La palabra Formaron ha sido usada en la literatura castellana en las siguientes obras.
La Bodega de Vicente Blasco Ibañez
La Biblia en España de Tomás Borrow y Manuel Azaña
Fortunata y Jacinta de Benito Pérez Galdós
Veinte mil leguas de viaje submarino de Julio Verne
Por tanto puede ser considerada correcta en Español.
Puedes ver el contexto de su uso en libros en los que aparece formaron.
Estadisticas de la palabra formaron
Formaron es una de las 25000 palabras más comunes del castellano según la RAE, en el puesto 9275 según la RAE.
Formaron aparece de media 0.09 veces en cada libro en castellano.
Esta es una clasificación de la RAE que se basa en la frecuencia de aparición de la formaron en las obras de referencia de la RAE contandose 13 apariciones .
Errores Ortográficos típicos con la palabra Formaron
Cómo se escribe formaron o forrmarron?

la Ortografía es divertida

El Español es una gran familia
Algunas Frases de libros en las que aparece formaron
La palabra formaron puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 794
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Bajo la luz esplendorosa del sol comenzaron a brillar, como pinceladas rojas y opacas, las llamas de la cera. Se formaron en dos filas los jornaleros, y guiados por el señor Fermín, emprendieron una marcha lenta, viña abajo. ...
En la línea 2026
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Conforme avanzaban, marchando lentamente, ni el oficial ni los soldados hacían el menor caso de los gritos de la multitud, que, agolpándose en torno suyo, no cesaba de vociferar: «¡Viva la Constitución!»; todo lo más respondían con alguna ojeada hostil; y marcharon, fruncidas las cejas y apretados los dientes, hasta llegar frente al pelotón de caballería, donde hicieron alto y formaron las filas. ...
En la línea 1037
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Jacinta y Rafaela subieron. La criada llevaba un lío de cosas, dádivas que la señora traía a los menesterosos de aquella pobrísima vecindad. Las mujeres salían a sus puertas movidas de la curiosidad; empezaba el chismorreo, y poco después, en los murmurantes corros que se formaron, circulaban noticias y comentos: «A la señá Nicanora le ha traído un mantón borrego, al tío Dido un sombrero y un chaleco de Bayona, y a Rosa le ha puesto en la mano cinco duros como cinco soles… ». —«A la baldada del número 9 le ha traído una manta de cama, y a la señá Encarnación un aquel de franela para la reuma, y al tío Manjavacas un ungüento en un tarro largo que lo llaman pitofufito… sabe, lo que le di yo a mi niña el año pasado, lo cual no le quitó de morírseme… ».—«Ya estoy viendo a Manjavacas empeñando el tarro o cambiándolo por gotas de aguardiente… ».—«Oí que le quiere comprar el niño a señó Pepe, y que le da treinta mil duros… y le hace gobernaor… ».—«¿Gobernaor de qué?… ». —«Paicen bobas… pues tiene que ser de las caballerizas repoblicanas… ». ...
En la línea 1997
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... El muchacho se sentó en la silla que junto a la cama estaba, y apoyando el codo en esta, aguantó el achuchón, sin mirar a su juez. Tenía un palillo entre los dientes, y lo llevaba de un lado para otro de la boca con nerviosa presteza. Ya se le había quitado el gran temor que la hermana de su padre le infundía. Como ciertos cobardes se vuelven valientes desde que disparan el primer tiro, Maximiliano, una vez que rompió el fuego con la hombrada de aquella mañana, sentía su voluntad libre del freno que le pusiera la timidez. Dicha timidez era un fenómeno puramente nervioso, y en ella tenían no poca parte también sus rutinarios hábitos de subordinación y apocamiento. Mientras no hubo en su alma una fuerza poderosa, aquellos hábitos y la diátesis nerviosa formaron la costra o apariencia de su carácter; pero surgió dentro la energía, que estuvo luchando durante algún tiempo por mostrarse, rompiendo la corteza. La timidez o falsa humildad endurecía esta, y como la energía interior no encontraba un auxilio en la palabra, porque la sumisión consuetudinaria y la cortedad no le habían permitido educarla para discutir, pasaba tiempo sin que la costra se rompiera. Por fin, lo que no pudieron hacer las palabras, lo hizo un acto. Roto el cascarón, Maximiliano se encontró más valiente y dispuesto a medirse con la fiera. Lo que antes era como levantar una montaña, parecíale ya como alzar del suelo un pañuelo. ...
En la línea 1103
del libro Veinte mil leguas de viaje submarino
del afamado autor Julio Verne
... Cuando el Nautilus emergió a la superficie pude ver en todo su desarrollo la isla de Clermont Tonnerre, baja y boscosa. Sus rocas madrepóricas fueron evidentemente fertilizadas por las lluvias y tempestades. Un día, alguna semilla arrebatada por el huracán a las tierras vecinas cayó sobre las capas calcáreas mezcladas con los detritus descompuestos de peces y de plantas marinas que formaron el mantillo. Una nuez de coco, llevada por las olas, llegó a estas nuevas costas. La semilla arraigó. El árbol creciente retuvo el vapor de agua. Nació un arroyo. La vegetación se extendió poco a poco. Algunos animales, gusanos, insectos, llegaron sobre troncos arrancados a las islas por el viento. Las tortugas vinieron a depositar sus huevos. Los pájaros anidaron en los jóvenes árboles. De esa forma, se desarrolló la vida animal y, atraído por la vegetación y la fertilidad, apareció el hombre. Así se formaron estas islas, obras inmensas de animales microscópicos. ...
En la línea 1103
del libro Veinte mil leguas de viaje submarino
del afamado autor Julio Verne
... Cuando el Nautilus emergió a la superficie pude ver en todo su desarrollo la isla de Clermont Tonnerre, baja y boscosa. Sus rocas madrepóricas fueron evidentemente fertilizadas por las lluvias y tempestades. Un día, alguna semilla arrebatada por el huracán a las tierras vecinas cayó sobre las capas calcáreas mezcladas con los detritus descompuestos de peces y de plantas marinas que formaron el mantillo. Una nuez de coco, llevada por las olas, llegó a estas nuevas costas. La semilla arraigó. El árbol creciente retuvo el vapor de agua. Nació un arroyo. La vegetación se extendió poco a poco. Algunos animales, gusanos, insectos, llegaron sobre troncos arrancados a las islas por el viento. Las tortugas vinieron a depositar sus huevos. Los pájaros anidaron en los jóvenes árboles. De esa forma, se desarrolló la vida animal y, atraído por la vegetación y la fertilidad, apareció el hombre. Así se formaron estas islas, obras inmensas de animales microscópicos. ...
Más información sobre la palabra Formaron en internet
Formaron en la RAE.
Formaron en Word Reference.
Formaron en la wikipedia.
Sinonimos de Formaron.
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