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La palabra jozar
Cómo se escribe

Comó se escribe jozar o gozar?

Cual es errónea Gozar o Jozar?

La palabra correcta es Gozar. Sin Embargo Jozar se trata de un error ortográfico.

El Error ortográfico detectado en el termino jozar es que hay un Intercambio de las letras j;g con respecto la palabra correcta la palabra gozar

Reglas relacionadas con los errores de j;g

Las Reglas Ortográficas de La J

Se escriben con j las palabras que terminan en -aje. Por ejemplo: lenguaje, viaje.

Se escriben con j los tiempos de los verbos que llevan esta letra en su infinitivo. Por ejemplo:

viajemos, viajáis (del verbo viajar); trabajábamos, trabajemos (del verbo trabajar).

Hay una serie de verbos que no tienen g ni j en sus infinitivos y que se escriben en sus tiempos

verbales con j delante de e y de i. Por ejemplo: dije (infinitivo decir), traje (infinitivo traer).

Las Reglas Ortográficas de la G

Las palabras que contienen el grupo de letras -gen- se escriben con g.

Observa los ejemplos: origen, genio, general.

Excepciones: berenjena, ajeno.

Se escriben con g o con j las palabras derivadas de otra que lleva g o j.

Por ejemplo: - de caja formamos: cajón, cajita, cajero...

- de ligero formamos: ligereza, aligerado, ligerísimo...

Se escriben con g las palabras terminadas en -ogía, -ógico, -ógica.

Por ejemplo: neurología, neurológico, neurológica.

Se escriben con g las palabras que tienen los grupos -agi-, -igi. Por ejemplo: digiere.

Excepciones: las palabras derivadas de otra que lleva j. Por ejemplo: bajito (derivada de bajo), hijito

(derivada de hijo).

Se escriben con g las palabras que empiezan por geo- y legi-, y con j las palabras que empiezan por

eje-. Por ejemplo: geografía, legión, ejército.

Excepción: lejía.

Los verbos cuyos infinitivos terminan en -ger, -gir se escriben con g delante de e y de i en todos sus

tiempos. Por ejemplo: cogemos, cogiste (del verbo coger); elijes, eligieron (del verbo elegir).

Excepciones: tejer, destejer, crujir.


Te vas a reir con las pifia que hemos hemos encontrado cambiando las letras j;g


El Español es una gran familia

Algunas Frases de libros en las que aparece gozar

La palabra gozar puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 898
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... El rebaño de la pobreza no podía gozar de este placer de los ricos; pero lo envidiaba, soñando con la embriaguez como la mayor de las felicidades. En sus momentos de cólera, de protesta, bastaba poner el vino al alcance de sus manos para que todos sonriesen viendo dorada y luminosa su miseria al través del vaso lleno de oro líquido. ...

En la línea 4425
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... -¿Cuál, señor?-Dad vuestra receta a Planchet; yo también podría encontrarme sitiado, y no me molestaría que me h icieran gozar de las mismas ven tajas con que vos gratificáis a vuestro amo. ...

En la línea 10077
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... Este despertar vos me lo habéis dado; de jadme gozar de él a mi gusto. ...

En la línea 11014
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... -Sí -dijo-, me halagaría mucho, pero no tendría tiempo para gozar de ese favor. ...

En la línea 283
del libro Memoria De Las Islas Filipinas.
del afamado autor Don Luis Prudencio Alvarez y Tejero
... De cualquiera de los dos modos que se montase serian ventajosos para la hacienda nacional los resultados, y mas porque consecuencia lejítima era que la real botica desapareciese, y con ella se quitase á la contaduría mayor ese juicio de cuentas de la botica y sus emanaciones: cuentas que es imposible ajustarlas cual corresponde, y menos ponerlas en el punto de vista conveniente para cerciorarse de la lejitimidad de sus ingresos y egresos con la debida claridad; porque si el boticario dice tales y cuales medicinas que se vendieron al público, tanto; tal cantidad por las que se consumieron en el establecimiento, tal por las que se deterioraron, inutilizaron ó se perdieron enteramente: ¿quien puede averiguar y saber lo cierto? ¿quien puede tachar esto, aunque particularmente sepa lo contrario? pues ¿y la puerta al fraude que tiene abierta el boticario por tantos conceptos para gozar cuanto quiera si se dejase llevar de la ambicion ó de un mal deseo? ¿quien podrá juzgar de todo esto? nadie: y si al boticario agrada especular de su cuenta y comprar medicinas bajo el nombre de un tercero, que sabe ha de comprar el hospital y ser él el abaluador, ¿que puerta no se le abre para ganar cuanto quiera y vender sus drogas al precio que guste ponerlas? Son muchas las anomalías de este establecimiento, con conocida esposicion de gravar al erario: asi, pues, esa botica debe desaparecer, porque si en su oríjen pudo ser de utilidad y mucha, segun se montó, ya en el dia segun su planta es por judicialísima y gravosa al erario. ...

En la línea 394
del libro Memoria De Las Islas Filipinas.
del afamado autor Don Luis Prudencio Alvarez y Tejero
... se sirvan ilustrar el punto; porque debiendo presidir la mas severa economía en la administracion de las rentas del estado, repugna la asignacion y consecuencias de sueldos fijos sobre escasos productos eventuales, y choca con el sistema de aquella administracion, que aun cuando erijida en tiempos mas felices siempre marchó bajo el carácter de eventual que la constituia, y nunca sus administradores gozaron, ni debieron gozar, otro sueldo que el tanto por ciento del rendimiento. ...

En la línea 424
del libro Memoria De Las Islas Filipinas.
del afamado autor Don Luis Prudencio Alvarez y Tejero
... , la remocion de aquel era precisamente lo que mas pronto debia determinar, porque á todas luces son demostrables los perjuicios que al servicio público pudiera ocasionar el que continuara siendo depositario de la confianza del secreto inviolable que encierra la correspondencia, un empleado que no dependiera inmediatamente de los jefes del ramo; ademas de que no debia tampoco serlo teniendo á la vista las órdenes vijentes sobre no gozar una persona dos empleos del estado. ...

En la línea 2008
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... La reina gobernadora Cristina se había ido a La Granja, por apartarse del descontento de la capital y gozar del aire campestre y de las delicias de aquel famoso retiro, monumento del gusto y de la magnificencia del primer Borbón que ocupó el trono de España. ...

En la línea 6186
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Una vez más me encontraba en la hermosa Sevilla, con tiempo y comodidad bastantes para gozar de sus encantos y de sus deliciosos alrededores. ...

En la línea 6271
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Suerte mía fué poseer aquellos cuadrúpedos, ya que así tuve modo de gozar en grandísima medida las bellezas de la campiña circundante. ...

En la línea 1626
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... -Sea ansí -dijo Sancho-: hable yo ahora, que después Dios sabe lo que será; y, comenzando a gozar de ese salvoconduto, digo que ¿qué le iba a vuestra merced en volver tanto por aquella reina Magimasa, o como se llama? O, ¿qué hacía al caso que aquel abad fuese su amigo o no? Que, si vuestra merced pasara con ello, pues no era su juez, bien creo yo que el loco pasara adelante con su historia, y se hubieran ahorrado el golpe del guijarro, y las coces, y aun más de seis torniscones. ...

En la línea 2175
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... ¿Quién no había de reír de los circustantes, viendo la locura del amo y la simplicidad del criado? En efecto, Dorotea se las dio, y le prometió de hacerle gran señor en su reino, cuando el cielo le hiciese tanto bien que se lo dejase cobrar y gozar. ...

En la línea 2554
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... »Absorto, suspenso y admirado quedó Anselmo con las razones de Lotario, porque le cogieron en tiempo donde menos las esperaba oír, porque ya tenía a Camila por vencedora de los fingidos asaltos de Lotario y comenzaba a gozar la gloria del vencimiento. ...

En la línea 2874
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Bien hayan aquellos benditos siglos que carecieron de la espantable furia de aquestos endemoniados instrumentos de la artillería, a cuyo inventor tengo para mí que en el infierno se le está dando el premio de su diabólica invención, con la cual dio causa que un infame y cobarde brazo quite la vida a un valeroso caballero, y que, sin saber cómo o por dónde, en la mitad del coraje y brío que enciende y anima a los valientes pechos, llega una desmandada bala, disparada de quien quizá huyó y se espantó del resplandor que hizo el fuego al disparar de la maldita máquina, y corta y acaba en un instante los pensamientos y vida de quien la merecía gozar luengos siglos. ...

En la línea 680
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... 21 de diciembre.- Se hace a la vela el Beagle, y al día siguiente, gracias a una hermosa brisa del este, nos acercamos a las Barnevelts pasamos por delante de las inmensas rocas que forman el cabo Deceit, y a eso de las tres doblamos el cabo de Hornos, batido por las tempestades. La tarde está admirablemente tranquila y nos deja gozar del grandioso espectáculo 'que ofrecen las islas inmediatas. Pero parece que el cabo de Hornos exige que le paguemos su tributo, y antes de cerrar la noche nos envía una espantosa tempestad, que nos sopla precisamente de cara. Nos vemos obligados a ganar alta mar, y al aproximarnos de nuevo a tierra al día siguiente, percibimos este famoso promontorio, y ahora con todos los caracteres que le distinguen, esto es, envuelto en brumas y rodeado de un verdadero huracán de viento y agua. Inmensas nubes negras oscurecen el cielo, las sacudidas del viento y granizo nos asaetean con tan ruda violencia, que el capitán se decide a guarecerse, si es posible, en Wigwan Cove. ...

En la línea 697
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... alcanza la tempestad su grado máximo; nuestro horizonte queda reducidísimo por las nubes de espuma que levanta el viento; el mar tiene un aspecto terrible; parece una inmensa llanura movediza cubierta por todas partes de nieve. Mientras que nuestro barco se agita horriblemente, los albatros, con las alas extendidas, parecen gozar del viento. Al mediodía viene una ola inmensa a llenar de agua una de nuestras balleneras, que hay que arrojar al mar en el acto. El pobre Beagle se estremece bajo el choque, y durante unos instantes resiste al gobernalle; pero como valiente barco que es, no tarda en rehacerse y presenta la proa al viento. Si una segunda ola hubiera seguido a la primera, se apodera de nosotros en el instante. Hace veinticuatro días que luchamos por ganar la costa occidental; los hombres están extenuados de cansancio, y desde hace tiempo no tienen ya un traje seco. El capitán Fitz-Roy abandona el proyecto de abordar al oeste rodeando la Tierra del Fuego. Por la tarde vamos a abrigarnos tras el falso Cabo de Hornos y echamos el ancla en un fondeadero de cuarenta y siete brazas; al desarrollarse la cadena sobre el cabrestante deja escapar verdaderas chispas. ¡Cuán deliciosa es una noche tranquila después de tanto tiempo de haber sido juguete de los elementos embravecidos! I5 de enero de 1833.- Echa el Beagle el ancla en la Bahía de Goeree. El capitán Fitz-Roy, resuelto a desembarcar a los fueguenses en el estrecho de Ponsonby, lo cual desean, hace equipar cuatro embarcaciones para conducirles allí por el canal del Beagle. Este canal, descubierto por el capitán Fitz-Roy durante su anterior viaje constituye un carácter notable de la geografía de este país. Puede comparársele al valle de Lochness, en Escocia, con su cadena de lagos y de bahías. El canal del Beagle tiene unas ciento veinte millas de largo por una anchura media, que varía muy poco de unas dos millas. En casi todas su extensión es recto hasta tal punto, que, limitada la vista a cada lado por una línea de montañas, se pierde en lontananza. Este canal atraviesa la parte meridional de la Tierra del Fuego, en dirección de este a oeste; hacia su parte media viene a unírsele formando ángulo recto con él, otro canal irregular llamado el estrecho de Ponsonby; allí es donde residen la tribu y la familia de Jemmy Button. ...

En la línea 877
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... ... n todas estas ventajas deberían gozar los habitantes del país de mucha más prosperidad de la que en realidad disfrutan. ...

En la línea 1262
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... ... co después de la puesta del sol vivaqueamos para pasar la noche. mujer que nos acompaña es en realidad bastante guapa; pertenece a una de las más respetables familias de Castro, lo que no la impide montar a caballo como un hombre; no usa medias ni zapatos. admira sobremanera su falta de dignidad. acompaña su padre y llevan provisiones, a pesar de lo cual nos miran comer con tal aire de envidia, que acabamos por alimentar a todos nuestros acompañantes. hay una sola nube en el cielo durante la noche, y podemos gozar del admirable espectáculo que producen las innumerables estrellas que iluminan las profundidades del bosque. ...

En la línea 2018
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Como entonces ya no había motivo para no madrugar y el trabajo la reclamaba en aquella casa desde muy temprano, procuraba despertar mucho antes de lo necesario para gozar de aquellos sueños de la mañana, rebozada con el dulce calor de las sábanas. ...

En la línea 2987
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... —Para gozar —decía —las de treinta a cuarenta. ...

En la línea 4431
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Y recordaba entre avergonzada y furiosa que su luna de miel había sido una excitación inútil, una alarma de los sentidos, un sarcasmo en el fondo; sí, sí, ¿para qué ocultárselo a sí misma si a voces se lo estaba diciendo el recuerdo?: la primer noche, al despertar en su lecho de esposa, sintió junto a sí la respiración de un magistrado; le pareció un despropósito y una desfachatez que ya que estaba allí dentro el señor Quintanar, no estuviera con su levita larga de tricot y su pantalón negro de castor; recordaba que las delicias materiales, irremediables, la avergonzaban, y se reían de ella al mismo tiempo que la aturdían: el gozar sin querer junto a aquel hombre le sonaba como la frase del miércoles de ceniza, ¡quia pulvis es! eres polvo, eres materia. ...

En la línea 5339
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... ¡Oh, señor de Pas, fácil victoria la de la Iglesia! Las niñas en vista de que Vetusta es andar de templo en templo con los ojos bajos; Madrid ir de museo en museo rompiéndose los pies y tropezando; el hogar un cuartel místico, con chistes de cura por todo encanto, resuelven libremente meterse monjas, para gozar un poco de. ...

En la línea 290
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... — Por un motivo inexplicable para muchos, el único humanista que protegió este Papa tan devoto fue el incrédulo Lorenzo Valla. Apenas elevado al trono pontificio, lo hizo secretario suyo, dotando liberalmente con algunos canonicatos al terrible librepensador. Sin duda le guardaba Calixto un gran afecto personal desde los tiempos que lo tuvo a sus órdenes como gobernador de Nápoles; pero Valla apenas pudo gozar las dulzuras de dicha protección, pues murió dos años después. ...

En la línea 469
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... —Márchate, si ése es tu capricho. Parte lejos y que se cumpla tu suerte. Eres libre. Me convenzo de que no mereces la vida que has llevado aquí. Tus gustos son ordinarios, como los de todos los seres que necesitan combatir para abrirse paso, conquistando el dinero o el renombre. Amas la vida ruda del luchador. Para ti es un tormento la feliz pereza de los que nacieron únicamente para gozar. No puedes amoldarte a la inactividad de los que ya tenemos nuestro puesto seguro en la vida por el trabajo de otros. Vuelve a la existencia que llevabas en Madrid y que tú me has contado muchas veces, de labores improductivas, de pequeñas luchas, de envidias, de tempestades en un vaso de agua, con la ambición de que tu nombre figure impreso en papeles. Ve a reunirte con tu tío el canónigo, para hablar de historias viejas que a. nadie Interesan. Puedes también ir a ¡loma, al lado de don Arístides y de su hija, esa pobre tontita de Estela, a la que sin duda amas. ¡Dios mío! ¿Cómo no he visto antes todo esto?… Cásate con ella: es la mujer que te conviene; y tened muchos hijos, allá en una casa de Madrid, dentro de un piso como una jaula… ¿Por qué no me dices valientemente la verdad?… ¡Cobarde!… ¡Cobarde!… ...

En la línea 616
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Eneas Silvio hacía frecuentes viajes, sin miedo a sus molestias. El amigo de los bosques se mostraba cada vez más sensible a las plácidas impresiones de la Naturaleza, e ir en busca de ella era el único placer qué podía gozar. Viviendo en las arboledas de la Umbría, daba audiencia o firmaba sus documentos bajo el ramaje de una encina de varios siglos. ...

En la línea 872
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... —Este último espectáculo no resultaba extraordinario, dadas las costumbres de la época. Usted no ignora, Borja, que en todas las cortes de la Italia de entonces la alegría de vivir se preocupaba poco de la moralidad. Lo Interesante era gozar, -fuese como fuese. Una de las diversiones finales, a las cuatro de la mañana, fue ofrecer a los esposos cincuenta copas de plata llenas de confites. Infesura, implacable enemigo de los Borgias, dice en su crónica que fue el mismo Papa quien ordenó que vertiesen los confites en los escotes de las hermosas invitadas. Y como todas las señoras tenían al lado cardenales o personajes laicos que no eran sus maridos, pues ya existía en aquellos tiempos el uso de separar a los esposos en los banquetes, cada Invitado se cuidó de extraer los bombones y almendras azucaradas del escote que tenían más cerca, dando lugar dicha diversión a «muchas risas e inmoderadas palpitaciones de senos». ...

En la línea 2032
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Porque doña Lupe era tal y como su sobrino la pintaba en aquella breve consideración; era juiciosa, razonable, se hacía cargo de todo, miraba con ojos un tanto escépticos las flaquezas humanas, y sabía perdonar las ofensas y hasta las injurias; pero lo que es una deuda no la perdonaba nunca. Había en ella dos personas distintas, la mujer y la prestamista. El que quisiera estar bien con ella y gozar de su amistad, tuviese mucho cuidado de que las dos naturalezas no se confundieran nunca. Un simple pagaré, extendido y firmado de la manera más cordial del mundo, bastaba a convertir la amiga en basilisco, la mujer cristiana en inquisidora. ...

En la línea 2179
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... El capellán no hizo aspavientos. Al contrario, le gustaba que sus catecúmenos estuvieran rasos y limpios de toda ciencia, para poder él enseñárselo todo. Después meditó un rato, las manos cruzadas y dando vuelta a los pulgares uno sobre otro. Fortunata le miraba en silencio. No podía dudar de que era hombre muy sabedor de cosas del mundo y de las flaquezas humanas, y pensó que le convenía ponerse bajo su dirección. En aquel momento hallábase bajo la influencia de ideas supersticiosas adquiridas en su infancia respecto a la religión y al clero. Su catecismo era harto elemental y se reducía a dos o tres nociones incompletas, el Cielo y el Infierno, padecer aquí para gozar allá, o lo contrario. Su moral era puramente personal, intuitiva y no tenía nada que ver con lo poco que recordaba de la doctrina cristiana. Formó del hermano de Maxi buen concepto, porque se lavaba poco y sabía mucho y no reñía a las pecadoras, sino que las trataba con dulzura, ofreciéndoles el matrimonio, la salvación, y hablándoles del alma y otras cosas muy bonitas. ...

En la línea 5228
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... —¡No padecer… !—murmuró la prójima inclinando su cabeza sobre el pecho de él—. ¡No temer si le hacen a uno esta o la otra perrería… !, no verse en agonías nunca y gozar, gozar, gozar… ...

En la línea 5228
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... —¡No padecer… !—murmuró la prójima inclinando su cabeza sobre el pecho de él—. ¡No temer si le hacen a uno esta o la otra perrería… !, no verse en agonías nunca y gozar, gozar, gozar… ...

En la línea 1197
del libro El príncipe y el mendigo
del afamado autor Mark Twain
... –Creo, en verdad, que así lo pensáis, caballero. No pongo en duda vuestra honradez; no hago sino preveniros. Mi esposo es señor de esta región; su poder apenas reconoce límites; la gente prospera o muere de hambre según sea su voluntad. Si no os parecieseis al hombre que decís ser, mi marido podría consentiros gozar pacíficamente de vuestro sueño; pero lo conozco bien y bien sé lo que hará. Pregonará a todos que no sois sino un loco impostor, y todos le harán coro sin vacilar. –Volvió a clavar en Miles la mirada y añadió–: Si fuerais Miles Hendon y él lo supiera, y lo supiera toda la comarca –fijaos bien en lo que digo y meditadlo bien–, estaríais en el mismo peligro, y vuestro castigo no sería menos cierto. Él os negaría y os denunciaría, y nadie osaría salir en vuestra defensa. ...

En la línea 1447
del libro Niebla
del afamado autor Miguel De Unamuno
... –No, aunque lo diga. Si la cosa es continua y lenta. Ahora, si de repente le ocurre a uno algo… Pero eso de que se sienta uno envejecer, ¡quiá!; lo que siente uno es que envejecen las cosas en derredor de él o que rejuvenecen. Y eso es lo único que siento ahora al tener un hijo. Porque ya sabes lo que suelen decir los padres señalando a sus hijos: «¡Estos, estos son los que nos hacen viejos!» Ver crecer al hijo es lo más dulce y lo más terrible, creo. No te cases, pues, Augusto, no te cases, si quieres gozar de la ilusión de una juventud eterna. ...

En la línea 2249
del libro Niebla
del afamado autor Miguel De Unamuno
... »Es un animal enfermo, no cabe duda. ¡Siempre está enfermo! ¡Sólo parece gozar de alguna salud cuando duerme, y no siempre, porque a las veces hasta durmiendo habla! Y esto también nos ha contagiado. ¡Nos ha contagiado tantas cosas! ...

En la línea 1508
del libro Sandokán: Los tigres de Mompracem
del afamado autor Emilio Salgàri
... —¡Tristes días se preparan para Mompracem! —continuó Yáñez—. Dentro de poco la formidable isla habrá perdido su prestigio y sus terribles tigres habrán desaparecido. En fin, poseemos tesoros cuantiosos y podemos ir a gozar de una vida tranquila en cualquier ciudad opulenta del extremo Oriente. ...

En la línea 337
del libro Grandes Esperanzas
del afamado autor Charles Dickens
... No recuerdo haber sentido ninguna benevolencia hacia la señora Joe cuando desapareció mi temor de ser descubierto. Pero yo quería a Joe, tal vez por ninguna razón mejor, en aquellos días, que porque aquel pobre muchacho me permitía quererle, y con respecto a él no se consoló tan fácilmente mi conciencia. Comprendía muy bien, y en especial cuando vi que empezaba a buscar su lima, que había debido revelarle la verdad entera. Sin embargo, no lo hice, temeroso de que, si se lo explicaba todo, tal vez tendría de mí una opinión peor de la que merecía. Y el miedo de no gozar ya de la confianza de Joe, así como de la posibilidad de sentarme por la noche en el rincón de la chimenea mirando pesaroso a mi compañero y amigo, perdido ya para siempre, fue bastante para sujetarme la lengua. Erróneamente me dije que si Joe lo supiera, jamás podría verle junto al fuego acariciándose la patilla, sin figurarme que estaba meditando acerca de ello. También creí que, de saberlo, cuando Joe mirase por casualidad la carne del día anterior o el pudding que le habían servido, se acordaría de mi robo, preguntándose si yo había hecho ya alguna visita a la despensa. Díjeme también que, si se lo descubría, cuando en nuestra vida doméstica observase que la cerveza era floja o fuerte, sospecharía tal vez que se le hubiese mezclado alquitrán, y eso me haría ruborizar hasta la raíz de los cabellos. En una palabra, fui demasiado cobarde para hacer lo bueno, como también para llevar a cabo lo malo. En aquel tiempo, yo no había tratado a nadie todavía y no imitaba a ninguno de los habitantes del mundo que proceden de este modo. Y como si hubiese sido un genio en bruto, descubrí la conducta que me convenía seguir. ...

En la línea 343
del libro Grandes Esperanzas
del afamado autor Charles Dickens
... Cuando fuese mayor me pondría de aprendiz con Joe, y hasta que pudiera asumir tal dignidad no debía gozar de ciertas ventajas. Por consiguiente, no solamente tenía que ayudar en la fragua, sino que también si algún vecino necesitaba un muchacho para asustar a los pájaros, para coger piedras o para un trabajo semejante, inmediatamente se me daba el empleo. Sin embargo, a fin de que no quedara comprometida por esas causas nuestra posición elevada, en el estante inmediato a la chimenea de la cocina había una hucha, en donde, según era público y notorio, se guardaban todas mis ganancias. Tengo la impresión de que tal vez servirían para ayudar a liquidar la Deuda Nacional, pero me constaba el que no debía abrigar ninguna esperanza de participar personalmente de aquel tesoro. ...

En la línea 378
del libro Grandes Esperanzas
del afamado autor Charles Dickens
... — Sí - me contestó -. Yo mismo. La hice en un momento, y tan de prisa como cuando se quita de un golpe la herradura vieja de un caballo. Y he de confesarte que me sorprendió que se me hubiese ocurrido y apenas podía creer que fuese cosa mía. Según te decía, Pip, tenía la intención de hacer grabar estas palabras en su tumba, pero como eso cuesta mucho dinero, no pude realizar mi intento. Además, todo lo que hubiera podido ahorrar lo necesitaba mi madre. La pobre tenía muy mala salud y estaba muy quebrantada. No tardó mucho, la pobrecilla, en seguir a mi padre, y muy pronto pudo gozar del descanso. ...

En la línea 904
del libro Grandes Esperanzas
del afamado autor Charles Dickens
... Y cuando le contestaba que sí, porque, en realidad, así era, parecía gozar con mi respuesta. ...

En la línea 624
del libro Un viaje de novios
del afamado autor Emilia Pardo Bazán
... Poco a poco la suave influencia del calor fue desatando sus miembros entumecidos y paralizada lengua. Adelantó los pies, luego las manos, hacia la hoguera; sacudió las enaguas, con objeto de enjugarlas por igual, y finalmente, sentose en el suelo a la turca para mejor gozar del fuego, que contempló fija y absorta, oyéndole crujir y viendo los troncos pasar de color de brasa al negro. ...

En la línea 956
del libro Un viaje de novios
del afamado autor Emilia Pardo Bazán
... Dejó la visita a Pilar más impaciente, más calenturienta, más excitada que nunca. Pilar se consumía; a toda costa quería salir de Vichy, volar, romper el opaco capullo de la enfermedad y presentarse de nuevo, brillante mariposa, en los círculos mundanos. Creía de buena fe poder hacerlo y contaba con sus fuerzas. No menos que ella se impacientaban otras dos personas: Miranda y Perico. Perico, hecho a vivir en perenne divorcio consigo mismo, no podía sufrir la soledad que le obligaba a reunirse a sí propio; y por lo que toca a Miranda, terminada su temporada de aguas, notablemente restablecida su salud, parecíale que ya era hora de acogerse a cuarteles de invierno y de gozar en paz los frutos de la medicación. Aburríale en extremo ver que su mujer, por altos decretos señalada para cuidarle a él, se sustrajese en tal manera a su providencial misión, consagrando días y noches a una extraña, atacada de un mal penoso a la vista y quizá contagioso. Así es que insinuó a Lucía que era preciso partir y, dejarse allí a los Gonzalvos entregados a su triste suerte; como se deja en un naufragio a los que no caben en las lanchas. Pero contra todo lo que esperaba, halló en Lucía protesta calurosa y enérgica resistencia. Indemnizábase confesado aquel noble sentimiento, de todo lo que callaba hasta a sí misma. ...


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Errores Ortográficos típicos con la palabra Gozar

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Cómo se escribe gozar o gosar?
Cómo se escribe gozar o jozar?

Más información sobre la palabra Gozar en internet

Gozar en la RAE.
Gozar en Word Reference.
Gozar en la wikipedia.
Sinonimos de Gozar.

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