La palabra Sotanas ha sido usada en la literatura castellana en las siguientes obras.
La Regenta de Leopoldo Alas «Clarín»
Fortunata y Jacinta de Benito Pérez Galdós
Por tanto puede ser considerada correcta en Español.
Puedes ver el contexto de su uso en libros en los que aparece sotanas.
Estadisticas de la palabra sotanas
La palabra sotanas no es muy usada pues no es una de las 25000 palabras más comunes del castellano según la RAE
Errores Ortográficos típicos con la palabra Sotanas
Cómo se escribe sotanas o zotanaz?
Más información sobre la palabra Sotanas en internet
Sotanas en la RAE.
Sotanas en Word Reference.
Sotanas en la wikipedia.
Sinonimos de Sotanas.

la Ortografía es divertida
Algunas Frases de libros en las que aparece sotanas
La palabra sotanas puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 6734
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... No solía el liberal usurero acompañarse de sotanas, pero aquella tarde había juntado a los tres enemigos del Magistral la importancia de los acontecimientos. ...
En la línea 6770
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... ¿Pues no se había puesto a fijarse, porque iba con la cabeza gacha, en los manteos y sotanas de sus colegas, y en los suyos, y no estaba pensando que el traje talar era absurdo, que no parecían hombres, que había afeminamiento carnavalesco en aquella indumentaria. ...
En la línea 9087
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... El buen Fortunato estaba en un apuro, no tenía dinero para pagar una cuenta de un sastre que había hecho sotanas nuevas a los familiares de S. ...
En la línea 9093
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... ¿A qué habían venido las sotanas nuevas? Y sobre todo, ¿por qué las pagaba él, Fortunato, de su bolsillo? Si sabía que no tenía un cuarto, porque toda la paga repartía antes de cobrarla, ¿por qué se comprometía?. ...
En la línea 2235
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... «¿Quieres que te diga una cosa?—gritaba el primogénito, descomponiéndose—. Pues don Carlos no ha triunfado ya por vuestra culpa, por culpa de los curas. Hay que ir allá, como he ido yo, para hacerse cargo de las intrigas de la gentualla de sotana, que todo lo quiere para sí, y no va más que a desacreditar con calumnias y chismes a los que verdaderamente trabajan. Yo no podía estar allí; me ahogaba. Le dije a Dorregaray: 'mi general, no sé cómo usted aguanta esto', y él se alzaba de hombros, ¡poniéndome una cara… ! No pasaba día sin que los lechuzos le llevaran un cuento a don Carlos. Que Dorregaray andaba en tratos con Moriones para rendirse, que Moriones le había ofrecido diez millones de reales, en fin, mil indecencias. Cuando llegó a mi noticia que me acusaban de haber ido al Cuartel General de Moriones a llevar recados de mi jefe, me volé, y aquella misma tarde, habiéndome encontrado a la camarilla en el atrio de la iglesia de San Miguel, me lié la manta a la cabeza, y por poco se arma allí un Dos de Mayo. «Aquí no hay más traidores que ustedes. Lo que tienen es envidia del traidor, si le hubiera, por el provecho que saque de su traición. No digo yo por diez millones; pero por diez mil ochavos venderían ustedes al Rey, y toda su descendencia; ladrones infames, tíos de Judas». En fin, que si no acierta a pasar el coronel Goiri, que me quería mucho, y me coge a la fuerza y me arranca de allí y me lleva a mi casa, aquella tarde sale el redaño de un cura a ver la puesta del sol. Estuve tres días en cama con un amago de ataque cerebral. Cuando me levanté, pedí una audiencia a Su Majestad. Su contestación fue ponerme en la mano el canuto y el pasaporte para la frontera. En fin, que los engarza-rosarios dieron conmigo en tierra, porque no me prestaba a ayudarles en sus maquinaciones contra los leales y valientes. Por las sotanas se perdió don Carlos V, y al VII no le aprovechó la lección. Allá se las haya. ¿No querías religión?, pues ahí la tienes; atrácate de curas, indigéstate y revienta. ...
En la línea 2240
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... —¿Sabes lo que te digo?—gritó Juan Pablo, alzando arrogante la voz—, que a mí no se me manda callar, ¿estamos? He tenido el honor de decirle cuatro frescas al obispo de Persépolis, y quien no teme a las sotanas moradas, ¿qué miedo ha de tener a las negras?… ...
En la línea 3129
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Un día se despertó pensando que debía empollar algo de sistemas filosóficos y de historia de las religiones. El móvil de esto no era simplemente el amor al saber, sino un maligno deseo de tener argumentos con qué apabullar a los curas de la mesa próxima, que sólo por ser curas, aunque sueltos, le eran antipáticos, pues odiaba a la clase entera desde aquella trastada que los sotanas le hicieron en el Norte. ...

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