Cómo se escribe.org.es

La palabra desprecia
Cómo se escribe

la palabra desprecia

La palabra Desprecia ha sido usada en la literatura castellana en las siguientes obras.
La Regenta de Leopoldo Alas «Clarín»
Fortunata y Jacinta de Benito Pérez Galdós
Niebla de Miguel De Unamuno
Crimen y castigo de Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
Por tanto puede ser considerada correcta en Español.
Puedes ver el contexto de su uso en libros en los que aparece desprecia.

Estadisticas de la palabra desprecia

Desprecia es una de las 25000 palabras más comunes del castellano según la RAE, en el puesto 24469 según la RAE.

Desprecia aparece de media 2.28 veces en cada libro en castellano.

Esta es una clasificación de la RAE que se basa en la frecuencia de aparición de la desprecia en las obras de referencia de la RAE contandose 346 apariciones .

Errores Ortográficos típicos con la palabra Desprecia

Cómo se escribe desprecia o desprrecia?
Cómo se escribe desprecia o dezprecia?
Cómo se escribe desprecia o desprezia?


la Ortografía es divertida

Algunas Frases de libros en las que aparece desprecia

La palabra desprecia puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 9455
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... —Solía acariciarle la pechuga, mientras Quintanar disertaba: —Bueno —decía don Víctor —pues pasaremos a mi gabinete, ya que usted desprecia mis colecciones. ...

En la línea 12758
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Mesía me desprecia, me escupirá en cuanto me vea. ...

En la línea 4986
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... ¿Me querrá cuando me vaya? ¿Pensará en mí… ? Bien podría ser… ¡Si se convenciera de que el amor que tiene a su marido es como echar rosas a un burro para que se las coma, si se convenciera de esto… ! Pero vaya usted a esperar que se convenza. No puede ser. Quiere locamente a ese mico, y se morirá queriéndole. A mí se me figura que le desprecia y le ama: hay estos dualismos en el corazón humano. Pero yo digo: ¿no pasará por su mente alguna vez la idea de quererme a mí? Me contentaría con esto, con que la idea hubiera pasado una vez; vamos, dos veces. Bien puede haber dicho: '¡qué bueno es este Moreno!, si yo fuera su mujer, no me daría disgustos, y habríamos tenido un chiquillo, dos o más'. Quién sabe… ¿Habrá dicho esto alguna vez? No sé por qué me figuro que sí lo ha dicho. Qué sé yo… dentro de mí anida este convencimiento como un germen de esperanza, como una semilla que está dentro de la tierra y que no ha brotado pero que vive… Si me constara que ella se ha dicho esto, yo al verla tan religiosa, me volvería el hombre más católico del mundo… Por agradarle, ¡cuántas funciones y misas había de costear yo! Y no haría esto con hipocresía, porque amándola, vendría la fe, la fe, sí, que se ha ido yo no sé adónde… Creo que ya amanece. No tengo sueño, ni lo tendré más. Mañana me voy, y me iría esta tarde, si tuviera tiempo de arreglar el viaje… Y otra cosa. ...

En la línea 1584
del libro Niebla
del afamado autor Miguel De Unamuno
... La abrazó y la dio un largo y apretado beso en la boca. Al salir la muchacha le dirigió una mirada llena de un misterioso miedo. Y apenas ella salió, pensó para sí Augusto: «Me desprecia, indudablemente me desprecia; he estado ridículo, ridículo, ridículo… Pero ¿qué sabe ella, pobrecita, de estas cosas? ¿Qué sabe ella de psicología?» ...

En la línea 3475
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑Usted no comprende nada, se lo repito. La situación de esa muchacha le autoriza a pensar así, desde luego; pero no se trata de eso, no, de ningún modo. Usted la desprecia sin más ni más. Aferrándose a un hecho que le parece, erróneamente, despreciable, se niega a considerar humanamente a un ser humano. Usted no sabe cómo es esa joven. Lo que me contraría es que en estos últimos tiempos ha dejado de leer. Ya no me pide libros, como hacía antes. También me disgusta que, a pesar de toda su energía y de todo el espíritu de protesta que ha demostrado, dé todavía pruebas de cierta falta de resolución, de independencia, por decirlo así; de negación, si quiere usted, que le impide romper con ciertos prejuicios… , con ciertas estupideces. Sin embargo, esa muchacha comprende perfectamente muchas cosas. Por ejemplo se ha dado exacta cuenta de lo que supone la costumbre de besar la mano, mediante la cual el hombre ofende a la mujer, puesto que le demuestra que no la considera igual a él. He debatido esta cuestión con mis compañeros y he expuesto a la chica los resultados del debate. También me escuchó atentamente cuando le hablé de las asociaciones obreras de Francia. Ahora le estoy explicando el problema de la entrada libre en las casas particulares en nuestra sociedad futura. ...

En la línea 3867
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... »En vez de trabajar, vendí mis libros. Todavía hay un dedo de polvo en mi mesa, sobre mis cuadernos y mis papeles. Prefería pensar tendido en mi diván. Pensar siempre… Mis pensamientos eran muchos y muy extraños… Entonces empecé a imaginar… No, no fue así. Tampoco ahora cuento las cosas como fueron… Entonces yo me preguntaba continuamente: 'Ya que ves la estupidez de los demás, ¿por qué no buscas el modo de mostrarte más inteligente que ellos?' Más adelante, Sonia, comprendí que esperar a que todo el mundo fuera inteligente suponía una gran pérdida de tiempo. Y después me convencí de que este momento no llegaría nunca, que los hombres no podían cambiar, que no estaba en manos de nadie hacerlos de otro modo. Intentarlo habría sido perder el tiempo. Sí, todo esto es verdad. Es la ley humana. La ley, Sonia, y nada más. Y ahora sé que quien es dueño de su voluntad y posee una inteligencia poderosa consigue fácilmente imponerse a los demás hombres; que el más osado es el que más razón tiene a los ojos ajenos; que quien desafía a los hombres y los desprecia conquista su respeto y llega a ser su legislador. Esto es lo que siempre se ha visto y lo que siempre se verá. Hay que estar ciego para no advertirlo. ...

En la línea 4178
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... »Yo estoy seguro de que Mikolka siente una sed de expiación semejante. Mi convicción se funda en hechos positivos, pero él ignora que yo he descubierto las causas. ¿Qué? ¿No cree usted que en un pueblo como el nuestro puedan aparecer tipos extraordinarios? Pues se ven por todas partes. La influencia de la ermita ha vuelto a él con toda pujanza, sobre todo después del episodio del nudo corredizo en su cuello. Ya verá usted como acabará viniendo a confesármelo todo. ¿Lo cree usted capaz de sostener su papel hasta el fin? No, vendrá a abrirme su pecho, a retractarse de sus declaraciones… , y no tardará. Me ha interesado Mikolka y lo he estudiado a fondo. Reconozco, ¡je, je!, que en ciertos puntos ha conseguido dar un carácter de verosimilitud a sus declaraciones (sin duda las había preparado), pero otras están en contradicción absoluta con los hechos, sin que él tenga de ello la menor sospecha. No, mi querido Rodion Romanovitch, no es Mikolka el culpable. Estamos en presencia de un acto siniestro y fantástico. Este crimen lleva el sello de nuestro tiempo, de una época en que el corazón del hombre está trastornado; en que se afirma, citando autores, que la sangre purifica; en que sólo importa la obtención del bienestar material. Es el sueño de una mente ebria de quimeras y envenenada por una serie de teorías. El culpable ha desplegado en este golpe de ensayo una audacia extraordinaria, pero una audacia de tipo especial. Obró resueltamente, pero como quien se lanza desde lo alto de una torre o se deja caer rodando desde la cumbre de una montaña. Fue como si no se diera cuenta de lo que hacía. Se olvidó de cerrar la puerta al entrar, pero mató, mató a dos personas, obedeciendo a una teoría. Mató, pero no se apoderó del dinero, y lo que se llevó fue a esconderlo debajo de una piedra. No le bastó la angustia que había experimentado en el recibidor mientras oía los golpes que daban en la puerta, sino que, en su delirio, se dejó llevar de un deseo irresistible de volver a sentir el mismo terror, y fue a la casa para tirar del cordón de la campanilla… En fin, carguemos esto en la cuenta de la enfermedad. Pero hay otro detalle importante, y es que el asesino, a pesar de su crimen, se considera como una persona decente y desprecia a todo el mundo. Se cree algo así como un ángel infortunado. No, mi querido Rodion Romanovitch, Mikolka no es el culpable. ...


El Español es una gran familia

Más información sobre la palabra Desprecia en internet

Desprecia en la RAE.
Desprecia en Word Reference.
Desprecia en la wikipedia.
Sinonimos de Desprecia.

Busca otras palabras en esta web

Palabras parecidas a desprecia

La palabra bonachona
La palabra pormenor
La palabra rutinario
La palabra arboricultura
La palabra recobrado
La palabra rigoroso
La palabra acusarse

Webs Amigas:

Ciclos Fp de Automoción en Soria . Sucursales de Bancos . Ciclos formativos en Mallorca . - Campello  Hotel La Familia Gallo Rojo