Cual es errónea Contemplarla o Sontemplarla?
La palabra correcta es Contemplarla. Sin Embargo Sontemplarla se trata de un error ortográfico.
El Error ortográfico detectado en el termino sontemplarla es que hay un Intercambio de las letras c;s con respecto la palabra correcta la palabra contemplarla
Más información sobre la palabra Contemplarla en internet
Contemplarla en la RAE.
Contemplarla en Word Reference.
Contemplarla en la wikipedia.
Sinonimos de Contemplarla.
Errores Ortográficos típicos con la palabra Contemplarla
Cómo se escribe contemplarla o contemplarrla?
Cómo se escribe contemplarla o sontemplarla?

la Ortografía es divertida
Algunas Frases de libros en las que aparece contemplarla
La palabra contemplarla puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 9485
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Pero, ¿no estaba segura de sí misma? sí ¡pues entonces! ¿por qué no dejarle venir a casa, contemplarla, mostrar los cuidados de una madre, la fidelidad de un perro?. ...
En la línea 3570
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Y la verdad era que con aquella vida tranquila y sosegada, eminentemente práctica, se iba poniendo tan lucida de carnes, tan guapa y hermosota que daba gloria verla. Siempre tuvo la de Rubín buena salud; pero nunca, como en aquella temporada, vio desarrollarse la existencia material con tanta plenitud y lozanía. Feijoo, al contemplarla, no podía por menos de sentirse descorazonado. «Cada día más guapa—pensaba—, y yo cada día más viejo». Y ella, cuando se miraba al espejo, no se resistía a la admiración de su propia imagen. Algunos días le pasaba por bajo del entrecejo la observación aquella de otros tiempos: «¡Si me viera ahora… !». ...
En la línea 6013
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... No dijo más. Plácido, acercándose a contemplarla, se asustó extraordinariamente. Creyó que estaba muerta o que le faltaba poco para morirse; mandó a Encarnación en busca de Segunda y de José Izquierdo, y cogiendo la cesta en que Juan Evaristo dormía, la puso en la sala. «No me determino a llevármelo—pensó el buen viejo—. Pero al mismo tiempo, si esos brutos se empeñan en impedirme que me lo lleve… ¡Ah!, no; yo cargo con él, y que tiren por donde quieran». Cogió la cesta, y bajándola a su casa con toda la rapidez que le permitían sus piernas no muy fuertes, azorado como ladrón o contrabandista, volvió a subir y se aproximó a la enferma, mirándola tan de cerca, que casi se tocaban cara con cara. «Fortunata… Pitusa» murmuró echando talmente la voz en el oído de la joven. A la tercera o cuarta llamada, Fortunata movió ligeramente los párpados, y desplegando los labios, apenas dijo: «Nene… ». ...
En la línea 6065
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... No dándose por vencido, Ballester persistió en su idea: pero Guillermina hubo de machacar tanto, que al fin se la quitó de la cabeza. Segunda y sus dos compañeras de plazuela amortajaron a la infeliz señora de Rubín, y en tanto el farmacéutico se ocupaba con incansable actividad en los preparativos del entierro, que debía de ser a la mañana siguiente. En todo aquel día no abandonó la casa mortuoria. Al mediodía estaba solo en ella, y el cuerpo de Fortunata, ya vestido con su hábito negro de los Dolores, yacía en el lecho. Ballester no se saciaba de contemplarla, observando la serenidad de aquellas facciones que la muerte tenía ya por suyas, pero que no había devorado aún. Era el rostro como de marfil, tocado de manchas vinosas en el hueco de los ojos y en los labios, y las cejas parecían aún más finas, rasgueadas y negras de lo que eran en vida. Dos o tres moscas se habían posado sobre aquellas marchitas facciones. Segismundo sintió nuevamente deseos de besar a su amiga. ¿Qué le importaban a él las moscas? Era como cuando caían en la leche. Las sacaba, y después bebía como si tal cosa. Las moscas huyeron cuando la cara viva se inclinó sobre la muerta, y al retirarse tornaron a posarse. Entonces Ballester cubrió la faz de su amiga con un pañuelo finísimo. ...
Reglas relacionadas con los errores de c;s
Las Reglas Ortográficas de la S
Se escribe s al final de las palabras llanas.
Ejemplos: telas, andamos, penas
Excepciones: alférez, cáliz, lápiz
Se escriben con s los vocablos compuestos y derivados de otros que también se escriben con esta letra.
Ejemplos: pesar / pesado, sensible / insensibilidad
Se escribe con s las terminaciones -esa, -isa que signifiquen dignidades u oficios de mujeres.
Ejemplos: princesa, poetisa
Se escriben con s los adjetivos que terminan en -aso, -eso, -oso, -uso.
Ejemplos: escaso, travieso, perezoso, difuso
Se escribe con s las terminaciones -ísimo, -ísima.
Ejemplos: altísimo, grandísima
Se escribe con s la terminación -sión cuando corresponde a una palabra que lleva esa letra, o cuando otra palabra derivada lleva -sor, -sivo, -sible,-eso.
Ejemplos: compresor, compresión, expreso, expresivo, expresión.
Se escribe s en la terminación de algunos adjetivos gentilicios singulares.
Ejemplos: inglés, portugués, francés, danés, irlandés.
Se escriben s con las sílabas iniciales des-, dis-.
Ejemplos: desinterés, discriminación.
Se escribe s en las terminaciones -esto, -esta.
Ejemplos: detesto, orquesta.
Te vas a reir con las pifia que hemos hemos encontrado cambiando las letras c;s

El Español es una gran familia
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