Cual es errónea Brutales o Brrutales?
La palabra correcta es Brutales. Sin Embargo Brrutales se trata de un error ortográfico.
La falta ortográfica detectada en la palabra brrutales es que se ha eliminado o se ha añadido la letra r a la palabra brutales
Errores Ortográficos típicos con la palabra Brutales
Cómo se escribe brutales o brrutales?
Cómo se escribe brutales o brutalez?
Cómo se escribe brutales o vrutales?
Algunas Frases de libros en las que aparece brutales
La palabra brutales puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 1033
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... En el patio resonó un alarido de terror, acompañado de brutales carcajadas. Luego carreras ruidosas, choque de cuerpos contra las paredes, todo el estrépito del peligro y el miedo. ...
En la línea 2532
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Pero la verdad es que los generales carlistas no deseaban terminar la guerra, porque mientras en el país continuasen la efusión de sangre y la anarquía, podían ellos saquear y ejercer esa desenfrenada autoridad tan grata a los hombres de brutales e indómitas pasiones. ...
En la línea 7400
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... La energía de Paula se ejercitaba en calmar aquel oleaje de pasiones brutales, y con más ahínco en obligar al que rompía algo a pagarlo y a buen precio. ...
En la línea 14862
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Siguieron los ejercicios corporales; el ruido del agua, la luz de los relámpagos, los truenos lejanos, la obscuridad ambiente, los vapores de la comida, la estrechez del corredor, todo los animaba, los arrojaba a la alegría aldeana, a los juegos brutales de la lascivia subrepticia, moderados en ellos por instintos de la educación. ...
En la línea 15007
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Aquella casada no era como otras; había que conquistarla como a una virgen; en rigor él era su primer amor y los ataques brutales la hubieran asustado, le hubieran robado mil ilusiones. ...
En la línea 1378
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... También en la hueste italiana los, hombres eran de una existencia no menos aventurera. Los había ignorantes y brutales, verdaderas bestias de combate; otros, cultos, de gustos artísticos, llevados a la guerra por violencias de su carácter o aventuras de su historia azarosa. Todos los escritores capaces de manejar una espada, estudiantes de Humanidades aburridos de su vida sedentaria, pintores o escultores que habían descalabrado a un compañero en sus peleas de taller y andaban huyendo de la Justicia, se acogían a las banderas del Valentino. Uno de estos soldados se llamaba el Torriglano, y era el mismo escultor feroz y brutal que, discutiendo con su condiscípulo Miguel Ángel en la iglesia del Carmine de Florencia, lugar de su escuela, le aplastaba la nariz de un tremendo puñetazo, dejando para siempre afeado su rostro con esta desfiguración. ...
En la línea 1453
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... El trato con los humoristas educaba y dignificaba a estos genios incultos que vivían como obreros Se hicieron menos brutales en sus costumbres. Ya no admiraron a un Torrigiano que aplastaba de un puñetazo la nariz de su camarada Miguel Ángel. Y como los humanistas imponían la moda en aquel tiempo, señores laicos y eclesiásticos, viéndolos tratar con deferencia a los artistas, se acostumbraron a hacer lo mismo. ...
En la línea 4416
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... «Usted no tiene sentido moral; usted no puede tener nunca principios, porque es anterior a la civilización; usted es una salvaje y pertenece de lleno a los pueblos primitivos». Esto o cosa parecida le habría dicho Guillermina si su espíritu hubiera estado en otra disposición. Únicamente expresó algo que se relacionaba vagamente con aquellas ideas: «Tiene usted las pasiones del pueblo, brutales y como un canto sin labrar». ...
En la línea 113
del libro La llamada de la selva
del afamado autor Jack London
... La alteración de la disciplina afectó también las relaciones entre los demás perros. Se peleaban más que nunca, hasta el punto de que a veces el campamento era un inmenso alboroto de aullidos. Sólo Dave y Sol-leks permanecían al margen, aunque con aquellas riñas permanentes se volvieron irritables. François blasfemaba y lanzaba extraños y brutales juramentos al tiempo que se tiraba de los pelos y daba furiosas e inútiles patadas a la nieve que cubría el suelo. Su látigo resollaba continuamente entre los perros, pero no servía de mucho. En cuanto volvía la espalda, se agarraban otra vez. Con el látigo respaldaba a Spitz, mientras que Buck estaba de parte del resto del equipo. François sabía que era el que estaba detrás de todo aquello, y Buck sabía que lo sabía, pero era demasiado listo para dejarse sorprender. Trabajaba con ahínco, pues el trabajo se le había convertido en un placer; pero un placer aún mayor era provocar arteramente una pelea entre sus compañeros que acababa enmarañando las riendas. ...
En la línea 221
del libro La llamada de la selva
del afamado autor Jack London
... Era la primera vez que Buck fallaba, lo que era motivo suficiente para enfurecer a Hal, que cambió el látigo por el garrote. Bajo la lluvia de golpes brutales que le caían encima, Buck se negó a moverse. Al igual que sus compañeros, apenas podía levantarse; pero con la diferencia de que él había decidido no hacerlo. Tenía el vago presentimiento de un desastre inminente. Lo había sentido muy intensamente cuando se habían arrimado a la orilla y ya no lo había abandonado. Como si al sentir bajo las patas la capa fina y quebradiza de hielo se le hubiera manifestado el presentimiento de que un desastre les esperaba en el lugar adonde su amo pretendía llevarlo. Se negó a moverse. Tanto había sufrido y tan extenuado estaba que los golpes no le dolían. Y según continuaban cayéndole, la chispa de la vida en su interior oscilaba y se atenuaba. Estaba a punto de apagarse. El se sentía extrañamente embotado. Era consciente, pero como desde muy lejos, de estar recibiendo golpes. Las últimas sensaciones de dolor se extinguieron. Ya no sentía nada, aunque alcanzaba a oír, muy débilmente, el impacto del garrote contra su cuerpo. Pero ese cuerpo le parecía tan distante que ya no era el suyo. ...

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Mira que burrada ortográfica hemos encontrado con la letra r
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Las Reglas Ortográficas de la R y la RR
Entre vocales, se escribe r cuando su sonido es suave, y rr, cuando es fuerte aunque sea una palabra derivada o compuesta que en su forma simple lleve r inicial. Por ejemplo: ligeras, horrores, antirreglamentario.
En castellano no es posible usar más de dos r

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Más información sobre la palabra Brutales en internet
Brutales en la RAE.
Brutales en Word Reference.
Brutales en la wikipedia.
Sinonimos de Brutales.
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