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La palabra malo
Cómo se escribe

la palabra malo

La palabra Malo ha sido usada en la literatura castellana en las siguientes obras.
La Barraca de Vicente Blasco Ibañez
La Bodega de Vicente Blasco Ibañez
Los tres mosqueteros de Alejandro Dumas
Memoria De Las Islas Filipinas. de Don Luis Prudencio Alvarez y Tejero
La Biblia en España de Tomás Borrow y Manuel Azaña
El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes Saavedra
Viaje de un naturalista alrededor del mundo de Charles Darwin
La Regenta de Leopoldo Alas «Clarín»
El Señor de Leopoldo Alas «Clarín»
A los pies de Vénus de Vicente Blasco Ibáñez
Fortunata y Jacinta de Benito Pérez Galdós
Niebla de Miguel De Unamuno
Grandes Esperanzas de Charles Dickens
Crimen y castigo de Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
El jugador de Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
Fantina Los miserables Libro 1 de Victor Hugo
Un viaje de novios de Emilia Pardo Bazán
Julio Verne de La vuelta al mundo en 80 días
Por tanto puede ser considerada correcta en Español.
Puedes ver el contexto de su uso en libros en los que aparece malo.

Estadisticas de la palabra malo

Malo es una de las palabras más utilizadas del castellano ya que se encuentra en el Top 5000, en el puesto 2307 según la RAE.

Malo tienen una frecuencia media de 41.62 veces en cada libro en castellano

Esta clasificación se basa en la frecuencia de aparición de la malo en 150 obras del castellano contandose 6326 apariciones en total.


El Español es una gran familia

Algunas Frases de libros en las que aparece malo

La palabra malo puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 367
del libro La Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... A tales horas nada malo podía hacer el viejo: que durmiese al raso, si tal era su gusto. ...

En la línea 711
del libro La Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... «¡Mentira!» Lo que decían contra él era falso y malo. ...

En la línea 1329
del libro La Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Yo tengo un pájaro que todo me lo comunica; y si mañana sé algo malo andará la caña suelta como un demonio. ...

En la línea 1387
del libro La Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Todos decían lo mismo: se extrañaban de que un hombre como él, religioso, honrado y sin otro defecto que robar algo en el peso, permitiera que su criado acompañase a la hija del enemigo de la huerta, de un hombre malo, del cual se afirmaba que había estado en presidio. ...

En la línea 70
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... --Ríe, muchacho, ríe. Todos sois lo mismo: no habéis conocido lo bueno y os extraña que los viejos encontremos tan malo lo presente. ¿Sabes a cómo se pagaba antes la bota de treinta y una arrobas? Pues llegó a valer 230 pesos; y ahora se ha vendido en algunos años a 21 pesos. ...

En la línea 137
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... --Y no creas, Fermín, que yo soy de los que me asusto por lo que ese Salvatierra y sus amigos llaman reivindicaciones sociales. Ya sabes que no riño por cuestiones de dinero. ¿Que piden los trabajadores unos céntimos más de jornal o un nuevo rato de descanso para echar otro cigarro? Pues si puedo, lo doy, ya que gracias al Señor, que tanto me protege, lo que menos me falta es dinero. Yo no soy como esos otros amos que viviendo en perpetuo ahogo regatean el sudor del pobre. ¡Caridad, mucha caridad! Que se vea que el cristianismo sirve de arreglo para todo... Pero lo que me revuelve la sangre es que se pretenda que todos seamos iguales, como si no existiesen jerarquías hasta en el cielo; que se hable de Justicia al pedir algo, como si favoreciendo yo a un pobre no hiciese más que lo que debo y mi sacrificio no significase una buena acción. Y, sobre todo, esa infernal manía de ir contra Dios, de quitar al pobre sus sentimientos religiosos, de hacer responsable a la Iglesia de todo lo malo que ocurre, y que no es más que obra del maldito liberalismo... ...

En la línea 190
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... --Y, realmente, no es malo--murmuraba. ...

En la línea 483
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... _Zarandilla_ se metió entre ellos, adivinándolos por el tacto, marchando a ciegas en la penumbra de la cuadra, acariciando a unos en los ijares, rascando a otros en la frente, llamándolos con nombres cariñosos y librándose por instinto de las patadas de impaciencia y de alegría que daban con sus cascos herrados. «¡Quieto, _Brillante_!» «¡No seas malo, _Lucero_!» Y pasaba, encorvándose, por debajo de los vientres para ir hasta el otro extremo de la cuadra, mientras el aperador explicaba a Salvatierra la valía de este tesoro. ...

En la línea 1455
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... -Vuestro asunto no es malo -dijo Athos después de haber de gustado el vino como experto a indicado con un signo de cabeza que lo encontraba bueno-, y se podrá sacar de ese buen hombre de cin cuenta a sesenta pistolas. ...

En la línea 1578
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... -¡A la vuestra, señor D'Artagnan!-¡Y por encima de todas éstas -exclamó D'Artagnan como arre batado por su entusiasmo-, a la del rey y del cardenal!Quizá eljefe de los esbirros hubiera dudado de la sinceridad de D'Ar tagnan si el vino hubiera sido malo, pero al ser bueno el vino, se que dó convencido. ...

En la línea 4384
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... -¡Oh, es que me mataría!-No tengáis miedo; no es tan malo como parece. ...

En la línea 5000
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... No era tan malo el diablo como lo pintan. ...

En la línea 214
del libro Memoria De Las Islas Filipinas.
del afamado autor Don Luis Prudencio Alvarez y Tejero
... Los defectos del tabaco en un pais de jeneral consumo son bien conocidos del público, y porque los conoce, es porque se retrae lo posible de su compra, y prefiere malo por malo el del contrabando, que siempre es mas barato. ...

En la línea 118
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... En la carta a sus directores de Londres, luego de referir las entrevistas del ministro británico con Ofalia, dice respecto de Graydon: «Hasta el momento presente, ese hombre ha sido el ángel malo de la causa de la Biblia en España, y también el mío, y ha empleado tales procedimientos y escogido de tal modo las ocasiones, que casi siempre ha conseguido derribar los planes hacederos trazados por mis amigos y por mí para la propagación del Evangelio de una manera permanente y segura.» La respuesta de la Sociedad fué un cruel desengaño para Borrow: reconocíase en ella que Graydon era tan legítimo representante de la Sociedad Bíblica como él; no se accedía a desautorizar y condenar su proceder, y, además se le advertía a Borrow que, en adelante, se abstuviese de publicar cartas como la del _Correo Nacional_. ...

En la línea 179
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... «¡No he revelado los secretos de la Sociedad!», decía después Borrow; en efecto, no mienta su desacuerdo con los directores, y tributa a Graydon, el «ángel malo» de la causa bíblica, ardientes elogios. ...

En la línea 414
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Aceptado este plan, fué puesto en práctica sin tardanza, y con éxito no del todo malo. ...

En la línea 585
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Desde entonces acá, me ha sorprendido muchas veces el no recibir insultos ni malos tratos de la gente cuya superstición atacaba yo de ese modo; en verdad, nada malo me sucedió, y me inclino a creer que la extremada audacia que yo desplegaba, confiado en la protección del Todopoderoso, puede haber sido la causa de ello. ...

En la línea 987
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... -Engañado he vivido hasta aquí -respondió don Quijote-, que en verdad que pensé que era castillo, y no malo; pero, pues es ansí que no es castillo sino venta, lo que se podrá hacer por agora es que perdonéis por la paga, que yo no puedo contravenir a la orden de los caballeros andantes, de los cuales sé cierto, sin que hasta ahora haya leído cosa en contrario, que jamás pagaron posada ni otra cosa en venta donde estuviesen, porque se les debe de fuero y de derecho cualquier buen acogimiento que se les hiciere, en pago del insufrible trabajo que padecen buscando las aventuras de noche y de día, en invierno y en verano, a pie y a caballo, con sed y con hambre, con calor y con frío, sujetos a todas las inclemencias del cielo y a todos los incómodos de la tierra. ...

En la línea 1089
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... -No importa que no hayas jurado -dijo don Quijote-: basta que yo entiendo que de participantes no estás muy seguro, y, por sí o por no, no será malo proveernos de remedio. ...

En la línea 1439
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Allá se lo haya cada uno con su pecado; Dios hay en el cielo, que no se descuida de castigar al malo ni de premiar al bueno, y no es bien que los hombres honrados sean verdugos de los otros hombres, no yéndoles nada en ello. ...

En la línea 2522
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... »Y así, con el gusto que de sus cosas tenía, y más, teniendo por entendido que sus deseos y escritos a ella se encaminaban, y que ella era la verdadera Clori, le rogó que si otro soneto o otros versos sabía, los dijese: »-Sí sé -respondió Lotario-, pero no creo que es tan bueno como el primero, o, por mejor decir, menos malo. ...

En la línea 1146
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... ... gue el tiempo muy malo, pero nos importa poco, porque es casi imposible circular en las islas. tan accidentada la costa, que tratar de pasear en cualquier dirección es entregarse a una gimnasia continuada sobre las agudas puntas de las rocas de micasquisto. cuanto al suelo, algo más compacto, está cubierto de monte tan espeso, que todos llevamos en la cara, en las manos y en todo el cuerpo señales de los esfuerzos hechos para penetrar en sus soledades. ...

En la línea 1252
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... ... un principio se suceden sin interrupción colinas y valles, pero a medida que nos aproximamos a Castro se presenta el terreno más llano. camino es por sí mismo muy curioso: en toda su longitud, a excepción de algunos trozos anchos y colocados longitudinalmente y otros muy estrechos transversales. verano no está muy malo este camino, pero en invierno, cuando la madera se pone escurridiza con la lluvia, es muy difícil viajar. ...

En la línea 1271
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... Tan malo es el camino que conduce a Cucao, que nos decidimos a embarcarnos en una periagua ...

En la línea 2146
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... ... reció muy sorprendido de este accidente y salió del agujero para ver en qué consistía, y se quedó mirándome cara a cara como queriéndome decir: «¿Por qué diablos me tira usted de la cola?» Estos animales comen durante el día y se apartan poco de sus madrigueras; si se les asusta corren de una manera muy cómica: no lo pueden hacer muy deprisa, sino cuando bajan una pendiente a causa de la posición lateral de sus patas. son miedosos, y cuando miran a alguno con atención, levantan la cola, se empinan sobre las patas delanteras, agitan sin cesar la cabeza de arriba abajo y procuran tomar el aspecto más malo posible; pero en el fondo no son dañinos: golpeándolos con el pie bajan enseguida la cola y huyen con toda la prisa que pueden. observado muchas veces que los pequeñuelos que comen moscas imprimen a sus cabezas el mismo movimiento de arriba a abajo que cuando observan alguna cosa; y no puedo darme explicación de este hecho ...

En la línea 18
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Por desgracia nuestra, para que la obra poética o narrativa alcance una longevidad siquiera decorosa no basta que en sí tenga condiciones de salud y robustez; se necesita que a su buena complexión se una la perseverancia de autores o editores para no dejarla languidecer en obscuro rincón; que estos la saquen, la ventilen, la presenten, arriesgándose a luchar en cada nueva salida con la indiferencia de un público, no tan malo por escaso como por distraído. ...

En la línea 1430
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... —Créanlo ustedes —decía el amante de doña Camila —el hombre nace naturalmente malo, y la mujer lo mismo. ...

En la línea 1585
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... —Menos absurdo me parece creer en un Dios bueno y otro malo, que creer en Jehová Eloïm que era un déspota, un dictador, un polaco. ...

En la línea 1592
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Él tenía sus obras porque el estilo no era malo. ...

En la línea 254
del libro El Señor
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Era malo esperar demasiado. ...

En la línea 921
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... —De todos modos, fue un acto hermoso e interesante el del padre de madona Lucrecia partiendo la Tierra en dos pedazos. Demuestra la autoridad que aún gozaba entonces el Pontífice, no obstante sus propias liviandades y las de muchos antecesores. Pudo repartir el mundo como cosa propia… Lo malo fue que ya empezaba entonces a moverse en Alemania un frailecillo agustino llamado Martín Lucero. ...

En la línea 1470
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Todo lo malo de entonces, ocurriese donde ocurriese, era sabido de antemano que lo hacía César Borgia, con asombrosa ubicuidad. Igualmente le atribuían todas las demasías amorosas de los soldados a sus órdenes, las cuales no eran mejores ni peores que otros guerreros de aquella época. ...

En la línea 1756
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... «El futuro Julio II—pensaba Claudio—, tan injustamente alabado por los historiadores de su época, fue peor realmente que el más malo de los Borgias, uniendo a su perversidad la nota antipática y la hipocresía. Pasó una parte de su existencia insultando a su antiguo amigo Rodrigo de Borja, para adularlo a continuación servilmente, cuando éste le perdonaba sus deslealtades.» ...

En la línea 20
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Las inquietudes de aquella incomparable señora acabaron con el regreso de Juanito. ¡Y quién lo diría! Volvió mejor de lo que fue. Tanto hablar de París, y cuando Barbarita creía ver entrar a su hijo hecho una lástima, todo rechupado y anémico, se le ve más gordo y lucio que antes, con mejor color y los ojos más vivos, muchísimo más alegre, más hombre en fin, y con una amplitud de ideas y una puntería de juicio que a todos dejaba pasmados. ¡Vaya con París!… El marqués de Casa-Muñoz se lo decía a Barbarita: «No hay que involucrar, París es muy malo; pero también es muy bueno». ...

En la línea 116
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... El domicilio del hablador era un misterio para todo el mundo, pues nadie había ido nunca a verle, por la sencilla razón de que D. Plácido no estaba en su casa sino cuando dormía. Jamás había tenido enfermedad que le impidiera salir durante el día. Era el hombre más sano del mundo. Pero la vejez no había de desmentirse, y un día de Diciembre del 69 fue notada la falta del grande hombre en los círculos a donde solía ir. Pronto corrió la voz de que estaba malo, y cuantos le conocían sintieron vivísimo interés por él. Muchos dependientes de tiendas se lanzaron por aquellos escalones de piedra en busca de noticias del simpático enfermo, que padecía de un reuma agudo en la pierna derecha. Barbarita le mandó en seguida su médico, y no satisfecha con esto, ordenó a Juanito que fuese a visitarle, lo que el Delfín hizo de muy buen grado. ...

En la línea 206
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... —Empezamos a hablar. No subía ni bajaba nadie. La chica era confianzuda, inocentona, de estas que dicen todo lo que sienten, así lo bueno como lo malo. Sigamos. Pues señor… al tercer día me la encontré en la calle. Desde lejos noté que se sonreía al verme. Hablamos cuatro palabras nada más; y volví y me colé en la casa; y me hice amigo de la tía y hablamos; y una tarde salió el picador de entre un montón de banastas donde estaba durmiendo la siesta, todo lleno de plumas, y llegándose a mí me echó la zarpa, quiero decir, que me dio la manaza y yo se la tomé, y me convidó a unas copas, y acepté y bebimos. No tardamos Villalonga y yo en hacernos amigos de los amigos de aquella gente… No te rías… Te aseguro que Villalonga me arrastraba a aquella vida, porque se encaprichó por otra chica del barrio, como yo por la sobrina de Segunda. ...

En la línea 266
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... El tiempo se les puso muy malo, y en todo el trayecto hasta Barcelona no cesó de llover. Arrimados marido y mujer a la ventanilla, miraban la lluvia, aquella cortina de menudas líneas oblicuas que descendían del Cielo sin acabar de descender. Cuando el tren paraba, se sentía el gotear del agua que los techos de los coches arrojaban sobre los estribos. Hacía frío, y aunque no lo hiciera, los viajeros lo tendrían sólo de ver las estaciones encharcadas, los empleados calados y los campesinos que venían a tomar el tren con un saco por la cabeza. Las locomotoras chorreaban agua y fuego juntamente, y en los hules de las plataformas del tren de mercancías se formaban bolsas llenas de agua, pequeños lagos donde habrían podido beber los pájaros, si los pájaros tuvieran sed aquel día. ...

En la línea 231
del libro Niebla
del afamado autor Miguel De Unamuno
... –Vamos, sí, ni bueno ni malo. ...

En la línea 421
del libro Niebla
del afamado autor Miguel De Unamuno
... «¡Don Augusto! ¡Don Augusto! –pensó este, ¡Don… ! ¡De qué mal agüero es este don! ¡casi tan malo como aquel caballero! » Y luego, en voz alta: ...

En la línea 443
del libro Niebla
del afamado autor Miguel De Unamuno
... –¿Se siente usted malo? –le preguntó don Fermín. ...

En la línea 599
del libro Niebla
del afamado autor Miguel De Unamuno
... –¿Qué le pasa a usted, don Augusto, se pone malo? ...

En la línea 283
del libro Grandes Esperanzas
del afamado autor Charles Dickens
... No se nos reunió nadie del pueblo, porque el tiempo era frío y amenazador, el camino desagradable y solitario, el terreno muy malo, la oscuridad inminente y todos estaban sentados junto al fuego dentro de las casas celebrando la festividad. Algunos rostros se asomaron a las iluminadas ventanas para mirarnos, pero nadie salió. Pasamos más allá del poste indicador y nos dirigimos hacia el cementerio, en donde nos detuvimos unos minutos, obedeciendo a la señal que con la mano nos hizo el sargento, en tanto que dos o tres de sus hombres se dispersaban entre las tumbas y examinaban el pórtico. Volvieron sin haber encontrado nada y entonces empezamos a andar por los marjales, atravesando la puerta lateral del cementerio. La cellisca, que parecía morder el rostro, se arrojó contra nosotros llevada por el viento del Este, y Joe me subió sobre sus hombros. ...

En la línea 288
del libro Grandes Esperanzas
del afamado autor Charles Dickens
... El sargento y los hombres que estaban a su lado hablaban en voz baja cuando Joe y yo llegamos a ellos. Después de escuchar un momento, Joe, que era buen juez en la materia, y el señor Wopsle, que lo era malo, convinieron en lo mismo. El sargento, hombre resuelto, ordenó que nadie contestase a aquel grito, pero que, en cambio, se cambiase de dirección y que todos los soldados se dirigieran hacia allá, corriendo cuanto pudiesen. Por eso nos volvimos hacia la derecha, adonde quedaba el Este, y Joe echó a correr tan aprisa que tuve que agarrarme para no caer. ...

En la línea 337
del libro Grandes Esperanzas
del afamado autor Charles Dickens
... No recuerdo haber sentido ninguna benevolencia hacia la señora Joe cuando desapareció mi temor de ser descubierto. Pero yo quería a Joe, tal vez por ninguna razón mejor, en aquellos días, que porque aquel pobre muchacho me permitía quererle, y con respecto a él no se consoló tan fácilmente mi conciencia. Comprendía muy bien, y en especial cuando vi que empezaba a buscar su lima, que había debido revelarle la verdad entera. Sin embargo, no lo hice, temeroso de que, si se lo explicaba todo, tal vez tendría de mí una opinión peor de la que merecía. Y el miedo de no gozar ya de la confianza de Joe, así como de la posibilidad de sentarme por la noche en el rincón de la chimenea mirando pesaroso a mi compañero y amigo, perdido ya para siempre, fue bastante para sujetarme la lengua. Erróneamente me dije que si Joe lo supiera, jamás podría verle junto al fuego acariciándose la patilla, sin figurarme que estaba meditando acerca de ello. También creí que, de saberlo, cuando Joe mirase por casualidad la carne del día anterior o el pudding que le habían servido, se acordaría de mi robo, preguntándose si yo había hecho ya alguna visita a la despensa. Díjeme también que, si se lo descubría, cuando en nuestra vida doméstica observase que la cerveza era floja o fuerte, sospecharía tal vez que se le hubiese mezclado alquitrán, y eso me haría ruborizar hasta la raíz de los cabellos. En una palabra, fui demasiado cobarde para hacer lo bueno, como también para llevar a cabo lo malo. En aquel tiempo, yo no había tratado a nadie todavía y no imitaba a ninguno de los habitantes del mundo que proceden de este modo. Y como si hubiese sido un genio en bruto, descubrí la conducta que me convenía seguir. ...

En la línea 1002
del libro Grandes Esperanzas
del afamado autor Charles Dickens
... Los jueces estaban sentados en la sala del tribunal, que se hallaba a poca distancia, y en el acto fuimos todos allí con objeto de formalizar mi contrato de aprendizaje a las órdenes de Joe. Digo que fuimos allí, pero, en realidad, fui empujado por Pumblechook del mismo modo como si acabase de robar una bolsa o incendiado algunas gavillas. La impresión general del tribunal fue la de que acababan de cogerme in fraganti, porque cuando el señor Pumblechook me dejó ante los jueces oí que alguien preguntaba: «¿Qué ha hecho?, y otros replicaban: «Es un muchacho muy joven, pero tiene cara de malo, ¿no es verdad?» Una persona de aspecto suave y benévolo me dio, incluso, un folleto adornado con un grabado al boj que representaba a un joven de mala conducta, rodeado de grilletes, y cuyo título daba a entender que era «PARA LEER EN MI CALABOZO». ...

En la línea 3191
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... « ¡Malo, malo! A ver si hago alguna tontería.» ...

En la línea 3229
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑Además -continuó‑, yo soy un hombre sincero… ¿Verdad que soy un hombre sincero? Dígame: ¿usted qué cree? A mí me parece que no se puede ir más lejos en la sinceridad. Yo le he hecho verdaderas confidencias sin exigir compensación alguna. ¡Je, je, je! En fin, volvamos a nuestro asunto. El ingenio es, a mi entender, algo maravilloso, un ornamento de la naturaleza, por decirlo así, un consuelo en medio de la dureza de la vida, algo que permite, al parecer, confundir a un pobre juez que, por añadidura, se ha dejado engañar por su propia imaginación, pues, al fin y al cabo, no es más que un hombre. Pero la naturaleza acude en ayuda de ese pobre juez, y esto es lo malo para el otro. Esto es lo que la juventud que confía en su ingenio y que «franquea todos los obstáculos», como usted ha dicho ingeniosamente, no quiere tener en cuenta. ...

En la línea 3249
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑Ha tenido usted un amago de ataque ‑dijo Porfirio Petrovitch afectuosamente y, al parecer, muy turbado‑. Se mortifica usted de tal modo, que volverá a ponerse enfermo. No comprendo que una persona se cuide tan poco. A usted le pasa lo que a Dmitri Prokofitch. Precisamente ayer vino a verme. Yo reconozco que está en lo cierto cuando me dice que tengo un carácter cáustico, es decir, malo. Pero ¡qué deducciones ha hecho, Señor! Vino cuando usted se marchó, y durante la comida habló tanto, que yo no pude hacer otra cosa que abrir los brazos para expresar mi asombro. «¡Qué ocurrencia! ‑pensaba‑. ¡Señor! ¡Dios mío!» Le envió usted, ¿verdad… ? Pero siéntese, amigo mío; siéntese, por el amor de Dios. ...

En la línea 3844
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑Sonia, yo soy un hombre de mal corazón. Tenlo en cuenta, pues esto explica muchas cosas. Precisamente porque soy malo he venido en tu busca. Otros no lo habrían hecho, pero yo… yo soy un miserable y un cobarde. En fin, no es esto lo que ahora importa. Tengo que hablarte de ciertas cosas y no me siento con fuerzas para empezar. ...

En la línea 1401
del libro El jugador
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... —Sí, desdichado; ahora que es usted un hombre perdido se lo puedo decir. Aún más, puedo asegurarle que le ama todavía, a pesar de que está usted aquí. ¡Está usted perdido! Antes no era malo, poseía aptitudes, hubiera podido ser útil a su patria, que tan necesitada está de hombres inteligentes. Pero usted no se moverá de aquí y arruina su vida. No le censuro. En mi opinión, todos los rusos están cortados por su mismo patrón. Cuando no es la ruleta, es otra cosa por el estilo. Las experiencias son muy raras. Usted no es el primero en desconocer la nobleza del trabajo —no hablo de vuestro pueblo—. La ruleta… es un juego esencialmente ruso. Hasta ahora ha sido usted honrado y ha preferido más ser criado que ladrón… Pero tiemblo al pensar lo que puede ocurrir el día de mañana. ¡Basta, adiós! ¿Necesita dinero? Tome diez luises. No le doy más, pues de todos modos los perderá. ¡Tómelos y digámonos adiós! ...

En la línea 307
del libro Fantina Los miserables Libro 1
del afamado autor Victor Hugo
... ¿Puede la naturaleza humana transformarse así completamente? Al hombre, creado bueno por Dios, ¿puede hacerlo malo el hombre? ¿Puede el destino modificar el alma completamente, y hacerla mala porque es malo el destino? ¿No hay en toda alma humana, no había en el alma de Jean Valjean en particular, una primera chispa, un elemento divino, incorruptible en este mundo, inmortal en el otro, que el bien puede desarrollar, encender, purificar, hacer brillar esplendorosamente, y que el mal no puede nunca apagar del todo? ...

En la línea 307
del libro Fantina Los miserables Libro 1
del afamado autor Victor Hugo
... ¿Puede la naturaleza humana transformarse así completamente? Al hombre, creado bueno por Dios, ¿puede hacerlo malo el hombre? ¿Puede el destino modificar el alma completamente, y hacerla mala porque es malo el destino? ¿No hay en toda alma humana, no había en el alma de Jean Valjean en particular, una primera chispa, un elemento divino, incorruptible en este mundo, inmortal en el otro, que el bien puede desarrollar, encender, purificar, hacer brillar esplendorosamente, y que el mal no puede nunca apagar del todo? ...

En la línea 1130
del libro Fantina Los miserables Libro 1
del afamado autor Victor Hugo
... - ¡Vos sois muy malo, señor! Eso es lo que quería decir y no sabía cómo. Yo no he robado nada, soy un hombre que no come todos los días. Venía de Ailly, iba por el camino después de una tempestad que había asolado el campo. Al lado del camino encontré una rama con manzanas en el suelo, y la recogí sin saber que me traería un castigo: Hace tres meses que estoy preso y que me interrogan. No sé qué decir; se habla contra mí; se me dice ¡responde! El gendarme, que es un buen muchacho, me da con el codo y me dice por lo bajo: contesta. Yo no sé explicarme; no he hecho estudios; soy un pobre. No he robado; recogí cosas del suelo. Habláis de Jean Valjean, de Jean Mathieu, yo no los conozco; serán aldeanos. Yo trabajé con el señor Baloup. Me llamo Champmathieu. Sois muy listos al decirme donde he nacido, pues yo lo ignoro; porque no todos tienen una casa para venir al mundo, eso sería muy cómodo. Creo que mi padre y mi madre andaban por los caminos y no sé nada más. Cuando era niño me llamaban Pequeño, ahora me llama Viejo. Estos son mis nombres de bautismo. Tomadlo como queráis, que he estado en Auvernia, que he en Faverolles, ¡qué sé yo! ¿Es imposible estado en Auvernia y en Faverolles sin haber estado antes en presidio? Os digo que no he robado y que soy el viejo Champmathieu, y que he vivido en casa del señor Baloup. Me estáis aburriendo con vuestras tonterías. ¿Por qué estáis tan enojados conmigo? ...

En la línea 1085
del libro Un viaje de novios
del afamado autor Emilia Pardo Bazán
... En cuanto a Perico, escondió la cabeza entre las manos, y murmuró más de tres docenas de «Jesús, Jesús… Válgame Dios, válgame Dios… Qué desgracia, qué desgracia… » y aún debo añadir, en honra de la sensibilidad del insigne pollo, que se demudó bastante su rostro, y pugnaron por asomar a sus lagrimales, y asomaron al fin, unas cuantas gotas de eso que los poetas llaman rocío del alma. No quise omitir estos pormenores, a fin de que no se crea que Perico era malo, siendo así, que de investigaciones y curiosos datos estadísticos resulta que aún valía más que las dos terceras partes de la prole de Adán. Triste y mustio de veras, se dejó conducir por Miranda a su cuarto, y es cosa averiguada también, que en todo el curso de aquel día no entraron en su cuerpo más alimentos que dos tazas de té y un huevo pasado por agua, que la extrema debilidad le obligó a sorber, entrada ya la noche. ...

En la línea 1635
del libro Julio Verne
del afamado autor La vuelta al mundo en 80 días
... Algunas horas transcurrieron. El tiempo era muy malo y el frío excesivo. Fix, sentado en un banco de la estación, permanecía inmóvil hasta el punto de parecer dormido. Mistress Aouida, a pesar de la nevada, salía a cada momento del cuarto que estaba a su disposición. Llegaba hasta lo último del andén, tratando de penetrar la bruma con su vista y procurando escuchar sí se percibía algún ruido. Pero nada. Aterida por el frío, volvía a su aposento para volver a salir algunos momentos más tarde, y siempre inútilmente. ...

En la línea 1771
del libro Julio Verne
del afamado autor La vuelta al mundo en 80 días
... El 13 doblaron la punta del banco de Terranova, paraje muy malo en invierno, sobre todo cuando las brumas son frecuentes y los chubascos temibles. Desde la víspera, el barómetro, que bajó bruscamente, daba indicios de un próximo cambio en la atmósfera. Durante la noche, la temperatura se modificó y el frío fue más intenso, saltando al propio tiempo el viento al Sureste. ...


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Malo en la wikipedia.
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