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La palabra sana
Cómo se escribe

la palabra sana

La palabra Sana ha sido usada en la literatura castellana en las siguientes obras.
La Bodega de Vicente Blasco Ibañez
El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes Saavedra
La Regenta de Leopoldo Alas «Clarín»
Fortunata y Jacinta de Benito Pérez Galdós
El príncipe y el mendigo de Mark Twain
Fantina Los miserables Libro 1 de Victor Hugo
Un viaje de novios de Emilia Pardo Bazán
Julio Verne de La vuelta al mundo en 80 días
Por tanto puede ser considerada correcta en Español.
Puedes ver el contexto de su uso en libros en los que aparece sana.

Estadisticas de la palabra sana

Sana es una de las 25000 palabras más comunes del castellano según la RAE, en el puesto 6450 según la RAE.

Sana aparece de media 13.51 veces en cada libro en castellano.

Esta es una clasificación de la RAE que se basa en la frecuencia de aparición de la sana en las obras de referencia de la RAE contandose 2053 apariciones .

Errores Ortográficos típicos con la palabra Sana

Cómo se escribe sana o zana?

Más información sobre la palabra Sana en internet

Sana en la RAE.
Sana en Word Reference.
Sana en la wikipedia.
Sinonimos de Sana.


El Español es una gran familia

Algunas Frases de libros en las que aparece sana

La palabra sana puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 1381
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Luis no estaba menos turbado que su pareja. Respiraba sofocado por el peso de la moza. Estremecíase con el contacto fresco y suave de sus brazos, con el perfume de hermosura sana, que parecía surgir en chorro voluptuoso del escote de su pecho. El soplo de sus labios le erizaba la epidermis del cuello, esparciendo un estremecimiento por todo su cuerpo... Cuando, abrumado por el cansancio, volvió a Mariquita a su asiento, la muchacha quedó tambaleando, pálida, con los ojos cerrados. ...

En la línea 902
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Verdad es que, si mi señor don Quijote sana desta herida o caída y yo no quedo contrecho della, no trocaría mis esperanzas con el mejor título de España. ...

En la línea 936
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Y así como suele decirse: el gato al rato, el rato a la cuerda, la cuerda al palo, daba el arriero a Sancho, Sancho a la moza, la moza a él, el ventero a la moza, y todos menudeaban con tanta priesa que no se daban punto de reposo; y fue lo bueno que al ventero se le apagó el candil, y, como quedaron ascuras, dábanse tan sin compasión todos a bulto que, a doquiera que ponían la mano, no dejaban cosa sana. ...

En la línea 2610
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... »Leonela la tomó en brazos y la puso en el lecho, suplicando a Lotario fuese a buscar quien secretamente a Camila curase; pedíale asimismo consejo y parecer de lo que dirían a Anselmo de aquella herida de su señora, si acaso viniese antes que estuviese sana. ...

En la línea 5263
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Ayude Dios con lo suyo a cada uno, señor maese Pedro, y caminemos todos con pie llano y con intención sana. ...

En la línea 2806
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Y la sana influencia del clero, sobre todo del clero catedral, hace mucho. ...

En la línea 4553
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... El doctor opina que la vida que llevas no es sana, que necesitas dar variedad a la actividad cerebral y hacer ejercicio, es decir, distracciones y paseos. ...

En la línea 5652
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Si en los asuntos dogmáticos buscaba el auxilio de la sana razón, en los temas de moral iba siempre a parar a la utilidad. ...

En la línea 6022
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Después de visitar a otros dos Pacos de importancia y a una Paca beata, el Magistral, con un tantico de hambre, de hambre sana, entró por los pórticos de la plaza Nueva en la calle de Los Canónigos, atravesó la de Recoletos y llegó a la de la Rúa, y al portero del marqués de Vegallana, que era un enano vestido con librea caprichosa, le preguntó con voz temblorosa: —¿Está el señorito? En aquel momento se abría la puerta del patio con estrépito y sonaban dentro carcajadas. ...

En la línea 1801
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Si en el orden literario no mostraba ninguna aplicación, en lo tocante al arte social no sólo era aplicadísima, sino que revelaba aptitudes notables. Las lecciones que Maximiliano le daba referentes a cosas de urbanidad y a conocimientos rudimentarios de los que exige la buena educación eran tan provechosas, que le bastaban a veces indicaciones leves para asimilarse una idea o un conjunto de ideas. «Aunque te estorbe lo negro—le decía él—, me parece que tú tienes talento». En poco tiempo le enseñó todas las fórmulas que se usan en una visita de cumplido, cómo se saluda al entrar y al despedirse, cómo se ofrece la casa y otras muchas particularidades del trato fino. Y también aprendió cosas tan importantes como la sucesión de los meses del año, que no sabía, y cuál tiene treinta y cuál treinta y un días. Aunque parezca mentira, este es uno de los rasgos característicos de la ignorancia española, más en las ciudades que en las aldeas, y más en las mujeres que en los hombres. Gustaba mucho de los trabajos domésticos, y no se cansaba nunca. Sus músculos eran de acero, y su sangre fogosa se avenía mal con la quietud. Como pudiera, más se cuidaba de prolongar los trabajos que de abreviarlos. Planchar y lavar le agradaba en extremo, y entregábase a estas faenas con delicia y ardor, desarrollando sin cansarse la fuerza de sus puños. Tenía las carnes duras y apretadas, y la robustez se combinaba en ella con la agilidad, la gracia con la rudeza para componer la más hermosa figura de salvaje que se pudiera imaginar. Su cuerpo no necesitaba corsé para ser esbeltísimo. Vestido enorgullecía a las modistas; desnudo o a medio vestir, cuando andaba por aquella casa tendiendo ropa en el balcón, limpiando los muebles o cargando los colchones cual si fueran cojines, para sacarlos al aire, parecía una figura de otros tiempos; al menos, así lo pensaba Rubín, que sólo había visto belleza semejante en pinturas de amazonas o cosa tal. Otras veces le parecía mujer de la Biblia, la Betsabée aquella del baño, la Rebeca o la Samaritana, señoras que había visto en una obra ilustrada, y que, con ser tan barbianas, todavía se quedaban dos dedos más abajo de la sana hermosura y de la gallardía de su amiga. ...

En la línea 4274
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Se devanaba los sesos en el torniquete de su desvelo para averiguar el sentido de tal fenómeno, y llegó a figurarse que de los restos fríos de Mauricia salía volando una mariposita, la cual mariposita se metía dentro de la rata eclesiástica y la transformaba… ¡Cosa más rara! ¡El mal extremado refundiéndose así y reviviendo en el bien más puro!… ¿Pero no podría ser que Mauricia, arrepentida y bien confesada y absuelta, se hubiera trocado, al morir, en criatura sana y pura, tan pura como la misma santa fundadora… o más, o más? «¡Qué confusión, Dios mío! Y que no haya nadie que le explique a una estas cosas… ». ...

En la línea 4705
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... —No es mal nombre si usted se lo quiere dar—dijo el pobre chico, exaltándose más a cada palabra—. De pan, que significa todo… y akos que es lo mismo que decir remedio. Que lo sana y purifica todo, vamos… ...

En la línea 4908
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... —Las dos cosas—afirmó el otro con serenidad y energía—. Si no haces lo que te he dicho, Manolo, si no lo haces, te mueres, y pronto. De modo que ya sabes mi opinión. No vuelvas a consultarme. No sé más. He agotado mi ciencia contigo. Si hay algún colega que encuentre el medio de poner de acuerdo tus costumbres y tus pasiones con una ordenada y sana función vascular, llámalo, y entiéndete con él. ...

En la línea 605
del libro El príncipe y el mendigo
del afamado autor Mark Twain
... Dijole que los lores del consejo, temiendo que algún informe exagerado de la deteriorada salud del rey pudiera haberse filtrado y divulgado, consideraban prudente y mejor que Su Majestad comenzara a comer en público al cabo de uno o dos días, pues su tez sana y su buen porte, y su andar firme, ayudado por un reposo de su talante y buenas maneras y por la gracia de sus gestos, tranquilizaría el sentir general, en caso de que se hubieran difundido graves rumores, mejor que cualquier otra cosa que pudiera discurrirse. ...

En la línea 1277
del libro El príncipe y el mendigo
del afamado autor Mark Twain
... –Su locura mejora. Ha cambiado, y su carácter es más dulce. Si hubiera seguido su manía, habría llenado de injurias a esos lacayos, diciendo que era el rey y ordenandoles que dejaran libres a las mujeres. Pronto su ilusión se desvanecera y quedará olvidada y su mente estará sana otra vez. ¡Quiera Dios apresurar ese momento! ...

En la línea 1198
del libro Fantina Los miserables Libro 1
del afamado autor Victor Hugo
... - Señor doctor, os pido perdón; os pido perdón humildemente. Esperaré todo el tiempo que queráis, pero os aseguro que no me hará mal ver a Cosette. Ya no tengo temperatura, casi estoy sana. Pero no me moveré para contentar a los que me cuidan, y cuando vean que estoy tranquila dirán: hay que traerle su hija a esta mujer. ...

En la línea 978
del libro Un viaje de novios
del afamado autor Emilia Pardo Bazán
... Era cierto: la misma constitución endeble de Pilar, ofreciendo menos campo al mal, retrasaba la crisis funesta de su padecimiento; y así como el huracán, que desgaja encinas, sólo encorva las cañas, la tisis entraba con ímpetu menor en aquel cuerpo linfático, que lo hiciera en uno sanguíneo y pujante. La oquedad de un pulmón estaba infestada de tubérculos, y tenía ya esas brechas terribles que los facultativos denominan cavernas; pero el otro resistía aún, si bien en esto de pulmones acontece lo que con las manzanas: minutos bastan para perder a la sana, si está al lado de una podrida. De todas suertes, el momentáneo alivio de Pilar era tan patente, que le consentía dar todas las mañanas algunos cientos de pasos por la calle, cogida del brazo de Lucía; y el alimento no le repugnaba invenciblemente como antes. ...

En la línea 535
del libro Julio Verne
del afamado autor La vuelta al mundo en 80 días
... Se bajaron las últimas cuestas de los Vindhias Kiouni seguía su marcha rápida, y hacia mediodía e guía dio vuelta al villorrio de Kellengen, situado sobre el Cani, uno de los subafluentes del Ganges Evitaba siempre los parajes habitados, creyéndose más seguro en el campo desierto, donde se encuentran las primeras depresiones de la cuenca del gran río. La estación de Hallahabad estaba a doce millas al Nordeste. Se hizo alto bajo un bosquecillo de bananos, cuya fruta tan sana como el pan, y tan suculenta como la crema, dicen los viajeros, fue muy apreciada. ...

En la línea 1380
del libro Julio Verne
del afamado autor La vuelta al mundo en 80 días
... El maquinista no había intentado forzar el obstáculo, obrando con sana prudencia, porque hubiera aplastado, indudablemente, a los primeros búfalos atacados por el espolón de la locomotora; pero, por poderosa que fuera la máquina, se habría parado en seguida, dando lugar a un descarrilamiento y a una indefinida detención del tren. ...


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