
En la línea 1459
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... --¿Tendrá otro novio?--dijo.--¿Se habrá enamorado de alguien? --No; eso no--se apresuró a responder Rafael, como si esta convicción le sirviese de consuelo.--Lo mismo pensé en el primer momento y me vi ya metío en la cárcel de Jerez y luego en presidio. Al que me quite a mi Mariquilla de la Lú, lo mato. Pero ¡ay! que no me la quita nadie: que es ella la que se va... He pasao los días vigilando de lejos la torre de Marchamalo. ¡Las copas que llevo bebías en el ventorro de la carretera y que se me golvían veneno al ver bajar o subir a alguien la cuesta de la viña!... He pasao las noches tendido entre las cepas, con la escopeta al lado, dispuesto a meterle un puñao de postas en el vientre al primero que se acercase a la reja... Pero no he visto más que a los mastines. La reja cerrá. Y entretanto, el cortijo de Matanzuela anda desgobernao, aunque mardita la falta que hago yo con esto de la huelga. Nunca estoy allí: el pobre _Zarandilla_ se lo carga too; si lo supiera el amo, me despedía. Sólo tengo ojos y oídos para celar a tu hermana y sé que no hay noviazgo, que no quiere a nadie. Casi estoy por decirte que aun me tiene algo de ley, ¡mira tú si soy tonto!... Pero la mardita huye de verme, y dice que no me quiere. ...
En la línea 1606
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... --¡En Marchamalo tales abominaciones!--exclamó, saltando de su asiento.--¡La torre de los Dupont, mi casa, a la que llevo mi familia muchas veces, convertida en un antro del vicio! ¡El demonio de la impureza haciendo de las suyas a dos pasos de la capilla, de la casa de Dios, donde sacerdotes sabios han dicho las cosas más hermosas del mundo!... ...
En la línea 5655
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... -Veis de sobra que no llevo espada -dijo el inglés-. ...
En la línea 8846
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... Me llevo bastante bien con mi cocinero, y como no tiene que heredar de mí, tengo en él plena y total confianza. ...
En la línea 9368
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... Hoy llevo el castigo de ese pensamien to homicida. ...
En la línea 9540
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... -No -exclamó Felton-, no, ¡tú vivirás y serás vengada!-Felton, llevo la desgracia a todo lo que me rodea. ...
En la línea 1136
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... ANTONIO.—Yo, personalmente, tampoco tengo miedo, hermano; la noche oscura es para mí igual que el día claro, y el _carrascal_ silvestre lo mismo que la plaza del mercado o que el _chardi_; llevo en el pecho el _bar lachí_, la piedra preciosa a que se pega la aguja. ...
En la línea 1794
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Cuando estoy de guardia, llevo siempre la guitarra, ¡y si viera usted qué _función_ se arma! Mandamos por vino, y los nacionales se pasan la noche bebiendo y bailando, mientras Baltasarito toca la guitarra y canta canciones de _Germania_. ...
En la línea 1965
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Y como veo que es usted alemán, _lieber Herr_, y me agrada su aspecto y su modo de expresarse, le diré a usted en confianza que apenas si conozco el oficio, y ya me han despedido de varias fábricas por mi impericia; las dos pastillas de jabón que llevo en el bolsillo no las he fabricado yo. ...
En la línea 2281
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... «Yo no soy de un partido determinado, _don Jorge_—dijo, pues me había preguntado mi nombre con el fin de darme el tratamiento debido—; yo no soy de un partido determinado, y no estoy por el rey Carlos ni por la _chica_ Isabel; sin embargo, llevo en este maldito pueblo _cristino_ una vida de perro, y hace mucho tiempo que me habría marchado si no fuese porque he nacido aquí y porque no sé adónde ir. ...
En la línea 1664
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Porque quien oyere decir a vuestra merced que una bacía de barbero es el yelmo de Mambrino, y que no salga de este error en más de cuatro días, ¿qué ha de pensar, sino que quien tal dice y afirma debe de tener güero el juicio? La bacía yo la llevo en el costal, toda abollada, y llévola para aderezarla en mi casa y hacerme la barba en ella, si Dios me diere tanta gracia que algún día me vea con mi mujer y hijos. ...
En la línea 1692
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Lo cual será al revés en vuestra merced, o a mí me andarán mal los pies, si es que llevo espuelas para avivar a Rocinante; y póngame yo una por una en el Toboso, y delante de mi señora Dulcinea, que yo le diré tales cosas de las necedades y locuras, que todo es uno, que vuestra merced ha hecho y queda haciendo, que la venga a poner más blanda que un guante, aunque la halle más dura que un alcornoque; con cuya respuesta dulce y melificada volveré por los aires, como brujo, y sacaré a vuestra merced deste purgatorio, que parece infierno y no lo es, pues hay esperanza de salir dél, la cual, como tengo dicho, no la tienen de salir los que están en el infierno, ni creo que vuestra merced dirá otra cosa. ...
En la línea 1917
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... No te turbes, amigo, sino procura hallarte presente a este sacrificio, el cual si no pudiere ser estorbado de mis razones, una daga llevo escondida que podrá estorbar más determinadas fuerzas, dando fin a mi vida y principio a que conozcas la voluntad que te he tenido y tengo''. ...
En la línea 1918
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Yo le respondí turbado y apriesa, temeroso no me faltase lugar para responderla: ''Hagan, señora, tus obras verdaderas tus palabras; que si tú llevas daga para acreditarte, aquí llevo yo espada para defenderte con ella o para matarme si la suerte nos fuere contraria''. ...
En la línea 2290
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... 18 de noviembre.- Salto a tierra muy temprano; me llevo un saco lleno de provisiones y dos mantas, una para mí y otra para mi criado. ata todo a los dos extremos de un palo largo que mis guías taitianos llevan por turno al hombro ...
En la línea 3075
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... ... aba apenas de pasar la estación de las lluvias, y todos los alrededores, muy poco elevados sobre el nivel del mar, están aún encharcados; por lo cual no pude dar ni un paseo. llanura pantanosa sobre que se alza Pernambuco está rodeada en varias millas de extensión por un semicírculo de colinas poco elevadas, límite extremo de una meseta que se eleva a unos 200 pies sobre el nivel del mar. antigua villa de Olenda está situada en uno de los extremos de esa cadena. día tomo una canoa y me dirijo a la ciudad, que por su situación es más limpia y agradable que Pernambuco; y voy a referir un hecho que se me presenta por primera vez en los cinco años casi que llevo de viaje, y es que encuentro gentes poco amables y poco corteses; me niegan del modo más grosero en dos casas permiso para atravesar las huertas, con objeto de subir a una colina no labrada para ver el país; con gran trabajo obtengo la autorización en otra casa. alegro de que haya sucedido esto en el Brasil, porque me gusta poco este país, donde reina todavía la esclavitud ...
En la línea 5475
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... —Gracias que no llevo mis pájaros a la catedral para que canten el Gloria cuando celebro de Pontifical. ...
En la línea 710
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... —Señora—le dijo Ido al tomar lo que se le daba—, estoy agradecidísimo a sus bondades; pero ¡ay!, la señora no sabe que estoy desnudo… quiero decir, que esta ropa que llevo se me está deshaciendo sobre las carnes… Y naturalmente, si la señora tuviera unos pantaloncitos desechados del señor D. Juan… ...
En la línea 996
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... —Vamos a ver, Sr. de Izquierdo—dijo la dama, planteando decididamente la cuestión—. Ya sé por su vecino de usted quién es la mamá de este niño. Está visto que usted no lo puede criar ni educar. Yo me lo llevo. ...
En la línea 999
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... —No, estos tratos no me convienen. Seremos amigos; pero con la condición de que me llevo este pobre ángel a mi casa. ¿Para qué le quiere usted? ¿Para que se críe en esos patios malsanos entre pilletes?… Yo le protegeré a usted, ¿qué quiere?, ¿un destino?, ¿una cantidad? ...
En la línea 1623
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Y siempre que iba de noche por las calles, todo bulto negro o pardo se le antojaba que era la que buscaba. Corría, miraba de cerca… y no era. A veces creía distinguirla de lejos, y la forma se perdía en el gentío como la gota en el agua. Las siluetas humanas que en el claro oscuro de la movible muchedumbre parecen escamoteadas por las esquinas y los portales, le traían descompuesto y sobresaltado. Mujeres vio muchas, a oscuras aquí, allá iluminadas por la claridad de las tiendas; mas la suya no parecía. Entraba en todos los cafés, hasta en algunas tabernas entró, unas veces solo, otras acompañado de Villalonga. Iba con la certidumbre de encontrarla en tal o cual parte; pero al llegar, la imagen que llevaba consigo, como hechura de sus propios ojos, se desvanecía en la realidad. «¡Parece que donde quiera que voy —decía con profundo tedio—llevo su desaparición, y que estoy condenado a expulsarla de mi vista con mi deseo de verla!». Decíale Villalonga que tuviera paciencia; pero su amigo no la tenía; iba perdiendo la serenidad de su carácter, y se lamentaba de que a un hombre tan grave y bien equilibrado como él le trastornase tanto un mero capricho, una tenacidad del ánimo, desazón de la curiosidad no satisfecha. «Cosas de los nervios, ¿verdad Jacintillo? Esta pícara imaginación… Es como cuando tú te ponías enfermo y delirante esperando ver salir una carta que no salía nunca. Francamente, yo me creía más fuerte contra esta horrible neurosis de la carta que no sale». ...
En la línea 583
del libro El príncipe y el mendigo
del afamado autor Mark Twain
... –Pero, su buena Majestad, nada hay que necesite explicación. Nadie puede poner, sus manos en la sagrada persona del Príncipe de Gales; por consiguiente, cuando él falla, los golpes me los llevo yo, y eso es lo justo y lo conveniente, porque éste es mi oficio y mi manera de vivir.[8] ...
En la línea 1468
del libro El príncipe y el mendigo
del afamado autor Mark Twain
... –¡Otro nuevo pretendiente a la corona! –exclamó el oficial–. En verdad que hoy crecen como conejos. Prended al tunante, muchachos, y ved de tenerle sujeto, mientras yo llevo adentro este precioso papel y se lo mando al rey. ...
En la línea 2406
del libro Sandokán: Los tigres de Mompracem
del afamado autor Emilio Salgàri
... —Caí sobre cubierta, atontado por un golpe de mazo. Nos hicieron prisioneros a Inioko y a mí. Las píldoras que, como tú sabes, llevo siempre conmigo, nos salvaron. ...
En la línea 1772
del libro Grandes Esperanzas
del afamado autor Charles Dickens
... - ¡Sí! - me contestó -, ésos son regalos de origen semejante. Uno trae al otro, como se comprende; así se llegan a reunir. Yo los llevo siempre conmigo. Son curiosidades, y, además, valen algo, no mucho, pero algo, en suma, y, por otra parte, se pueden llevar encima. Claro que no son apropiadas para una persona del brillante aspecto de usted, pero para mí sí, sin contar que siempre me ha gustado llevar algo de algún valor. ...
En la línea 1021
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑Ahora, amigo Rodia, como aquí, en tu habitación, todos los días ‑masculló con la boca llena‑. Ha sido cosa de Pachenka, tu amable patrona. Yo, como es natural, no le llevo la contraria. Pero aquí llega Nastasia con el té. ¡Qué lista es esta muchacha! ¿Quieres cerveza, Nastenka? ...
En la línea 1868
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑De ningún modo deben ustedes ir a ver a la patrona ‑exclamó Rasumikhine dirigiéndose a Pulqueria Alejandrovna‑. Lo que usted pretende es un disparate. Por muy madre de él que usted sea, lo exasperaría quedándose aquí, y sabe Dios las consecuencias que eso podría tener. Escuchen; he aquí lo que he pensado hacer: Nastasia se quedará con él un momento, mientras yo las llevo a ustedes a su casa, pues dos mujeres no pueden atravesar solas las calles de Petersburgo… En seguida, en una carrera, volveré aquí, y un cuarto de hora después les doy mi palabra de honor más sagrada de que iré a informarlas de cómo va la cosa, de si duerme, de cómo está, etcétera… Luego, óiganme bien, iré en un abrir y cerrar de ojos de la casa de ustedes a la mía, donde he dejado algunos invitados, todos borrachos, por cierto. Entonces cojo a Zosimof, que es el doctor que asiste a Rodia y que ahora está en mi casa… Pero él no está bebido. Nunca está bebido. Lo traeré a ver a Rodia, y de aquí lo llevaré inmediatamente a casa de ustedes. Así, ustedes recibirán noticias dos veces en el espacio de una hora: primero noticias mías y después noticias del doctor en persona. ¡Del doctor! ¿Qué más pueden pedir? Si la cosa va mal, yo les juro que voy a buscarlas y las traigo aquí; si la cosa va bien, ustedes se acuestan y ¡a dormir se ha dicho… ! Yo pasaré la noche aquí, en el vestíbulo. Él no se enterará. Y haré que Zosimof se quede a dormir en casa de la patrona: así lo tendremos a mano… Porque, díganme: ¿a quién necesita más Rodia en estos momentos: a ustedes o al doctor? No cabe duda de que el doctor es más útil para él, mucho más útil… Por lo tanto, vuélvanse a casa. Además, ustedes no pueden quedarse en el piso de la patrona. Yo puedo, pero ustedes no: ella no lo querrá, porque… porque es una necia. Tendría celos de Avdotia Romanovna, celos a causa de mi persona, ya lo saben. Y, a lo mejor, también tendría celos de usted, Pulqueria Alejandrovna. Pero de su hija no me cabe la menor duda de que los tendría. Es una mujer muy rara… Bien es verdad que también yo soy un estúpido… ¡Pero no me importa… ! Bueno, vamos. Porque me creen, ¿verdad? Díganme: ¿me creen o no me creen? ...
En la línea 2596
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... «Sí, lo soy, aunque sólo sea, primero, porque me llamo gusano a mí mismo, y segundo, porque llevo todo un mes molestando a la Divina Providencia al ponerla por testigo de que yo no hacía aquello para procurarme satisfacciones materiales, sino con propósitos nobles y grandiosos. ¡Ah!, y también porque decidí observar la más rigurosa justicia y la más perfecta moderación en la ejecución de mi plan. En primer lugar elegí el gusano más nocivo de todos, y, en segundo, al matarlo, estaba dispuesto a no quitarle sino el dinero estrictamente necesario para emprender una nueva vida. Nada más y nada menos (el resto iría a parar a los conventos, según la última voluntad de la vieja)… En fin, lo cierto es que soy un gusano, de todas formas ‑añadió rechinando los dientes‑. Porque soy tal vez más vil e innoble que el gusano al que asesiné y porque yo presentía que, después de haberlo matado, me diría esto mismo que me estoy diciendo… ¿Hay nada comparable a este horror? ¡Cuánta villanía! ¡Cuánta bajeza… ! ¡Qué bien comprendo al Profeta, montado en su caballo y empuñando el sable! '¡Alá lo ordena! Sométete, pues, miserable y temblorosa criatura.' Tiene razón, tiene razón el Profeta cuando alinea sus tropas en la calle y mata indistintamente a los culpables y a los justos, sin ni siquiera dignarse darles una explicación. Sométete, pues, miserable y temblorosa criatura, y guárdate de tener voluntad. Esto no es cosa tuya… ¡Oh! Jamás, jamás perdonaré a la vieja.» ...
En la línea 2657
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑Es cierto que tengo aquí conocidos ‑dijo el visitante, sin responder a la pregunta principal que se le acababa de dirigir‑. Ya me he cruzado con algunos, pues llevo tres días paseando. Yo los he reconocido y ellos me han reconocido a mí, creo yo. Es natural que sea un hombre bien relacionado. Voy bien vestido y se me considera como hombre acomodado, pues, a pesar de la abolición de la servidumbre, nos quedan bosques y praderas fertilizados por nuestros ríos, que siguen proporcionándonos una renta. Pero no quiero reanudar mis antiguas relaciones; hace ya tiempo que estas amistades no me seducen. Ya hace tres días que voy vagando por aquí, y todavía no he visitado a nadie… Además, ¡esta ciudad… ! ¿Ha observado usted cómo está edificada? Es una población de funcionarios y seminaristas. Verdaderamente, hay muchas cosas en que yo no me fijaba hace ocho años, cuando no hacía otra cosa que holgazanear e ir por esos círculos, por esos clubes, como el Dussaud. No volveré a visitar ninguno ‑continuó, fingiendo no darse cuenta de la muda interrogación del joven‑. ¿Qué placer se puede experimentar en hacer fullerías? ...
En la línea 724
del libro Un viaje de novios
del afamado autor Emilia Pardo Bazán
... -¿Si pensarás, si pensarás tú que me la das con tus lagoterías? Anda, déjame en paz… te llevo porque es preciso, preciso, si no ¿quién te aguanta en invierno? Pero a ver cómo somos formales, formales… o te quemo esos moños malditos… al fin nunca vas sino hecha una cursi, una cursi… ...

El Español es una gran familia
Vaya error ortográfico ¡¡¡¡
Reglas relacionadas con los errores de ll;y
Las Reglas Ortográficas de la LL y la Y
Se escribe LL:
Se escribe ll en las palabras que terminan en -illo, -illa. Por ejemplo: librillo, ventanilla.
Las Reglas Ortográficas de la Y:
Se escriben con y algunos tiempos y personas de los verbos cuyos infinitivos terminan en -uir:
Presente del Modo Indicativo
Ejemplos: construyo, influyes, huyo.
Excepciones: Nunca se escriben con y la primera y segunda personas del plural: huimos, construís, influimos.
Modo Imperativo
Ejemplo: construye, influye, influyamos, construya
Tercera persona del singular y del plural del pretérito indefinido.
Ejemplos: influyó, influyeron, construyó, construyeron
Modo subjuntivo.
Ejemplos: influya, construyera, influyere
Se escriben con y algunas formas de los verbos caer, leer, oír.
Ejemplos: cayó, leyeras, oyes

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Más información sobre la palabra Llevo en internet
Llevo en la RAE.
Llevo en Word Reference.
Llevo en la wikipedia.
Sinonimos de Llevo.
Palabras parecidas a llevo
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La palabra creencias
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La palabra conveniencias
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