La palabra Homenaje ha sido usada en la literatura castellana en las siguientes obras.
La Regenta de Leopoldo Alas «Clarín»
A los pies de Vénus de Vicente Blasco Ibáñez
El paraíso de las mujeres de Vicente Blasco Ibáñez
El príncipe y el mendigo de Mark Twain
Por tanto puede ser considerada correcta en Español.
Puedes ver el contexto de su uso en libros en los que aparece homenaje.
Estadisticas de la palabra homenaje
Homenaje es una de las palabras más utilizadas del castellano ya que se encuentra en el Top 5000, en el puesto 2556 según la RAE.
Homenaje tienen una frecuencia media de 37.32 veces en cada libro en castellano
Esta clasificación se basa en la frecuencia de aparición de la homenaje en 150 obras del castellano contandose 5672 apariciones en total.
Errores Ortográficos típicos con la palabra Homenaje
Cómo se escribe homenaje o homenage?
Cómo se escribe homenaje o omenaje?
Algunas Frases de libros en las que aparece homenaje
La palabra homenaje puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 2534
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Don Saturnino Bermúdez había recibido más de una vez el homenaje de una admiración prudente en aquel círculo de señores respetables. ...
En la línea 5466
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... No había estera ni alfombra, a no contar la que rendía homenaje al sofá; era de moqueta y representaba un canastillo de rosas encarnadas, verdes y azules. ...
En la línea 13024
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... ¡Sí, sí, era su padre, aquel padre que había llorado ella con lágrimas del corazón, el que decía que la religión es un homenaje interior del hombre a Dios, a un Dios que no podemos imaginar como es, y que no es como dicen las religiones positivas, sino mucho mejor, mucho más grande!. ...
En la línea 366
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Al ceñirse la tiara Alfonso de Borja, sólo vio en el rey de Nápoles un monarca inferior a él. Además, era su vasallo, por considerar la Iglesia dicho reino propiedad suya, pudiendo dar o quitar su corona. El mismo, cuando era simple jurisconsulto y vivía en Nápoles al lado del rey Alfonso, había dicho a éste repetidas veces que prestase homenaje al Papa de entonces, como feudatario de la Iglesia. ...
En la línea 793
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... En el atardecer del mismo día de la elección, los conservadores de Roma, nombre que se daba entonces a sus ediles, juntos con los ciudadanos más distinguidos de la ciudad, en número de ochocientos, se dirigieron a caballo y con antorchas a la residencia papal, para prestar homenaje al nuevo Pontífice. En las calles llameaban alegres fogatas. El pueblo daba gritos aclamando al antiguo cardenal de Valencia. ...
En la línea 801
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... El resto de Italia se unía al entusiasmo de Roma. En Milán y Florencia hubo grandes regocijos públicos para celebrar el advenimiento del Papa español. Pudo influir en Milán el hecho de ser el cardenal Ascanio Sforza pariente del soberano milanos y gran amigo del nuevo Pontífice; pero Florencia se asoció Igualmente a dicho homenaje, y hasta en la República de Génova, patria de su enemigo Rovere, todos los que no eran partidarios de la mencionada familia recordaron con gratitud a Calixto III, saludando la elección de su sobrino. En Alemania afirmaban los cronistas que «el mundo tenia mucho que esperar de las virtudes del nuevo Pontífice», y el regente de Suecia le envió embajadores con un regalo de caballos magníficos y preciosas pieles. ...
En la línea 950
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Y mientras permanecía con el espinazo doblado, y Momaren, rojo de emoción, miraba a unos y a otros para convencerse de que todos se daban cuenta de tan enorme homenaje, dos matronas barbudas murmuraron bajo sus velos: ...
En la línea 1263
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Su rostro, único en el mundo, le sonreía encuadrado por los velos, agradeciendo como un homenaje su extraordinaria sorpresa. Pero inmediatamente pensó que, aunque miss Margaret no era de gran estatura, jamás habría podido él mantenerla sobre una de sus manos, como si fuese un objeto de bolsillo. No podía ser miss Margaret, y siguiendo una deducción lógica, descubrió que la que tenía ante sus ojos era simplemente Popito. ...
En la línea 1425
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Iba vestida con un traje de escamas metálicas muy ajustado a sus formas exuberantes, y pareció satisfecha del asombro del gentleman, viendo en él un homenaje a su nueva categoría y al embellecimiento que le proporcionaba el uniforme. Con una concisión verdaderamente guerrera, dio cuenta a Gillespie de todo lo ocurrido. ...
En la línea 543
del libro El príncipe y el mendigo
del afamado autor Mark Twain
... Comenzó el grave asunto del vestirse, y un cortesano tras otro fueron arrodillándose para rendir homenaje y, ofrecer al niño rey su pésame por la irreparable pérdida, mientras seguían vistiéndole. Al principio el Primer Escudero del Servicio tomó una camisa, que pasó al Primer Lord de las Jaurías, quien la pasó al Guarda Mayor del Bosque de Windsor, quien la pasó al Tercer Lacayo de la Estola, quien la pasó al Canciller Real del Ducado de Lancaster, quien la pasó al Jefe del Guardarropa, quien la pasó a uno de los heraldos, quien la pasó al Condestable de la Torre, quien la pasó al Mayordomo Jefe de servicio, quien la pasó al Gran Mantelero Hereditario, quien la pasó al Lord Gran Almirante de Inglaterra, quien la pasó al Arzobispo de Canterbury, quien la pasó al Primer Lord de la Cámara, el cual tomó lo que quedaba de ella y se lo puso a Tom. ¡Pobre muchachito!, la escena le recordó la cuerda de cubos en un incendio. ...
En la línea 617
del libro El príncipe y el mendigo
del afamado autor Mark Twain
... El tercer día del reinado de Tom Canty llegó y transcurrió lo mismo que los otros; pera en cierto modo se despejó un algo la nube que envolvía al niño, el cual se sintió menos incómodo que al principio. Iba poco a poco acostumbrándose a las circunstancias y al medio que le rodeaba. Dolíanle aún sus cadenas, pero no constantemente, y se daba cuenta de que la presencia y el homenaje de los grandes le afligían y turbaban menos cada hora que pasaba. ...
En la línea 979
del libro El príncipe y el mendigo
del afamado autor Mark Twain
... –Mi homenaje y mi saludo, reverendo señor. ¿Donde está el muchacho… , mi muchacho? ...
En la línea 1308
del libro El príncipe y el mendigo
del afamado autor Mark Twain
... El temible sir Hugo hizo dar vuelta a su caballo y, al apretar el paso, el muro viviente se dividió silenciosamente para abrirle paso, y tan silenciosamente se juntó de nuevo. Y así permaneció; ninguno llegó tan lejos como para aventurar una observación en favor del prisionero ni en alabanza, suya; mas no importaba: la ausencia de insultos era de por sí suficiente homenaje. Un recién llegado que no estaba al tanto de las circunstancias y que lanzó una burla al 'impostor', y estaba a punto de continuarla arrojándole un gato muerto, fue inmediatamente derribado y echado a puntapiés, sin palabra alguna, y luego el profundo silencio reinó de nuevo. ...

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Más información sobre la palabra Homenaje en internet
Homenaje en la RAE.
Homenaje en Word Reference.
Homenaje en la wikipedia.
Sinonimos de Homenaje.
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