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La palabra sampamento
Cómo se escribe

Comó se escribe sampamento o campamento?

Cual es errónea Campamento o Sampamento?

La palabra correcta es Campamento. Sin Embargo Sampamento se trata de un error ortográfico.

El Error ortográfico detectado en el termino sampamento es que hay un Intercambio de las letras c;s con respecto la palabra correcta la palabra campamento


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Te vas a reir con las pifia que hemos hemos encontrado cambiando las letras c;s

Reglas relacionadas con los errores de c;s

Las Reglas Ortográficas de la S

Se escribe s al final de las palabras llanas.
Ejemplos: telas, andamos, penas
Excepciones: alférez, cáliz, lápiz

Se escriben con s los vocablos compuestos y derivados de otros que también se escriben con esta letra.
Ejemplos: pesar / pesado, sensible / insensibilidad

Se escribe con s las terminaciones -esa, -isa que signifiquen dignidades u oficios de mujeres.
Ejemplos: princesa, poetisa

Se escriben con s los adjetivos que terminan en -aso, -eso, -oso, -uso.
Ejemplos: escaso, travieso, perezoso, difuso

Se escribe con s las terminaciones -ísimo, -ísima.
Ejemplos: altísimo, grandísima

Se escribe con s la terminación -sión cuando corresponde a una palabra que lleva esa letra, o cuando otra palabra derivada lleva -sor, -sivo, -sible,-eso.
Ejemplos: compresor, compresión, expreso, expresivo, expresión.

Se escribe s en la terminación de algunos adjetivos gentilicios singulares.
Ejemplos: inglés, portugués, francés, danés, irlandés.

Se escriben s con las sílabas iniciales des-, dis-.
Ejemplos: desinterés, discriminación.

Se escribe s en las terminaciones -esto, -esta.
Ejemplos: detesto, orquesta.

Algunas Frases de libros en las que aparece campamento

La palabra campamento puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 6190
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... Cumplid vuestro deber en el campamento; yo cumplo el mío en otra parte; haced la campaña como gentilhom bre valiente, y pensad en mí, que beso tiernamente vuestros ojos negros. ...

En la línea 7166
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... No por eso dejó de llegar, sin incidente alguno al campamento establecido ante La Rochelle, hacia el 10 del mes de septiembre del año 1627. ...

En la línea 7177
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... Decimos los guijarros que pisoteaba, porque D'Artagnan hacía estas reflexiones paseándose en solitario por un lindo caminito que conducía del campamento a la villa de Angoutin; ahora bien, estas reflexiones lo habían llevado más lejos de lo que pensaba, y la luz comen zaba a bajar cuando al último rayo del crepúsculo le pareeió ver brillar detrás de un seto el cañón de un mosquete. ...

En la línea 7235
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... Los asesinos comprendieron que, si huían hacia el campamento sin haber matado a aquel hombre, serían acusados por él; por eso su primera idea fue la de pasarse al enemigo. ...

En la línea 4174
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Si fuese inglés no habría venido a escondidas ni por tierra; habría venido embarcado y con recomendaciones para alguno de nosotros o para los catalanes; habría venido a comprar o a vender; pero en Finisterre no le conoce nadie ni conoce a nadie; además, lo primero que ha hecho al llegar aquí ha sido inspeccionar el fuerte y subir a la montaña a trazar un campamento, estoy seguro. ...

En la línea 4179
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Ha venido usted a medir la altura y a replantear un campamento. ...

En la línea 6664
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Con atavío griego, y en el campamento frente a Troya, le hubiera tomado por Agamenón. ...

En la línea 229
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... El campamento del general. Rosas está muy cerca de este río. Es un cuadrado formado por carretas, artillería, chozas de paja, etc. No hay más.que caballería, y pienso que nunca se ha juntado un ejército que se parezca más a una partida de bandoleros. ...

En la línea 243
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... Después de abandonar el campamento regular, atravesamos los «toldos» de los indios. ...

En la línea 276
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... El doctor Andrew Smith, que a la cabeza de su arriesgada expedición consiguió atravesar el trópico de Capricornio, me advierte que, considerada en junto la parte meridional del África, no cabe duda de que es un país estéril. Hay hermosos bosques en las costas del sur y en las del sudeste; pero, casi con esas únicas excepciones, a menudo se viaja días enteros a través de extensas llanuras donde la vegetación es muy rara y muy pobre. Es dificilísimo formarse una idea exacta de los diferentes grados de fertilidad comparada; pero no creo alejarme de la verdad si digo que la cantidad de vegetación existente en un momento dado 3 en la Gran Bretaña es quizá diez veces superior a la que existe en una superficie igual del interior del África meridional. El hecho de que carretas tiradas por bueyes pueden recorrer este país en todas direcciones, excepto por junto a la costa, y de que apenas se necesita de vez en cuando detenerse a lo sumo media hora para abrirles paso a través de los matorrales, da excelente idea de la pobreza de la vegetación. Por otra parte, si examinamos los animales que habitan en esas grandes llanuras, llegamos bien pronto a la conclusión de que su número es extraordinario y todos de tamaños fabulosos. En efecto, bástenos enumerar: el elefante; tres especies de rinocerontes (cinco según el doctor Smith); el hipopótamo; la jirafa; el Bos cafer, tan grande como los mayores toros; el tapir, apenas inferior en tamaño; dos especies de cebras; el quaccha; dos especies de Gnous y varias especies de antílopes que alcanzan mayor desarrollo que estos últimos animales. Pudiera suponerse que, aun cuando las especies sean numerosas, los individuos que las representan sólo existen en cortísimo número. Pues bien; gracias a la atención del doctor Smith, puedo probar que no sucede nada de eso. Me advierte que en el 240 de latitud vio en un día de marcha, con su carreta tirada por bueyes y sin alejarse mucho ni a derecha ni a izquierda, entre 100 y 150 rinocerontes pertenecientes a tres especies; el mismo día vio varios rebaños de jirafas como de un centenar de individuos; y, aunque no vio elefantes, los hay en ese distrito. A la distancia como de una hora de camino de su campamento de la noche anterior, sus hombres habían matado ocho hipopótamos en el mismo lugar y habían visto otros muchos. En ese mismo río había también numerosos cocodrilos. Por supuesto, esa reunión de tantos animales grandes en un mismo sitio es un hecho excepcional; pero, a lo menos, prueba que deben de existir en crecido número. El doctor Smith añade que el país atravesado aquel día «era bastante pobre en hierbas, que había algunos matorrales de unos cuatro pies de altura y muy pocos árboles, a lo sumo algunas mimosas». Las carretas pudieron avanzar casi en línea recta. ...

En la línea 329
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... Algunos indios hechos prisioneros habían indicado el campamento de una tribu habitante en la orilla norte del Colorado. Enviáronse 200 soldados para atacarlos. Estos descubrieron a los indios, gracias a la nube de polvo que levantaban los cascos de sus caballos, pues habían levantado el campo y se iban de allí. El país era montuoso y silvestre, y debía de hallarse muy al interior, puesto que las cordilleras estaban a la vista. ...

En la línea 1464
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Desde entonces el escultor florentino empezó a ser célebre, gracias a la intervención de César; pero éste sólo pudo verlo en contadas ocasiones, a causa de sus guerras. Miguel Ángel poco afecto a las cosas militares, no quiso seguirle en su vida de campamento, como hicieron otros artistas. ...

En la línea 1816
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... El 11 de febrero de 1507 atacó la plaza de Viana, cerca de Logroño. Las fuerzas con que contaba César podían hacerle dueño de dicha población rápidamente. Sus defensores carecían de víveres, y algunas bandas del conde de Lerim se movían durante la noche en torno al campamento de los sitiadores, buscando ocasión para introducir un convoy en la ciudad. ...

En la línea 1018
del libro El príncipe y el mendigo
del afamado autor Mark Twain
... Quiso el rey agarrar el garrote de su libertador y calentar las costillas en el acto a los dos bribones, pero el hombre le disuadió, alegando que eso traería disgustos y que era mejor dejar el asunto hasta la noche, pues entonces, reunida toda la tribu, la gente extraña no se arriesgaría a interponerse ni a interrumpirlos. Volvióse la partida al campamento, y el libertador del rey contó el asunto al jefe, quien escucho, reflexionó y decidió al fin que no dedicaran más al rey a mendigar, puesto que evidentemente era digno de algo mejor y mas elevado, por lo cual al momento, le licenció de las filas de los mendigos, y le señaló para hurtar. ...

En la línea 1030
del libro El príncipe y el mendigo
del afamado autor Mark Twain
... El ofendido rey arrojó el envoltorio al suelo y la manta se le cayó en el momento de llegar la mujer, seguida de una tumultuosa muchedumbre. La mujer agarro con una mano la muñeca de Eduardo, asió el envoltorio con la otra y empezó a insultar al niño, que luchaba sin éxito por desasirse de sus manos. Hugo había visto lo suficiente. Su enemigo había sido capturado y la ley se las entendería con él. Por esta razón se escabulló jubiloso y sonriente y se dirigió hacia el campamento, fraguando por el camino una versión aceptable del caso para contársela al jefe. ...

En la línea 60
del libro La llamada de la selva
del afamado autor Jack London
... Por la tarde, Perrault, a quien le urgía ponerse en camino con el correo, regresó con dos perros más. Billie y Joe, así les llamaba, eran hermanos y esquimales auténticos. Aunque hijos de la misma madre, eran como el día y la noche. El único defecto de Billie era su carácter sumamente acomodaticio, mientras que Joe era el extremo opuesto, malhumorado e introspectivo, siempre gruñón y con la mirada atravesada. Buck los recibió de buen talante, Dave no les hizo el menor caso, mientras que Spitz se puso a provocar primero a uno y después al otro. Billie meneó la cola intentando aplacarlo, salió corriendo cuando vio que su intento era vano y emitió un gruñido (todavía apaciguador) cuando los afilados dientes de Spitz le dejaron una marca en el costado. En cambio, Joe, por muchas vueltas que diera Spitz, giraba en redondo sobre las patas traseras y le hacía frente: los pelos erizados, las orejas echadas hacia atrás, la boca contorsionada enseñando los dientes, lo esquivaba con el incesante movimiento de su quijada y un brillo diabólico en los ojos. Era la encarnación misma del terror beligerante. Tan terrible era su aspecto que Spitz no tuvo más remedio que renunciar a someterlo; y se desquitó corriendo tras el inofensivo Billie hasta los confines del campamento. ...

En la línea 63
del libro La llamada de la selva
del afamado autor Jack London
... Finalmente se le ocurrió una idea. Regresaría para ver cómo se las componían sus compañeros de equipo. Para su asombro, habían desaparecido. De nuevo deambuló por el extenso campamento buscándolos y de nuevo volvió al punto de partida. ¿Estarían dentro de la tienda? No, no podía ser, de lo contrario a él no lo hubiesen echado. ¿Dónde podían estar, entonces? Con el rabo entre las patas y el cuerpo tembloroso, realmente acongojado, empezó a dar vueltas y más vueltas alrededor de la tienda. De pronto la nieve cedió y, al hundirse sus patas delanteras, Buck sintió que algo se agitaba. Dio un salto atrás, gruñendo alarmado, asustado ante lo invisible y desconocido. Pero un pequeño ladrido amistoso lo tranquilizó, y se acercó a investigar. Una vaharada de aire tibio subió hasta su hocico: allí, hecho un compacto ovillo bajo la nieve, estaba Billie, que, tras emitir un gemido propiciatorio y revolverse en su sitio como demostración de buena voluntad y buenas intenciones, se aventuró incluso, en beneficio de la paz, a lamerle a Buck la cara con su lengua tibia y húmeda. ...

En la línea 65
del libro La llamada de la selva
del afamado autor Jack London
... Y no abrió los ojos hasta que lo desvelaron los ruidos del campamento, que despertaba. En un primer momento no supo dónde estaba. Había nevado durante la noche y estaba completamente sepultado. Los muros de nieve lo oprimían por todas partes, y un estremecimiento de temor le recorrió el cuerpo: el miedo del animal salvaje a la trampa. Era una evocación inconsciente del temor de sus antepasados, ya que siendo como era un perro civilizado, excesivamente civilizado, que no había conocido ninguna trampa, no podía sentirlo por sí mismo. Todos los músculos de su cuerpo se contraían instintivamente de forma espasmódica, se le erizó el pelo del pescuezo y del lomo, y con un gruñido feroz saltó en vertical hacia la cegadora luz del día provocando a su alrededor una nube de nieve refulgente. Antes de aterrizar sobre las patas vio el blanco campamento extendido ante él y, al tiempo que supo dónde estaba, recordó todo lo ocurrido desde el momento en que salió a dar un paseo con Manuel hasta la noche anterior, cuando había cavado el hoyo. ...

En la línea 65
del libro La llamada de la selva
del afamado autor Jack London
... Y no abrió los ojos hasta que lo desvelaron los ruidos del campamento, que despertaba. En un primer momento no supo dónde estaba. Había nevado durante la noche y estaba completamente sepultado. Los muros de nieve lo oprimían por todas partes, y un estremecimiento de temor le recorrió el cuerpo: el miedo del animal salvaje a la trampa. Era una evocación inconsciente del temor de sus antepasados, ya que siendo como era un perro civilizado, excesivamente civilizado, que no había conocido ninguna trampa, no podía sentirlo por sí mismo. Todos los músculos de su cuerpo se contraían instintivamente de forma espasmódica, se le erizó el pelo del pescuezo y del lomo, y con un gruñido feroz saltó en vertical hacia la cegadora luz del día provocando a su alrededor una nube de nieve refulgente. Antes de aterrizar sobre las patas vio el blanco campamento extendido ante él y, al tiempo que supo dónde estaba, recordó todo lo ocurrido desde el momento en que salió a dar un paseo con Manuel hasta la noche anterior, cuando había cavado el hoyo. ...

Errores Ortográficos típicos con la palabra Campamento

Cómo se escribe campamento o sampamento?

Más información sobre la palabra Campamento en internet

Campamento en la RAE.
Campamento en Word Reference.
Campamento en la wikipedia.
Sinonimos de Campamento.

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