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La palabra futurra
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Comó se escribe futurra o futura?

Cual es errónea Futura o Futurra?

La palabra correcta es Futura. Sin Embargo Futurra se trata de un error ortográfico.

La falta ortográfica detectada en la palabra futurra es que se ha eliminado o se ha añadido la letra r a la palabra futura


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Reglas relacionadas con los errores de r

Las Reglas Ortográficas de la R y la RR

Entre vocales, se escribe r cuando su sonido es suave, y rr, cuando es fuerte aunque sea una palabra derivada o compuesta que en su forma simple lleve r inicial. Por ejemplo: ligeras, horrores, antirreglamentario.

En castellano no es posible usar más de dos r

Algunas Frases de libros en las que aparece futura

La palabra futura puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 745
del libro La Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... para matar unos trigos en los que estaba la vida futura de su familia. ...

En la línea 998
del libro La Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Luego se apretó mucho el corsé, como si no le oprimiese aún bastante aquella armazón de altas palas, un verdadero corsé de labradora, que aplastaba con crueldad el naciente pecho, pues en la huerta valenciana es impudor que las solteras no oculten los seductores adornos de la Naturaleza, para que nadie pueda pecaminosamente suponer en la virgen la futura maternidad. ...

En la línea 1071
del libro La Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Y hablaba de la futura paliza serenamente, sonriendo como una muchacha fuerte acostumbrada a esa autoridad paternal, rígida, imponente y honradota, que se manifiesta a bofetadas y palos. ...

En la línea 2931
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... -¡Hablad!-Una cosa del mayor interés y de la que depende nuestra fortuna futura quizá. ...

En la línea 6245
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... Llegado allí, ató, según las órdenes de su amo, caballo y mulo a la aldaba de la puerta del procurador; luego, sin in quietarse por su suerte futura, volvió en busca de Porthos y le anunció que su recado estaba hecho. ...

En la línea 8545
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... -Sí, hablemos, hermano mío -dijo ella con una especie de jovia lidad, decidida como estaba a sacar de la conversación, pese al disi mulo que pudiera aportar a ella lord de Winter, las aclaraciones que necesitaba para regular su conducta futura. ...

En la línea 9246
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... ¿Qué debía pensar, qué debía decir de su silencio el cardenal, desconfiado, inquieto, suspicaz; el cardenal, no sólo su úni co apoyo, su único sostén, su único protector en el presente, sino ade más el principal instrumen to de su fortuna y de su venganza futura? Ella lo conocía, ella sabía que a su retraso tras un viaje inútil, por más que arguyese la prisión, por más que exaltase los sufrimientos soporta dos, el cardenal respondería con aquella calma burlona del escépticopotente a la vez por la fuerza y por el genio: «¡No teníais que haberos dejado coger!»Entonces Milady reunía toda su energía, murmurando en el fondo de su pensamiento el nombre de Felton, el único destello de luz que penetraba hasta ella en el fondo del infierno en que había caído; y co mo una serpiente que enrolla y desenrolla sus anillos para darse ella misma cuenta de su fuerza, envolvía de antemano a Felton en los mil repliegues de su imaginación inventiva. ...

En la línea 1923
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Cada niña aristócrata no necesitaba más cuidado que prohibir a su novio formal —el futuro esposo —hacer el amor a la huérfana, a lo menos en presencia de su futura. ...

En la línea 9672
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Señores, decía a gritos después de tomar café, cerca del gabinete del tresillo, si aquí se habla de las graves cuestiones de la inmortalidad del alma, que yo niego por supuesto, de la Providencia, que yo niego también, o toman ustedes la cosa a broma, a guasa, como dicen ustedes, o sólo se preocupan con el aspecto utilitario, egoísta, de la cuestión: si Ronzal será inmortal, si don Frutos prefiere el aniquilamiento a la vida futura sin recuerdo de lo presente. ...

En la línea 10138
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Salí de allí por un armisticio, con promesas de futura victoria. ...

En la línea 14152
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Y algo olfateo de la alegría pasada o algo presiento de la alegría futura. ...

En la línea 463
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... —Yo también, Claudio he pensado muchas veces en nuestra vida futura. No creas que para mí lo es todo lucir alhajas y vestidos, ir a comidas y bailes. Tu amor me ha hecho reflexionar sobre cosas serias, aburguesando mi alma, como tú dirías. «Dos años, tres nada más (he pensado muchas veces), lo necesario para que yo me sacie de esta existencia que a él no le gusta. Y luego, cuando ya no me atraigan las diversiones sociales, regularizaremos nuestra situación, nos casaremos ; seré la señora de Borja; me esforzaré en acicalar mi persona para que no se note entre los dos ninguna diferencia de edad; llevaremos una vida de grave apasionamiento, con viajes a países lejanos, tal vez la vuelta al mundo juntos, y vendremos a descansar en este jardín, que ya no será la Venusberg ardiente, sino algo que haga recordar los pequeños jardines de que habla Claudio, por donde paseaban los filósofos griegos, apreciando serenamente las únicas felicidades durables de la existencia y la llegada inevitable de la muerte… » Así he pensado muchas veces y asi puede terminar, con una majestad serena, nuestra vida común… Pero antes nos quedan todavía varios años de juventud y de amor, años de «transportes divinos», como tú dices, en los cuales vale casi tanto el recuerdo como la realidad. Y cuando yo preparo esta dicha futura y hago cuanto puedo por mantener la presente, ¡hablas de marcharte!… ...

En la línea 857
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Dio una indemnización de tres mil ducados a don Gaspar de Prócida para que no reclamase más a su futura, haciendo valer un antiguo contrato matrimonial firmado ante notarlo, y casó a Lucrecia con Juan Sforza, señor de Pésaro, pequeño Estado feudatario de la Santa Sede, a orillas del Adriático. ...

En la línea 1424
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Mostrábase el esposo de Lucrecia más inclinado a favor de su tío el rey de Nápoles que de la familia Borgia, y dicho monarca napolitano consideraba gran fortuna la posibilidad de que desapareciese César. Este era enemigo suyo y esperaba solamente que el rey de Francia avanzase contra Nápoles para unirse a. él. Ofendido, por su parte, el hijo del Papa a causa del menosprecio con que le habla tratado Federico cuando solicitó la mano de su hija, incitaba a Luis XII para que se apoderase de Nápoles cuanto antes. Convenía esta conquista a sus intereses políticos, esperando sacar de ella muchos territorios para aquella Italia futura unificada, bajo su mando. ...

En la línea 412
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Nuestra nación, al recobrar sus primitivos límites, creyó oportuno quedarse con dos provincias de Blefuscu, fundándose en confusos derechos históricos. Durante varios años los de Blefuscu solo pensaron en recobrar estas provincias, como si les fuese imposible la vida sin ellas. Las recordaban en sus cantos patrióticos; no había ceremonia pública en que no las llorasen; los muchachos, al entrar en la escuela, lo primero que aprendían era la necesidad de morir algún día para que las provincias cautivas recobrasen su libertad; los hombres organizaban su existencia con el pensamiento fijo de que eran soldados de una guerra futura. Y al fin vino la guerra, y los de Blefuscu nos quitaron las dos provincias. ...

En la línea 631
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... - Pero aunque yo permanezca sin hacer nada, no por esto descansan mis compañeros. Hay entre nosotros hombres de ciencia que se dedican a peligrosos estudios; jóvenes abnegados que visitan los barrios populares para hablar a los embrutecidos siervos que ayudan con sus músculos a esta sociedad y conseguir que despierte en sus confusas inteligencias el orgullo del sexo. Contamos, además, con varones respetables y de gran talento que organizan silenciosamente las fuerzas de una rebelión futura. ...

En la línea 738
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Como había sufrido mucho, su rencor de perseguido exigía venganzas. El nombre de Momaren iba a figurar entre los primeros culpables que castigaría la futura Revolución. ...

En la línea 933
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... - Gracias, amigo mío -dijo Golbasto-. Jamás olvidaré lo que hace usted por mi en este día… . Los gobiernos se suceden y caen en el olvido, mientras que nuestra amistad llenará capítulos enteros de la historia futura. ...

En la línea 1870
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... ¿Por qué las mujeres no se han de peinar solas? La que no sabe que aprenda. Eso mismo decía Fortunata. El pobre chico no dejaba de expresar su admiración por el buen arreglo y economía de su futura, haciendo por sus propias manos la tarea que desempeñan mal esas bergantas ladronas que llaman criadas de servir. Fortunata aseguraba que aquella costumbre suya no tenía mérito porque el trabajo le gustaba. «Eres una alhajita—le decía su amante con orgullo—. En cuanto a las peinadoras, todas son unas grandes alcahuetas, y en la casa donde entran no puede haber paz». ...

En la línea 2213
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Toda la tarde estuvieron platicando acerca de la ida al convento y también sobre cosas relacionadas con la parte material de su existencia futura. «En la partición—dijo con cierto énfasis Maximiliano—, me tocan fincas rústicas. Mi tía se enfadó porque deseaba para mí el dinero contante; pero yo no soy de su opinión; prefiero los inmuebles». ...

En la línea 2288
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Cuando vino el mozo que debía llevar el baúl, Fortunata estaba ya dispuesta, vestida con la mayor sencillez. Maximiliano miró diferentes veces su reloj sin enterarse de la hora. Nicolás, que estaba más sereno, miró el suyo y dijo que era tarde. Bajaron los tres, y fueron pausadamente y sin hablar hacia la calle de Hortaleza a tomar un coche simón. Instalose el joven con no poco trabajo en la bigotera, porque las faldas de su futura esposa y la ropa talar del clérigo estorbaban lo que no es decible la entrada y la salida; y si el trayecto fuera más largo, el martirio de aquellas seis piernas que no sabían cómo colocarse habría sido muy grande. La neófita miraba por la ventanilla, atraída vagamente y sin interés su atención por la gente que pasaba. Creeríase que miraba hacia fuera por no mirar hacia dentro; Maximiliano se la comía con los ojos, mientras el presbítero procuraba en vano animar la conversación con algunas cuchufletas bien poco ingeniosas. ...

En la línea 2305
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Pero lo que más tormento daba a Maximiliano era la distinta impresión que sacaba todos los jueves de la visita que a su futura hacía. Iba siempre acompañado de Nicolás, y como además no se apartaban de la recogida las dos monjas, no había medio de expresarse con confianza. El primer jueves encontró a Fortunata muy contenta; el segundo, estaba pálida y algo triste. Como apenas se sonreía, faltábale aquel rasgo hechicero de la contracción de los labios, que enloquecía a su amante. La conversación fue sobre asuntos de la casa, que Fortunata elogió mucho, encomiando los progresos que hacía en la lectura y escritura, y jactándose del cariño que le habían tomado las señoras. Como en uno de los sucesivos jueves dijera algo acerca de lo que le había gustado la fiesta de Pentecostés, la principal del año en la comunidad, y después recayera la conversación sobre temas de iglesia y de culto, expresándose la neófita con bastante calor, Maximiliano volvió a sentirse atormentado por la idea aquella de que su querida se iba a volver mística y a enamorarse perdidamente de un rival tan temible como Jesucristo. Se le ocurrían cosas tan extravagantes como aprovechar los pocos momentos de distracción de las madres para secretearse con su amada y decirle que no creyera en aquello de la Pentecostés, figuración alegórica nada más, porque no hubo ni podía haber tales lenguas de fuego ni Cristo que lo fundó; añadiendo, si podía, que la vida contemplativa es la más estéril que se puede imaginar, aun como preparación para la inmortalidad, porque las luchas del mundo y los deberes sociales bien cumplidos son lo que más purifica y ennoblece las almas. Ocioso es añadir que se guardó para sí estas doctrinas escandalosas porque era difícil expresarlas delante de las madres. ...

En la línea 1469
del libro Niebla
del afamado autor Miguel De Unamuno
... Había tenido la virtuosa fortaleza de resistir a todas las corrientes de sentimentalismo neo-romántico y a esa moda asoladora por las cuestiones llamadas sociales. Convencido de que la cuestión social es insoluble aquí abajo, de que habrá siempre pobres y ricos y de que no puede esperarse más alivio que el que aporten la caridad de estos y la resignación de aquellos, apartaba su espíritu de disputas que a nada útil conducen y refugiábase en la purísima región del arte inmaculado, adonde no alcanza la broza de las pasiones y donde halla el hombre consolador refugio para las desilusiones de la vida. Abominaba, además, del estéril cosmopolitismo, que no hace sino sumir a los espíritus en ensueños de impotencia y en utopías enervadoras, y amaba a esta su idolatrada España, tan calumniada cuanto desconocida de no pocos de sus hijos; a esta España que le había de dar la materia prima de los trabajos sobre que fundaría su futura fama. ...

En la línea 1845
del libro Niebla
del afamado autor Miguel De Unamuno
... Todo estaba dispuesto ya para la boda. Augusto la quería recogida y modesta, pero ella, su mujer futura, parecía preferir que se le diese más boato y resonancia. ...

En la línea 1291
del libro Grandes Esperanzas
del afamado autor Charles Dickens
... Pero entonces reanimé a Joe. Yo estaba extraviado en el laberinto de mi futura fortuna y no podía volver a pasar por los senderos que ambos habíamos pisado. Rogué a Joe que se consolara, porque, según él dijo, siempre habíamos sido los mejores amigos, y añadí que seguiríamos siéndolo. Joe se frotó los ojos con el puño que tenía libre, como si quisiera arrancárselos, pero no dijo nada más. ...

En la línea 2709
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑Bien, pero no me negará usted que se puede razonar como yo voy a hacerlo… Le ruego que me ayude… Las apariciones son algo así como fragmentos de otros mundos… , sus ambiciones. Un hombre sano no tiene motivo alguno para verlas, ya que es, ante todo, un hombre terrestre, es decir, material. Por lo tanto, sólo debe vivir para participar en el orden de la vida de aquí abajo. Pero, apenas se pone enfermo, apenas empieza a alterarse el orden normal, terrestre, de su organismo, la posible acción de otro mundo comienza a manifestarse en él, y a medida que se agrava su enfermedad, las relaciones con ese otro mundo se van estrechando, progresión que continúa hasta que la muerte le permite entrar de lleno en él. Si usted cree en una vida futura, nada le impide admitir este razonamiento. ...

En la línea 2710
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑Yo no creo en la vida futura ‑replicó Raskolnikof. ...

En la línea 3456
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑Usted quiere molestarme porque está de mal humor. Y dice usted cosas que no tienen nada que ver con la cuestión del feminismo. Usted no me ha comprendido. Yo me dije que si se considera a la mujer igual al hombre incluso en lo que concierne a la fuerza física (opinión que empieza a extenderse), la igualdad debía existir también en el campo de la contienda. Como es natural, después comprendí que no había lugar a plantear esta cuestión, ya que la sociedad futura estaría organizada de modo que las diferencias entre los seres humanos no existirían… Por lo tanto, es absurdo buscar la igualdad en lo que concierne a las riñas y a los golpes. Claro que no estoy ciego y veo que las querellas existen todavía… , pero, andando el tiempo no existirán, y si ahora existen… ¡Demonio! Uno pierde el hilo de sus ideas cuando habla con usted… Si no asisto a la comida de funerales no es por el incidente que estamos comentando, sino por principio, por no aprobar con mi presencia esa costumbre estúpida de celebrar la muerte con una comida… Cierto que habría podido acudir por diversión, para reírme… Y habría ido si hubiesen asistido popes; pero, por desgracia, no asisten. ...

En la línea 3462
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑¡He aquí un asunto interesante! A mi entender, es decir, según mis convicciones personales, la situación de esa joven es la más normal de la mujer. ¿Por qué no? Es decir, distinguons. En la sociedad actual, ese género de vida no es normal, desde luego, pues se adopta por motivos forzosos, pero lo será en la sociedad futura, donde se podrá elegir libremente. Por otra parte, ella tenía perfecto derecho a entregarse. Estaba en la miseria. ¿Por qué no había de disponer de lo que constituía su capital, por decirlo así? Naturalmente, en la sociedad futura, el capital no tendría razón de ser, pero el papel de la mujer galante tomará otra significación y será regulado de un modo racional. En lo que concierne a Sonia Simonovna, yo considero sus actos en el momento actual como una viva protesta, una protesta simbólica contra el estado de la sociedad presente. Por eso siento por ella especial estimación, tanto, que sólo de verla experimento una gran alegría. ...

Errores Ortográficos típicos con la palabra Futura

Cómo se escribe futura o futurra?

Más información sobre la palabra Futura en internet

Futura en la RAE.
Futura en Word Reference.
Futura en la wikipedia.
Sinonimos de Futura.

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