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La palabra ataquez
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Comó se escribe ataquez o ataques?

Cual es errónea Ataques o Ataquez?

La palabra correcta es Ataques. Sin Embargo Ataquez se trata de un error ortográfico.

El Error ortográfico detectado en el termino ataquez es que hay un Intercambio de las letras s;z con respecto la palabra correcta la palabra ataques

Errores Ortográficos típicos con la palabra Ataques

Cómo se escribe ataques o hataques?
Cómo se escribe ataques o ataquez?


la Ortografía es divertida

Algunas Frases de libros en las que aparece ataques

La palabra ataques puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 6029
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... El tiempo pasa de prisa cuando se pasa en ataques y defensasSonó la medianoche y se oyó casi al mismo tiempo sonar la campanilla en la habitación de Milady. ...

En la línea 2620
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Tuvo que contrarrestar, sin embargo, los enconados ataques de la malquerencia estúpida y baja del partido que, poco después de esta época, usurpó la dirección de los asuntos públicos en España. ...

En la línea 5908
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Tuve varios ataques de delirio; durante uno de ellos me imaginé que estaba en la plaza de Martín Muñoz empeñado en una lucha a muerte con el cabecilla Balmaseda. ...

En la línea 205
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... Un hombre que vivía en una de esas «estancias» cuando uno de los ataques, me refirió cómo habían pasado las cosas. Prevenidos con tiempo los habitantes, pudieron meter todo el ganado vacuno y caballar en el corral1 que rodeaba la casa y montar algunos cañoncitos. Los indios (araucanos de Chile meridional), en número de varios centenares, y perfectamente disciplinados, aparecieron bien pronto sobre una colina próxima, divididos en dos columnas; apeáronse de los caballos, se quitaron los mantos de pieles y avanzaron desnudos por completo en son de ataque. La única arma de un indio consiste en un bambú (chuzo) muy largo, adornado con plumas de avestruz y terminado por una punta de lanza muy acerada. Mi acompañante aún parecía sentir profundo terror al recordar aquellos sucesos. Así que llegó cerca de la estancia, el cacique Pincheira intimó a los sitiados a la rendición, amenazándoles, de lo contrario, con la muerte. Como en todas las circunstancias hubiera sido ese el resultado de la entrada de los indios, respondióseles con una descarga de fusilería. Los indios, sin asustarse, se aproximaron a la empalizada del corral; pero, con gran sorpresa suya, advirtieron que las estacas estaban clavadas unas a otras, en vez de estar atadas con tiras de cuero como de costumbre, y en vano intentaron abrir brecha con los cuchillos. ...

En la línea 234
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... El general Rosas expresó deseos de verme, circunstancia de la cual hube de felicitarme más tarde. Es un hombre de un carácter extraordinario, que ejerce la más profunda influencia sobre sus compatriotas, influencia que sin duda pondrá al servicio de su país para asegurar su prosperidad y su ventura6. Dícese que posee 74 leguas cuadradas de terreno y unas 300.000 cabezas de ganado. Dirige admirablemente sus inmensas propiedades y cultiva mucho más trigo que todos los demás propietarios del país. Las leyes que ha hecho para sus propias estancias, un cuerpo de tropas (de varios centenares de hombres) que ha sabido disciplinar admirablemente de modo que resistieran los ataques de los indios: he aquí lo que ante todo hizo fijarse en él y que comenzara su celebridad. Cuéntanse muchas anécdotas acerca de la rigidez con que hacía ejecutar sus mandatos. Véase una de esas anécdotas: había ordenado, bajo pena de ser atado a la picota, que nadie llevase cuchillo el domingo. En efecto, ese día es cuando se bebe y se juega más; de ahí resultan disputas que degeneran en peleas, en las cuales naturalmente representa su papel el cuchillo y que casi siempre acaban por homicidios. Un domingo se presentó con gran ceremonial el gobernador para visitarle; y el general Rosas, en su apresuramiento por ir a recibirle, salió con el cuchillo al cinto como de costumbre. Su intendente le tocó en el brazo y le recordó la ley. Volviéndose entonces inmediatamente el general hacia el gobernador, le dice que lo siente muchísimo, pero que tiene que abandonarle para ir a hacer que le aten a la picota y que ya no es dueño en su propia casa hasta que vayan a desatarle. Poco tiempo después convencieron al intendente para que fuese a dejar en libertad a su jefe; pero apenas lo había hecho así, volvióse el general y le dijo: «Acaba Vd ...

En la línea 247
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... Bahía Blanca apenas merece el nombre de pueblo. Un foso profundo y una muralla fortificada rodean a algunas casas y a los cuarteles de tropas. Ese establecimiento es muy reciente (1828), y desde que existe ha reinado siempre la guerra en las cercanías. El gobierno de Buenos Aires ha ocupado injustamente esos terrenos por medio de la fuerza, en lugar de seguir el prudente ejemplo de los virreyes españoles que habían comprado a los indios las tierras colindantes con el establecimiento más antiguo del río Negro. De ahí la necesidad absoluta de las fortificaciones; de ahí también el pequeño número de casas y la breve extensión de los terrenos cultivados extramuros; los mismos ganados no están al abrigo de los ataques de los indios más allá de los límites de la llanura en la cual se encuentra la fortaleza. ...

En la línea 310
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... Ya he citado casi todos los mamíferos que hay en este país. Vense tres especies de armadillos: el Dasypus minutus o «Pichy», el Dasypus villosus o «Peludo» y el Apar. El primero 10 grados más al sur que todas las demás especies; otra cuarta especie, la «Mulita», no llega hasta Bahía Blanca. Las cuatro especies tienen casi las mismas costumbres; sin embargo, el Peludo es un animal nocturno, al paso que los otros vagan de día por las llanuras y se alimentan de escarabajos, larvas, raíces y hasta serpientes pequeñas. El Apar, que suele ser llamado el Mataco, es notable por no poseer sino tres bandas movibles; el resto del caparazón es casi inflexible. Tiene la facultad de arrollarse haciéndose una bola, como una especie de cochinilla inglesa. En ese estado nada pueden contra él los ataques de los perros, porque no pudiendo éstos cogerle por completo con la boca tratan de morderle, pero sus dientes no tienen donde hacer presa en aquella bola que rueda ante ellos; así, pues, el caparazón duro y liso del Mataco es para él aún mejor defensa que los pinchos del erizo. El Pichy prefiere los terrenos muy secos, prefiriendo sobre todo los montones de arena próximos a las orillas del mar y en los cuales no puede proporcionarse ni una sola gota de agua durante meses; este animal procura con frecuencia hacerse invisible agachándose en el suelo. ...

En la línea 3656
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... ¡Cómo se ríe cuando está en el ataque! Tiene los ojos llenos de lágrimas, y en la boca unos pliegues tentadores, y dentro de la remonísima garganta suenan unos ruidos, unos ayes, unas quejas subterráneas; parece que allá dentro se lamenta el amor siempre callado y en prisiones ¡qué sé yo! ¡Suspira de un modo, da unos abrazos a las almohadas! ¡Y se encoge con una pereza! Cualquiera diría que en los ataques tiene pesadillas, y que rabia de celos o se muere de amor. ...

En la línea 3692
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Menudean los ataques de nervios. ...

En la línea 6490
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... El honor, aquella quisicosa que andaba siempre en los versos que recitaba su marido, estaba a salvo; ya se sabe, no había que pensar en él; pero bueno sería que un hombre de tanta inteligencia como el Magistral la defendiera contra los ataques más o menos temibles del buen mozo, que tampoco era rana, que estaba demostrando mucho tacto, gran prudencia y lo que era peor, un interés verdadero por ella. ...

En la línea 7409
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Estos ataques de la lujuria animal solían ser a las altas horas de la noche, cuando el enamorado salvaje se eternizaba sobre su banco, para esperar la soledad. ...

En la línea 1334
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... —Más castigados por Dios han sido vuestros reyes, pues no tienen descendencia masculina. Ese sí que es castigo, por los repetidos ataques que se permite don Fernando contra los derechos d6 la Iglesia, para satisfacer su ambición. ...

En la línea 1415
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Pronto empezaron a sentir los Borgias las consecuencias de su triunfo militar en forma de calumnias y ataques anónimos. ...

En la línea 3133
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Empezó dando puntadas. Como al principio era su charla frívola y de gacetilla, todos se reían y el Pater estaba en sus glorias. Pero poco a poco iba sacando Rubín proposiciones serias. El poder temporal del Papa fue puesto por los suelos, sin que ninguno de los tonsurados hiciese una defensa formal. El Pater y Quevedo tomaban la cuestión con calma, oponiendo a los ataques de Rubín argumentos evasivos en estilo joco-serio. Pedernero lo echaba todo a chacota; pero una noche que llevó Rubín, bien fresquecito y pegado con saliva, el tema de la pluralidad de mundos habitados, Pedernero empezó a despabilarse. Era doctor en Teología, y aunque había ahorcado los libros hacía mucho tiempo, algo recordaba, y tenía además grandes dotes de polemista. Rubín salió un tanto contuso; pero en retirada se defendía bien con su flexibilidad y agudeza. Más adelante llevó un arsenal de argumentos contra la revelación. «Esto no lo creen ya más que los adoquines… ». Todo el Viejo Testamento no era más que un fraude, una imitación de las teogonías india y persa. Bien se veía la reproducción de los mismos mitos y símbolos. El pecado original, la expulsión del paraíso, la encarnación, la redención, eran una serie de representaciones poéticas y naturalistas que se reproducían al través de los siglos, «lo mismo a orillas del Éufrates que del Nilo que del Jordán». ...

En la línea 3935
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Sólo de oír hablar de comida se ponía peor Mauricia. Le temblaban mucho las manos, y de rato en rato le daban como ataques de asfixia, siendo su respiración muy difícil, y quejándose de irresistible calor. Hallándose presentes la de Jáuregui y su sobrina, estuvo la Dura un ratito como quien desea romper a toser y no puede. Las tres mujeres la miraban con pena, lamentándose de no saber aliviarle aquel ahogo… «Bebe un poco de agua» le dijo Fortunata incorporándose. Pero aquello pasó, y la infeliz volvió a hablar, cortando mucho las frases y tomando aire a cada palabra. ...

En la línea 4582
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Sabía por experiencia la señora de Jáuregui que en los ataques fuertes de su sobrino, Ballester era la única persona que le hacía entrar en razón, desplegando ante él, ya la burla descarada, ya la autoridad seca y hasta cruel. Las personas de la familia, a quienes él quería, eran las más ineptas para dominarle, pues contra ellas iba la descarga de su recelo furibundo. «Bueno, bajaré—dijo Maxi tomando su sombrero—. Tengo que ajustarle las cuentas al señor de Ballester. De mí no se ríe más… Y en último caso, que me lo diga cara a cara. ¿A que no se atreve? Es un cobarde y un traidor, que vendiendo amistad, hiere por la espalda». ...

En la línea 1050
del libro Veinte mil leguas de viaje submarino
del afamado autor Julio Verne
... -Mire el océano, señor profesor. ¿No está dotado de una vida real? ¿No tiene sus ataques de cólera y sus accesos de ternura? Ayer se durmió como nosotros y helo aquí que se despierta tras una noche apacible. ...

En la línea 1383
del libro Veinte mil leguas de viaje submarino
del afamado autor Julio Verne
... -Señor Aronnax -respondió el capitán Nemo, cuyos dedos se habían posado nuevamente sobre el teclado del órgano-, aunque todos los indígenas de la Papuasia se reunieran en esta playa, nada tendría que temer de sus ataques al Nautilus. ...

En la línea 1699
del libro Veinte mil leguas de viaje submarino
del afamado autor Julio Verne
... -Sí, ya que estos pobres pescadores no pueden resistir mucho tiempo bajo el agua. El inglés Perceval, en la descripción de su viaje a Ceilán, habla de un cafre que resistía cinco minutos bajo el agua, pero esto no es digno de crédito. Sé que algunos llegan a resistir hasta cincuenta y siete segundos, e incluso los hay que permanecen ochenta y siete segundos. Pero son muy pocos los que pueden aguantar tanto, y cuando salen echan sangre por la nariz y los oídos. Yo creo que la media de tiempo que los pescadores pueden soportar es de treinta segundos. Durante ese tiempo, se apresuran a meter en una pequeña red todas las ostras perlíferas que pueden arrancar. Pero generalmente estos pescadores no llegan a viejos. Su vista se debilita y sus ojos se ulceran, sus cuerpos se cubren de llagas. Y con frecuencia sufren ataques de apoplejía bajo el agua. ...

En la línea 121
del libro La llamada de la selva
del afamado autor Jack London
... En vano se esforzaba Buck en clavar los dientes en el pescuezo del gran perro blanco. Siempre que sus colmillos procuraban atacar una zona blanda, se encontraban con los colmillos de Spitz. Chocaban los colmillos, sangraban los cortes en los labios, sin que Buck consiguiera abrir un resquicio en la defensa de su enemigo. Entonces se enardeció y envolvió a Spitz en un torbellino de ataques. Una y otra vez intentó morderle la garganta, en donde la vida burbujea próxima a la superficie, y cada vez Spitz le dio una dentellada y él se apartó. A continuación, Buck optó por amagar un ataque a la garganta y, súbitamente, echar la cabeza hacia atrás efectuando al mismo tiempo un giro lateral, embistiendo con el hombro a modo de ariete el hombro de Spitz, con objeto de derribarlo. Pero en lugar de eso recibió cada vez una dentellada de Spitz en el hombro en el momento en que este último se apartaba dando un ágil brinco. ...


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Reglas relacionadas con los errores de s;z

Las Reglas Ortográficas de la S

Se escribe s al final de las palabras llanas.
Ejemplos: telas, andamos, penas
Excepciones: alférez, cáliz, lápiz

Se escriben con s los vocablos compuestos y derivados de otros que también se escriben con esta letra.
Ejemplos: pesar / pesado, sensible / insensibilidad

Se escribe con s las terminaciones -esa, -isa que signifiquen dignidades u oficios de mujeres.
Ejemplos: princesa, poetisa

Se escriben con s los adjetivos que terminan en -aso, -eso, -oso, -uso.
Ejemplos: escaso, travieso, perezoso, difuso

Se escribe con s las terminaciones -ísimo, -ísima.
Ejemplos: altísimo, grandísima

Se escribe con s la terminación -sión cuando corresponde a una palabra que lleva esa letra, o cuando otra palabra derivada lleva -sor, -sivo, -sible,-eso.
Ejemplos: compresor, compresión, expreso, expresivo, expresión.

Se escribe s en la terminación de algunos adjetivos gentilicios singulares.
Ejemplos: inglés, portugués, francés, danés, irlandés.

Se escriben s con las sílabas iniciales des-, dis-.
Ejemplos: desinterés, discriminación.

Se escribe s en las terminaciones -esto, -esta.
Ejemplos: detesto, orquesta.

Las Reglas Ortográficas de la Z

Se escribe z y no c delante de a, o y u.

Se escriben con z las terminaciones -azo, -aza.

Ejemplos: pedazo, terraza

Se escriben con z los sustantivos derivados que terminan en las voces: -anza, -eza, -ez.

Ejemplos: esperanza, grandeza, honradez

La X y la S


Te vas a reir con las pifia que hemos hemos encontrado cambiando las letras s;z

Más información sobre la palabra Ataques en internet

Ataques en la RAE.
Ataques en Word Reference.
Ataques en la wikipedia.
Sinonimos de Ataques.

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