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La palabra mocosos
Cómo se escribe

la palabra mocosos

La palabra Mocosos ha sido usada en la literatura castellana en las siguientes obras.
Fortunata y Jacinta de Benito Pérez Galdós
Por tanto puede ser considerada correcta en Español.
Puedes ver el contexto de su uso en libros en los que aparece mocosos.

Estadisticas de la palabra mocosos

La palabra mocosos no es muy usada pues no es una de las 25000 palabras más comunes del castellano según la RAE


la Ortografía es divertida

Algunas Frases de libros en las que aparece mocosos

La palabra mocosos puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 821
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... «¡Qué tropa, Dios! —exclamó la zancuda con indignación de celador de ornato público, que no causó efecto—. Cuidado donde se van a poner… ¡Fuera, fuera!… y tú, pitoja, recoge a tu hermanillo, que le vamos a espachurrar». Estas amonestaciones de una autoridad tan celosa fueron oídas con el más insolente desdén. Uno de los mocosos arrastraba su panza por el suelo, abierto de las cuatro patas; el otro cogía puñados de arena y se lavaba la cara con ella, acción muy lógica, puesto que la arena representaba el agua. «Vamos, hijos, quitaos de en medio—les dijo Guillermina a punto que la zancuda destruía con el pie el lavadero, gritando—: Sinvergüenzonas, ¿no tenéis otro sitio donde jugar? ¡Vaya con la canalla esta… !». y echó adelante resuelta a destruir cualquier obstáculo que se pusiera al paso. Las otras chiquillas cogieron a los mocosos, como habrían cogido una muñeca, y poniéndoselos al cuadril, volaron por aquellos corredores. ...

En la línea 821
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... «¡Qué tropa, Dios! —exclamó la zancuda con indignación de celador de ornato público, que no causó efecto—. Cuidado donde se van a poner… ¡Fuera, fuera!… y tú, pitoja, recoge a tu hermanillo, que le vamos a espachurrar». Estas amonestaciones de una autoridad tan celosa fueron oídas con el más insolente desdén. Uno de los mocosos arrastraba su panza por el suelo, abierto de las cuatro patas; el otro cogía puñados de arena y se lavaba la cara con ella, acción muy lógica, puesto que la arena representaba el agua. «Vamos, hijos, quitaos de en medio—les dijo Guillermina a punto que la zancuda destruía con el pie el lavadero, gritando—: Sinvergüenzonas, ¿no tenéis otro sitio donde jugar? ¡Vaya con la canalla esta… !». y echó adelante resuelta a destruir cualquier obstáculo que se pusiera al paso. Las otras chiquillas cogieron a los mocosos, como habrían cogido una muñeca, y poniéndoselos al cuadril, volaron por aquellos corredores. ...

En la línea 1877
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Poco después almorzaba Fortunata, y Maximiliano estudiaba, cambiando de vez en cuando algunas palabras. Toda aquella tarde dominaron en el espíritu de la joven las ideas optimistas, porque él se dejó decir algo de su herencia, de tierras e hipotecas en Molina de Aragón, asegurando que sus viñas podían darle tanto más cuanto. Por la noche avisaron para que les trajeran café, y vino el mozo de la Paz con él. Olmedo y Feliciana entraron de tertulia. Estaban de monos y apenas se hablaban, señal inequívoca de pelotera doméstica. Y es que si los estados más sólidos se quebrantan cuando la hacienda no marcha con perfecta regularidad, aquella casa, hogar, familia o lo que fuera, no podía menos de resentirse de las anomalías de un presupuesto cuyo carácter permanente era el déficit. Feliciana tenía ya pignorado lo mejorcito de su ropa, y Olmedo había perdido el crédito de una manera absoluta. Por la falta de crédito se pierden las repúblicas lo mismo que las monarquías. Y no se hacía ya ilusiones el bueno de Olmedo acerca de la catástrofe próxima. Sus amigos, que le conocían bien, descubrían en él menos entereza para desempeñar el papel de libertino, y a menudo se le clareaba la buena índole al través de la máscara. A Maximiliano le contaron que habían sorprendido a Olmedo en el Retiro estudiando a hurtadillas. Cuando le vieron sus amigos, escondió los libros entre el follaje, porque le sabía mal que le descubrieran aquella flaqueza. Daba mucha importancia a la consecuencia en los actos humanos, y tenía por deshonra el soltar de improviso la casaca e insignias de perdulario. ¿Qué diría la gente, qué los amigos, qué los mocosos, más jóvenes que él, que le tomaban por modelo? Hallábase en la situación de uno de esos chiquillos que para darse aires de hombres encienden un cigarro muy fuerte y se lo empiezan a fumar y se marean con él; pero tratan de dominar las náuseas para que no se diga que se han emborrachado. Olmedo no podía aguantar más la horrible desazón, el asco y el vértigo que sentía; pero continuaba con el cigarro en la boca haciendo que tiraba de él, pero sin chupar cosa mayor. ...


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Más información sobre la palabra Mocosos en internet

Mocosos en la RAE.
Mocosos en Word Reference.
Mocosos en la wikipedia.
Sinonimos de Mocosos.

Errores Ortográficos típicos con la palabra Mocosos

Cómo se escribe mocosos o mocozoz?

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