La palabra Eternos ha sido usada en la literatura castellana en las siguientes obras.
Los tres mosqueteros de Alejandro Dumas
La Biblia en España de Tomás Borrow y Manuel Azaña
El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes Saavedra
A los pies de Vénus de Vicente Blasco Ibáñez
Crimen y castigo de Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
Un viaje de novios de Emilia Pardo Bazán
Por tanto puede ser considerada correcta en Español.
Puedes ver el contexto de su uso en libros en los que aparece eternos.
Estadisticas de la palabra eternos
Eternos es una de las 25000 palabras más comunes del castellano según la RAE, en el puesto 16758 según la RAE.
Eternos aparece de media 3.89 veces en cada libro en castellano.
Esta es una clasificación de la RAE que se basa en la frecuencia de aparición de la eternos en las obras de referencia de la RAE contandose 591 apariciones .

la Ortografía es divertida
Algunas Frases de libros en las que aparece eternos
La palabra eternos puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 5770
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... -Sed bienvenido, señor -dijo Milady con una voz cuya dulzura singular contrastaba con los síntomas de mal humor que acababa de observar D'Artagnan-, hoy habéis adquirido derechos eternos para mi gratitud. ...
En la línea 6606
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... El hombre construye murallas; también su Dueño; pero las murallas de Dios son los negros precipicios de Gibraltar y de Horneel, eternos, indestructibles, inaccesibles; las del hombre se escalan o las destruyen las olas, o el rayo o la pólvora las pulverizan. ...
En la línea 7265
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Es tradición entre ellos corriente que un viernes, a esa hora, sus eternos enemigos, los nazarenos, se apoderarán del país; por lo cual se mantienen apercibidos contra una sorpresa. ...
En la línea 7453
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Daránnos con abundantísima mano de su dulcísimo fruto las encinas, asiento los troncos de los durísimos alcornoques, sombra los sauces, olor las rosas, alfombras de mil colores matizadas los estendidos prados, aliento el aire claro y puro, luz la luna y las estrellas, a pesar de la escuridad de la noche, gusto el canto, alegría el lloro, Apolo versos, el amor conceptos, con que podremos hacernos eternos y famosos, no sólo en los presentes, sino en los venideros siglos. ...
En la línea 414
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Era de la raza de los eternos inquietos. Recordaba a Fausto yendo, anhelante, del deseo a la satisfacción del placer, y cuando estaba harto de placer, languidecía nuevamente, intentando tornar al deseo. Así también Tannhauser con el que le comparaba la bella Rosaura en sus horas de intimidad. ...
En la línea 1724
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Asaltaban los Orsinis las viviendas de los españoles para robarlas y quemarlas. Los Colonnas, sus eternos adversarios, olvidaban por unos días el odio secular para vengarse de César y sus amigos. ...
En la línea 3581
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... Sus mejillas enrojecían cada vez más, la ahogaba la rabia y parecía a punto de estallar. Algunos invitados reían disimuladamente: al parecer, les divertía la escena. No faltaban los que incitaban al de intendencia, hablándole en voz baja: eran los eternos cizañeros. ...
En la línea 1080
del libro Un viaje de novios
del afamado autor Emilia Pardo Bazán
... Aquella tarde Lucía bajó como de costumbre al jardín. Pero era tal el cansancio que sentían sus miembros y su espíritu, que recostando en el tronco del plátano la cabeza, quedose dormida. Empezó presto a soñar: y es lo raro del caso que no soñaba hallarse en lugar alguno nuevo ni desconocido, sino en el mismo sitio, en el jardinete; únicamente las caprichosas representaciones del sueño se lo convirtieron de chico y estrecho en enorme. Era el propio jardín, pero visto al través de una colosal lente de aumento. No se distinguía la verja sino a distancia fabulosa, como una hilera de puntos brillantes, allá en el horizonte; y tal aumento de proporciones acrecentaba la tristeza del mezquino jardín, haciéndolo parecer más bien seco y agostado erial. Recorriéndolo, fijaba Lucía la vista en la fachada correspondiente a la casa de Artegui, de una de cuyas ventanas salía una mano pálida que le hacía señas. ¿Era mano de hombre o de mujer? ¿era de vivo, o de cadáver? Lucía lo ignoraba; pero los misteriosos llamamientos de aquella diestra desconocida la atraían cada vez más, y corriendo, corriendo, trataba de acercarse a la casa; pero el erial se prolongaba, detrás de unas calles de arena venían otras, y después de andar horas y horas aún veía delante de sí larguísima hilera de plátanos entecos, cuyo fin no se divisaba, y la casa de Artegui más lejana que nunca. Y la mano hacía señas impacientes y furiosas, semejante a diestra de epiléptico que se agita en el aire: sus cinco dedos eran aspas incesantes en girar, y Lucía, desalentada, jadeante, iba a escape, y a cada plátano sucedía otro, y la casa lejos… lejos… «¡Necia de mi!» exclamaba al fin; «ya que corriendo no llego nunca… volaré.» Dicho y hecho: como se vuela tan aína en sueños, Lucía se empinaba y… ¡pim! al aire de un brinco. ¡Oh placer! ¡oh gloria! el erial quedaba debajo; surcaba la región ambiente, pura, serena, azul, y ya la casa no estaba lejos, y ya se acababan los eternos plátanos, y ya distinguía el cuerpo dueño de la mano… era un cuerpo esbelto sin delgadez, dignamente rematado por una cabeza varonil y melancólica… pero que entonces se sonreía cariñosamente, con expansión infinita… ¡Cómo volaba Lucía! ¡cómo respiraba a placer en la atmósfera serena! ánimo, poco falta… Lucía escuchaba el batir de sus propias alas, porque tenía alas; y el regalado frescor de las plumas le refrigeraba el corazón… Ya estaba cerca de la ventana… ...

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Más información sobre la palabra Eternos en internet
Eternos en la RAE.
Eternos en Word Reference.
Eternos en la wikipedia.
Sinonimos de Eternos.
Errores Ortográficos típicos con la palabra Eternos
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