Cual es errónea Hablan o Ablan?
La palabra correcta es Hablan. Sin Embargo Ablan se trata de un error ortográfico.
La falta ortográfica detectada en la palabra ablan es que se ha eliminado o se ha añadido la letra h a la palabra hablan
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Sinonimos de Hablan.

la Ortografía es divertida
Reglas relacionadas con los errores de h
Las Reglas Ortográficas de la H
Regla 1 de la H Se escribe con h todos los tiempos de los verbos que la llevan en sus infinitivos. Observa estas formas verbales: has, hay, habría, hubiera, han, he (el verbo haber), haces, hago, hace (del verbo hacer), hablar, hablemos (del verbo hablar).
Regla 2 de la H Se escriben con h las palabras que empiezan con la sílaba hum- seguida de vocal. Observa estas palabras: humanos, humano.
Se escriben con h las palabras que empiezan por hue-. Por ejemplo: huevo, hueco.
Regla 3 de la H Se escriben con h las palabra que empiezan por hidro- `agua', hiper- `superioridad', o `exceso', hipo `debajo de' o `escasez de'. Por ejemplo: hidrografía, hipertensión, hipotensión.
Regla 4 de la H Se escriben con h las palabras que empiezan por hecto- `ciento', hepta- `siete', hexa- `seis', hemi- `medio', homo- `igual', hemat- `sangre', que a veces adopta las formas hem-, hemo-, y hema-, helio-`sol'. Por ejemplo: hectómetro, heptasílaba, hexámetro, hemisferio, homónimo, hemorragia, helioscopio.
Regla 5 de la H Los derivados de palabras que llevan h también se escriben con dicha letra.
Por ejemplo: habilidad, habilitado e inhábil (derivados de hábil).
Excepciones: - óvulo, ovario, oval... (de huevo)
- oquedad (de hueco)
- orfandad, orfanato (de huérfano)
- osario, óseo, osificar, osamenta (de hueso)
Mira que burrada ortográfica hemos encontrado con la letra h

El Español es una gran familia
Algunas Frases de libros en las que aparece hablan
La palabra hablan puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 775
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Créeme: el que muerde la fatal manzana de que hablan esos señores amigos de nuestro principal, no se quita jamás el gusto de los labios. Se cambia de envoltura para seguir viviendo, pero de alma ¡nunca! El que duda una vez, y razona y critica, ese ya no cree jamás como los devotos sinceros; cree porque se lo aconseja la razón, o porque se lo imponen sus conveniencias. Por esto, cuando veas a uno, como yo, hablar de fe y de creencias, di que miente porque le conviene, o que se engaña a sí mismo para proporcionarse cierta tranquilidad... Fermín, hijo mío; el pan no me lo gano dulcemente, sino a costa de bajezas de alma, que me dan vergüenza. ¡Yo, que en _mis tiempos_ era de una altivez y una virtud con púas de erizo!... Pero piensa que llevo a cuestas a mis hijas, que quieren comer y vestir y todo lo demás que es necesario para atrapar a un marido, y que mientras éste no se presente debo mantenerlas aunque sea robando. ...
En la línea 1474
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... --Está bien, hombre: se hará lo que se pueda, pero no llores más, ni sueltes esas oraciones, que pareces don Pablo, mi principal, cuando le hablan de Dios. Veré a Mariquita: le hablaré de ti: le diré a la muy indina lo que merece. ¿Qué; estás ya contento?... ...
En la línea 362
del libro El cuervo
del afamado autor Leopoldo Alias Clarín
... Y vuelve el coro a cantar, a cantar los terrores de la muerte; terrores de que no habla la letra, a que nadie atiende, pero de que hablan las voces cavernosas, el canto llano, el aparato fúnebre. ...
En la línea 3108
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... Pero escuchemos, me parece que hablan de mí. ...
En la línea 1796
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Me lo han enseñado los _toreros_ de Andalucía; todos hablan _gitano_, y muchos lo son de raza. ...
En la línea 1819
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... La población de Constantinopla es harto singular, pero han contribuído a formarla veinte naciones—griegos, armenios, persas, polacos, judíos; estos últimos de origen español, dicho sea de paso, y que aún hablan entre sí el castellano antiguo. ...
En la línea 2567
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Puso en mí gran confianza, más que nada porque hablo el español con gran pureza; lo aprendí con los judíos, que, según he oído decir a _Monsieur_ Zea, lo hablan mejor que los actuales españoles de nacimiento. ...
En la línea 4323
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... La _alameda_ es una plantación de un millar de olmos próximamente, casi todos magníficos; los pobres ferrolanos, con el genuino espíritu localista tan dominante en España, se jactan de que su ciudad posee un paseo público mejor que el de Madrid, y al compararle con el _Prado_ hablan de éste con no disimulado desprecio. ...
En la línea 3523
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Siendo esto ansí, ¿cómo quieren hacerme a mí entender que va encantado? Pues yo he oído decir a muchas personas que los encantados ni comen, ni duermen, ni hablan, y mi amo, si no le van a la mano, hablará más que treinta procuradores. ...
En la línea 690
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... Cuando las diferentes tribus se hacen la guerra se vuelven caníbales. Si hemos de dar crédito al testimonio independiente de un joven interrogado por Mr. Dow y al de Jemmy Button, es realmente cierto que cuando se ven muy estrechados por el hambre en invierno se comen a las mujeres viejas antes de comerse a sus perros; y al preguntar Mister Dow el por qué de esta preferencia, le respondió: «Los perros pillan las nutrias y las viejas no las pillan». También explicó este muchacho cómo hacen para matarlas: las colocan sufre un fuerte humo hasta que se asfixian; y al describir este suplicio, imitaba riéndose, los gritos de las víctimas e indicaba las partes del cuerpo que se consideraban como mejores. Por horrible que sea semejante muerte, infligida por mano de los parientes y de los amigos, es más horrible aún pensar en los terrores que deben asaltar a las ancianas cuando el hambre comience a dejarse sentir. Se nos ha contado que entonces se escapan para salvarse a las montañas, pero que los hombres las persiguen y se las traen al matadero, ¡su propio hogar! El capitán Fitz Roy no ha podido nunca llegar a saber si los fueguenses creen en otra vida. A veces entierran a sus muertos en cavernas y otras en los bosques de las montañas; pero no hemos podido averiguar qué clase de ceremonias acompañan a la sepultura. Jemmy Button no quería comer pájaros, porque no quería comer hombres muertos; no hablan de los muertos sino con repugnancia. No tenemos motivo para creer que realicen ceremonia religiosa alguna; sin embargo, quizás las palabras murmuradas por el viejo antes de distribuir la ballena podrida a su hambrienta familia constituyesen una plegaria. Cada familia o tribu tiene su mágico, cuyas funciones no hemos podido nunca definir con claridad. Jemmy creía en los sueños; pero como ya hemos dicho, no creía en el diablo. En suma, no creo que los fueguenses sean más supersticiosos que algunos de nuestros marinos, porque un viejo contramaestre creía firmemente que las terribles tempestades que nos asaltaron junto al cabo de Hornos procedían de tener fueguenses a bordo. Lo que yo oí en la Tierra del Fuego que se aproximase más a un sentimiento religioso, fue una palabra que pronunció York Minster en el momento de matar Mr. Bynoe algunos patos pequeñitos que él quería conservar como muestra. York Minster gritó entonces con tono solemne: «¡Oh, Mr. ...
En la línea 693
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... Las diferentes tribus no tienen gobierno, ni jefe, y están rodeadas por otras tribus hostiles que hablan dialectos distintos. Están separadas unas de otras por un territorio neutral que permanece desierto; la principal causa de sus guerras perpetuas parece ser la dificultad que experimentan para proporcionarse alimentos. Todo el país no es más que una enorme masa de rocas abruptas, de colinas elevadas, de inútiles bosques, envueltos en brumas perpetuas y atormentados por tempestades incesantes. La tierra habitable se compone sólo de las piedras de la costa. Para encontrar alimento han de errar constantemente de playa en playa, y es tan escarpada la costa que no pueden cambiar de domicilio sino mediante sus miserables canoas. No pueden conocer las dulzuras del hogar doméstico, y menos aún las del afecto conyugal, porque el hombre no es más que el dueño brutal de su mujer o más bien de su esclava. ¡Qué acto se habrá cometido jamás tan horrible como aquel de que Byron fue testigo en la costa occidental! Vio a una desgraciada mujer recogiendo el cadáver sangriento de su hijo, a quien su marido había estrellado contra las rocas porque el niño había derramado un cesto de huevos de mar. ¿Hay, por lo demás, en su existencia nada que pueda desarrollar facultades intelectuales elevadas? ¿Necesitan imaginación, razón, ni juicio? Nada tienen que imaginar, nada que comparar, nada que decidir. Para despegar una lapa de las piedras, ni aun necesita emplear la astucia, esa ínfima facultad del espíritu. En cierto modo pueden compararse sus escasas facultades al instinto de los animales, puesto que no se aprovechan de la experiencia. Su producción más ingeniosa, la canoa, tan primitiva como es, no ha hecho ningún progreso durante los doscientos cincuenta años últimos; para convencernos de ello no tenemos más que abrir los relatos del viaje de Drake. ...
En la línea 1846
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... ... enas hay una arista en las faldas de las montañas, y en el fondo del valle principal, formado de guijarros, es liso y casi plano. más probable es que nunca haya corrido ningún torrente de importancia por este valle, pues de otro modo se vería en él, como en todos los valles meridionales, un canal central limitado por acantilados. inclino a creer que, como todos los valles de que hablan los viajeros del Perú, éste ha quedado como lo vemos por la acción de las olas del mar al producirse el levantamiento gradual del suelo. un punto en que una cañada, que en cualquier otra cadena de montañas se llamaría un gran valle, se une con el Despoblado, observo que el lecho de éste, aunque formado de arena y grava, es más alto que el de su tributario. arroyo, por débil que fuese, se habría labrado allí un lecho en una hora; pero el estado de las cosas prueba hasta la evidencia que han transcurrido siglos sin que haya corrido agua por este gran tributario ...
En la línea 1894
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... ... rante mi estancia en la población me hablan muchas personas de una colina próxima a la cual llaman El Bramador o la colina rugiente. esta ocasión no presté interés a lo que me contaron; pero según pude comprender esa colina está cubierta de arena y no se produce el ruido sino cuando, al subir por ella, se mueve la arena ...
En la línea 2566
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... —Observe usted, —le respondieron —que rara vez hablan de intereses reales de la provincia. ...
En la línea 2862
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Y cogiendo el sombrero añadió: —Abur, señores; donde hablan los sabios sobramos los ignorantes. ...
En la línea 3699
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... —¿Tú qué sabes? Mira, si le hablan de ti palidece o se pone como un tomate, enmudece y después cambia de conversación en cuanto puede hablar. ...
En la línea 4428
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... y no había gozado una sola vez esas delicias del amor de que hablan todos, que son el asunto de comedias, novelas y hasta de la historia. ...
En la línea 1426
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... «Los encargados de ennegrecer a los Borgias—se dijo Claudio—sólo hablan del asesinato del príncipe napolitano y no consignan las declaraciones de César, el cual afirmó que Biseglia, por encargo del rey de Nápoles, había querido matarlo dos veces; una de ellas valiéndose de un arquero muy hábil, para que lo suprimiera desde lejos y sin ruido con un flechazo certero cuando lo viese pasar por un patio del Vaticano.» ...
En la línea 140
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... - Puede usted hablar sin miedo, Gentleman-Montaña. De todos los miles de seres que están aquí presentes, los únicos que conocen el inglés somos usted y yo. Los demás solo hablan el idioma de nuestra raza… . Y para aplacar su curiosidad, le diré cuanto antes que el inglés es la lengua particular de nuestros sabios; algo semejante a lo que fue el latín, según mis noticias, durante algunos siglos, en los países habitados por los Hombres-Montañas. Yo soy el profesor de inglés en la Universidad Central de nuestra República. ...
En la línea 2721
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Llegaron, y como todo estaba preparado para pernoctar, nada echaron de menos. Sólo se hablan olvidado unas bujías y Patricia bajó a traerlas. Acostado Maxi, sucedió lo que se temía: que se puso peor, y vuelta a los vómitos y a la desazón espasmódica. «Tú no quieres hacer caso de mí… ¡Cuánto mejor que hubieras dormido en casa esta noche! Ahí tienes el resultado de tu terquedad». Después de expresar su opinión autoritaria de esta manera, doña Lupe, viendo a su sobrino más tranquilo y como vencido del sopor, empezó a dar instrucciones a Fortunata sobre el gobierno de la casa. No aconsejaba, sino que disponía. Por dar órdenes, hasta le dijo lo que había de mandar traer de la plaza al día siguiente, y al otro y al otro. «Y cuidado con dejar de tomarle la cuenta a la muchacha, al céntimo, pues Torquemada dice que no la abona y no hay que fiar… Si te falta algún cacharro en la cocina, no lo compres; yo te lo compraré, porque a ti te clavan… Nada de comprar petróleo en latas… el fuego me horripila. Desde mañana vendrá el petrolero de casa y le tomas lo que se gaste en el día… Patatas y jabón, una arroba de cada cosa. Cuidado cómo te sales de un diario de dieciséis reales todo lo más… El día que sea conveniente un extraordinario, me lo avisas… Yo iré con Papitos a la plaza de San Ildefonso, y te traeré lo que me parezca bien… A Maxi le pones mañana dos huevitos pasados, ya sabes, y un sopicaldo. Los demás días su chuletita con patatas fritas. No compres nunca merluza en Chamberí. Papitos te la traerá. Mucho ojo con este carnicero, que es más ladrón que Judas. Si tienes alguna cuestión con él, nómbrame a mí y le verás temblar… ». Y por aquí siguió amonestando y apercibiendo con ínfulas de verdadera ama y canciller de toda la familia. La suerte que se marchó. ...
En la línea 3193
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... —Música, música.—Yo no soy de esos que hablan mal de una situación, y luego van a quitarles motas al que antes desollaron. ...
En la línea 3693
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... —¡Ah!… ¿De esos que hablan con las patas de las mesas? ¡Alabado sea… ! ...
En la línea 3940
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... En esto oyeron pasos, y miraron todas a la puerta. Era doña Guillermina, que entró, como siempre, muy apresurada, encendidas las mejillas, con su perdurable mantón oscuro, sus zapatones, su falda de merino. Doña Lupe y Fortunata se levantaron, y la fundadora saludó con aquella gracia y amabilidad que eran iguales para el Rey y para el último de los mendigos. Doña Lupe creyó que no la reconocería, pues sólo se habían hablado una vez en la función del Asilo; pero sí la reconoció, y aun la nombró, porque Guillermina era como los grandes capitanes, que tienen memoria felicísima de nombres y fisonomías, y soldado con quien hablan una vez, no se les despinta. «Mi sobrina» dijo la viuda presentándola, y Guillermina la miró sonriendo. «No me es desconocida su cara… la he visto en las Micaelas… Por muchos años». En seguida dirigiose a Mauricia, apoyando ambas manos en la cama. «¿Y qué tal te encuentras hoy? ¿Comerías algo?… Nada, este chubasco te pasará pronto. Mañana recibirás a Dios. ¿Cómo va esa conciencia? Buen limpión te vamos a dar. Eso te conviene más que nada. Yo te quería coger por mi cuenta y hacerte confesar, porque diciéndole tú misma al Señor lo buena pieza que eres, el Señor te daría su gracia… Con que prepararse. Esta tarde volverá el padre Nones. Me ha dicho que te confesaste bien. Se me figura que aún tendrás algunas heces que sacar, ¿eh?». ...
En la línea 2416
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... «¿Pero y si me equivoco y todo esto no son más que figuraciones mías? Podría ser todo un espejismo, podría haber interpretado mal las cosas a causa de mi ignorancia. ¿Es que no voy a ser capaz de mantener mi bajo papel? Tal vez no tienen ninguna intención oculta… Las cosas que dicen son perfectamente normales… Sin embargo, se percibe tras ellas algo que… Cualquiera podría expresarse como ellos, pero sin duda bajo sus palabras se oculta una segunda intención… ¿Por qué Porfirio no ha nombrado francamente a la vieja? ¿Por qué Zamiotof ha dicho que yo me había expresado como un hombre 'prudente'? ¿Y a qué viene ese tono en que hablan? Sí, ese tono… Rasumikhine lo ha presenciado todo. ¿Por qué, pues, no le ha sorprendido nada de eso? Ese majadero no se da cuenta de nada… Vuelvo a sentir fiebre… ¿Me habrá guiñado el ojo Porfirio o habrá sido simplemente un tic? Sin duda, sería absurdo que me lo hubiera guiñado… ¿A santo de qué? ¿Quieren exasperarme… ? ¿Me desprecian… ? ¿Son suposiciones mías… ? ¿Lo saben todo… ? Zamiotof se muestra insolente… ¿No me equivocaré… ? Debe de haber reflexionado durante la noche. Yo presentía que estaría aquí… Está en esta casa como en la suya. ¿Puede ser la primera vez que viene? Además, Porfirio no le trata como a un extraño, puesto que le vuelve la espalda. Están de acuerdo; sí, están de acuerdo sobre mí. Y lo más probable es que hayan hablado de mí antes de nuestra llegada… ¿Sabrán algo de mi visita a las habitaciones de la vieja? Es preciso averiguarlo cuanto antes. Cuando he dicho que había salido para alquilar una habitación, Porfirio no ha dado muestras de enterarse… He hecho muy bien en decir esto… Puede serme útil… Dirán que es una crisis de delirio… ¡Ja, ja, ja… ! Ese Porfirio está al corriente con todo detalle de mis pasos en la tarde de ayer, pero ignoraba que había llegado mi madre… Esa bruja había anotado en el envoltorio la fecha del empeño… Pero se equivocan ustedes si creen que pueden manejarme a su antojo: ustedes no tienen pruebas, sino sólo vagas conjeturas. ¡Preséntenme hechos! Mi visita a casa de la vieja no prueba nada, pues es una consecuencia del estado de delirio en que me hallaba. Así lo diré si llega el caso… Pero ¿saben que estuve en esa casa? No me marcharé de aquí hasta que me entere… ¿Para qué habré venido… ? Pero ya me estoy sulfurando: esto salta a la vista… Es evidente que tengo los nervios de punta… Pero tal vez esto sea lo mejor… Así puedo seguir desempeñando mi papel de enfermo… Ese hombre quiere irritarme, desconcertarme… ¿Por qué habré venido?» ...
En la línea 3101
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑Dime dónde están las páginas que hablan de la resurrección de Lázaro. ...
Errores Ortográficos típicos con la palabra Hablan
Cómo se escribe hablan o havlan?
Cómo se escribe hablan o ablan?
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La palabra puedo
La palabra dados
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