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La palabra tinte
Cómo se escribe

la palabra tinte

La palabra Tinte ha sido usada en la literatura castellana en las siguientes obras.
La Barraca de Vicente Blasco Ibañez
Los tres mosqueteros de Alejandro Dumas
La Biblia en España de Tomás Borrow y Manuel Azaña
Viaje de un naturalista alrededor del mundo de Charles Darwin
La Regenta de Leopoldo Alas «Clarín»
Fortunata y Jacinta de Benito Pérez Galdós
Veinte mil leguas de viaje submarino de Julio Verne
Por tanto puede ser considerada correcta en Español.
Puedes ver el contexto de su uso en libros en los que aparece tinte.

Estadisticas de la palabra tinte

Tinte es una de las 25000 palabras más comunes del castellano según la RAE, en el puesto 17471 según la RAE.

Tinte aparece de media 3.68 veces en cada libro en castellano.

Esta es una clasificación de la RAE que se basa en la frecuencia de aparición de la tinte en las obras de referencia de la RAE contandose 559 apariciones .

Errores Ortográficos típicos con la palabra Tinte

Más información sobre la palabra Tinte en internet

Tinte en la RAE.
Tinte en Word Reference.
Tinte en la wikipedia.
Sinonimos de Tinte.


la Ortografía es divertida


El Español es una gran familia

Algunas Frases de libros en las que aparece tinte

La palabra tinte puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 1559
del libro La Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Sus labios tomaban un tinte violáceo y sus ojos, casi cerrados, dejaban entrever un globo empañado e inmóvil. ...

En la línea 1960
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... ¡Un hombre!-Vamos, que la discusión vuelve a empezar - dijo la señora Bo nacieux con media sonrisa que no estaba exenta de cierto tinte de impaciencia. ...

En la línea 4623
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... -Helo aquí - dijo Aramis con aire modesto que no estaba exento de cierto tinte de hipocresía:Los que un pasado lleno de encantos lloráis, y pasáis días desgraciados, todas uuestras desgracias habrán terminado cuando sólo a Dios vuestras lágrimas ofrezcáis, vosotros, los que lloráis. ...

En la línea 4717
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... ¡Oh, mi querido D'Artagnan! -prosiguió Ara mis dando a su vez un ligero tinte de amargura-. ...

En la línea 4838
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... Aquel tinte misteriosoesparcido por toda su persona volvía aún más interesante al hombre cuyos ojos y cuya boca, en la embriaguez más completa, jamás habían revelado nada, sea cual fuere la astucia de las preguntas dirigidas a él. ...

En la línea 5680
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... También estaba allí un individuo cuya faz tenía un pronunciado tinte rojizo, con la nariz bastante torcida: era el herrero del lugar, y le llamaban _El Tuerto_, por la circunstancia de no tener más que un ojo. ...

En la línea 6985
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Al contemplar la torre, me dije: «Seguramente tenemos aquí una hermana menor de la Giralda de Sevilla.» Ignoro si alguien ha notado ya el parecido entre ambos edificios, y quizás habrá algunos que nieguen tal semejanza, sobre todo si, al formar opinión, se dejan influir mucho por el tamaño y el color: la Giralda es de color rojo, o más bien bermellón, mientras que en el Djmah de Tánger predomina el verde por estar hecha de ladrillos de ese color; pero entre ellos, con ciertos intervalos, hay colocados otros de un leve tinte rojo, de suerte que la torre presenta una bella variedad de tonos. ...

En la línea 57
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... Después de haber permanecido inflado durante algún tiempo, el Diodon suele expeler el aire y el agua con mucha fuerza, por las branquias y por la boca. Puede desembarazarse a voluntad de una parte del agua que dejó entrar. Por tanto, parece probable que sólo absorbe en parte este líquido para regularizar su peso específico. El Diodon posee varios medios de defensa. Puede hacer una terrible mordedura y echar el agua por la boca hasta cierta distancia, a la vez que mete un ruido extraño agitando las mandíbulas. Además, el inflamiento de su cuerpo hace enderezar las papilas que cubren su piel y que entonces se transforman en aceradas puntas. Pero la circunstancia más curiosa consiste en que la piel de su vientre, cuando se le toca, segrega una materia fibrosa de un rojo carmín admirable, que mancha el papel y el marfil de un modo tan tenaz, que manchas obtenidas por mí de esa manera, están aún tan brillantes como el primer día. Ignoro en absoluto cuáles puedan ser la naturaleza y el uso de esta secreción. El doctor Allande Torres me ha afirmado haber visto a menudo un Diodon vivo, y con el cuerpo inflado, dentro del estómago de un tiburón; además, ha visto que este animal consigue abrirse paso al exterior, devorando, no sólo las paredes del estómago, sino también los costados del monstruo, a quien acaba así por matar. ¿Quién imaginaría que un pececillo, tan blando e insignificante, pudiera llegar a destruir al tiburón con ser tan grande y tan feroz? 18 de marzo.- Zarpamos de Bahía. Algunos días después, a corta distancia de las isletas Abrolhos, observé que el mar había adquirido un tinte pardo rojizo. Vista con lente de aumento, toda la superficie del agua parecía cubierta de briznas de heno picado y cuyas extremidades estuviesen deshilachadas. Son pequeñas confervas en paquetes cilíndricos que contienen unas cincuenta o sesenta de esas plantitas. Mr. Berkeley me advierte que pertenecen a la misma especie (Trichodesmium erythraeum) que las encontradas en una gran extensión del mar Rojo, y las cuales han dado este nombre a ese mar ...

En la línea 69
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... 8 de abril.- Nuestra caravana se compone de siete personas; hace un calor horrible; la tranquilidad más completa reina en medio de los bosques; apenas vuelan con pereza acá y allá algunas magníficas mariposas. ¡Qué admirable vista al atravesar las colinas situadas detrás de PraiaGrande! ¡Qué espléndidos colores, qué hermosísimo tinte azul oscuro! ¡Cómo parecen disputar entre sí el cielo y las tranquilas aguas de la bahía, acerca de quién eclipsará a quién en magnificencia! Después de haber atravesado un distrito cultivado, penetramos en un bosque cuyas partes todas son admirable, y a mediodía llegamos a lthacaia ...

En la línea 174
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... Hállanse numerosas especies de aves en las verdeantes llanuras que rodean a Maldonado. Hay allí varias especies de una familia que por su conformación y sus hábitos se aproxima mucho a nuestro estornino; una de esas especies (Molothrus niger) tiene unas costumbres muy notables. Con frecuencia puede verse a muchos de sus individuos posados en los lomos de un caballo o de una vaca; cuando se encaraman sobre un seto, limpiándose las plumas al sol, intentan algunas veces cantar o más bien silbar. El sonido que emiten es singularísimo: se asemeja al ruido que haría el aire saliendo por un pequeño orificio debajo del agua, pero con fuerza suficiente para producir un sonido agudo. Según Azara, este ave deposita sus huevos en los nidos de otras, como hace el cuco. Los campesinos me han dicho varias veces que hay ciertamente un ave que tiene esta costumbre; mi ayudante, persona muy cuidadosa, encontró un nido del gorrión de este país (Zonotrichia matutina), nido que contenía un huevo mayor que los otros, de color y forma diferentes también. Hay otra especie de Molothus en la América del Norte (Molothrus pecoris) que tiene esa misma costumbre del cuco y que desde todos los puntos de vista se asemeja mucho a la especie del Plata, hasta en el insignificante detalle de posarse en el lomo de las reses; sólo difiere de ella en ser un poco más pequeña, y en que su plumaje y sus huevos tienen un tinte algo diferente. Esta semejanza chocante de conformación y de costumbres en especies representativas que habitan en los dos extremos de un gran continente, tiene siempre sumo interés, aunque se encuentra con frecuencia. ...

En la línea 298
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... Según los pocos habitantes que habían visto ambas especies, el Avestrús Petise es de un matiz más oscuro, más «tordillo» que el avestruz vulgar; tiene las piernas más cortas y sus plumas descienden más abajo; por último, se le coge mucho más fácilmente con las bolas. Añadían que las dos especies pueden distinguirse desde mucha distancia. Los huevos de la especie pequeña, sin embargo, parecen ser más generalmente conocidos, y se nota con sorpresa que se encuentran en un número casi tan cuantioso como los de la especie Rhea; son de una forma algo diferente y tienen un ligero tinte azul. Esta especie es muy rara en las llanuras colindantes con el río Negro, pero abunda mucho como grado y medio más al sur. Durante mi visita a Puerto Deseado, en Patagonia (latitud, 480), Mr. Martens mató a una hembra de avestruz. La examiné y llegué a la conclusión de que era un avestruz común que no se había desarrollado aún por completo; cosa muy extraña y que no puedo explicármela, en aquel momento no se me ocurrió la idea de los Petises. Hízose cocer el ave y fue comida antes de venirme esto a la mamoria. Por fortuna, se habían conservado la cabeza, el cuello, las patas, las alas y la mayor parte de las plumas grandes y de la piel. Por tanto, pude reconstituir un ejemplar casi perfecto, que está hoy en el Museo de la Sociedad Zoológica. Al describir Mr. Gould esta nueva especie, me ha conferido el honor de darle mi nombre. ...

En la línea 353
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... De uno de estos escondites salió, al pasar el Provisor, como una perdiz levantada por los perros, el señor don Custodio el beneficiado, pálido el rostro, menos las mejillas encendidas con un tinte cárdeno. ...

En la línea 3843
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... El sol sesgaba el ambiente en que parecía flotar polvo luminoso, detrás del cual aparecía el Corfín con un tinte cárdeno. ...

En la línea 4255
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... La Marquesa, de azul y oro, luciendo asomos de encantos que fueron, hoy mustios collados, con las canas teñidas de negro y el tinte empolvado de blanco, entraba en el comedor de la Regenta abriendo puertas con estrépito. ...

En la línea 8246
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Edelmira, a pesar de no haber desmejorado, tenía los ojos rodeados de un ligero tinte obscuro. ...

En la línea 3668
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Al quedarse otra vez solo, D. Evaristo arrugó el ceño. Ocurriósele una contrariedad que entorpecería su plan. Al ir hacia el café había preparado por el camino el discurso que le espetaría a Juan Pablo. Este discurso empezaba así: «Amigo mío, me he enterado de que la pobre mujer de su hermano de usted vive en el más grande apartamiento, arrepentida ya de su falta, indigente y sin amparo alguno… » y por aquí seguía. Pero esto era insigne torpeza, porque si después de encarecer lo tronada y hambrienta que estaba Fortunata, ¡la veían tan hermosa… ! No, de ninguna manera. Facilillo era compaginar la lozanía de la señora de Rubín con su desgracia. ¿Y cómo evitar que del indicio de aquellas apretadas carnes y de aquel color admirable indujeran los parientes la certeza de una vida regalona, alegre y descuidada?… Uno rato estuvo mi hombre discurriendo cómo probar que no es cosa del otro jueves que las personas afligidas engorden, y aún no había logrado construir su plan lógico, cuando llegó Juan Pablo, frotándose las manos, y dejando ver en su cara la satisfacción íntima que el simple hecho de entrar en el café le producía. Era como el tinte de placidez que toma la cara del buen burgués al penetrar en el hogar doméstico. Saludáronse los dos amigos con el afecto de siempre. Después de oír, acerca de su salud, todas las vulgaridades hipocráticas con que el sano trastea al enfermo, como aquello de es nervioso… pasee usted… yo también estuve así, Feijoo abordó la cuestión, y por zancas y barrancas, soltando lo primero que se le ocurría, llegó a decir que él se había propuesto, por pura caridad, negociar la reconciliación. ...

En la línea 1921
del libro Veinte mil leguas de viaje submarino
del afamado autor Julio Verne
... Llamé a Conseil a mi lado y ambos nos pusimos a observar, mientras el Nautilus se deslizaba lentamente a ras de las rocas de la costa oriental, a una profundidad media de ocho a nueve metros. Crecían allí esponjas de todas las formas: pediculadas, foliáceas, globulares y digitadas. Esas formas justificaban con bastante exactitud esos nombres de canastillas, cálices, ruecas, asta de ciervo, pata de león, cola de pavo real, guante de Neptuno, que les han atribuido los pescadores, más poéticos que los sabios. De su tejido fibroso, impregnado de una sustancia gelatinosa semifluida, manaban incesantemente chorritos de agua que, tras haber llevado la vida a cada célula, eran expulsados por un movimiento contráctd. Esa sustancia desaparece tras la muerte del pólipo, y se pudre liberando amoníaco. Entonces no quedan más que las fibras córneas o gelatinosas con un tinte rojizo de que se compone la esponja doméstica, empleada para usos diversos según su grado de elasticidad, permeabilidad o resistencia a la maceración. ...

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