Cual es errónea Instintos o Inztintoz?
La palabra correcta es Instintos. Sin Embargo Inztintoz se trata de un error ortográfico.
El Error ortográfico detectado en el termino inztintoz es que hay un Intercambio de las letras s;z con respecto la palabra correcta la palabra instintos
Errores Ortográficos típicos con la palabra Instintos
Cómo se escribe instintos o hinstintos?
Cómo se escribe instintos o inztintoz?

la Ortografía es divertida
Algunas Frases de libros en las que aparece instintos
La palabra instintos puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 1284
del libro La Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Hacíanse visibles sus fieros instintos, petrificados en plena juventud, e insensibles al paso del tiempo. ...
En la línea 2231
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... ... r otra parte, muchos individuos, tanto en las islas Galápagos como en las Falkland, han sufrido ataques del hombre, y, sin embargo, no han aprendido todavía a temerle. todo lo cual podemos deducir que la introducción de un animal de presa en un país debe causar desastres horribles antes que los instintos de los habitantes indígenas se adapten a la astucia o la fuerza del extranjero. ...
En la línea 629
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... La visita de Obdulia a la catedral había despertado sus instintos anafrodíticos, su pasión desinteresada por la mujer, diríase mejor, por la señora. ...
En la línea 1456
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Creyó en una gran injusticia que era la ley del mundo, porque Dios quería, tuvo miedo de lo que los hombres opinaban de todas las acciones, y contradiciendo poderosos instintos de su naturaleza, vivió en perpetua escuela de disimulo, contuvo los impulsos de espontánea alegría; y ella, antes altiva, capaz de oponerse al mundo entero, se declaró vencida, siguió la conducta moral que se le impuso, sin discutirla, ciegamente, sin fe en ella, pero sin hacer traición nunca. ...
En la línea 1502
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Pero como de abandonarse a sus instintos, a sus ensueños y quimeras se había originado la nebulosa aventura de la barca de Trébol, que la avergonzaba todavía, miraba con desconfianza, y hasta repugnancia moral, cuanto hablaba de relaciones entre hombres y mujeres, si de ellas nacía algún placer, por ideal que fuese. ...
En la línea 2968
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Burlándose de Trabuco había apartado a Paco, que tenía instintos de verdadero elegante, de tales propósitos. ...
En la línea 815
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... «¡Eh!, chiquillos, venid acá» repitió Guillermina; y se fueron acercando escalonados por secciones, como cuando se va a dar un ataque. Algunos, más resueltos, las manos a la espalda, miraron a las dos damas del modo más insolente. Pero uno de ellos, que sin duda tenía instintos de caballero, se quitó de la cabeza un andrajo que hacía el papel de gorra y les preguntó que a quién buscaban. «¿Eres tú del señor de Ido?». El rapaz respondió que no, y al punto destacose del grupo la niña de las zancas largas, de las greñas sueltas y de los zapatos de orillo, apartando a manotadas a todos los demás muchachos que se enracimaban ya en derredor de las señoras. ...
En la línea 2663
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Y rompió a reír de nuevo con aquella franqueza insolente que a Fortunata le agradaba, cosa extraña, despertando en su alma instintos de dulce perversidad. ...
En la línea 3375
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... «¿Quién duda—seguía pensando—, que es prudente evitar el escándalo? Yo no puedo parecerme a este y el otro y el de más allá, que viven en la anarquía, señalados de todo el mundo. Hay otra razón, y es que se me está volviendo antipática, lo mismo que la otra vez. La pobrecilla no aprende, no adelanta un solo paso en el arte de agradar; no tiene instintos de seducción, desconoce las gaterías que embelesan. Nació para hacer la felicidad de un apreciable albañil, y no ve nada más allá de su nariz bonita. ¿Pues no le ha dado ahora por hacerme camisas? ¡Buenas estarían!… Habla con sinceridad; pero sin gracia ni esprit. ¡Qué diferente de Sofía la Ferrolana, que, cuando Pepito Trastamara la trajo del primer viaje a París, era una verdadera Dubarry españolizada! Para todas las artes se necesitan facultades de asimilación, y esta marmotona que me ha caído a mí es siempre igual a sí misma. Con decir que hace días le dio por estar rezando toda la tarde… ¿y para qué?… para pedirle a Dios chiquillos… ...
En la línea 3389
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... La salita en que estaba tenía ese lujo allegadizo que sustituye al verdadero allí donde el concubinato elegante vive aún en condiciones de timidez y más bien como ensayo. Había muebles forrados de seda y cortinas hermosas; pero aquellos eran feotes, de amaranto combinado con verde-limón; las cortinas estaban torcidas, las guardamalletas mal colocadas, la alfombra mal casada; y las jardineras de bazar, con begonias de trapo, cojeaban. El reloj de la consola no había sabido nunca lo que es dar la hora. Era dorado, con figuras como de pastores, haciendo juego con candelabros encerrados en guardabrisas. Había laminitas compradas en baratillos, con marcos de cruceta, y otras mil porquerías con pretensiones de lujo y riqueza, todo ello anterior a la transformación del gusto que se ha verificado de diez años a esta parte. Santa Cruz miraba esta sala con cierto orgullo, viendo en ella como un testimonio de su esplendidez; pero al mismo tiempo solía ridiculizar a Fortunata por su mal gusto. Ciertamente que para vestirse tenía instintos de elegancia; pero en muebles y decoración de casa desbarraba. En suma, que ella tendría todas las cualidades que quisiera; pero lo que es chic no tenía. ...
En la línea 1638
del libro Veinte mil leguas de viaje submarino
del afamado autor Julio Verne
... Había algo que me inducía a descartar la hipótesis sustentada por Conseil, quien persistía en considerar al comandante del Nautilus como uno de esos sabios desconocidos que responden con el desprecio a la indiferencia de la humanidad. Para Conseil, el capitán Nemo era un genio incomprendido que, cansado de las decepciones terrestres, había debido refugiarse en ese medio inaccesible en el que ejercía libremente sus instintos. Pero, en mi opinión, tal hipótesis no explicaba más que una de las facetas del capitán Nemo. ...
En la línea 1639
del libro Veinte mil leguas de viaje submarino
del afamado autor Julio Verne
... El misterio de la noche en que se nos había recluido y narcotizado, el violento gesto del capitán al arrancarme el catalejo con el que me disponía a escrutar el horizonte, y la herida mortal de aquel hombre causada por un choque inexplicable del Nautilus, eran datos que me llevaban a plantearme el problema en otros términos. ¡No! ¡El capitán Nemo no se limitaba a rehuir a los hombres! ¡Su formidable aparato no era solamente un vehículo para sus instintos de libertad, sino también, tal vez, un instrumento puesto al servicio de no sé qué terribles represalias! ...
En la línea 115
del libro La llamada de la selva
del afamado autor Jack London
... Esa agitación de ancestrales instintos que en determinadas épocas lleva a los hombres a salir de las bulliciosas ciudades y dirigirse a los bosques y planicies para matar seres vivos con perdigones impulsados químicamente; esa sed de sangre, ese placer de matar: todo ello estaba actuando en Buck, aunque de forma infinitamente más intensa. Marchaba a la cabeza de la jauría, extenuando a aquel animal silvestre, la carne viviente, para matar con sus propios dientes y mojarse el hocico hasta los ojos con la sangre tibia. ...
En la línea 152
del libro La llamada de la selva
del afamado autor Jack London
... Quizá lo que más le gustaba era tumbarse cerca del fuego con las patas traseras bajo el cuerpo y las delanteras extendidas, erguida la cabeza, con templando las llamas con aire soñador. A veces pensaba en la vasta finca del juez Miller en el soleado valle de Santa Clara, en el tanque de cemento donde nadaba, en Ysabel, la chihuahua, y en Toots, la perrita japonesa; pero con mayor frecuencia evocaba al hombre del jersey rojo, la muerte de Curly, el gran duelo con Spitz y las cosas buenas que había comido o le gustaría comer. No sentía nostalgia. Los recuerdos de las tierras soleadas eran difusos y distantes y no le influían. Mucho más poderosa era la memoria hereditaria, que teñía de aparente familiaridad cosas nunca vistas antes; los instintos (que no eran sino los recuerdos de sus antepasados convertidos en hábito) debilitados por el paso de los años que despertaban y revivían en él. ...
En la línea 138
del libro Amnesia
del afamado autor Amado Nervo
... Un instinto sagrado, empero hacíala amarla. ¿No dicen los palingenésicos que a través de la vida los antiguos amores se vuelven instintos? Con frecuencia la tenía en sus brazos, la dormía en sus rodillas; la acariciaba. ...

El Español es una gran familia
Reglas relacionadas con los errores de s;z
Las Reglas Ortográficas de la S
Se escribe s al final de las palabras llanas.
Ejemplos: telas, andamos, penas
Excepciones: alférez, cáliz, lápiz
Se escriben con s los vocablos compuestos y derivados de otros que también se escriben con esta letra.
Ejemplos: pesar / pesado, sensible / insensibilidad
Se escribe con s las terminaciones -esa, -isa que signifiquen dignidades u oficios de mujeres.
Ejemplos: princesa, poetisa
Se escriben con s los adjetivos que terminan en -aso, -eso, -oso, -uso.
Ejemplos: escaso, travieso, perezoso, difuso
Se escribe con s las terminaciones -ísimo, -ísima.
Ejemplos: altísimo, grandísima
Se escribe con s la terminación -sión cuando corresponde a una palabra que lleva esa letra, o cuando otra palabra derivada lleva -sor, -sivo, -sible,-eso.
Ejemplos: compresor, compresión, expreso, expresivo, expresión.
Se escribe s en la terminación de algunos adjetivos gentilicios singulares.
Ejemplos: inglés, portugués, francés, danés, irlandés.
Se escriben s con las sílabas iniciales des-, dis-.
Ejemplos: desinterés, discriminación.
Se escribe s en las terminaciones -esto, -esta.
Ejemplos: detesto, orquesta.
Las Reglas Ortográficas de la Z
Se escribe z y no c delante de a, o y u.
Se escriben con z las terminaciones -azo, -aza.
Ejemplos: pedazo, terraza
Se escriben con z los sustantivos derivados que terminan en las voces: -anza, -eza, -ez.
Ejemplos: esperanza, grandeza, honradez
La X y la S
Te vas a reir con las pifia que hemos hemos encontrado cambiando las letras s;z
Más información sobre la palabra Instintos en internet
Instintos en la RAE.
Instintos en Word Reference.
Instintos en la wikipedia.
Sinonimos de Instintos.
Palabras parecidas a instintos
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La palabra brillaban
La palabra mortecinos
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La palabra nosotros
La palabra talones
La palabra jaca
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