Cual es errónea Discreto o Dixreto?
La palabra correcta es Discreto. Sin Embargo Dixreto se trata de un error ortográfico.
El Error ortográfico detectado en el termino dixreto es que hay un Intercambio de las letras s;x con respecto la palabra correcta la palabra discreto
Errores Ortográficos típicos con la palabra Discreto
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Cómo se escribe discreto o dizcreto?

la Ortografía es divertida

El Español es una gran familia
Reglas relacionadas con los errores de s;x
Las Reglas Ortográficas de la S
Se escribe s al final de las palabras llanas.
Ejemplos: telas, andamos, penas
Excepciones: alférez, cáliz, lápiz
Se escriben con s los vocablos compuestos y derivados de otros que también se escriben con esta letra.
Ejemplos: pesar / pesado, sensible / insensibilidad
Se escribe con s las terminaciones -esa, -isa que signifiquen dignidades u oficios de mujeres.
Ejemplos: princesa, poetisa
Se escriben con s los adjetivos que terminan en -aso, -eso, -oso, -uso.
Ejemplos: escaso, travieso, perezoso, difuso
Se escribe con s las terminaciones -ísimo, -ísima.
Ejemplos: altísimo, grandísima
Se escribe con s la terminación -sión cuando corresponde a una palabra que lleva esa letra, o cuando otra palabra derivada lleva -sor, -sivo, -sible,-eso.
Ejemplos: compresor, compresión, expreso, expresivo, expresión.
Se escribe s en la terminación de algunos adjetivos gentilicios singulares.
Ejemplos: inglés, portugués, francés, danés, irlandés.
Se escriben s con las sílabas iniciales des-, dis-.
Ejemplos: desinterés, discriminación.
Se escribe s en las terminaciones -esto, -esta.
Ejemplos: detesto, orquesta.
Las Reglas Ortográficas de la X
Se escriben con x las palabras que comienzan con hexa cuando equivale a seis.
Ejemplo: hexágono
Se escribe con x el prefijo ex- para indicar la no existencia o falta de.
Ejemplos: ex esposo, ex colonia, ex presidente.
Te vas a reir con las pifia que hemos hemos encontrado cambiando las letras s;x
Algunas Frases de libros en las que aparece discreto
La palabra discreto puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 6205
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... -Os equivocáis, querido -dijo Aramis siempre discreto-, es mi librero, que acaba de enviarme el precio de aquel poema en versos de una sílaba que comencé allá. ...
En la línea 8205
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... -Señores -dijo Aramis-, lo principal no es saber cuál de nues tros cuatro lacayos es el más discreto, el rnás fuerte, el más diestro o el más bravo; l o principal es saber cuál ama más el dinero. ...
En la línea 8709
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... -¡Oh! Lo sup ongo -dijo el cardenal-; hay que ser discreto para esa clase de cartas; sin embargo, se pueden mostrar a un confesor; co mo sabéis, he recibido las órdenes. ...
En la línea 5486
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Es probable que muchas personas en mi caso hubiesen procedido de muy diferente modo en este punto, y me guardo de afirmar que en ello anduviese yo del todo discreto o acertado. ...
En la línea 29
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Oyendo lo cual mi amigo, dándose una palmada en la frente y disparando en una carga de risa, me dijo: -Por Dios, hermano, que agora me acabo de desengañar de un engaño en que he estado todo el mucho tiempo que ha que os conozco, en el cual siempre os he tenido por discreto y prudente en todas vuestras aciones. ...
En la línea 54
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Procurad también que, leyendo vuestra historia, el melancólico se mueva a risa, el risueño la acreciente, el simple no se enfade, el discreto se admire de la invención, el grave no la desprecie, ni el prudente deje de alabarla. ...
En la línea 245
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Paráronse los mercaderes al son destas razones, y a ver la estraña figura del que las decía; y, por la figura y por las razones, luego echaron de ver la locura de su dueño; mas quisieron ver despacio en qué paraba aquella confesión que se les pedía, y uno dellos, que era un poco burlón y muy mucho discreto, le dijo: -Señor caballero, nosotros no conocemos quién sea esa buena señora que decís; mostrádnosla: que si ella fuere de tanta hermosura como significáis, de buena gana y sin apremio alguno confesaremos la verdad que por parte vuestra nos es pedida. ...
En la línea 328
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Este libro, señor compadre, tiene autoridad por dos cosas: la una, porque él por sí es muy bueno, y la otra, porque es fama que le compuso un discreto rey de Portugal. ...
En la línea 1549
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Las sombras de las hojuelas de la bóveda verde jugueteaban sobre las hojas del libro, blancas y negras y brillantes; se oía cerca, detrás, el murmullo discreto y fresco del agua de una acequia que corría despacio calentándose al sol; fuera de la huerta sonaban las ramas de los altos álamos con el suave castañeteo de las hojas nuevas y claras que brillaban como lanzas de acero. ...
En la línea 3083
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Pero ninguna aventura había sido de las ruidosas; nada podía saber la Regenta de cierto y el amor y la constancia del discreto adorador debían de ser para ella cosa poco menos que segura. ...
En la línea 3845
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Contemplaba las laderas de la montaña iluminada como por luces de bengala, y casi entre sueños oía a su lado el murmullo discreto del manantial y de la corriente que se precipitaba a refrescar los prados. ...
En la línea 4994
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Petra sonrió de un modo que ella creyó discreto y retorció una punta del delantal. ...
En la línea 198
del libro El Señor
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Por la noche, cuando nadie podía sorprenderle, Juan pasaba dos, tres, más veces por la rinconada; la torre poética, misteriosa, o sumida en la niebla, o destacándose en el cielo como con un limbo de luz estelar, le ofrecía en su silencio místico un discreto confidente; no diría nada del misterioso amor que presenciaba, ella, canción de piedra elevada por la fe de las muertas generaciones al culto de otro amor misterioso. ...
En la línea 561
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... La tía de la joven le había vuelto a tratar como un sobrino futuro, reservando para él las avaras dulzuras de su carácter. Lo invitaba a que las acompañase, a ella y a Estela, en sus paseos por los alrededores de Roma, o en sus visitas a ciertos amigos comunes, disponiendo tales salidas hábilmente para que los dos novios pudiesen hablar a solas. Y Claudio se dejaba arrastrar por esta complicidad, encontrando un nuevo placer, pálido y discreto, en su trato con la joven. ...
En la línea 562
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Siempre, al iniciar la conversación con ella, resurgía en su memoria la imagen de Rosaura. Luego la olvidaba, influido por el encanto ingenuo y discreto de Estela. Seguía comparando mentalmente esta atracción con el perfume de la violeta silvestre. Además, llevaba muchos meses de aislamiento, y esta criatura modosita y tímida era una mujer, aunque ¡ tan distinta de la otra!… ...
En la línea 1329
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Desistiendo Luis XII de Carlota de Aragón, le había propuesto casarse con otra princesa del mismo nombre, Carlota de Albret, hermana del rey de Navarra, que también vivía en su Corte. Aceptó César a esta joven de buena presencia, sana, fuerte y con discreto carácter, condiciones que hacían presentir en ella una esposa amable y sumisa. Además, mostraba gran amor por ese príncipe bello y lujoso, pródigo en deslumbrantes magnificencias. Pero la familia de Carlota de Albret, especialmente su padre, viendo el apuro del rey, explotaban la situación renovando sus peticiones de recompensas antes de dar a Carlota. ...
En la línea 1851
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... No podía dudar, sin embargo, del afecto del santo varón. El era, tal vez, el único ser contemporáneo capaz de hacer vibrar su sensibilidad Esto del duelo y el balazo debía de haber sacudido como una catástrofe telúrica e] venerable caserón, envuelto en discreto silencio, allá en la tranquila calle de Caballeros. ...
En la línea 58
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... A los dos meses de casados, y después de una temporadilla en que Barbarita estuvo algo distraída, melancólica y como con ganas de llorar, alarmando mucho a su madre, empezaron a notarse en aquel matrimonio, en tan malas condiciones hecho, síntomas de idilio. Baldomero parecía otro. En el escritorio canturriaba, y buscaba pretextos para salir, subir a la casa y decir una palabrita a su mujer, cogiéndola en los pasillos o donde la encontrase. También solía equivocarse al sentar una partida, y cuando firmaba la correspondencia, daba a los rasgos de la tradicional rúbrica de la casa una amplitud de trazo verdaderamente grandiosa, terminando el rasgo final hacia arriba como una invocación de gratitud dirigida al Cielo. Salía muy poco, y decía a sus amigos íntimos que no se cambiaría por un Rey, ni por su tocayo Espartero, pues no había felicidad semejante a la suya. Bárbara manifestaba a su madre con gozo discreto, que Baldomero no le daba el más mínimo disgusto; que los dos caracteres se iban armonizando perfectamente, que él era bueno como el mejor pan y que tenía mucho talento, un talento que se descubría donde y como debe descubrirse, en las ocasiones. En cuanto estaba diez minutos en la casa materna, ya no se la podía aguantar, porque se ponía desasosegaba y buscaba pretextos para marcharse diciendo: «Me voy, que está mi marido solo». ...
En la línea 214
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Esto sería todo lo razonable y discreto que se quiera suponer; pero la curiosidad no disminuía, antes bien aumentaba. Revivió con fuerza en Zaragoza, después que los esposos oyeron misa en el Pilar y visitaron la Seo. ...
En la línea 409
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Vamos ahora a otra cosa. Los de Santa Cruz, como familia respetabilísima y rica, estaban muy bien relacionados y tenían amigos en todas las esferas, desde la más alta a la más baja. Es curioso observar cómo nuestra edad, por otros conceptos infeliz, nos presenta una dichosa confusión de todas las clases, mejor dicho, la concordia y reconciliación de todas ellas. En esto aventaja nuestro país a otros, donde están pendientes de sentencia los graves pleitos históricos de la igualdad. Aquí se ha resuelto el problema sencilla y pacíficamente, gracias al temple democrático de los españoles y a la escasa vehemencia de las preocupaciones nobiliarias. Un gran defecto nacional, la empleomanía, tiene también su parte en esta gran conquista. Las oficinas han sido el tronco en que se han injertado las ramas históricas, y de ellas han salido amigos el noble tronado y el plebeyo ensoberbecido por un título universitario; y de amigos, pronto han pasado a parientes. Esta confusión es un bien, y gracias a ella no nos aterra el contagio de la guerra social, porque tenemos ya en la masa de la sangre un socialismo atenuado e inofensivo. Insensiblemente, con la ayuda de la burocracia, de la pobreza y de la educación académica que todos los españoles reciben, se han ido compenetrando las clases todas, y sus miembros se introducen de una en otra, tejiendo una red espesa que amarra y solidifica la masa nacional. El nacimiento no significa nada entre nosotros, y todo cuanto se dice de los pergaminos es conversación. No hay más diferencias que las esenciales, las que se fundan en la buena o mala educación, en ser tonto o discreto, en las desigualdades del espíritu, eternas como los atributos del espíritu mismo. La otra determinación positiva de clases, el dinero, está fundada en principios económicos tan inmutables como las leyes físicas, y querer impedirla viene a ser lo mismo que intentar beberse la mar. ...
En la línea 589
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... En honor de la verdad, se ha de decir que Santa Cruz amaba a su mujer. Ni aun en los días que más viva estaba la marea de la infidelidad, dejó de haber para Jacinta un hueco de preferencia en aquel corazón que tenía tantos rincones y callejuelas. Ni la variedad de aficiones y caprichos excluía un sentimiento inamovible hacia su compañera por la ley y la religión. Conociendo perfectamente su valer moral, admiraba en ella las virtudes que él no tenía y que según su criterio, tampoco le hacían mucha falta. Por esta última razón no incurría en la humildad de confesarse indigno de tal joya, pues su amor propio iba siempre por delante de todo, y teníase por merecedor de cuantos bienes disfrutaba o pudiera disfrutar en este bajo mundo. Vicioso y discreto, sibarita y hombre de talento, aspirando a la erudición de todos los goces y con bastante buen gusto para espiritualizar las cosas materiales, no podía contentarse con gustar la belleza comprada o conquistada, la gracia, el donaire, la extravagancia; quería gustar también la virtud, no precisamente vencida, que deja de serlo, sino la pura, que en su pureza misma tenía para él su picante. ...
En la línea 182
del libro Un viaje de novios
del afamado autor Emilia Pardo Bazán
... Todo este diálogo pasaba en discreto tono, a media voz, inclinados el uno hacia el otro ambos interlocutores, con misterioso y casi amante silabeo. El testigo de vista, silencioso, recostado en un ángulo, imponía a la plática de los esposos, plática llana y corriente, cierta intimidad y secreto que acrecentaban su atractivo, dándole visos de tierno coloquio. Las mismas cosas, dichas en alto, serían indiferentes y sencillas por demás. De ordinario sucede así, que no sean las palabras importantes en sí mismas, sino por el tono con que se pronuncian y el lugar en que se colocan, a la manera de menudas piedrecillas que incrustadas convenientemente en la labor de mosaico, ya dibujan un árbol, ya una casa, ya un rostro. ...
Más información sobre la palabra Discreto en internet
Discreto en la RAE.
Discreto en Word Reference.
Discreto en la wikipedia.
Sinonimos de Discreto.
Palabras parecidas a discreto
La palabra apretado
La palabra celeridad
La palabra incrustado
La palabra protege
La palabra conseguirlo
La palabra llego
La palabra hablaros
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