La palabra Damasco ha sido usada en la literatura castellana en las siguientes obras.
La Barraca de Vicente Blasco Ibañez
El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes Saavedra
La Regenta de Leopoldo Alas «Clarín»
Fortunata y Jacinta de Benito Pérez Galdós
Por tanto puede ser considerada correcta en Español.
Puedes ver el contexto de su uso en libros en los que aparece damasco.
Estadisticas de la palabra damasco
Damasco es una de las 25000 palabras más comunes del castellano según la RAE, en el puesto 18001 según la RAE.
Damasco aparece de media 3.53 veces en cada libro en castellano.
Esta es una clasificación de la RAE que se basa en la frecuencia de aparición de la damasco en las obras de referencia de la RAE contandose 536 apariciones .
Errores Ortográficos típicos con la palabra Damasco
Cómo se escribe damasco o damaxo?
Cómo se escribe damasco o damazco?

la Ortografía es divertida
Algunas Frases de libros en las que aparece damasco
La palabra damasco puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 750
del libro La Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Y Batiste calló, mientras el monstruo de las siete cabezas, replegándose en el sofá de damasco, cuchicheaba Preparando la sentencia. ...
En la línea 6438
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... No traía sino un faldellín rico y una mantellina de damasco azul con pasamanos de oro fino, la cabeza sin toca ni con otra cosa adornada que con sus mesmos cabellos, que eran sortijas de oro, según eran rubios y enrizados. ...
En la línea 7031
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Ya le iba a dar las gracias don Quijote, cuando sintieron a sus espaldas un ruido como de tropel de caballos, y no era sino un solo, sobre el cual venía a toda furia un mancebo, al parecer de hasta veinte años, vestido de damasco verde, con pasamanos de oro, greguescos y saltaembarca, con sombrero terciado, a la valona, botas enceradas y justas, espuelas, daga y espada doradas, una escopeta pequeña en las manos y dos pistolas a los lados. ...
En la línea 4656
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Lo mejor es lo que conocemos todos, el salón; ¡y válgate Dios por salón! A la moda del rey que rabió: solemne, pulcro, eso sí; ¡pero qué de trampas tapa aquella obscuridad! ¿Quién nos dice que las sillas de damasco verde no tienen abiertas las entrañas? ¿Las han visto ustedes alguna vez sin funda? ¿Y la consola panzuda, antiquísima, de un dorado que fue, con su reloj de música sin música y sin cuerda? Señores, no se me diga: el Magistral es pobre y cuanto se murmura de cohechos y simonías es infame calumnia. ...
En la línea 5455
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Los familiares se pusieron de pie y uno de ellos hermoso, rubio, de movimientos suaves y ondulantes, de pulquérrimo traje talar, perfumado, abrió una mampara forrada de damasco color cereza. ...
En la línea 5464
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Los muebles forrados de damasco amarillo, barnizados de blanco también, de un lujo anticuado, bonachón y simpático, reían a carcajadas, con sus contorsiones de madera retorcida, ora en curvas panzudas, ora en columnas salomónicas. ...
En la línea 9116
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Les suplicó, después de agradecer la sorpresa de la visita, que la dejasen terminar aquel embrollo de números; y dama y clérigo se vieron solos en el salón sombrío, de damasco verde obscuro y de papel gris y oro. ...
En la línea 3975
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... La comandanta entró con unos pedazos de damasco rojo y amarillo, que habían sido cortinas cuarenta años antes, pasando después por distintos usos. Con aquella tela se forraría la pared, formando la bandera española, y en el centro se pondría una lámina del Cristo del Gran Poder, propiedad de la portera. «No me parece mal—dijo Guillermina, sacando del estuche sus anteojos y calándoselos—. A ver, Juan Antonio, si se luce usted. ¿Y flores, no tenemos?». ...
En la línea 4002
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Entró la fundadora en la casa y vio el altar, que estaba muy bien. Juan Antonio había claveteado las flores de trapo al borde de los lienzos de damasco, formando como un marco. Resultaba un conjunto bonito y muy simpático, y así lo declaró la señora, echándole sus gafas. Luego cubrieron la mesa con una colcha muy hermosa que la comandanta, mujer de gran habilidad, había hecho para rifarla. Era de cuadros de malla, combinados con otros cuadros de peluche carmesí. Encima se puso un paño de altar traído de la parroquia, que tenía un hermoso encaje. Trajeron luego las ramas de pino, y para colocarlas fue preciso improvisar búcaros con barrilitos de aceitunas y de escabeche, que Juan Antonio cubrió y decoró con pedazos de papeles pintados. Era papelista, y en su arte, con paciencia y engrudo, hacía maravillas. Se colocaron los ramos de caracoles, cajitas de dulce y estampas; y por fin, los retratos de los dos sargentos hermanos de Juan Antonio, con su pantalón rojo, muy a lo vivo, y los botones amarillos, asomaban por entre las ramas de pino, como soldados que están en emboscada acechando al enemigo. ...

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Más información sobre la palabra Damasco en internet
Damasco en la RAE.
Damasco en Word Reference.
Damasco en la wikipedia.
Sinonimos de Damasco.
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