La palabra Detenidamente ha sido usada en la literatura castellana en las siguientes obras.
La Barraca de Vicente Blasco Ibañez
La Biblia en España de Tomás Borrow y Manuel Azaña
El paraíso de las mujeres de Vicente Blasco Ibáñez
Fortunata y Jacinta de Benito Pérez Galdós
Veinte mil leguas de viaje submarino de Julio Verne
Crimen y castigo de Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
Por tanto puede ser considerada correcta en Español.
Puedes ver el contexto de su uso en libros en los que aparece detenidamente.
Estadisticas de la palabra detenidamente
Detenidamente es una de las 25000 palabras más comunes del castellano según la RAE, en el puesto 15412 según la RAE.
Detenidamente aparece de media 4.37 veces en cada libro en castellano.
Esta es una clasificación de la RAE que se basa en la frecuencia de aparición de la detenidamente en las obras de referencia de la RAE contandose 664 apariciones .
Errores Ortográficos típicos con la palabra Detenidamente

la Ortografía es divertida

El Español es una gran familia
Algunas Frases de libros en las que aparece detenidamente
La palabra detenidamente puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 1545
del libro La Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... El niño quedó abandonado en el camón del estudi, revolviéndose con los ojos empañados por la enfermedad y balando débilmente: ¡Mare! ¡Mare! Teresa, mientras tanto, examinaba con rostro grave la compra de su marido, calculando detenidamente si aquello valía treinta duros; la hija buscaba diferencias entre la nueva bestia y el Morrut, de feliz memoria; los dos pequeños, con repentina confianza, tirábanle de la cola y le acariciaban el vientre, rogando en vano al hermano mayor que los subiera sobre su blanco lomo. ...
En la línea 1949
del libro La Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Batiste se fijó por primera vez detenidamente en la famosa taberna, con sus paredes blancas, sus ventanas pintadas de azul y los quicios chapados con vistosos azulejos de Manises. ...
En la línea 1909
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Galiano se lo llevó al hueco de una ventana, y hablaron detenidamente, pero en voz muy baja, y como la habitación era inmensa, no pude oír palabra. ...
En la línea 3914
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Ya entonces había tenido tiempo de examinar detenidamente de pies a cabeza a mi singular compañero. ...
En la línea 4993
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Después de estudiar detenidamente el asunto en todos sus aspectos y de pesar lo que en pro y en contra se alega de cada lado, me inclino a incluir el basco entre los dialectos tártaros más bien que entre los del sánscrito. ...
En la línea 5278
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... No me propongo describir detenidamente la cárcel de Madrid: verdad que sería casi imposible describir un edificio tan irregular y destartalado. ...
En la línea 678
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Gillespie vio surgir por los escotillones a muchos servidores suyos, hombres y mujeres, que se colocaron en uno de los lados de la planicie de madera, esperando órdenes. Luego fueron saliendo de dos en dos los doctores jóvenes, yendo a situarse en el borde de la mesa, frente al gigante. Muchos de ellos llevaban lentes de disminución para examinarlo detenidamente. Otros, los mas gallardos y de buen ver, reían y se empujaban con el codo, mirando a ojos simples la cara de Gillespie y haciendo suposiciones sobre sus enormidades ocultas, que provocaban el escándalo y la protesta de sus compañeras mas graves y virtuosas. ...
En la línea 1817
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... El amante también estaba poco dispuesto al sueño; mas era porque el entusiasmo le hacía cosquillas en el epigastrio, atravesándole un bulto en el vértice de los pulmones, con lo que le pesaba el respirar, y además poníale candelas encendidas en el cerebro. Por más que él soplaba para apagarlas y poder dormirse, no lo podía conseguir. Su tía estaba con él un poco seria. Sin duda sospechaba algo, y como persona de mucho pesquis, no se tragaba ya aquellas bolas del estudiar fuera de casa y de los amigos enfermos a quienes era preciso velar. A los dos días de aquel en que el exaltado mozo se arrancó a prometer su mano, doña Lupe tuvo con él una grave conferencia. El semblante de la señora no revelaba tan sólo recelo, sino profunda pena, y cuando llamó a su sobrino para encerrarse con él en el gabinete, este sintió desvanecerse su valor. Quitose la señora el manto y lo puso sobre la cómoda bien doblado. Después de clavar en él los alfileres, mirando a su sobrino de un modo que le hizo estremecer, le dijo: «Tengo que hablarte detenidamente». Siempre que su tía empleaba el detenidamente, era para echarle un réspice. ...
En la línea 2499
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... «Créame usted—dijo Sor Facunda—, algo hay de extraordinario. Consultaré ahora mismo con D. León. El caso de Mauricia debe de examinarse detenidamente». ...
En la línea 4021
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Mientras la Delfina y Severiana hablaban, Fortunata, que continuaba sentada, examinó con curiosidad a la esposa de aquel, fijándose detenidamente en el traje, en el abrigo, en el sombrero… No le parecía propio venir de sombrero; pero por lo demás, no había nada que criticar. El abrigo era perfecto. La de Rubín hizo propósito de encargarse el suyo exactamente igual. Y la falda, ¡qué elegante! ¿Dónde se encontraría aquella tela? Seguramente era de París. ...
En la línea 4081
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Cuando pasó a decir a Severiana que estaba servida, esta había concluido de limpiar la sala. Como había tan mal olor allí, trajeron una paletada de carbones encendidos, y echando un puñado de espliego, la pasearon por toda la casa, desde el pasillo hasta la cocina. Después del sahumerio, Fortunata entró a ver a Mauricia, a quien encontró muy mal, en un estado de decaimiento y postración muy visibles. El médico, que llegó entonces, la examinó detenidamente, observando hinchazón en las piernas y en el vientre. La parálisis agitante crecía de una manera aterradora. Antes de partir, el doctor habló con Guillermina en la sala, diciéndole que aquello no podía menos de acabar mal, y que a todo tirar, tiraría dos días… Acercábase Fortunata para enterarse de esto, cuando vio entrar inesperadamente a una persona cuya presencia le hizo el efecto de una descarga eléctrica. ...
En la línea 1523
del libro Veinte mil leguas de viaje submarino
del afamado autor Julio Verne
... En aquel momento, el segundo atrajo de nuevo la atención del capitán. Éste suspendió su paseo y dirigió otra vez el catalejo hacia el punto indicado, observándolo detenidamente. ...
En la línea 3151
del libro Veinte mil leguas de viaje submarino
del afamado autor Julio Verne
... El azar nos había puesto en presencia de ese calamar y no quise perder la ocasión de estudiar detenidamente ese espécimen de los cefalópodos. Conseguí dominar el horror que me inspiraba su aspecto y comencé a dibujarlo. ...
En la línea 3302
del libro Veinte mil leguas de viaje submarino
del afamado autor Julio Verne
... Volví al salón. Se cerró la escotilla y oí el zumbido del agua al penetrar en los depósitos. El Nautílus comenzó a descender verticalmente, pues su hélice no le comunicaba ningún movimiento. Se detuvo unos minutos más tarde, a una profundidad de ochocientos treinta y tres metros, en el fondo. Se apagó entonces el techo luminoso del salón, y al descorrer los paneles que tapaban los cristales vi el agua vivamente iluminada por el fanal en un radio de una media milla. A babor no se veía más que la inmensidad del agua tranquila. A estribor, al fondo, apareció una pronunciada extumescencia que atrajo mi atención. Se hubiese dicho unas ruinas sepultadas bajo un conglomerado de conchas blancuzcas como un manto de nieve. Al examinar más detenidamente aquella masa creí reconocer las formas espesas de un navío sin mástiles, que debía haberse hundido por la proa. Su hundimiento debía datar de hacía muchísimos años, como lo atestiguaba su incrustación en las materias calizas del fondo oceánico. ¿Qué barco podía ser ése? ¿Por qué había ido el Nautílus a visitar su tumba? ¿No era, pues, un naufragio lo que le había llevado bajo el agua? No sabía yo qué pensar, cuando, cerca de mí, oí al capitán Nemo decir lentamente: ...
En la línea 977
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑Has hecho bien en volver en ti ‑siguió diciendo‑. Hace ya cuatro días que no te alimentas: lo único que has tomado ha sido unas cucharadas de té. Te he mandado a Zosimof dos veces. ¿Te acuerdas de Zosimof? Te ha reconocido detenidamente y ha dicho que no tienes nada grave: sólo un trastorno nervioso a consecuencia de una alimentación deficiente. «Falta de comida ‑dijo‑. Esto es lo único que tiene. Todo se arreglará.» Está hecho un tío ese Zosimof. Es ya un médico excelente… Bueno ‑dijo dirigiéndose al mozo‑, no quiero hacerle perder más tiempo. Haga el favor de explicarme el motivo de su visita… Has de saber, Rodia, que es la segunda vez que la casa Chelopaief envía un empleado. Pero la visita anterior la hizo otro. ¿Quién es el que vino antes que usted? ...
En la línea 2563
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... El desconocido empezó por dirigirle una mirada al soslayo; después lo examinó detenidamente, sin prisa; al fin, y sin pronunciar palabra, dio media vuelta y se marchó. ...
En la línea 4603
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... La avenida estaba desierta: ni un peatón, ni un coche. Las casas bajas, de un amarillo intenso, con sus ventanas y sus postigos cerrados tenían un aspecto sucio y triste. El frío y la humedad penetraban en el cuerpo de Svidrigailof y lo estremecían. De vez en cuando veía un rótulo y lo leía detenidamente. Al fin terminó el pavimento de madera y se encontró en las cercanías de un gran edificio de piedra. Entonces vio un perro horrible que cruzaba la calzada con el rabo entre piernas. En medio de la acera, tendido de bruces, había un borracho. Lo miró un momento y continuó su camino. ...
Más información sobre la palabra Detenidamente en internet
Detenidamente en la RAE.
Detenidamente en Word Reference.
Detenidamente en la wikipedia.
Sinonimos de Detenidamente.
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