Cual es errónea Hondos o Ondos?
La palabra correcta es Hondos. Sin Embargo Ondos se trata de un error ortográfico.
La falta ortográfica detectada en la palabra ondos es que se ha eliminado o se ha añadido la letra h a la palabra hondos
Reglas relacionadas con los errores de h
Las Reglas Ortográficas de la H
Regla 1 de la H Se escribe con h todos los tiempos de los verbos que la llevan en sus infinitivos. Observa estas formas verbales: has, hay, habría, hubiera, han, he (el verbo haber), haces, hago, hace (del verbo hacer), hablar, hablemos (del verbo hablar).
Regla 2 de la H Se escriben con h las palabras que empiezan con la sílaba hum- seguida de vocal. Observa estas palabras: humanos, humano.
Se escriben con h las palabras que empiezan por hue-. Por ejemplo: huevo, hueco.
Regla 3 de la H Se escriben con h las palabra que empiezan por hidro- `agua', hiper- `superioridad', o `exceso', hipo `debajo de' o `escasez de'. Por ejemplo: hidrografía, hipertensión, hipotensión.
Regla 4 de la H Se escriben con h las palabras que empiezan por hecto- `ciento', hepta- `siete', hexa- `seis', hemi- `medio', homo- `igual', hemat- `sangre', que a veces adopta las formas hem-, hemo-, y hema-, helio-`sol'. Por ejemplo: hectómetro, heptasílaba, hexámetro, hemisferio, homónimo, hemorragia, helioscopio.
Regla 5 de la H Los derivados de palabras que llevan h también se escriben con dicha letra.
Por ejemplo: habilidad, habilitado e inhábil (derivados de hábil).
Excepciones: - óvulo, ovario, oval... (de huevo)
- oquedad (de hueco)
- orfandad, orfanato (de huérfano)
- osario, óseo, osificar, osamenta (de hueso)
Mira que burrada ortográfica hemos encontrado con la letra h

El Español es una gran familia
Algunas Frases de libros en las que aparece hondos
La palabra hondos puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 1791
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Una de las cosas a que Maximiliano daba más importancia para poner en ejecución su plan redentorista era que Fortunata le amara, porque sin esto la sublime obra iba a tener sus dificultades. Si Fortunata se prendaba de él, aunque se prendara por lo moral, que es la menor cantidad de amor posible, no era tan difícil que él la convirtiera al bien por la atracción de su alma. De esta necesidad de amor previo emanaba la insistencia con que Maximiliano le preguntaba a su ídolo si le quería ya algo, si le iba queriendo. Algunas veces contestaba ella que sí con esa facilidad mecánica y rutinaria de los niños aplicados que se saben la lección; otras veces, más sincera y reflexiva, respondía que el cariño no depende de la voluntad ni menos de la razón, y por esto acontece que una mujer, que no tiene pelo de tonta, se enamorisca de cualquier pelagatos, y da calabazas a las personas decentes. Aseguraba estar muy agradecida a Maximiliano por lo bien que se había portado con ella, y de aquella gratitud saldría, con el trato, el querer. Según Rubín, el orden natural de las cosas en el mundo espiritual establece que el amor nazca del agradecimiento, aunque también nace de otros padres. El corazón le decía, como él dice las cosas, a la calladita, que Fortunata le había de querer de firme; y esperaba con paciencia el cumplimiento de esta dulce profecía. Sin embargo, no las tenía todas consigo, porque como se dan casos de que salga fallido lo que el corazón anuncia, pasaba el pobre chico horas de verdadera angustia, y a solas en su casa, se metía en unos cálculos muy hondos para averiguar el estado de los sentimientos de su querida. Rápidamente pasaba de la duda más cruel a las afirmaciones terminantes. Tan pronto pensaba que no le quería ni pizca, como que le empezaba a querer, y todo era discutir y analizar palabras, gestos y actos de ella, interpretándolos de una manera o de otra. «¿Por qué me dijo tal o cual cosa? ¿Qué querría expresar con aquella reticencia?… Y aquella carcajadita, ¿qué significaba?… Ayer, cuando me abrió la puerta, no me dijo nada… Pero cuando me marché díjome que me abrigara bien». ...
En la línea 1995
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Doña Lupe, al llegar aquí, se engolfó en cavilaciones tan abstrusas que no es posible seguirla. Su mente se sumergía y salía a flote, como un madero arrojado en medio de las bravas olas. La buena señora estuvo así toda la tarde. Llegada la noche, deseaba ardientemente que el sobrino entrase de la calle para descargar sobre él todo el material de lavas que el volcán de su pecho no podía contener. Entró el sietemesino muy tarde, cuando su tía estaba ya comiendo y se había servido el cocido. Maximiliano se sentó a la mesa sin decir nada, muy grave y algo azorado. Empezó a comer con apetito la sopa fría, echando miradas indagatorias e inquietas a su señora tía, que evitaba el mirarle… por no romper… «Debo contenerme—pensaba ella—, hasta que coma… Y parece que tiene ganitas… ». A ratos el joven daba hondos suspiros mirando a su tía, cual si deseara tener una explicación con ella. Más de una vez quiso doña Lupe romper en denuestos; pero el silencio y la compostura de su sobrino la contenían, haciéndole temer que se repitiera el rasgo varonil de aquella mañana. Por fin, apenas cató el joven unas pasas que de postre había, se levantó para ir a su cuarto; y apenas le vio doña Lupe de espalda, se le encendieron bruscamente los ánimos y corrió tras él, conteniendo las palabras que a la boca se le salían. Estaba el pobre chico encendiendo el quinqué de su cuarto, cuando la señora apareció en la puerta, gritando con toda la fuerza de sus pulmones: «Zascandil». ...
En la línea 4686
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Doña Lupe dejó la costura y se preparó a hablar, como los oradores de profesión. «Yo me pongo en el caso de una mujer que siente una pasión antigua, con raigones muy hondos y que no se pueden arrancar. Hay casos, y verdaderamente, esto es para mirarlo despacio. Pues si tú hubieras venido a mí y me hubieras dicho: 'Tía, esto me pasa. Me persiguen; yo no sé si podré defenderme; soy débil; ayúdeme usted… '. ¡Oh!, la cosa variaba mucho. Porque yo te habría dirigido, yo te habría dado fortaleza, consuelo… Pero no; se te antoja campar por tus respetos, y hacer y acontecer, como una mozuela sin juicio… Eso es un disparate: ahí tienes, ahí tienes el motivo de todas tus desgracias al no contar para nada con las personas que deben guiarte. Total; que cuando acudas pidiendo socorro ya será tarde, y esas personas te dirán: 'Entiéndete ahora, húndete, y cúbrete de vergüenza y date a los demonios'». ...

la Ortografía es divertida
Errores Ortográficos típicos con la palabra Hondos
Cómo se escribe hondos o hondoz?
Cómo se escribe hondos o ondos?
Más información sobre la palabra Hondos en internet
Hondos en la RAE.
Hondos en Word Reference.
Hondos en la wikipedia.
Sinonimos de Hondos.
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