Cómo se escribe.org.es

La palabra insomnio
Cómo se escribe

la palabra insomnio

La palabra Insomnio ha sido usada en la literatura castellana en las siguientes obras.
La Barraca de Vicente Blasco Ibañez
Los tres mosqueteros de Alejandro Dumas
Fortunata y Jacinta de Benito Pérez Galdós
Fantina Los miserables Libro 1 de Victor Hugo
Un viaje de novios de Emilia Pardo Bazán
Por tanto puede ser considerada correcta en Español.
Puedes ver el contexto de su uso en libros en los que aparece insomnio.

Estadisticas de la palabra insomnio

Insomnio es una de las 25000 palabras más comunes del castellano según la RAE, en el puesto 7116 según la RAE.

Insomnio aparece de media 11.95 veces en cada libro en castellano.

Esta es una clasificación de la RAE que se basa en la frecuencia de aparición de la insomnio en las obras de referencia de la RAE contandose 1817 apariciones .

Errores Ortográficos típicos con la palabra Insomnio

Cómo se escribe insomnio o hinsomnio?
Cómo se escribe insomnio o inzomnio?

Más información sobre la palabra Insomnio en internet

Insomnio en la RAE.
Insomnio en Word Reference.
Insomnio en la wikipedia.
Sinonimos de Insomnio.

Algunas Frases de libros en las que aparece insomnio

La palabra insomnio puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 1699
del libro La Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Los primeros perfumes de la naciente primavera se extendieron por el cuarto, que olía a medicinas, y cuyo ambiente, pesadísimo, parecía cargado de insomnio y suspiros. ...

En la línea 1837
del libro La Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Teresa y su hija, rendidas por el llanto, agotada la energía después de tantas noches de insomnio, habían acabado por quedar inertes, cayendo sobre aquella cama que aún conservaba la huella del pobre niño. ...

En la línea 2313
del libro La Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... El herido parecía estar mejor; los chicos, con los ojos enrojecidos por el insomnio, permanecían inmóviles en el corral, sentados sobre el estiércol, siguiendo con atención estúpida todos los movimientos de los animales encerrados allí. ...

En la línea 6448
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... D'Artagnan lanzó una mirada curiosa sobre Milady; estaba pálid y tenía los ojos fatigados, bien por las lágrimas, bien por el insomnio Se había disminuido adrede el número habitual de luces, y sin embargo, la joven no podía llegar a ocultar las marcas de la f iebre que la había devorado desde hacía dos días. ...

En la línea 9104
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... El joven estaba aún más pálido que de costumbre, y sus ojos en rojecidos por el insomnio indicaban q ue había pasado una noche febril. ...

En la línea 9332
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... Yo estaba rota de fatiga; el insomnio quemaba mis ojos; no me había atrevido a dormir ni un solo instante: el día me tranquilizó, fui a echarme sobre mi cama sin abandonar el cuchillo libe rador que oculté bajo mi almohada. ...

En la línea 4975
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... En la soledad de su alcoba, encontrose mi hombre más dueño de sí mismo, habiendo vencido aquella turbación inexplicable con que saliera de la casa de Santa Cruz. Despidió a su criado, después de quitarse la ropa, y envuelto en su bata se tendió en el sofá. En aquellas tristes horas engañaba el insomnio paseándose a ratos por la habitación, a ratos echado y descabezando un ligero intranquilo sueño. Acudían entonces a su memoria las acciones e imágenes de aquel día o de los anteriores, a veces las de fechas muy remotas y que no tenían relación alguna con su situación presente. Aquella noche, cosa rara, apenas salió el ayuda de cámara, Moreno se quedó profundamente dormido en el sofá, sin soñar nada; pero despertó a la media hora, no pudiendo apreciar el tiempo que su letargo durara. Al despertar huyó de tal modo el sueño de su cerebro y hallábase tan inquieto, que ni siquiera admitía como probable la idea de dormir. A la manera que el jugador saca las piezas del ajedrez y las va poniendo sobre el tablero de casillas blancas y negras, así fue sacando sus ideas. Tenía por pareja a sí mismo en aquel juego… «Adelante un peón». ...

En la línea 1175
del libro Fantina Los miserables Libro 1
del afamado autor Victor Hugo
... Principiaba a apuntar el día. Fantina había pasado una noche de fiebre e insomnio, pero llena de dulces esperanzas; era de mañana cuando se durmió. Sor Simplicia, encargada de cuidarla, pasó con ella toda la noche y, al dormirse la paciente, fue al laboratorio a preparar una dosis de quinina. De pronto volvió la cabeza y dio un grito. El señor Magdalena había entrado silenciosamente y estaba delante de ella. ...

En la línea 1114
del libro Un viaje de novios
del afamado autor Emilia Pardo Bazán
... Descendía rápidamente el sol a su ocaso, caía sobre el jardín la sombra; Sardiola, el lebrel fidelísimo que había dado el ladrido de alarma, no estaba ya allí. Lucía miró en torno suyo con ojos vagos, y llevose las manos a la garganta oprimida. Después convirtió la vista a la fachada, cual si sus macizos muros pudiesen por mágico arte volverse cristal y trasparentar lo que en su interior guardaban. Quedose fascinada, sofocando un grito antes que naciera. La puerta del comedor estaba entornada. Cosa era esta que sucedía muchas tardes, siempre que al ama Engracia se le ocurría tomar el fresco un rato en el umbral charlando con Sardiola; pero en tal instante Lucía sintió que la puerta entreabierta la penetraba de terror glacial y de ardiente júbilo a un tiempo. Su cerebro, vacío de ideas, sólo encerraba un sonsonete monótono y cadencioso, repitiendo como la péndola de un horario: «Vino esta mañana, se va esta noche… » Y al fin la repetición la irritaba de tal manera, que sólo oía la palabra «noche, noche, noche», palabra que parecía vibrar, como esos puntos luminosos que se ven en las tinieblas, durante el insomnio, y que se acercan y se alejan, sin movimiento de traslación, por el mero sacudimiento de sus moléculas. Apretose las sienes como para detener la tenaz péndola, y lentamente, paso a paso, se encaminó al vestíbulo de casa de Artegui. Al poner el pie en el primer peldaño de la escalera, la música zumbadora de la sangre le cantaba en los oídos, como un coro de cien moscardones. Parece que le decía: ...


El Español es una gran familia


la Ortografía es divertida

Busca otras palabras en esta web

Palabras parecidas a insomnio

La palabra quisiera
La palabra intento
La palabra animar
La palabra peregrinaciones
La palabra valor
La palabra bandadas
La palabra guardaban

Webs Amigas:

Ciclos Fp de Automoción en Barcelona . Guia Versalles Paris . Guia de la Herradura . - Benalmádena Hotel Holiday Polynesia