La palabra Juguete ha sido usada en la literatura castellana en las siguientes obras.
La Regenta de Leopoldo Alas «Clarín»
El Señor de Leopoldo Alas «Clarín»
Fortunata y Jacinta de Benito Pérez Galdós
Niebla de Miguel De Unamuno
Sandokán: Los tigres de Mompracem de Emilio Salgàri
Por tanto puede ser considerada correcta en Español.
Puedes ver el contexto de su uso en libros en los que aparece juguete.
Estadisticas de la palabra juguete
Juguete es una de las 25000 palabras más comunes del castellano según la RAE, en el puesto 10986 según la RAE.
Juguete aparece de media 6.88 veces en cada libro en castellano.
Esta es una clasificación de la RAE que se basa en la frecuencia de aparición de la juguete en las obras de referencia de la RAE contandose 1046 apariciones .
Errores Ortográficos típicos con la palabra Juguete
Cómo se escribe juguete o guguete?
Cómo se escribe juguete o jujuete?

la Ortografía es divertida

El Español es una gran familia
Algunas Frases de libros en las que aparece juguete
La palabra juguete puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 9512
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Se merendaba casi siempre al aire libre, contemplando allá abajo el caserío parduzco de Vetusta; la catedral parecía desde allí hundida en un pozo, y muy chiquita; esbelta, pero como un juguete; detrás el humo de las fábricas en la barriada de los obreros en el campo del Sol, y más allá los campos de maíz, ahora verdes con el alcacer, los prados, los bosques de castaños y robles. ...
En la línea 12049
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Yo no soy un juguete. ...
En la línea 10
del libro El Señor
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Su juguete único era su altar, que era su orgullo. ...
En la línea 1195
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Púsose Jacinta muy contenga. Había realizado su antojo; ya tenía su juguete. Aquello podría ser muy bien una niñería; pero ella tenía sus razones para obrar así. El plan que concibió para presentar al Pituso a la familia e introducirlo en ella, revelaba cierta astucia. Pensó que nada debía decir por el pronto al Delfín. Depositaría su hallazgo en casa de su hermana Candelaria hasta ponerle presentable. Después diría que era un huerfanito abandonado en las calles, recogido por ella… ni una palabra referente a quién pudiera ser la mamá ni menos el papá de tal muñeco. Todo el toque estaba en observar la cara que pondría Juan al verle. ¿Diríale algo la voz misteriosa de la sangre? ¿Reconocería en las facciones del pobre niño las de… ? Al interés dramático de este lance sacrificaba Jacinta la conveniencia de los procedimientos propios de tal asunto. Imaginándose lo que iba a pasar, la turbación del infiel, el perdón suyo, y mil cosas y pormenores novelescos que barruntaba, producíase en su alma un goce semejante al del artista que crea o compone, y también un poco de venganza, tal y como en alma tan noble podía producirse esta pasión. ...
En la línea 1695
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Maximiliano bajó la escalera como la baja uno cuando tiene ocho años y se le ha caído el juguete de la ventana al patio. Llegó sin aliento al portal, y allí dudó si debía tomar a la derecha o a la izquierda de la calle. El corazón le dijo que fuera hacia la calle de San Marcos. Apretó el paso pensando que Fortunata no debía de andar muy a prisa y que la alcanzaría pronto. «¿Será aquella?». Creyó ver la toquilla azul; pero al acercarse notó que no era la nube de su cielo. Cuando veía una mujer que pudiera ser ella, acortaba el paso por no aproximarse demasiado, pues acercándose mucho no eran tan misteriosos los encantos del seguimiento. Anduvo calles y más calles, retrocedió, dio vueltas a esta y la otra manzana, y la dama nocturna no parecía. Mayor desconsuelo no sintió en su vida. Si la encontrara era capaz hasta de hablarle y decirle algún amoroso atrevimiento. Se agitó tanto en aquel paseo vagabundo, que a las once ya no se podía tener en pie, y se arrimaba a las paredes para descansar un rato. Irse a su casa sin encontrarla y darse un buen trote con ella… a distancia de treinta pasos, dábale mucha tristeza. Pero al fin se hizo tan tarde y estaba tan fatigado, que no tuvo más remedio que coger el tranvía de Chamberí y retirarse. Llegó y se acostó, deseando apagar la luz para pensar sobre la almohada. Su espíritu estaba abatidísimo. Asaltáronle pensamientos tristes, y sintió ganas de llorar. Apenas durmió aquella noche, y por la mañana hizo propósito de ir al hotel de Feliciana en cuanto saliera de clase. ...
En la línea 1286
del libro Niebla
del afamado autor Miguel De Unamuno
... –Oh, no, es la fatalidad, no es más que la fatalidad; somos juguete de ella. ¡Es una desgracia! ...
En la línea 1014
del libro Sandokán: Los tigres de Mompracem
del afamado autor Emilio Salgàri
... ¿Qué pretendía el Tigre de la Malasia? ¿Intentar el desembarco en aquella chalupa, mísero juguete para las tremendas olas? Los hombres se miraron llenos de ansiedad, pero se apresuraron a obedecer. A fuerza de brazo izaron la chalupa sobre la borda, después de haber puesto dentro dos carabinas, municiones y víveres. ...
Más información sobre la palabra Juguete en internet
Juguete en la RAE.
Juguete en Word Reference.
Juguete en la wikipedia.
Sinonimos de Juguete.
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