La palabra Padecer ha sido usada en la literatura castellana en las siguientes obras. 
				 La Barraca de Vicente Blasco Ibañez
 El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes Saavedra
 La Regenta de Leopoldo Alas «Clarín»
 Fortunata y Jacinta de Benito Pérez Galdós
 El príncipe y el mendigo de Mark Twain
				Por tanto puede ser considerada correcta en Español. 
				Puedes ver el contexto de su uso en libros en los que aparece padecer.
				
					 Estadisticas de la palabra  padecer
				 Padecer es una de las 25000 palabras más comunes del castellano según la RAE, en el  puesto 8968 según la RAE. 
			 Padecer aparece de media 8.89 veces  en cada libro en castellano. 
 
			Esta es una clasificación de la RAE que se basa en la frecuencia de aparición de la padecer en las obras de referencia de la RAE  contandose 1352 apariciones .
					 Errores Ortográficos típicos con la palabra Padecer  
									
				 
					 Cómo se escribe padecer o padecerr?
 
								 Más información sobre la palabra Padecer en internet
								 Padecer en la RAE. 
								 Padecer en Word Reference. 
								
								 Padecer en la wikipedia.  
								
								 Sinonimos de Padecer. 
  
								
								
								 
  la Ortografía es divertida  
 
								            
				Algunas Frases de libros en las que aparece padecer
				La palabra padecer puede ser considerada correcta por su aparición en estas  obras maestras de la literatura. 
							  En la línea 1627
   del libro  La Barraca
 del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
  ... ¡Gran Dios! ¿Qué había hecho él para padecer tanto? ¿No era un hombre bueno?. ... 
 
 
							  En la línea 3802
   del libro  El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
 del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
  ... PRÓLOGO AL LECTOR  ¡Válame Dios, y con cuánta gana debes de estar esperando ahora, lector ilustre, o quier plebeyo, este prólogo, creyendo hallar en él venganzas, riñas y vituperios del autor del segundo Don Quijote; digo de aquel que dicen que se engendró en Tordesillas y nació en Tarragona! Pues en verdad que no te he dar este contento; que, puesto que los agravios despiertan la cólera en los más humildes pechos, en el mío ha de padecer excepción esta regla. ... 
 
 
							  En la línea 4108
   del libro  El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
 del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
  ... -Pues, ¿no sería vuesa merced -replicó ella- uno de los que a pie quedo sirviesen a su rey y señor, estándose en la corte?  -Mira, amiga -respondió don Quijote-: no todos los caballeros pueden ser cortesanos, ni todos los cortesanos pueden ni deben ser caballeros andantes: de todos ha de haber en el mundo; y, aunque todos seamos caballeros, va mucha diferencia de los unos a los otros; porque los cortesanos, sin salir de sus aposentos ni de los umbrales de la corte, se pasean por todo el mundo, mirando un mapa, sin costarles blanca, ni padecer calor ni frío, hambre ni sed; pero nosotros, los caballeros andantes verdaderos, al sol, al frío, al aire, a las inclemencias del cielo, de noche y de día, a pie y a caballo, medimos toda la tierra con nuestros mismos pies; y no solamente conocemos los enemigos pintados, sino en su mismo ser, y en todo trance y en toda ocasión los acometemos, sin mirar en niñerías, ni en las leyes de los desafíos; si lleva, o no lleva, más corta la lanza, o la espada; si trae sobre sí reliquias, o algún engaño encubierto; si se ha de partir y hacer tajadas el sol, o no, con otras ceremonias deste jaez, que se usan en los desafíos particulares de persona a persona, que tú no sabes y yo sí. ... 
 
 
							  En la línea 5428
   del libro  La Regenta
 del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
  ... La salvación se conseguía a costa de mucho padecer, y la alcanzaban muy pocos. ... 
 
 
							  En la línea 7860
   del libro  La Regenta
 del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
  ... Ella, Visita, no quería renunciar al placer de ver a su amiga caer donde ella había caído; por lo menos verla padecer con la tentación. ... 
 
 
							  En la línea 7937
   del libro  La Regenta
 del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
  ... Esta ambición de algunos momentos, descabellada, pueril, locura que pasaba, pero que volvía, quería vencerla, para no padecer tanto, para conformarse mejor con la vida, para no encontrar tan triste y desabrido el mundo. ... 
 
 
							  En la línea 15512
   del libro  La Regenta
 del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
  ... Gozaba voluptuosa delicia viendo padecer al canónigo, pero quería más, quería continuar su obra, que la mandasen clavar en el alma de su ama, de la orgullosa señorona, todas aquellas agujas que acababa de hundir en las carnes del clérigo loco. ... 
 
 
							  En la línea 2179
   del libro  Fortunata y Jacinta
 del afamado autor Benito Pérez Galdós
  ... El capellán no hizo aspavientos. Al contrario, le gustaba que sus catecúmenos estuvieran rasos y limpios de toda ciencia, para poder él enseñárselo todo. Después meditó un rato, las manos cruzadas y dando vuelta a los pulgares uno sobre otro. Fortunata le miraba en silencio. No podía dudar de que era hombre muy sabedor de cosas del mundo y de las flaquezas humanas, y pensó que le convenía ponerse bajo su dirección. En aquel momento hallábase bajo la influencia de ideas supersticiosas adquiridas en su infancia respecto a la religión y al clero. Su catecismo era harto elemental y se reducía a dos o tres nociones incompletas, el Cielo y el Infierno, padecer aquí para gozar allá, o lo contrario. Su moral era puramente personal, intuitiva y no tenía nada que ver con lo poco que recordaba de la doctrina cristiana. Formó del hermano de Maxi buen concepto, porque se lavaba poco y sabía mucho y no reñía a las pecadoras, sino que las trataba con dulzura, ofreciéndoles el matrimonio, la salvación, y hablándoles del alma y otras cosas muy bonitas. ... 
 
 
							  En la línea 3234
   del libro  Fortunata y Jacinta
 del afamado autor Benito Pérez Galdós
  ... Poco después se oía en la alcoba lo siguiente: «Que te estés quieto… No vayas a creerte que ahora te voy a perdonar. No, si no me engatusas… ni hay tilín que valga. Ya van quince y raya. No están los tiempos para perdones, caballerito. Haz el favor, te digo… No quiero verte, no quiero oírte, ni me importa que me quieras o no. Si me quieres, rabia y rabia; mejor. Yo me reiré viéndote padecer. Con que lo dicho, déjame en paz. Tengo un sueño espantoso… ¿No ves cómo se me cierran los ojos?». ... 
 
 
							  En la línea 3285
   del libro  Fortunata y Jacinta
 del afamado autor Benito Pérez Galdós
  ... «¡Hay tantos—exclamó Santa Cruz en el tono que se da a las cosas muy filosóficas—, hay tantos a quienes hace infelices la inconstancia de las mujeres, y a mí me hace padecer una fidelidad que no solicito, que no me hace falta, que no me importa para nada!». ... 
 
 
							  En la línea 3838
   del libro  Fortunata y Jacinta
 del afamado autor Benito Pérez Galdós
  ... Cerrado el inciso, y otra vez al tema: «¡Vaya con lo que me ha dicho esta mañana Nicolás: que Feijoo es el primer caballero de Madrid y que le ha prometido una canonjía! Si se la dan, ya no me queda nada que ver. Yo me alegraría, para quitarme esa carga de encima; pero ¡qué tiempos y qué Gobiernos! ¡Ah!, si yo gobernara, si yo fuera ministra, ¡qué derechitos andarían todos! Si esta gente no sabe… si salta a la vista que no sabe. ¡Dar una canonjía a un clérigo joven, que entra en su casa a la una de la noche y pasa el tiempo charlando en el café con los curas de caballería que andan por ahí sueltos y sin licencias! Pero en fin, allá te la dé Dios, y si pescas el turrón, hijo, buen provecho, y escribe en llegando, y no parezcas más por aquí, egoistón, tragaldabas… Pues digo, el otro, el Juanito Pablo, desde que tiene empleo no pone los pies en casa. ¡Si comparado con sus hermanos, Maximiliano es un ángel de Dios y un talentazo… ! Voy a lo que me decía Nicolás esta mañana… Que D. Evaristo es un cristiano rancio, y que cuando le administraron, recibió al Señor con una edificación y una santidad tan grandes, que todos los concurrentes al acto lloraban a moco y baba. Vaya, no sería para tanto… exageración. En estas cosas de santidad hay que llamar al tío Paco para que traiga la rebaja. Pero en fin, pongamos que sea así, ¿y qué? Ahora lo que falta saber es si con toda esa cristiandad nos querrá dar gato por liebre… ¡Lástima, arrepentimiento!… Dios mío, o dame una luz clara sobre esto, o quítame esta grillera de mi cabeza. Yo me vuelvo loca… Y no sé por qué me devano los sesos, porque en rigor, ¿a mí qué me va ni me viene? Si Maximiliano quiere humillarse después de las atrocidades que pasaron, yo no debo meterme… Pero sí, sí me meteré. ¿Cómo consentir tal afrenta? La muy bribona… ¡imaginar que su marido puede perdonarla después de la trastada indecente que le hizo, después que el querindango atropelló a este infeliz abusando de su fuerza… ! ¡Qué infamia! Si yo no hubiera estado un mes seguido trasteando a este chico para quitarle de la cabeza la idea de la venganza… no sé qué catástrofes habrían sucedido. Quería pegarle un tiro al otro, y hasta se le ocurrió hacer un cartucho de dinamita para ponérselo en la puerta de su casa. Delirios… lo mejor es el desprecio… A estos badulaques se les desprecia… Bueno está mi sobrino para meterse en lances, él que se asusta de entrar en un cuarto sin luz. ¡Pobrecillo Maxi!, ¡tiene un corazón de oro, y ahora que está tan dado a estudiar lo del otro mundo, se le ocurren unas cosas… ! ¡Vaya con lo que me decía anoche! 'Tía de mi alma, a fuerza de pensar y padecer, he llegado a desprenderme de todas las pasiones, y a no sentir en mí ni odio ni venganza'. Dice que la perdona cristianamente, por esto y lo otro y qué sé yo qué… pero en cuanto a hacer vida común, ni que se lo mande el Papa. Y a renglón seguido me marea para que la vaya a ver. 'Tía, visítela usted, entérese… sondéela, a ver cómo se presenta. Puede que sea verdad lo que dice D. Evaristo… '. Todas las noches la misma canción. Al fin, si se pone muy pesadito, no tendré más remedio que ir. Y no es flojo el paseo que tengo que dar, de aquí a Puerta de Moros… ». ... 
 
 
							  En la línea 427
   del libro  El príncipe y el mendigo
 del afamado autor Mark Twain
  ... –Ha sido una tontería dejarlo descansar ahí sin taparlo, y que su cuerpo vaya a padecer dolores reumáticos. ¿Qué haré ahora? Si lo levanto y lo meto dentro de la cama, se despertará; y tiene mucha necesidad de reposo.. ... 
 
								 							  
							    
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