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La palabra salimos
Cómo se escribe

la palabra salimos

La palabra Salimos ha sido usada en la literatura castellana en las siguientes obras.
Los tres mosqueteros de Alejandro Dumas
La Biblia en España de Tomás Borrow y Manuel Azaña
El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes Saavedra
Viaje de un naturalista alrededor del mundo de Charles Darwin
Fortunata y Jacinta de Benito Pérez Galdós
Grandes Esperanzas de Charles Dickens
Por tanto puede ser considerada correcta en Español.
Puedes ver el contexto de su uso en libros en los que aparece salimos.

Estadisticas de la palabra salimos

Salimos es una de las 25000 palabras más comunes del castellano según la RAE, en el puesto 7475 según la RAE.

Salimos aparece de media 11.28 veces en cada libro en castellano.

Esta es una clasificación de la RAE que se basa en la frecuencia de aparición de la salimos en las obras de referencia de la RAE contandose 1714 apariciones .

Errores Ortográficos típicos con la palabra Salimos

Cómo se escribe salimos o zalimoz?


la Ortografía es divertida


El Español es una gran familia

Algunas Frases de libros en las que aparece salimos

La palabra salimos puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 6903
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... -Además, si salimos demasiado tarde, nos verían, lo cual es per judicial. ...

En la línea 10368
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... -A siete a ocho leguas todo lomás, nos sïtuamos junto a la frontera, por ejemplo, y a la primera alerta, salimos de Francia. ...

En la línea 465
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Al cabo de hora y media salimos del bosque a un terreno quebrado, yermo y bravío, cubierto de _mato_, o matorrales. ...

En la línea 591
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Después de hablar un rato salimos juntos a visitar un edificio antiguo, del que se decía que en tiempos pasados fué templo de Diana. ...

En la línea 677
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... En cuanto salimos de la ciudad intentó repetidas veces, sin conseguirlo, montar en la mula más pequeña, que iba ensillada; al fin se salió con la suya, y en el acto emprendimos, camino abajo, una carrera desenfrenada. ...

En la línea 713
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Se puso a la cabeza de todos, y salimos al trote largo; el mozo o arriero que nos acompañaba venía detrás corriendo, sin dar la menor señal de fatiga. ...

En la línea 2177
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... -Ésta, señores -prosiguió Dorotea-, es mi historia: sólo resta por deciros que de cuanta gente de acompañamiento saqué de mi reino no me ha quedado sino sólo este buen barbado escudero, porque todos se anegaron en una gran borrasca que tuvimos a vista del puerto, y él y yo salimos en dos tablas a tierra, como por milagro; y así, es todo milagro y misterio el discurso de mi vida, como lo habréis notado. ...

En la línea 3164
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Embestimos en la arena, salimos a tierra, besamos el suelo, y, con lágrimas de muy alegrísimo contento, dimos todos gracias a Dios, Señor Nuestro, por el bien tan incomparable que nos había hecho. ...

En la línea 3917
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... En tanto, don Quijote se encerró con Sancho en su aposento; y, estando solos, le dijo: -Mucho me pesa, Sancho, que hayas dicho y digas que yo fui el que te saqué de tus casillas, sabiendo que yo no me quedé en mis casas: juntos salimos, juntos fuimos y juntos peregrinamos; una misma fortuna y una misma suerte ha corrido por los dos: si a ti te mantearon una vez, a mí me han molido ciento, y esto es lo que te llevo de ventaja. ...

En la línea 5335
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Y si tanto deseáis volveros a vuestra casa con vuestra mujer y hijos, no permita Dios que yo os lo impida; dineros tenéis míos: mirad cuánto ha que esta tercera vez salimos de nuestro pueblo, y mirad lo que podéis y debéis ganar cada mes, y pagaos de vuestra mano. ...

En la línea 246
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... A la mañana siguiente se envía muy temprano a buscar caballos y salimos a galope. Pasamos la Cabeza del Buey, antiguo nombre dado a la extremidad de un gran pantano que se extiende hasta Bahía Blanca. Cambiamos de caballos por última vez y seguimos nuestra caminata a través del barro durante varias leguas, por marismas y charcas saladas. Mi caballo da una caída y yo me doy un remojón en fango negro y líquido, accidente muy desagradable cuando se carece de ropa de repuesto. A pocas millas del fuerte encontramos a un hombre, el cual nos dice que acaba de dispararse un cañonazo, en señal de que los indios están en las cercanías. Por eso abandonamos inmediatamente el camino y seguimos la orilla de un pantano, dispuestos a meternos en él si vemos aparecer a los salvajes; en efecto, ese es el mejor medio para escapar de su persecución. Tenemos la fortuna de llegar al recinto amurallado de la ciudad y nos dicen entonces que aquella alarma era falsa: cierto que se habían presentado indios, pero eran aliados deseosos de ir a unirse al general Rosas. ...

En la línea 344
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... Como aún era temprano en el momento de nuestra llegada, tomamos caballos de refresco y un soldado para guiarnos y salimos en dirección a la sierra de la Ventan. ...

En la línea 369
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... Por la mañana salimos todos a cazar: no logramos grandes triunfos venatorios, y la cacería, sin embargo, resulta animada. Poco después de nuestra marcha nos separamos: mis compañeros de caza forman su plan de modo que en cierto momento del día (son muy hábiles para calcular las horas) encuéntranse todos, viniendo de diferentes partes a un sitio determinado, para acorralar así en ese punto a todos los animales que puedan encontrar. Un día estuve de caza en Bahía Blanca; allí los hombres se limitaron a formar un semicírculo, separados unos de otros como de un cuarto de milla. Los jinetes más avanzados sorprendieron a un avestruz macho, que trató de escaparse por un lado. Persiguiéronle los gauchos a toda velocidad de los caballos, haciendo cada uno de ellos girar las terribles bolas alrededor de su cabeza. Por último, el que estaba más cerca del avestruz se las arrojó con vigor extraordinario y fueron a enroscarse en las patas del ave, que cayó inerte al suelo. ...

En la línea 878
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... 16 de agosto.- El mayordomo de la finca tiene la amabilidad de facilitarme un guía y caballos de refresco, y salimos temprano para hacer la ascensión a la Campana, o monte de la Campana, que tiene una altura de 6.400 pies (1.920 metros) ...

En la línea 3411
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Fortunata le miró de un modo que le hizo callar… «¡A buenas horas y con sol!—quería decir aquella mirada—. Después que hemos cometido todos los crímenes, ahora salimos con escrúpulos… Y yo pago la falta de los dos… ». ...

En la línea 3751
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... —¡Toma! ¿Ahora salimos con eso? Pues si no lo deseara ¿cómo me había de meter yo en semejante negocio? ¿No comprende usted… ? ...

En la línea 4795
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... —¡Miedo!—exclamó él con asombro y desconsuelo—. Pues yo creí que habría conseguido infundirte mi idea y que ya mi idea te era familiar. ¡Miedo a la muerte!, es decir, ¡miedo a la libertad y amor al calabozo! ¿Ahora salimos con eso? Si lo primero, mil veces te lo he dicho, es mirar a la muerte como el fin de los padecimientos, como miran a la playa los infelices que luchan con las olas, agarrados a un madero. ...

En la línea 450
del libro Grandes Esperanzas
del afamado autor Charles Dickens
... Por tales razones sentí contento en cuanto dieron las diez y salimos en dirección a la casa de la señorita Havisham, aunque no estaba del todo tranquilo con respecto al cometido que me esperaba bajo el techo de aquella desconocida. Un cuarto de hora después llegamos a casa de la señorita Havisham, toda de ladrillos, muy vieja, de triste aspecto y provista de muchas barras de hierro. Varias ventanas habían sido tapiadas, y las que quedaban estaban cubiertas con rejas oxidadas. En la parte delantera había un patio, también defendido por una enorme puerta, de manera qua después de tirar de la cadena de la campana tuvimos que esperar un rato hasta que alguien llegase a abrir la puerta. Mientras aguardábamos ante ésta, yo traté de mirar por la cerradura, y aun entonces el señor Pumblechook me preguntó: ...

En la línea 1004
del libro Grandes Esperanzas
del afamado autor Charles Dickens
... En cuanto salimos y me vi libre de los muchachos que se habían entusiasmado con la esperanza de verme torturado públicamente y que parecieron sufrir un gran desencanto al notar que mis amigos salían conmigo, volvimos a casa del señor Pumblechook. Allí, mi hermana se puso tan excitada a causa de las veinticinco guineas, que nada le pareció mejor que celebrar una comida en el Oso Azu1 con aquella ganga, y que el señor Pumblechook, en su carruaje, fuese a buscar a los Hubble y al señor Wopsle. ...

En la línea 1094
del libro Grandes Esperanzas
del afamado autor Charles Dickens
... Lo dijo como si ya fuese un hecho conocido mi deseo de asesinar a un próximo pariente, con tal que pudiera inducir a uno de ellos a tener la debilidad de convertirse en mi bienhechor. Era ya noche cerrada cuando todo hubo terminado y cuando, en compañía del señor Wopsle, emprendí el camino hacia mi casa. En cuanto salimos de la ciudad encontramos una espesa niebla que nos calaba hasta los huesos. El farol de la barrera se divisaba vagamente; en apariencia, no brillaba en el lugar en que solía estar y sus rayos parecían substancia sólida en la niebla. Observábamos estos detalles y hablábamos de que tal vez la niebla podría desaparecer si soplaba el viento desde un cuadrante determinado de nuestros marjales, cuando nos encontramos con un hombre que andaba encorvado a sotavento de la casa de la barrera. ...

En la línea 1144
del libro Grandes Esperanzas
del afamado autor Charles Dickens
... A la sazón, mi hermana no se quedaba nunca sola; pero Joe se encargó, con mucho gusto, de cuidarla aquel domingo cuando Biddy y yo salimos juntos. Entonces corría el verano y el tiempo era espléndido. Cuando dejamos atrás el pueblo, la iglesia y el cementerio y nos encontramos en los marjales y vimos las velas de los barcos que navegaban, empecé a combinar en mis esperanzas a la señorita Havisham y a Estella, como solía. Así que llegamos a la orilla del río nos sentamos, mientras el agua se rizaba a nuestros pies, contribuyendo así a aumentar la paz y la tranquilidad del ambiente mucho más que si no hubiese habido el menor ruido. Entonces resolví que el lugar y la ocasión eran propicios para admitir a Biddy en mis confidencias más secretas. ...

Más información sobre la palabra Salimos en internet

Salimos en la RAE.
Salimos en Word Reference.
Salimos en la wikipedia.
Sinonimos de Salimos.

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