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La palabra femeniles
Cómo se escribe

la palabra femeniles

La palabra Femeniles ha sido usada en la literatura castellana en las siguientes obras.
La Bodega de Vicente Blasco Ibañez
El paraíso de las mujeres de Vicente Blasco Ibáñez
Un viaje de novios de Emilia Pardo Bazán
Por tanto puede ser considerada correcta en Español.
Puedes ver el contexto de su uso en libros en los que aparece femeniles.

Estadisticas de la palabra femeniles

La palabra femeniles no es muy usada pues no es una de las 25000 palabras más comunes del castellano según la RAE

Errores Ortográficos típicos con la palabra Femeniles

Cómo se escribe femeniles o femenilez?


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El Español es una gran familia

Algunas Frases de libros en las que aparece femeniles

La palabra femeniles puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 956
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... La gente estaba lo mismo, como si el líquido se hubiera derramado en el suelo: solamente el tocador rasgueaba con más fuerza y los demás batían palmas con una agitación loca, gritando a un tiempo para jalear al viejo bailarín. El respetable padre de las _Moñotieso_, abriendo la boca desdentada y negra con femeniles gritos, movía sus caderas descarnadas, hundiendo el vientre para hacer surgir con mayor relieve la parte opuesta. Sus mismas hijas celebraban con grandes risotadas estos alardes de una vejez envilecida. ...

En la línea 585
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Descendieron los barberos de la cabeza del gigante, declarando terminada la operación. La caballería dio una carga para ensanchar el trozo de terreno libre y que el Hombre-Montaña pudiera levantarse, volviendo a su vivienda sin aplastar a los curiosos. Así terminó el trabajo barberil, y la muchedumbre empezó a retirarse satisfecha de lo que había visto y proponiéndose volver a presenciarlo tan pronto como lo anunciasen los periódicos. Comió Gillespie a mediodía, sin que el profesor Flimnap apareciese sobre su mesa. Varias veces giró su vista en torno, buscando al hombrecito de vestiduras femeniles que tan semejante era a él. Alcanzó a distinguir en diversos lugares de la Galería, entre los esclavos ligeros de ropas que formaban su servidumbre, otros varones encargados de labores menos rudas y que iban con trajes de mujer, lo mismo que el protegido del profesor Flimnap. Pero sentado a la mesa como estaba, por mas que puso la lente aumentadora ante uno de sus ojos, no pudo reconocer al tal joven en ninguno de los hombres envueltos en velos que pasaban por cerca de el, ni tampoco entre los que se movían en el fondo del edificio, donde estaban las enormes despensas para su manutención. ...

En la línea 590
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Pudo ver entonces con dimensiones agrandadas, casi del tamaño de un hombre de su especie, a este pigmeo tan interesante para el. Era, efectivamente, un Edwin Gillespie igual al que meses antes vivía en California, pero grotescamente disfrazado con vestiduras femeniles. El gigante, después de contemplar tan maravillosa semejanza, dejó sobre su mesa la gran rodaja de cristal y puso un gesto severo, como si pretendiese intimidar al hombrecillo. ...

En la línea 711
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Los enamorados, al verse protegidos por esta muralla de carne y de lienzo, sin miedo ya a la curiosidad del cortejo universitario, corrieron el uno hacia el otro. El hombre echo atrás sus velos femeniles. Efectivamente, era Ra-Ra. Los dos se abrazaron y empezaron a besarse, sin prestar atención al grupo de atletas, que presenciaban sus arrebatos con impasible estupidez. ...

En la línea 846
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Las palabras de Popito hicieron que Ra-Ra saliese de su abstracción. Tomo un aspecto de inspirado, de conductor de muchedumbres, una actitud heroica, que contrastaba con sus vestiduras femeniles. ...

En la línea 686
del libro Un viaje de novios
del afamado autor Emilia Pardo Bazán
... -Miranda… ¡Ah! ¡Conque es usted la señora, la señora de Aurelio Miranda! -repitió, sin ocurrirsele decir más. Pero, discretamente indicadas, le bullían en los labios las preguntas de tal modo, que Artegui se impuso la penitencia de narrarle todo la acaecido de pe a pa. Escuchaba él, refrenando con su práctica del mundo, la risa maliciosa que le asomaba a las facciones. Era evidente que al mozo calaverilla le divertía infinito el cómico percance conyugal del calaverón rancio. Un rayo de sol vergonzante rompía las pardas nubes, y recortaba sobre el fondo obscuro la cabeza linfática, rubia, la tez pecosa, las facciones delicadas, pero no exentas de rasgos característicos, del mancebo. Sus manos blancas y femeniles atormentaban la cadena de acero del reloj, y en el meñique de una de ellas rojeaba grueso carbunclo, al lado de otro aro inocente, sortija de colegiala, sobrado estrecha para el dedo, una crucecica de perlas sobre un círculo de oro. ...

En la línea 890
del libro Un viaje de novios
del afamado autor Emilia Pardo Bazán
... Por la parte de las vidrieras, que caían a la azotea del Casino, veíase, en efecto, un rostro de pisaverde, imberbe casi, destacándose entre la blancura de porcelana de primorosa camisa y nívea corbata de batista, cuyo triángulo cerraba una de esas ágatas llamadas ojo de gato, a que dio tan fabuloso valor el capricho de los elegantes de dos o tres años acá. Traje de mañana de un gris humo suave y exquisito, hongo de finísimo castor, una flor de gardenia en el ojal, guantes de gamuza flamantitos, tal era el atavío del indiscreto que así registraba el salón de Damas. Advertíase en su tipo mezcla singular de debilidad y fuerza, cuerpo de sietemesino y músculos de Hércules. La gimnasia, la esgrima, la equitación, la caza, debían haber endurecido aquel organismo que la Naturaleza hiciera endeble, enteco casi. La estatura era corta; los miembros delicados y femeniles; pero la musculatura, de acero. Conocíase esto en el modo de caerle la ropa, en no sé qué corte viril de las rodillas y los hombros; además, se traslucía en aquel hombre la altiva superioridad que dan juntamente la riqueza, el nacimiento y el hábito de ser obedecido. ...

Más información sobre la palabra Femeniles en internet

Femeniles en la RAE.
Femeniles en Word Reference.
Femeniles en la wikipedia.
Sinonimos de Femeniles.

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