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La palabra alumbrada
Cómo se escribe

la palabra alumbrada

La palabra Alumbrada ha sido usada en la literatura castellana en las siguientes obras.
La Regenta de Leopoldo Alas «Clarín»
Fortunata y Jacinta de Benito Pérez Galdós
Grandes Esperanzas de Charles Dickens
Un viaje de novios de Emilia Pardo Bazán
Julio Verne de La vuelta al mundo en 80 días
Por tanto puede ser considerada correcta en Español.
Puedes ver el contexto de su uso en libros en los que aparece alumbrada.

Estadisticas de la palabra alumbrada

La palabra alumbrada no es muy usada pues no es una de las 25000 palabras más comunes del castellano según la RAE

Errores Ortográficos típicos con la palabra Alumbrada

Cómo se escribe alumbrada o halumbrada?
Cómo se escribe alumbrada o alunbrada?
Cómo se escribe alumbrada o alumbrrada?
Cómo se escribe alumbrada o alumvrada?

Algunas Frases de libros en las que aparece alumbrada

La palabra alumbrada puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 7050
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Los balcones de casa del Marqués estaban también ahora abiertos; pero la luz no entraba por ellos, salía a cortar las tinieblas de la calle estrecha, apenas alumbrada por lejanos faroles de gas macilento. ...

En la línea 3429
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Eran las nueve de la noche. Fortunata atravesó con paso ligero la calle de Hortaleza, la Red de San Luis. No debía de estar muy trastornada cuando en vez de tomar por la calle de la Montera, en la cual el gentío estorbaba el tránsito, fue a buscar la de la Salud y bajó por ella, considerando que por tal camino ganaba diez minutos. De la calle del Carmen pasó a la de Preciados, sin perder ni un momento el instinto de la viabilidad. Atravesó la Puerta del Sol por frente a la casa de Cordero, y ya la tenéis subiendo por la calle de Correos hacia la plazuela de Pontejos. Ya llegaba, y a medida que veía más cerca el objeto de su viaje, parecía como que se le iba acabando la cuerda epiléptica que la impulsaba a la febril marcha. Vio el portal de la casa de Santa Cruz, y sus miradas se internaron con recelo por aquella cavidad ancha, de estucadas paredes, y alumbrada por mecheros de gas. Ver esto y pararse en firme, con cierta frialdad en el alma, sintiendo el choque interior de toda velocidad bruscamente enfrenada, fue todo uno. ...

En la línea 618
del libro Grandes Esperanzas
del afamado autor Charles Dickens
... — De un armario - dije . Y allí vi también pistolas… , conservas y píldoras. Además, en la habitación no entraba la luz del día, sino que estaba alumbrada con bujías. ...

En la línea 662
del libro Grandes Esperanzas
del afamado autor Charles Dickens
... Los alumnos comíamos manzanas y nos metíamos pajas cada uno en la espalda del otro, hasta que la tía abuela del señor Wopsle reunía sus energías y, sin averiguación ninguna, nos daba una paliza con una vara de abedul. Después de recibir los golpes con todas las posibles muestras de burla, los alumnos se formaban en fila y, con el mayor ruido, se pasaban de mano en mano un libro casi destrozado. Este libro contenía el alfabeto, algunos guarismos y tablas aritméticas, así como algunas lecciones fáciles de lectura; mejor dicho, las tuvo en algún tiempo. En cuanto este volumen empezaba a circular, la tía abuela del señor Wopsle se desplomaba en estado comatoso, debido tal vez al sueño o a un ataque reumático. Entonces los alumnos se entregaban a un examen y a una competencia relacionados con el calzado y con el objeto de averiguar quién sería capaz de pisar al otro con mayor fuerza. Este ejercicio mental duraba hasta que Biddy se precipitaba contra todos y distribuía tres Biblias sin portada y de una forma tal que no parecía sino que alguien las hubiese cortado torpemente. La impresión era más ilegible que cualquiera de las curiosidades literarias que he visto en mi vida entera; aquellos libros estaban manchados de orín y entre sus hojas había aplastados numerosos ejemplares del mundo de los insectos. Esta parte de la enseñanza se hacía más agradable gracias a algunos combates mano a mano entre Biddy y los alumnos refractarios. Cuando se habían terminado las peleas, Biddy señalaba el número de una página, y entonces todos leíamos en voz alta lo que nos era posible y también lo que no podíamos leer, a coro y con espantosas voces; Biddy llevaba el compás con voz aguda, fuerte y monótona, y, por otra parte, ninguno de nosotros tenía la más pequeña noción ni tampoco reverencia alguna con respecto a lo que estábamos leyendo. Cuando aquel horrible ruido había durado algún tiempo, despertaba mecánicamente a la tía abuela del señor Wopsle, quien, dejándose llevar por la casualidad, cogía a un muchacho y le tiraba de las orejas. Ésta era la señal de que la clase había terminado aquella tarde, y nos apresurábamos a salir al aire libre con grandes gritos de victoria intelectual. Conviene hacer observar que en la escuela no había prohibición alguna acerca de que un alumno cualquiera se entretuviese con la pizarra o con la tinta, cuando la había. Pero no era fácil proseguir aquella rama de los estudios durante el invierno, a causa de que la abacería en que se daban las clases y que también era el salón y el dormitorio de la tía abuela del señor Wopsle, no estaba alumbrada más que muy débilmente por un candil y, además, no había espabladeras. ...

En la línea 1411
del libro Grandes Esperanzas
del afamado autor Charles Dickens
... La señorita Havisham estaba haciendo ejercicio en la habitación que contenía la gran mesa, y se apoyaba en su muleta. La estancia estaba alumbrada como en otro tiempo. Al oírnos entrar, la señorita Havisham se detuvo y se volvió. En aquel momento estaba frente al pastel de boda. ...

En la línea 1426
del libro Grandes Esperanzas
del afamado autor Charles Dickens
... Tendió la mano, y yo, arrodillándome, la llevé a mis labios. Nada había resuelto acerca del modo de despedirme de ella. Pero en aquel momento se me ocurrió tal conducta del modo más natural. Ella miro a Sara Pocket mientras sus extraños ojos expresaban el triunfo, y así me separé de mi hada madrina, quien se quedó con ambas manos apoyadas en su muleta, en el centro de la estancia, débilmente alumbrada y junto al mustio pastel de boda oculto por las telarañas. ...

En la línea 1191
del libro Un viaje de novios
del afamado autor Emilia Pardo Bazán
... Artegui alumbró sin pronunciar palabra. Su sangre se había enfriado de pronto, y sólo le quedaba, de la terrible crisis, cansancio y melancolía más profundos que nunca. Cruzaron el dormitorio, el pasillo, sin despegar los labios. En el pasillo ya, Lucía se volvió un momento y miró aquel rostro como si quisiera grabarlo con indelebles y fortísimos caracteres en su retina y en su memoria. La cabeza de Artegui, alumbrada en pleno por la luz que en la mano tenía, se destacaba sobre el fondo obscuro del cuero estampado que cubría la pared. Era una bella cabeza, más por la expresión y carácter que por la misma regularidad de facciones. El negror de la barba realzaba su interesante palidez, y su abatimiento la asemejaba a las cabezas muertas del Bautista, tan valientes en su claro obscuro, que creó nuestra trágica escuela nacional de pintura. También él miraba a Lucía, con tal pena y lástima, que no lo pudo ella sufrir más, y corrió a la puerta. En el umbral, Artegui sondeó con la mirada las profundidades del jardín. ...

En la línea 639
del libro Julio Verne
del afamado autor La vuelta al mundo en 80 días
... En efecto, las puertas de la pagoda se abrieron. Una luz más viva se escapó del interior. Mister Fogg y sir Francis Cromarty pudieron percibir la víctima vivamente alumbrada, que dos sacerdotes sacaban fuera. Hasta les pareció que, sacudiendo el entorpecimiento de la embriaguez por un supremo instinto de conservación, la desgraciada intentaba escaparse de entre sus verdugos. El corazón de sir Francis Cromarty palpitó, y por un movimiento convulsivo, asiendo la mano de Phileas Fogg, sintió que esta mano llevaba una navaja abierta. ...

En la línea 1063
del libro Julio Verne
del afamado autor La vuelta al mundo en 80 días
... -Phileas Fogg y mistress Aouida pasaron a bordo, donde ya se encontraba Fix. Por la carroza de popa de la goleta se bajaba a una cámara cuadrada, cuyas paredes se arqueaban por encima de un diván circular. En medio había una mesa, alumbrada por una lámpara a prueba de vaivén. Era aquello muy pequeno, pero muy limpio. ...


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Más información sobre la palabra Alumbrada en internet

Alumbrada en la RAE.
Alumbrada en Word Reference.
Alumbrada en la wikipedia.
Sinonimos de Alumbrada.

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