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La palabra sreen
Cómo se escribe

Comó se escribe sreen o creen?

Cual es errónea Creen o Sreen?

La palabra correcta es Creen. Sin Embargo Sreen se trata de un error ortográfico.

El Error ortográfico detectado en el termino sreen es que hay un Intercambio de las letras c;s con respecto la palabra correcta la palabra creen

Más información sobre la palabra Creen en internet

Creen en la RAE.
Creen en Word Reference.
Creen en la wikipedia.
Sinonimos de Creen.

Errores Ortográficos típicos con la palabra Creen

Cómo se escribe creen o crreen?
Cómo se escribe creen o sreen?


la Ortografía es divertida

Algunas Frases de libros en las que aparece creen

La palabra creen puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 758
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Calló un instante don Ramón para tomar aliento y recrearse en el eco de su elocuencia, pero al instante prosiguió, mirando a Fermín fijamente, como si éste fuese un enemigo difícil de convencer: --Por desgracia, muchas gentes creen paladear el vino de Jerez cuando beben inmundas sofisticaciones. En Londres, bajo el nombre de Jerez, se venden líquidos heterogéneos. No podemos transigir con esta mentira, señores. El vino de Jerez es como el oro. Podemos admitir que el oro sea puro, de mediana o de baja ley, pero no podemos admitir que se llame oro al _doublé_. Sólo es Jerez el vino que dan los viñedos jerezanos, que recrían y añejan sus almacenistas y que exportan, bajo su honrada firma, casas de intachable crédito, como por ejemplo la de Dupont Hermanos. ...

En la línea 890
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... --Todo seguirá lo mismo--dijo el joven.--A los ricos no les importa nada el porvenir, ni creen necesaria ninguna precaución para retardarlo. ...

En la línea 926
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... --Se han juntado dos locos--continuó Fermín.--Cualquier día se pelearán, saliendo de una de sus juergas echando sangre; pero, mientras tanto, se creen felices y exhiben su dicha con una desvergüenza admirable. Yo creo que lo que más les divierte es la indignación de don Pablo y su familia. ...

En la línea 1494
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... --Una verdadera revolución, hijo. Anda en todo esto un forastero, un muchacho al que llaman el _Madrileño_, que habla de matar a los ricos y repartirse los tesoros de la ciudad. La gente parece loca: todos creen que mañana van a triunfar y que se acaba la miseria. El _Madrileño_ emplea el nombre de Salvatierra, como si obrase por orden suya, y muchos afirman, como si le hubieran visto, que don Fernando está escondido en Jerez y se presentará en el momento de la revolución. ¿Qué sabes tú de esto?... ...

En la línea 10362
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... -Como creen que yo me marcho por orden del cardenal, no cree rán que estéis deseosa de seguirme. ...

En la línea 3611
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Entre paréntesis: he oído decir que ustedes los ingleses miran con la más extremada aversión el homicidio; ¿creen ustedes, en efecto, que es un crimen enorme? —¿Pues no lo hemos de creer?—repliqué.—En todos los demás cabe reparación; pero si quitamos la vida lo quitamos todo. ...

En la línea 5247
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Hecho, pues, el general destrozo del retablo, sosegóse un poco don Quijote y dijo: -Quisiera yo tener aquí delante en este punto todos aquellos que no creen, ni quieren creer, de cuánto provecho sean en el mundo los caballeros andantes: miren, si no me hallara yo aquí presente, qué fuera del buen don Gaiferos y de la hermosa Melisendra; a buen seguro que ésta fuera ya la hora que los hubieran alcanzado estos canes, y les hubieran hecho algún desaguisado. ...

En la línea 5850
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Pero no tienen ellos la culpa, sino los simples que los alaban y las bobas que los creen; y si yo fuera la buena dueña que debía, no me habían de mover sus trasnochados conceptos, ni había de creer ser verdad aquel decir: 'Vivo muriendo, ardo en el yelo, tiemblo en el fuego, espero sin esperanza, pártome y quédome', con otros imposibles desta ralea, de que están sus escritos llenos. ...

En la línea 6508
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... -Dude quien dudare -respondió el paje-, la verdad es la que he dicho, y esta que ha de andar siempre sobre la mentira,como el aceite sobre el agua; y si no, operibus credite, et non verbis: véngase alguno de vuesas mercedes conmigo, y verán con los ojos lo que no creen por los oídos. ...

En la línea 182
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... No citaré más que otras dos aves muy comunes y muy nobles por sus costumbres. Puede considerarse al Saurophagus sulphuratus como el tipo de la gran tribu americana de los papamoscas. Por su conformación se asemeja mucho al verdadero alcotán, pero por sus costumbres puede comparársele a muchas aves. Le he observado con frecuencia estando yo de caza en el campo, cerniéndose ya encima de un sitio, ya sobre otro sitio. Cuando está suspenso así en el aire, a cierta distancia se le puede tomar fácilmente por uno de los miembros de la familia de las aves de rapiña; pero se deja caer con mucha menos fuerza y rapidez que el halcón. Otras veces, el saurófago frecuenta las cercanías del agua; Permanece allí quieto como un martínpescador, y pesca los pececillos que cometen la imprudencia de acercarse demasiado a la orilla. A menudo se guardan estas aves enjauladas o en los corrales de las granjas; en este caso, se les cortan las alas. Se domestican muy pronto, y es muy divertido observar sus maneras cómicas, las cuales se parecen mucho a las de la urraca común, según me han dicho. Cuando vuelan, avanzan por medio de una serie de ondulaciones, porque el peso de su cabeza y de su pico es demasiado grande, si con el de su cuerpo se compara. Por la noche, el saurófago se encarama sobre un matorral, casi siempre al borde del camino; y repite continuamente, sin modificarlo nunca, un grito agudo y bastante agradable, que se parece un poco a palabras articuladas. Los españoles creen reconocer éstas: «bien te veo», y por eso le han dado este nombre. ...

En la línea 294
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... Puedo añadir que también en África se cree que en el mismo nido ponen dos o más hembras11.Aunque al pronto puede parecer muy extraña esta costumbre, creo fácil indicar cuál es su causa. El número de huevos en el nido varía entre 20 y 40, hasta 50; según Azara, un nido contiene algunas veces de 70 a 80 huevos. El número de huevos hallados en una sola región, tan considerable proporcionalmente al número de avestruces que en ella habitan, y el estado del ovario de la hembra, parecen indicar que ésta pone gran número de huevos durante cada temporada, pero que esa puesta debe de efectuarse con mucha lentitud y durar mucho, por consiguiente Azara 12 nota el hecho de que una hembra domesticada puso 17 huevos, con un intervalo de tres días entre cada uno de ellos. Pues bien, si la hembra los incubase ella misma, los primeros huevos puestos se pudrirían casi seguro. Por el contrario, si varias hembras se ponen de acuerdo (dícese que el hecho está probado) y cada una de ellas va a depositar sus huevos en diferentes nidos, entonces todos los huevos de un nido es probable que tengan la misma edad. Si (como creo) el número de huevos en cada nido equivale por término medio a la cantidad que pone una hembra durante la temporada, debe de haber tantos nidos como hembras; y cada macho contribuye por su parte al trabajo de la incubación, en una época en que las hembras no podrían incubar porque no han acabado de poner13. Ya he indicado el gran número de huevos abandonados o huachos; 20 encontré en un solo día. Parece extraño que se pierdan tantos huevos. ¿Dependerá esto de las dificultades para asociarse varias hembras y encontrar un macho dispuesto a encargarse de la incubación? Es evidente que por lo menos dos hembras tienen que asociarse hasta cierto punto; de lo contrario, los huevos quedarían desparramados en aquellas inmensas llanuras, a distancias harto largas unos de otros para que el macho pueda reunirlos en un nido. Algunos autores creen que los huevos desperdigados sirven para alimentar a las crías; dudo que así sea (en América por los menos), puesto que los 11 BURCHELL: Travels, tomo I, pág. 280. ...

En la línea 402
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... ... d'Orbigny (tomo 1, pág. 474) dice que el cardo y la alcachofa se encuentran en estado salvaje. El doctor Hooker (Bota nical Magazine, tomo LX, pág. 2.862) ha descrito con el nombre de inermis una variedad del Cynara procedente de esta parte de la América meridional. Afirma que la mayoría de los botánicos creen hoy que el cardo y la alcachofa son variedades de la misma planta. Puedo añadir que un hortelano muy inteligente me ha afirmado haber visto en un huerto abandonado convertirse plantas de alcachofa en cardo común. El doctor Hooker cree que la magnífica descripción que Head hace del cardo silvestre de las Pampas se aplica al cardo común, pero es un error. El capitán Head alude a la planta de que luego me ocuparé con el nombre de cardo gigante. ¿Es un verdadero cardo? No lo sé; pero esa planta difiere en absoluto del cardo común y se parece mucho más al cardo silvestre. ...

En la línea 457
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... También el puma debe tener la misma costumbre, pues he visto con frecuencia en el suelo duro y estéril de la Patagonia surcos tan profundos que sólo este animal ha podido hacerlos. Creo que todos estos animales han adquirido esa costumbre para quitarse las puntas desgastadas de las uñas y no para afilárselas, como creen los gauchos. Se consigue matar al jaguar sin muchas dificultades; perseguido de los perros, trepa a un árbol, y es fácil derribarlo de él a tiros de fusil. ...

En la línea 4975
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Era de las infelices que creen los absurdos que la calumnia propala para descrédito de los sacerdotes. ...

En la línea 1628
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... —Dicen que es un gran tirador… —continuó Enciso—. A usted también lo creen experto en la pistola y otras armas… Por suerte, tengo la corazonada de que no correrá sangre, y nunca me equivoco en mis presentimientos. ...

En la línea 264
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... - Mi querido profesor Flimnap -gritaban-, siempre he sentido una gran admiración por su sabiduría y soy de los que creen que la patria no le ha dado hasta ahora todo lo que merece por su gran talento. Cuénteme algo del Hombre-Montaña. ¿Es cierto que se alimenta con carne humana, como van diciendo por ahí los hombres en sus charlas y chismorreos?… ...

En la línea 506
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... —¿Pues no las he de querer? Yo lo tomo todo, hasta una llave vieja, para cuando se acabe el edificio. ¿Saben ustedes lo que me llevé ayer a casa? Cuatro azulejos de cocina, un grifo y tres paquetitos de argollas. Todo sirve, amigos. Si en algún tejar me dan cuatro ladrillos, los acepto y a la obra con ellos. ¿Ven ustedes cómo hacen los pájaros sus nidos? Pues yo construiré mi palacio de huérfanos cogiendo aquí una pajita y allá otra. Ya se lo he dicho a Bárbara, no ha de tirar ni un clavo, aunque esté torcido, ni una tabla, aunque esté rota. Los sellos de correo se venden, las cajas de cerillas también… ¿Con qué creen ustedes que he comprado yo el gran lavabo que tenemos en el asilo? Pues juntando cabos de vela y vendiéndolos al peso. El otro día me ofrecieron una petaca de cuero de Rusia. «¿Para qué le sirve eso?» dirán estos señores. Pues me sirvió para hacer un regalo a uno de los delineantes que trabajan en el proyecto… ¿Ven ustedes a este marqués de Casa-Muñoz, que me está oyendo y me ha ofrecido dos vigas de doble T? Bueno: ¿cuánto apuestan a que le saco algo más? ¿Pues qué, creen ustedes que el señor marqués tiene sus grandes yeserías de Vallecas para ver estos apuros míos y no acudir a ellos? ...

En la línea 506
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... —¿Pues no las he de querer? Yo lo tomo todo, hasta una llave vieja, para cuando se acabe el edificio. ¿Saben ustedes lo que me llevé ayer a casa? Cuatro azulejos de cocina, un grifo y tres paquetitos de argollas. Todo sirve, amigos. Si en algún tejar me dan cuatro ladrillos, los acepto y a la obra con ellos. ¿Ven ustedes cómo hacen los pájaros sus nidos? Pues yo construiré mi palacio de huérfanos cogiendo aquí una pajita y allá otra. Ya se lo he dicho a Bárbara, no ha de tirar ni un clavo, aunque esté torcido, ni una tabla, aunque esté rota. Los sellos de correo se venden, las cajas de cerillas también… ¿Con qué creen ustedes que he comprado yo el gran lavabo que tenemos en el asilo? Pues juntando cabos de vela y vendiéndolos al peso. El otro día me ofrecieron una petaca de cuero de Rusia. «¿Para qué le sirve eso?» dirán estos señores. Pues me sirvió para hacer un regalo a uno de los delineantes que trabajan en el proyecto… ¿Ven ustedes a este marqués de Casa-Muñoz, que me está oyendo y me ha ofrecido dos vigas de doble T? Bueno: ¿cuánto apuestan a que le saco algo más? ¿Pues qué, creen ustedes que el señor marqués tiene sus grandes yeserías de Vallecas para ver estos apuros míos y no acudir a ellos? ...

En la línea 3056
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Allí brillaba espléndidamente esa fraternidad española en cuyo seno se dan mano de amigo el carlista y el republicano, el progresista de cabeza dura y el moderado implacable. Antiguamente, los partidos separados en público, estábanlo también en las relaciones privadas; pero el progreso de las costumbres trajo primero cierta suavidad en las relaciones personales, y por fin la suavidad se trocó en blandura. Algunos creen que hemos pasado de un extremado mal a otro, sin detenernos en el medio conveniente, y ven en esta fraternidad una relajación de los caracteres. Esto de que todo el mundo sea amigo particular de todo el mundo es síntoma de que las ideas van siendo tan sólo un pretexto para conquistar o defender el pan. Existe una confabulación tácita (no tan escondida que no se encuentre a poco que se rasque en los políticos), por la cual se establece el turno en el dominio. En esto consiste que no hay aspiración, por extraviada que sea, que no se tenga por probable; en esto consiste la inseguridad, única cosa que es constante entre nosotros, la ayuda masónica que se prestan todos los partidos desde el clerical al anarquista, lo mismo dándose una credencial vergonzante en tiempo de paces, que otorgándose perdones e indultos en las guerras y revoluciones. Hay algo de seguros mutuos contra el castigo, razón por la cual se miran los hechos de fuerza como la cosa más natural del mundo. La moral política es como una capa con tantos remiendos, que no se sabe ya cuál es el paño primitivo. ...

En la línea 3133
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Empezó dando puntadas. Como al principio era su charla frívola y de gacetilla, todos se reían y el Pater estaba en sus glorias. Pero poco a poco iba sacando Rubín proposiciones serias. El poder temporal del Papa fue puesto por los suelos, sin que ninguno de los tonsurados hiciese una defensa formal. El Pater y Quevedo tomaban la cuestión con calma, oponiendo a los ataques de Rubín argumentos evasivos en estilo joco-serio. Pedernero lo echaba todo a chacota; pero una noche que llevó Rubín, bien fresquecito y pegado con saliva, el tema de la pluralidad de mundos habitados, Pedernero empezó a despabilarse. Era doctor en Teología, y aunque había ahorcado los libros hacía mucho tiempo, algo recordaba, y tenía además grandes dotes de polemista. Rubín salió un tanto contuso; pero en retirada se defendía bien con su flexibilidad y agudeza. Más adelante llevó un arsenal de argumentos contra la revelación. «Esto no lo creen ya más que los adoquines… ». Todo el Viejo Testamento no era más que un fraude, una imitación de las teogonías india y persa. Bien se veía la reproducción de los mismos mitos y símbolos. El pecado original, la expulsión del paraíso, la encarnación, la redención, eran una serie de representaciones poéticas y naturalistas que se reproducían al través de los siglos, «lo mismo a orillas del Éufrates que del Nilo que del Jordán». ...

En la línea 1182
del libro Niebla
del afamado autor Miguel De Unamuno
... «La he estado mintiendo y he estado mintiéndome. ¡Siempre es así! Todo es fantasía y no hay más que fantasía. El hombre en cuanto habla miente, y en cuanto se habla a sí mismo, es decir, en cuanto piensa sabiendo que piensa, se miente. No hay más verdad que la vida fisiológica. La palabra, este producto social, se ha hecho para mentir. Le he oído a nuestro filósofo que la verdad es, como la palabra, un producto social, lo que creen todos, y creyéndolo se entienden. Lo que es producto social es la mentira… » ...

En la línea 2041
del libro Niebla
del afamado autor Miguel De Unamuno
... –En efecto; un novelista, un dramaturgo, no pueden hacer en absoluto lo que se les antoje de un personaje que creen; un ente de ficción novelesca no puede hacer, en buena ley de arte, lo que ningún lector esperaría que hiciese… –Un ser novelesco tal vez… ...

En la línea 568
del libro Veinte mil leguas de viaje submarino
del afamado autor Julio Verne
... -Sí, señor. Pero renunciar a recuperar ese insoportable yugo del mundo que los hombres creen ser la libertad, no es quizá tan penoso como usted puede creer. ...

En la línea 572
del libro Veinte mil leguas de viaje submarino
del afamado autor Julio Verne
... -No, señor, esto se llama clemencia. Son ustedes prisioneros míos después de un combate. Les guardo conmigo, cuando podría, con una sola orden, arrojarles a los abismos del océano. Ustedes me han atacado. Han venido a sorprender un secreto que ningún hombre en el mundo debe conocer, el secreto de toda mi existencia. ¿Y creen ustedes que voy a reenviarles a ese mundo que debe ignorarme? ¡jamás! Al retenerles aquí no es a ustedes a quienes guardo, es a mí mismo. ...

En la línea 1919
del libro Veinte mil leguas de viaje submarino
del afamado autor Julio Verne
... La clase de los espongiarios, primera del grupo de los pólipos, ha sido creada precisamente por ese curioso producto de utilidad indiscutible. La esponja no es un vegetal como creen aún algunos naturalistas, sino un animal de último orden, un polípero inferior al del coral. Su animalidad no es dudosa, y ni tan siquiera es ya admisible la opinión de los antiguos que la consideraban como un ser intermedio entre la planta y el animal. Debo decir, sin embargo, que los naturalistas no se han puesto de acuerdo sobre el modo de organización de la esponja. Para unos, es un polípero, y para otros, como, por ejemplo, Milne Edwards, es un individuo aislado y único. ...

En la línea 1868
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑De ningún modo deben ustedes ir a ver a la patrona ‑exclamó Rasumikhine dirigiéndose a Pulqueria Alejandrovna‑. Lo que usted pretende es un disparate. Por muy madre de él que usted sea, lo exasperaría quedándose aquí, y sabe Dios las consecuencias que eso podría tener. Escuchen; he aquí lo que he pensado hacer: Nastasia se quedará con él un momento, mientras yo las llevo a ustedes a su casa, pues dos mujeres no pueden atravesar solas las calles de Petersburgo… En seguida, en una carrera, volveré aquí, y un cuarto de hora después les doy mi palabra de honor más sagrada de que iré a informarlas de cómo va la cosa, de si duerme, de cómo está, etcétera… Luego, óiganme bien, iré en un abrir y cerrar de ojos de la casa de ustedes a la mía, donde he dejado algunos invitados, todos borrachos, por cierto. Entonces cojo a Zosimof, que es el doctor que asiste a Rodia y que ahora está en mi casa… Pero él no está bebido. Nunca está bebido. Lo traeré a ver a Rodia, y de aquí lo llevaré inmediatamente a casa de ustedes. Así, ustedes recibirán noticias dos veces en el espacio de una hora: primero noticias mías y después noticias del doctor en persona. ¡Del doctor! ¿Qué más pueden pedir? Si la cosa va mal, yo les juro que voy a buscarlas y las traigo aquí; si la cosa va bien, ustedes se acuestan y ¡a dormir se ha dicho… ! Yo pasaré la noche aquí, en el vestíbulo. Él no se enterará. Y haré que Zosimof se quede a dormir en casa de la patrona: así lo tendremos a mano… Porque, díganme: ¿a quién necesita más Rodia en estos momentos: a ustedes o al doctor? No cabe duda de que el doctor es más útil para él, mucho más útil… Por lo tanto, vuélvanse a casa. Además, ustedes no pueden quedarse en el piso de la patrona. Yo puedo, pero ustedes no: ella no lo querrá, porque… porque es una necia. Tendría celos de Avdotia Romanovna, celos a causa de mi persona, ya lo saben. Y, a lo mejor, también tendría celos de usted, Pulqueria Alejandrovna. Pero de su hija no me cabe la menor duda de que los tendría. Es una mujer muy rara… Bien es verdad que también yo soy un estúpido… ¡Pero no me importa… ! Bueno, vamos. Porque me creen, ¿verdad? Díganme: ¿me creen o no me creen? ...

En la línea 1868
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑De ningún modo deben ustedes ir a ver a la patrona ‑exclamó Rasumikhine dirigiéndose a Pulqueria Alejandrovna‑. Lo que usted pretende es un disparate. Por muy madre de él que usted sea, lo exasperaría quedándose aquí, y sabe Dios las consecuencias que eso podría tener. Escuchen; he aquí lo que he pensado hacer: Nastasia se quedará con él un momento, mientras yo las llevo a ustedes a su casa, pues dos mujeres no pueden atravesar solas las calles de Petersburgo… En seguida, en una carrera, volveré aquí, y un cuarto de hora después les doy mi palabra de honor más sagrada de que iré a informarlas de cómo va la cosa, de si duerme, de cómo está, etcétera… Luego, óiganme bien, iré en un abrir y cerrar de ojos de la casa de ustedes a la mía, donde he dejado algunos invitados, todos borrachos, por cierto. Entonces cojo a Zosimof, que es el doctor que asiste a Rodia y que ahora está en mi casa… Pero él no está bebido. Nunca está bebido. Lo traeré a ver a Rodia, y de aquí lo llevaré inmediatamente a casa de ustedes. Así, ustedes recibirán noticias dos veces en el espacio de una hora: primero noticias mías y después noticias del doctor en persona. ¡Del doctor! ¿Qué más pueden pedir? Si la cosa va mal, yo les juro que voy a buscarlas y las traigo aquí; si la cosa va bien, ustedes se acuestan y ¡a dormir se ha dicho… ! Yo pasaré la noche aquí, en el vestíbulo. Él no se enterará. Y haré que Zosimof se quede a dormir en casa de la patrona: así lo tendremos a mano… Porque, díganme: ¿a quién necesita más Rodia en estos momentos: a ustedes o al doctor? No cabe duda de que el doctor es más útil para él, mucho más útil… Por lo tanto, vuélvanse a casa. Además, ustedes no pueden quedarse en el piso de la patrona. Yo puedo, pero ustedes no: ella no lo querrá, porque… porque es una necia. Tendría celos de Avdotia Romanovna, celos a causa de mi persona, ya lo saben. Y, a lo mejor, también tendría celos de usted, Pulqueria Alejandrovna. Pero de su hija no me cabe la menor duda de que los tendría. Es una mujer muy rara… Bien es verdad que también yo soy un estúpido… ¡Pero no me importa… ! Bueno, vamos. Porque me creen, ¿verdad? Díganme: ¿me creen o no me creen? ...

En la línea 1868
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑De ningún modo deben ustedes ir a ver a la patrona ‑exclamó Rasumikhine dirigiéndose a Pulqueria Alejandrovna‑. Lo que usted pretende es un disparate. Por muy madre de él que usted sea, lo exasperaría quedándose aquí, y sabe Dios las consecuencias que eso podría tener. Escuchen; he aquí lo que he pensado hacer: Nastasia se quedará con él un momento, mientras yo las llevo a ustedes a su casa, pues dos mujeres no pueden atravesar solas las calles de Petersburgo… En seguida, en una carrera, volveré aquí, y un cuarto de hora después les doy mi palabra de honor más sagrada de que iré a informarlas de cómo va la cosa, de si duerme, de cómo está, etcétera… Luego, óiganme bien, iré en un abrir y cerrar de ojos de la casa de ustedes a la mía, donde he dejado algunos invitados, todos borrachos, por cierto. Entonces cojo a Zosimof, que es el doctor que asiste a Rodia y que ahora está en mi casa… Pero él no está bebido. Nunca está bebido. Lo traeré a ver a Rodia, y de aquí lo llevaré inmediatamente a casa de ustedes. Así, ustedes recibirán noticias dos veces en el espacio de una hora: primero noticias mías y después noticias del doctor en persona. ¡Del doctor! ¿Qué más pueden pedir? Si la cosa va mal, yo les juro que voy a buscarlas y las traigo aquí; si la cosa va bien, ustedes se acuestan y ¡a dormir se ha dicho… ! Yo pasaré la noche aquí, en el vestíbulo. Él no se enterará. Y haré que Zosimof se quede a dormir en casa de la patrona: así lo tendremos a mano… Porque, díganme: ¿a quién necesita más Rodia en estos momentos: a ustedes o al doctor? No cabe duda de que el doctor es más útil para él, mucho más útil… Por lo tanto, vuélvanse a casa. Además, ustedes no pueden quedarse en el piso de la patrona. Yo puedo, pero ustedes no: ella no lo querrá, porque… porque es una necia. Tendría celos de Avdotia Romanovna, celos a causa de mi persona, ya lo saben. Y, a lo mejor, también tendría celos de usted, Pulqueria Alejandrovna. Pero de su hija no me cabe la menor duda de que los tendría. Es una mujer muy rara… Bien es verdad que también yo soy un estúpido… ¡Pero no me importa… ! Bueno, vamos. Porque me creen, ¿verdad? Díganme: ¿me creen o no me creen? ...

En la línea 1872
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑Ya entiendo: ustedes creen que estoy bebido ‑dijo el joven, adivinando los pensamientos de las dos mujeres y mientras daba tales zancadas por la acera, que ellas a duras penas podían seguirle, cosa que él no advertía‑. Eso es absurdo… Quiero decir que, aunque esté borracho perdido, esto no importa en absoluto. Estoy borracho, sí, pero no de bebida. Lo que me ha trastornado ha sido la llegada de ustedes: me ha producido el mismo efecto que si me dieran un golpe en la cabeza… Sin embargo, esto no excluye mi responsabilidad… No me hagan caso, pues soy indigno de ustedes completamente indigno… Y tan pronto como las haya dejado en casa, me acercaré al canal y me echaré dos cubos de agua en la cabeza. Entonces se me pasará todo… ¡Si ustedes supieran cuánto las quiero a las dos! No se enfaden, no se rían… De la última persona de quien deben ustedes burlarse es de mí. Yo soy amigo de él. Tenía el presentimiento de que sucedería lo que ha sucedido. El año pasado ya lo presentí… Pero no, no pude presentirlo el año pasado, porque, al verlas a ustedes, he tenido la impresión de que me caían del cielo… Yo no dormiré esta noche… Ese Zosimof temía que Rodia perdiera la razón. Por eso les he dicho que no deben contrariarle. ...


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Reglas relacionadas con los errores de c;s

Las Reglas Ortográficas de la S

Se escribe s al final de las palabras llanas.
Ejemplos: telas, andamos, penas
Excepciones: alférez, cáliz, lápiz

Se escriben con s los vocablos compuestos y derivados de otros que también se escriben con esta letra.
Ejemplos: pesar / pesado, sensible / insensibilidad

Se escribe con s las terminaciones -esa, -isa que signifiquen dignidades u oficios de mujeres.
Ejemplos: princesa, poetisa

Se escriben con s los adjetivos que terminan en -aso, -eso, -oso, -uso.
Ejemplos: escaso, travieso, perezoso, difuso

Se escribe con s las terminaciones -ísimo, -ísima.
Ejemplos: altísimo, grandísima

Se escribe con s la terminación -sión cuando corresponde a una palabra que lleva esa letra, o cuando otra palabra derivada lleva -sor, -sivo, -sible,-eso.
Ejemplos: compresor, compresión, expreso, expresivo, expresión.

Se escribe s en la terminación de algunos adjetivos gentilicios singulares.
Ejemplos: inglés, portugués, francés, danés, irlandés.

Se escriben s con las sílabas iniciales des-, dis-.
Ejemplos: desinterés, discriminación.

Se escribe s en las terminaciones -esto, -esta.
Ejemplos: detesto, orquesta.


Te vas a reir con las pifia que hemos hemos encontrado cambiando las letras c;s

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