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La palabra cerraban
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la palabra cerraban

La palabra Cerraban ha sido usada en la literatura castellana en las siguientes obras.
La Barraca de Vicente Blasco Ibañez
La Bodega de Vicente Blasco Ibañez
La Biblia en España de Tomás Borrow y Manuel Azaña
Viaje de un naturalista alrededor del mundo de Charles Darwin
La Regenta de Leopoldo Alas «Clarín»
El paraíso de las mujeres de Vicente Blasco Ibáñez
Fortunata y Jacinta de Benito Pérez Galdós
Veinte mil leguas de viaje submarino de Julio Verne
Un viaje de novios de Emilia Pardo Bazán
Por tanto puede ser considerada correcta en Español.
Puedes ver el contexto de su uso en libros en los que aparece cerraban.

Estadisticas de la palabra cerraban

Cerraban es una de las 25000 palabras más comunes del castellano según la RAE, en el puesto 22684 según la RAE.

Cerraban aparece de media 2.54 veces en cada libro en castellano.

Esta es una clasificación de la RAE que se basa en la frecuencia de aparición de la cerraban en las obras de referencia de la RAE contandose 386 apariciones .

Errores Ortográficos típicos con la palabra Cerraban

Cómo se escribe cerraban o ceraban?
Cómo se escribe cerraban o cerrrraban?
Cómo se escribe cerraban o serraban?
Cómo se escribe cerraban o cerravan?


El Español es una gran familia

Algunas Frases de libros en las que aparece cerraban

La palabra cerraban puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 474
del libro La Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Iba a labrar la tierra con la escopeta al hombro; él y sus criados se reían de la soledad en que los dejaban los vecinos; las barracas se cerraban a su paso, y desde lejos los seguían miradas hostiles. ...

En la línea 1908
del libro La Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... La siega había limpiado el paisaje echando abajo las masas de trigo matizadas de amapolas que cerraban la vista por todos lados como murallas de oro. ...

En la línea 1745
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Después de la ruda prueba sufrida por los ricos, viendo pasar el desfile amenazante, temían éstos un reculón de la fiera, arrepentida de su magnanimidad, y todas las puertas se cerraban. ...

En la línea 1823
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Estaba tan borracho, que se le cerraban los ojos y su voz gangueaba como la de un viejo. ...

En la línea 7264
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Entre doce y una, hora de rezo en la mezquita, se cerraban las puertas de la ciudad y a nadie se le permitía entrar ni salir. ...

En la línea 2683
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... ... este propósito me han contado una apuesta que hicieron unos ingleses con un indígena: había de colocarse éste de pie y muy a la vista en la falda de una colina pelada, y apostaba a que si los ingleses cerraban los ojos durante menos de un minuto se escondería, sin que pudieran encontrarle, en el suelo; y ganó la apuesta ...

En la línea 7757
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... A él se le cerraban los ojos, pero no sabía qué fuerza le clavaba al balcón. ...

En la línea 11648
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Los balcones se abrían y cerraban, cuajados de cabezas de curiosos. ...

En la línea 14596
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Siguió hacia la derecha, separando con dificultad las espinas de cien plantas ariscas, que le cerraban el paso. ...

En la línea 15595
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Oyó un ruido que le pareció el de un balcón que abrían con cautela; dio dos pasos más entre los troncos que le impedían saber qué era aquello, y al fin vio que cerraban un balcón de su casa y que un hombre que parecía muy largo se descolgaba, sujeto a las barras y buscando con los pies la reja de una ventana del piso bajo para apoyarse en ella y después saltar sobre un montón de tierra. ...

En la línea 887
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Edwin vio que se cerraban algunas ventanas con estruendo de cólera. Muchos puños crispados le amenazaron cuando ya había pasado. Por estas aberturas completamente desprovistas de cortinas sorprendió sin quererlo las desnudeces matinales de numerosas mujeres que se acostaban tarde y se levantaban tarde igualmente, procediendo a sus operaciones de higiene con la ventana abierta, sin acordarse de que había gigantes en el mundo. ...

En la línea 1364
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Cuando todos estuvieron listos, la mujer levantó un brazo para dar la señal, y los seis elevaron al mismo tiempo el gran hierro de punta aguda. Solo esperaban la voz de su jefe para dejarlo caer; pero antes de que esto ocurriese, una catástrofe los anonadó, como si se hubiesen desatado sobre ellos todas las fuerzas crueles y ciegas de la Naturaleza, como si las montañas que cerraban el horizonte se hubieran desplomado sobre sus cabezas formando una cascada de tierra y de piedras, como si el mar hubiera abandonado su lecho levantando una ola única para barrerlos. ...

En la línea 3075
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Juan Pablo no se iba hasta que cerraban las puertas, y de todos sus amigos el único que tan a deshora le acompañaba era Melchor de Relimpio. Iban juntos hacia su barrio y a veces el uno dejaba al otro en la puerta de su casa, sin cesar de charlar hasta el momento en que venía el sereno a abrir. Si la noche estaba buena, solían darse una hora más de palique vagando por las calles. ...

En la línea 2646
del libro Veinte mil leguas de viaje submarino
del afamado autor Julio Verne
... El 16 de marzo, hacia las ocho de la mañana, el Nautilus, en su marcha por el meridiano cincuenta y cinco, franqueó el Círculo Polar Antártico. Los hielos nos rodeaban por todas partes y cerraban el horizonte. Pero el capitán Nemo continuaba su marcha de paso en paso. ...

En la línea 3390
del libro Veinte mil leguas de viaje submarino
del afamado autor Julio Verne
... Estimo -aunque tal vez me equivoque -que la aventurera carrera del Nautilus se prolongó durante quince o veinte días, y no sé lo que hubiera durado de no haberse producido la catástrofe con la que terminó este viaje. Del capitán Nemo no se tenía ni noticia. De su segundo, tampoco. Ni un hombre de la tripulación se hizo visible un solo instante. El Nautilus navegaba casi continuamente en inmersión, y cuando subía a la superficie a renovar el aire, las escotillas se abrían y cerraban automáticamente. Como no se fijaba ya la posición en el planisferio, no sabía dónde estábamos. ...

En la línea 985
del libro Un viaje de novios
del afamado autor Emilia Pardo Bazán
... Mas también la golondrina de Levante se voló, en busca de zonas más templadas. Un día no encontraron ya a Ibrahim Antonio en su sitio de costumbre: probablemente cansado de una jornada sin venta, había cargado con el surtido y emprendido el camino Dios sabe dónde. Lucía le echó de menos; pero el movimiento de retirada era general; no se veían sino tiendas que se vaciaban y cerraban. Había en las aceras montones de paja, rimeros de recortes de papel de embalaje, cajones y cajas con grandes rótulos que decían: «muy frágil.» Era la tristeza, el desorden, el creciente vacío de una casa mudada. Pilar encontraba tan feo a Vichy de aquel modo, que ideaba paseos inusitados, que la apartasen de las calles principales. Una mañana se encaprichó en ir a ver la pastillería, y presenció el nacimiento de dos o tres mil pastillas y bombones; otra quiso visitar las subterráneas galerías que encierran los inmensos depósitos del agua, y los formidables tubos por donde asciende a alimentar los baños del establecimiento termal. Bajaron estrecha escalera, cuyos últimos peldaños se hundían ya en la obscuridad de las galerías. La guardiana les precedía alumbrando con una lámpara de minero, aplastada y de hediondo tufo; Miranda llevaba otra, y un pilluelo que allí se apareció caído de las nubes, encargose de la última. Era la bóveda tan baja, que Miranda hubo de inclinar la cabeza, por no deshacerse la frente. Hacía brusco recodo el angosto pasadizo, y se hallaron de pronto en otra galería, abierta como una boca, donde se internaban los tubos, comidos de orín, gracias a la perenne humedad. Sudaba el techo pálidas y brillantes gotitas de vapor acuoso; a uno y otro lado corría el agua, sobre un lecho de residuos, de fosfatos alcalinos, blancos y farináceos, como nieve recién llovida. A medida que adelantaban por el largo canal subterráneo, calor sofocante anunciaba el paso de las sobras de la Reja Grande, un raudal hirviente, cuya temperatura subía más aún en aquella prisión. De las paredes, leprosas, herpéticas, cubiertas de roña caliza, colgaban monstruosas fungosidades, criptógamas preñadas de veneno, cuya blancura ponzoñosa se destacaba sobre el muro, como una pupila pálida y siniestra en un rostro amoratado. En los codos de los tubos, polvorientas telarañas se tendían, semejantes a sudario gris de olvidados muertos. Las losas der pavimento, dislocadas, dejaban entrever el agua negra. Sobre sus cabezas oían los expedicionarios el pisar de la gente, el batir del duro casco de las bestias. A veces se abría un respiradero, y al través de la reja de hierro filtrábase la luz del día, lívida y cadavérica, amarilleando la rojiza de las lámparas. Los tubos, intestinos de aquel húmedo vientre, daban mil vueltas, y tan pronto rastreaban a flor de tierra, parecidos a sierpes enormes, como se erguían a la bóveda, remedando los negros tentáculos de un pulpo descomunal. Hubo un instante en que los expedicionarios salieron de los pasadizos a plaza más despejada; era una especie de cueva circular, con tragaluz, y en su fondo bostezaban las anchas fauces del pozo Lucas, lleno de un agua soñolienta, sombría y honda. El pilluelo acercó curioso su lámpara. La guardiana le asió del brazo. ...


la Ortografía es divertida

Más información sobre la palabra Cerraban en internet

Cerraban en la RAE.
Cerraban en Word Reference.
Cerraban en la wikipedia.
Sinonimos de Cerraban.

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