Cual es errónea Encontrando o Encontrrando?
La palabra correcta es Encontrando. Sin Embargo Encontrrando se trata de un error ortográfico.
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Las Reglas Ortográficas de la R y la RR
Entre vocales, se escribe r cuando su sonido es suave, y rr, cuando es fuerte aunque sea una palabra derivada o compuesta que en su forma simple lleve r inicial. Por ejemplo: ligeras, horrores, antirreglamentario.
En castellano no es posible usar más de dos r

El Español es una gran familia
Algunas Frases de libros en las que aparece encontrando
La palabra encontrando puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 2005
del libro La Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Comenzaba a acostumbrarse a la atmósfera de la taberna, encontrando cada vez más graciosa la porfía. ...
En la línea 667
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Pero el mozo no podía callarse, y con la tenacidad de los enamorados volvió a hablar a María de la Luz de sus primeras angustias, cuando se dio cuenta de que estaba enamorado de ella. La primera vez que supo que la amaba fue en Semana Santa, durante la procesión del Entierro. Y Rafael reía, encontrando chusco el haberse enamorado, entre el aparato terrorífico de los encapuchados de las cofradías, el llamear inquisitorial de los blandones y el desgarrador estrépito de los clarines y atabales. ...
En la línea 1136
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... La vieja, no encontrando a mano otro remedio, la daba de beber y el agua caía en el estómago ruidosamente, como en el fondo de una vasija: chocaba en las paredes del esófago paralizado, haciéndolas sonar como si fuesen de pergamino. El rostro perdía sus rasgos generales; se ennegrecían las mejillas; aplastábanse las sienes; se adelgazaba la nariz con frío afilamiento; la boca torcíase a un lado con una mueca horrible. ...
En la línea 1317
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... La alegría de la muchacha, la frescura de su piel de morena fuerte, producían en el señorito cierta emoción. La castidad voluntaria que observaba en su retiro, le hacían ver considerablemente agrandados los encantos de la campesina. Siempre había sentido cierta predilección por la muchacha, encontrando en ella un encanto modesto, pero picante y fuerte, como el perfume de las hierbas del campo. Pero ahora, en la soledad, María de la Luz le parecía superior a la _Marquesita_ y a todas las cantaoras y mozas de arranque de Jerez. ...
En la línea 10773
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Seguía encontrando en la oración mental delicias inefables. ...
En la línea 13991
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Ella, sorprendida, sin sacudir la pereza corresponde con tibias caricias, y a poco, ambos fatigados, soñolientos, encontrando en la molicie de mojarse inmóviles, inflados, mayor voluptuosidad que en los devaneos, vuelven a su quietismo, tranquilos, sin rencores, sin engaño, sin quejarse de la mutua displicencia. ...
En la línea 14805
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Y mientras abajo sonaba el ruido confuso y gárrulo de las despedidas y preparativos de marcha, y detrás el estrépito de los que corrían en la galería, y allá en el cielo, de tarde en tarde, el bramido del trueno, la Regenta, sin notar las gotas de agua en el rostro, o encontrando deliciosa aquella frescura, oía por la primera vez de su vida una declaración de amor apasionada pero respetuosa, discreta, toda idealismo, llena de salvedades y eufemismos que las circunstancias y el estado de Ana exigían, con lo cual crecía su encanto, irresistible para aquella mujer que sentía las emociones de los quince años al frisar con los treinta. ...
En la línea 561
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... La tía de la joven le había vuelto a tratar como un sobrino futuro, reservando para él las avaras dulzuras de su carácter. Lo invitaba a que las acompañase, a ella y a Estela, en sus paseos por los alrededores de Roma, o en sus visitas a ciertos amigos comunes, disponiendo tales salidas hábilmente para que los dos novios pudiesen hablar a solas. Y Claudio se dejaba arrastrar por esta complicidad, encontrando un nuevo placer, pálido y discreto, en su trato con la joven. ...
En la línea 623
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Casi todos los cruzados, españoles y franceses, mientras llegaban las naves que debían llevarlos a Oriente, se mataban entre ellos en continuas pendencias. No encontrando el Pontífice buques ni dinero, moría en Ancona, viendo con tristeza, desde una ventana de su dormitorio, las pocas naves que había conseguido reunir y la muchedumbre sin orden y sin armas, que nunca llegaría a formar un verdadero ejército. ...
En la línea 942
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Cuando dos años después los jóvenes príncipes de Esquilache volvieron de Nápoles a Roma para vivir en el Vaticano, doña Sancha, todavía muy jovencita, pero en plena erupción de su temperamento precoz y perversamente lujurioso, se entregó a los mayores excesos, encontrando tal vez una ampliación de sus placeres en el escándalo que provocaban. ...
En la línea 1066
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Acompañó a don Arístides y su familia en la noche fijada por la invitación, encontrando desde los primeros peldaños de una escalinata del siglo xviii, que era motivo de orgullo para Enciso—enorme como la de un museo, con balconajes de mármol y bustos de diosas y héroes—, a todos los domésticos de los días de gala, ostentando sus pelucas y sus libreas de seda color oro. ...
En la línea 1249
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Ningún varón de sus familias hubiese hecho esto. Los militares más jóvenes sacaban el cuerpo fuera del agua, como si quisieran castigar al atrevido con la exhibición de su desnudez. Pretendían asustarlo para despertar de este modo el olvidado pudor de su sexo; proferían palabras de cuartel para que se ruborizase. Pero el desvergonzado gigante sonrió placenteramente, sin pensar en huir, encontrando muy ameno el espectáculo. ...
En la línea 1270
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Así vivían, satisfechos de su nueva situación, participando de la pobreza y las esperanzas de todo aquel rebaño servil, que escuchaba a Ra-Ra como a un apóstol. El doctor era el encargado de cocinar y también de limpiar la choza en que vivían, encontrando un placer original en el desempeño de estas funciones que habían pertenecido a su sexo en tiempos tan remotos que ya estaban olvidados. Además se consideraba feliz porque Ra-Ra parecía contento. La fe de este en la victoria de los hombres había acabado por sentirla ella igualmente, traicionando por amor los intereses de su sexo. ...
En la línea 1397
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Las gentes de la capital, al leer esto, se miraban aterradas, no encontrando en su atolondramiento palabras capaces de expresar su asombro. Los más locuaces solo sabían decir: ...
En la línea 933
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... La vanidad de Platón cayó de golpe cuando más se remontaba, y no encontrando aplicación adecuada a su personalidad, se estrelló en la conciencia de su estolidez. «Yo… para tirar de un carromato—pensó—. Después dejó caer la varonil y gallarda cabeza sobre el pecho y estuvo meditando un rato sobre el por qué de su perra suerte. Ido permaneció completamente insensible a la lisonja que le soltara su amigo, y tenía la imaginación sumergida en sombrío lago de tristezas, dudas, temores y desconfianzas. A Izquierdo le roía el pesimismo. La carga de la bebida en su estómago no tuvo poca parte en aquel desaliento horrible, durante el cual vio desfilar ante su mente los treinta años de fracasos que formaban su historia activa… Lo más singular fue que en su tristeza sentía una dulce voz silbándole en el oído: «Tú sirves para algo… no te amontones… ». Mas no se convencía, no. «Al que me dijera —pensaba—, cuál es la judía cosa pa que sirve este piazo de hombre, le querría, si es caso, más que a mi padre». Aquel desventurado era como otros muchos seres que se pasan la mayor parte de la vida fuera de su sitio, rodando, rodando, sin llegar a fijarse en la casilla que su destino les ha marcado. Algunos se mueren y no llegan nunca; Izquierdo debía llegar, a los cincuenta y un años, al puesto que la Providencia le asignara en el mundo, y que bien podríamos llamar glorioso. Un año después de lo que ahora se narra estaba ya aquel planeta errante, puedo dar fe de ello, en su sitio cósmico. Platón descubrió al fin la ley de su sino, aquello para que exclusiva y solutamente servía. Y tuvo sosiego y pan, fue útil y desempeñó un gran papel, y hasta se hizo célebre y se lo disputaban y le traían en palmitas. No hay ser humano, por despreciable que parezca, que no pueda ser eminencia en algo, y aquel buscón sin suerte, después de medio siglo de equivocaciones, ha venido a ser, por su hermosísimo talante, el gran modelo de la pintura histórica contemporánea. Hay que ver la nobleza y arrogancia de su figura cuando me lo encasquetan una armadura fina, o ropillas y balandranes de raso, y me lo ponen haciendo el duque de Gandía, al sentir la corazonada de hacerse santo, o el marqués de Bedmar ante el Consejo de Venecia, o Juan de Lanuza en el patíbulo, o el gran Alba poniéndoles las peras a cuarto a los flamencos. Lo más peregrino es que aquella caballería, toda ignorancia y rudeza, tenía un notable instinto de la postura, sentía hondamente la facha del personaje, y sabía traducirla con el gesto y la expresión de su admirable rostro. ...
En la línea 1461
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... «¡El parecido! Si no hay tal parecido ni lo puede haber. Sólo existe en tu imaginación. Los chicos de esa edad se parecen siempre a quien quiere el que los mira. Obsérvale bien ahora, examínale las facciones con imparcialidad, pero con imparcialidad y conciencia, ¿sabes?… y si después de esto sigues encontrando parecido, es que hay brujería en ello». ...
En la línea 1622
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Cada día más dominado por su frenesí investigador, visitó Santa Cruz diferentes casas, unas de peor fama que otras, misteriosas aquellas, estas al alcance de todo el público. No encontrando lo que buscaba en lo que parece más alto, descendió de escalón en escalón, visitó lugares donde había estado algunas veces y otros donde no había estado nunca. Halló caras conocidas y amigas, caras desconocidas y repugnantes, y a todas pidió noticias, buscando remedio al tifus de curiosidad que le consumía. No dejó de tocar a ninguna puerta tras de la cual pudieran esconderse la vergüenza perdida o la perdición vergonzosa. Sus explicaciones parecían lo que no eran por el ardor con que las practicaba y el carácter humanitario de que las revestía. Parecía un padre, un hermano que desalado busca a la prenda querida que ha caído en los dédalos tenebrosos del vicio. Y quería cohonestar su inquietud con razones filantrópicas y aun cristianas que sacaba de su entendimiento rico en sofisterías. «Es un caso de conciencia. No puedo consentir que caiga en la miseria y en la abyección, siendo, como soy, responsable… ¡Oh!, mi mujer me perdone; pero una esposa, por inteligente que sea, no puede hacerse cargo de los motivos morales, sí, morales que tengo para proceder de esta manera». ...
En la línea 1776
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Fortunata miró a la puerta. Rubín tragaba saliva y buscaba en el sitio donde tenemos el bigote algo que retorcer, y encontrando sólo unos pelos muy tenues, los martirizaba cruelmente. ...
Errores Ortográficos típicos con la palabra Encontrando
Cómo se escribe encontrando o hencontrando?
Cómo se escribe encontrando o encontrrando?
Más información sobre la palabra Encontrando en internet
Encontrando en la RAE.
Encontrando en Word Reference.
Encontrando en la wikipedia.
Sinonimos de Encontrando.
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La palabra jarros
La palabra juego
La palabra adquiriendo
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