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La palabra kieres
Cómo se escribe

Comó se escribe kieres o quieres?

Cual es errónea Quieres o Kieres?

La palabra correcta es Quieres. Sin Embargo Kieres se trata de un error ortográfico.

El Error ortográfico detectado en el termino kieres es que hay un Intercambio de las letras k;q con respecto la palabra correcta la palabra quieres

Más información sobre la palabra Quieres en internet

Quieres en la RAE.
Quieres en Word Reference.
Quieres en la wikipedia.
Sinonimos de Quieres.


la Ortografía es divertida

Algunas Frases de libros en las que aparece quieres

La palabra quieres puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 699
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... --¡No me quieres!--exclamó.--¡Si me quisieras, no me pedirías esas cosas! Y ocultó su cabeza entre las manos, como si fuese a llorar. Rafael metió un brazo por los hierros y de un suave tirón separó los dedos entrecruzados que le ocultaban los ojos de su novia. ...

En la línea 702
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... --Te perdono, pero márchate en seguía. ¡Mira que van a salir!... Sí, ¡te perdono! ¡te perdono! No seas pelma. ¡Vete! --Pues pa que vea que me perdonas de veras, dame una bofetada. ¡O me la das o no me voy! --¡Una bofetada!... ¡Bueno estás tú! Ya sé lo que quieres, ladrón: toma y vete en seguía. ...

En la línea 1519
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... --Le quieres, ¿no lo ves? le quieres. Tú misma te delatas. ¿Por qué hacerle sufrir? ¿Por qué esa testarudez, que a él le desespera y a ti te hace llorar? Y el muchacho, inclinándose sobre su hermana, la envolvía en sus ruegos o la empujaba los hombros con violencia, presintiendo la gravedad del secreto que ocultaba Mariquita y que él a todo trance quería conocer. ...

En la línea 1519
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... --Le quieres, ¿no lo ves? le quieres. Tú misma te delatas. ¿Por qué hacerle sufrir? ¿Por qué esa testarudez, que a él le desespera y a ti te hace llorar? Y el muchacho, inclinándose sobre su hermana, la envolvía en sus ruegos o la empujaba los hombros con violencia, presintiendo la gravedad del secreto que ocultaba Mariquita y que él a todo trance quería conocer. ...

En la línea 2890
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... -Tu marido no lo tiene, es eso lo que quieres decir. ...

En la línea 3844
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... -¿Qué quieres decir, imbécil?-Quiero decir que al volver, aunque tenía la llave de vuestra casa en mi bolsillo y aunque esa llave no me haya abandonado, he encontrado una carta sobre el tapiz verde de la mesa, en vuestro dormitorio. ...

En la línea 4027
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... -¿Qué quieres, Planchet? Lo que tenga que ocurrir está escrito. ...

En la línea 5257
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... ¿Qué quieres ahora, tentador? Quieres que juegue, ¿no es eso?-No, quiero que reflexionéis. ...

En la línea 7200
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... He tenido mucho que hacer, y Johar también; por eso no hemos venido a hablarte antes; pero _ma ydoorshee_, ya sé cómo tranquilizarte; ¿quieres un poco de ginebra compuesta o un vaso de _makhiah_ corriente? O _hashish_, preparación de cáñamo. ...

En la línea 597
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Porque sé que eres sabida, en que me quieres me afirmo; que nunca fue desdichado amor que fue conocido. ...

En la línea 751
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Donde se ponen los versos desesperados del difunto pastor, con otros no esperados sucesos Canción de Grisóstomo Ya que quieres, cruel, que se publique, de lengua en lengua y de una en otra gente, del áspero rigor tuyo la fuerza, haré que el mesmo infierno comunique al triste pecho mío un son doliente, con que el uso común de mi voz tuerza. ...

En la línea 829
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... El primero que se resintió fue Sancho Panza; y, hallándose junto a su señor, con voz enferma y lastimada, dijo: -¡Señor don Quijote! ¡Ah, señor don Quijote! -¿Qué quieres, Sancho hermano? -respondió don Quijote con el mesmo tono afeminado y doliente que Sancho. ...

En la línea 1866
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Y, queriéndolo poner en efeto, hizo la mesma voz que no se moviesen, la cual llegó de nuevo a sus oídos, cantando este soneto: Soneto Santa amistad, que con ligeras alas, tu apariencia quedándose en el suelo, entre benditas almas, en el cielo, subiste alegre a las impíreas salas, desde allá, cuando quieres, nos señalas la justa paz cubierta con un velo, por quien a veces se trasluce el celo de buenas obras que, a la fin, son malas. ...

En la línea 3021
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... —¿Y te pones colorado? —Sí; me da vergüenza, ¿qué quieres? Esto debe de ser la vejez. ...

En la línea 3321
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... No llegas al plato y te quieres comer las tajadas. ...

En la línea 5353
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... —Pero ¿qué quieres que haga, primo mío? —Hijo, yo nada; yo no quiero nada, porque sé cómo sois. ...

En la línea 6233
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Visita se acercó a la ventana para decirle al oído: —Hijita, si quieres, puedes confesar ahora porque ahí tienes al padre espiritual. ...

En la línea 471
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... —No te excuses; es Inútil—continuó la dama con violencia—. Tú te imaginas de buena fe que la tienes olvidada ; pero las mujeres sabemos de eso mas que los hombres. Es ella la verdadera causa que te aleja de mí. El señor—siguió diciendo irónicamente— siente fatiga de verse querido por una dama chic y desea a la burguesilla tímida y boba. Te conozco, caballero Tannhauser, mejor que tú mismo. Estás cansado de Venus, como me has llamado tantas veces, y quieres hacer una Elisabeta de esa pobre muchacha que vive en Roma, cerca del fantasmón de su padre… Ve en busca de la paz para no encontrarla nunca. Ni paz ni libertad hallarás en ese mundo de gentes vulgares que ahora te hace falta, y del que te has burlado tantas veces en mi presencia, creyéndote de raza superior. ...

En la línea 480
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... —Quiero hacer algo en mi vida. Ha llegado el momento de la decisión. ¡Permanecer aquí siempre!… Los verdaderos hombres aman a las mujeres, pero no se dejan dominar por ellas. ¿Qué soy yo?… Tu esclavo. Jaula de oro, mas al fin prisión. No me opongas celos y sospechas, no Inventes sentimientos que no tengo. Si huyo de ti, no es para ir en busca de un nuevo placer. Tan grande ha sido tu amor, que no siento deseos de conocer otro. Es la aspereza de la vida libre lo que me atrae. La fatiga del trabajo representa para mí una felicidad desconocida. Deja que me vaya… Yo volveré, si quieres. Esta separación puede ser única, y luego nuestra vida se reanudará hermosa y tranquila, como tú la describes antes. ...

En la línea 98
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Si estaba jugando al tute o al mus, únicos juegos que sabía y en los que era maestro, primero se hundía el mundo que apartar él su atención de las cartas. Era tan fuerte el ansia de charla y de trato social, se lo pedía el cuerpo y el alma con tal vehemencia, que si no iban habladores a la tienda no podía resistir la comezón del vicio, echaba la llave, se la metía en el bolsillo y se iba a otra tienda en busca de aquel licor palabrero con que se embriagaba. Por Navidad, cuando se empezaban a armar los puestos de la Plaza, el pobre tendero no tenía valor para estarse metido en aquel cuchitril oscuro. El sonido de la voz humana, la luz y el rumor de la calle eran tan necesarios a su existencia como el aire. Cerraba, y se iba a dar conversación a las mujeres de los puestos. A todas las conocía, y se enteraba de lo que iban a vender y de cuanto ocurriera en la familia de cada una de ellas. Pertenecía, pues, Estupiñá a aquella raza de tenderos, de la cual quedan aún muy pocos ejemplares, cuyo papel en el mundo comercial parece ser la atenuación de los males causados por los excesos de la oferta impertinente, y disuadir al consumidor de la malsana inclinación a gastar el dinero. «D. Plácido, ¿tiene usted pana azul?».—«¡Pana azul!, ¿y quién te mete a ti en esos lujos? Sí que la tengo; pero es cara para ti». —«Enséñemela usted… y a ver si me la arregla»… Entonces hacía el hombre un desmedido esfuerzo, como quien sacrifica al deber sus sentimientos y gustos más queridos, y bajaba la pieza de tela. «Vaya, aquí está la pana. Si no la has de comprar, si todo es gana de moler, ¿para qué quieres verla? ¿Crees que yo no tengo nada qué hacer?».—«Lo que dije; estas mujeres marean a Cristo. Hay otra clase, sí señora. ¿La compras, sí o no? A veinte y dos reales, ni un cuarto menos».—«Pero déjela ver… ¡ay qué hombre! ¿Cree que me voy a comer la pieza?»… «A veinte y dos realetes». —«¡Ande y que lo parta un rayo!».—«Que te parta a ti, mal criada, respondona, tarasca… ». ...

En la línea 134
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Y estaba tan agradecido a la visita del Delfín, que no hacía más que mirarle recreándose en su guapeza, en su juventud y elegancia. Si hubiera sido veinte veces hijo suyo, no le habría contemplado con más amor. Dábale palmadas en la rodilla, y le interrogaba prolijamente por todos los de la familia, desde Barbarita, que era el número uno, hasta el gato. El Delfín, después de satisfacer la curiosidad de su amigo, hízole a su vez preguntas acerca de la vecindad de aquella casa en que estaba. «Buena gente—respondió Estupiñá—; sólo hay unos inquilinos que alborotan algo por las noches. La finca pertenece al Sr. de Moreno Isla, y puede que se la administre yo desde el año que viene. Él lo desea; ya me habló de ello tu mamá, y he respondido que estoy a sus órdenes… Buena finca; con un cimiento de pedernal que es una gloria… escalera de piedra, ya habrás visto; sólo que es un poquito larga. Cuando vuelvas, si quieres acortar treinta escalones, entras por el Ramo de azucenas, la zapatería que está en la Plaza. Tú conoces a Dámaso Trujillo. Y si no le conoces, con decir: «voy a ver a Plácido» te dejará pasar. ...

En la línea 186
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... «¿Qué puedo yo ocultar a esta mona golosa?… Te como; mira que te como. ¡Curiosona, fisgona, feúcha! ¿Tú quieres saber? Pues te lo voy a contar, para que me quieras más». ...

En la línea 220
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... —Cuestión de pocos días. En el pueblo, hija mía, los procedimientos son breves. Ya ves cómo se matan. Pues lo mismo es el amor. Un día le dije: «Si quieres probarme que me quieres, huye de tu casa conmigo». Yo pensé que me iba a decir que no. ...

En la línea 361
del libro El príncipe y el mendigo
del afamado autor Mark Twain
... –Puede que pronto cambies de opinión, y si quieres salvar tu cuello, sólo huyendo, puedes salvarte. En este momento el hombre está entregando el espíritu. ¡Es el cura, el padre Andrés! ...

En la línea 517
del libro El príncipe y el mendigo
del afamado autor Mark Twain
... –¿Aún estás aquí? ¿Y charlando todavía? ¡Vete, si no quieres que te estrangule! ...

En la línea 839
del libro El príncipe y el mendigo
del afamado autor Mark Twain
... –¿Qué quieres decir? ...

En la línea 849
del libro El príncipe y el mendigo
del afamado autor Mark Twain
... –Escucha, camarada; no quieres mendigar, no quieres robar… Sea. Pero yo te diré lo que has de hacer; me servirás de vigilante mientras yo mendigo. Niégate a ello, si te atreves. ...

En la línea 815
del libro Niebla
del afamado autor Miguel De Unamuno
... –Pues si quieres volver a tenerla, ¡cásate, Augusto, cásate! ...

En la línea 858
del libro Niebla
del afamado autor Miguel De Unamuno
... –En efecto, porque no hay solterón más solterón y recalcitrante que el casado sin hijos. Una vez, para suplir la falta de hijos, que al fin y al cabo ni en mí había muerto el sentimiento de la paternidad ni menos el de la maternidad en ella, adoptamos, o si quieres prohijamos, un perro; pero al verle un día morir a nuestra vista, porque se le atravesó un hueso en la garganta, y ver aquellos ojos húmedos que parecían suplicarnos vida, nos entró una pena y un horror tal que no quisimos más perros ni cosa viva. Y nos contentamos con unas muñecas, unas grandes peponas, que son las que has visto en casa, y que mi Elena viste y desnuda. ...

En la línea 869
del libro Niebla
del afamado autor Miguel De Unamuno
... –Pues no me lo digas si no quieres. ...

En la línea 979
del libro Niebla
del afamado autor Miguel De Unamuno
... –Mira, si quieres, nos casamos así y yo seguiré trabajando… para los dos. ...

En la línea 510
del libro Sandokán: Los tigres de Mompracem
del afamado autor Emilio Salgàri
... —¡Mariana —exclamó el pirata cayendo a sus pies con los brazos extendidos hacia ella—, no me rechaces, no te asustes! Fue la fatalidad la que me convirtió en pirata. Los hombres de tu raza no tuvieron piedad conmigo, que no les había hecho mal alguno. Me arrojaron al fango desde las gradas de un trono, me quitaron mi reino, asesinaron a mi madre, a mis hermanos, a mis hermanas. Me empujaron a los mares. No soy pirata por robar, sino que lo soy como justiciero, soy el vengador de mi familia y de mis súbditos, nada más. Si quieres, recházame, y me alejaré para siempre de estos lugares para no causarte miedo nunca más. ...

En la línea 517
del libro Sandokán: Los tigres de Mompracem
del afamado autor Emilio Salgàri
... —Si quieres, te llevaré a una isla lejana cubierta de flores, donde no oigas hablar de Labuán ni yo de Mompracem. A una isla encantada donde podrán vivir enamorados el terrible pirata y la hermosa Perla de Labuán. ¿Quieres, Mariana? ...

En la línea 518
del libro Sandokán: Los tigres de Mompracem
del afamado autor Emilio Salgàri
... —¡Sí, si tú quieres, iré contigo! Pero ahora te amenaza un grave peligro, tal vez se trama una traición contra ti. ...

En la línea 1007
del libro Sandokán: Los tigres de Mompracem
del afamado autor Emilio Salgàri
... —¿Qué quieres hacer? ...

En la línea 572
del libro Grandes Esperanzas
del afamado autor Charles Dickens
... — ¿Muy bien? - repitió el señor Pumblechook -. Muy bien no es respuesta alguna. Explícanos qué quieres decir con este «muy bien». ...

En la línea 610
del libro Grandes Esperanzas
del afamado autor Charles Dickens
... — ¿Cómo quieres que la haya visto, si jamás he sido admitido a su presencia? Nunca he puesto los ojos en ella. ...

En la línea 631
del libro Grandes Esperanzas
del afamado autor Charles Dickens
... — ¿Qué me cuentas, Pip? - exclamó Joe con el mayor asombro -. ¿Acaso quieres decirme que… ? ...

En la línea 648
del libro Grandes Esperanzas
del afamado autor Charles Dickens
... — ¿Cómo quieres que crea eso, Pip? ¿Acaso no vi la carta que me escribiste anoche? Incluso estaba escrita en letras de imprenta. Bastante me fijé en eso. Y, sin embargo, puedo jurar que la gente instruida no es capaz de escribir en letras de imprenta. ...

En la línea 908
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑¡Pero escucha un momento, botarate! ¿Es que te has vuelto loco? Puedes hacer lo que quieras, pero yo tampoco tengo lecciones y me río de eso. Estoy en tratos con el librero Kheruvimof, que es una magnífica lección en su género. Yo no lo cambiaría por cinco lecciones en familias de comerciantes. Ese hombre publica libritos sobre ciencias naturales, pues esto se vende como el pan. Basta buscar buenos títulos. Me has llamado imbécil más de una vez, pero estoy seguro de que hay otros más tontos que yo. Mi editor, que es poco menos que analfabeto, quiere seguir la corriente de la moda, y yo, naturalmente, le animo… Mira, aquí hay dos pliegos y medio de texto alemán. Puro charlatanismo, a mi juicio. Dicho en dos palabras, la cuestión que estudia el autor es la de si la mujer es un ser humano. Naturalmente, él opina que sí y su labor consiste en demostrarlo elocuentemente. Kheruvimof considera que este folleto es de actualidad en estos momentos en que el feminismo está de moda, y yo me encargo de traducirlo. Podrá convertir en seis los dos pliegos y medio de texto alemán. Le pondremos un título ampuloso que llene media página y se venderá a cincuenta kopeks el ejemplar. Será un buen negocio. Se me paga la traducción a seis rublos el pliego, o sea quince rublos por todo el trabajo. Ya he cobrado seis por adelantado. Cuando terminemos este folleto traduciremos un libro sobre las ballenas, y para después ya hemos elegido unos cuantos chismes de Les Confessions. También los traduciremos. Alguien ha dicho a Kheruvimof que Rousseau es una especie de Radiscev. Naturalmente, yo no he protestado. ¡Que se vayan al diablo… ! Bueno, ¿quieres traducir el segundo pliego del folleto Es la mujer un ser humano? Si quieres, coge inmediatamente el pliego, plumas, papel (todos estos gastos van a cargo del editor), y aquí tienes tres rublos: como yo he recibido seis adelantados por toda la traducción, a ti te corresponden tres. Cuando hayas traducido el pliego, recibirás otros tres. Pero que te conste que no tienes nada que agradecerme. Por el contrario, apenas te he visto entrar, he pensado en tu ayuda. En primer lugar, yo no estoy muy fuerte en ortografía, y en segundo, mis conocimientos del alemán son más que deficientes. Por eso me veo obligado con frecuencia a inventar, aunque me consuelo pensando que la obra ha de ganar con ello. Es posible que me equivoque… Bueno, ¿aceptas? ...

En la línea 908
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑¡Pero escucha un momento, botarate! ¿Es que te has vuelto loco? Puedes hacer lo que quieras, pero yo tampoco tengo lecciones y me río de eso. Estoy en tratos con el librero Kheruvimof, que es una magnífica lección en su género. Yo no lo cambiaría por cinco lecciones en familias de comerciantes. Ese hombre publica libritos sobre ciencias naturales, pues esto se vende como el pan. Basta buscar buenos títulos. Me has llamado imbécil más de una vez, pero estoy seguro de que hay otros más tontos que yo. Mi editor, que es poco menos que analfabeto, quiere seguir la corriente de la moda, y yo, naturalmente, le animo… Mira, aquí hay dos pliegos y medio de texto alemán. Puro charlatanismo, a mi juicio. Dicho en dos palabras, la cuestión que estudia el autor es la de si la mujer es un ser humano. Naturalmente, él opina que sí y su labor consiste en demostrarlo elocuentemente. Kheruvimof considera que este folleto es de actualidad en estos momentos en que el feminismo está de moda, y yo me encargo de traducirlo. Podrá convertir en seis los dos pliegos y medio de texto alemán. Le pondremos un título ampuloso que llene media página y se venderá a cincuenta kopeks el ejemplar. Será un buen negocio. Se me paga la traducción a seis rublos el pliego, o sea quince rublos por todo el trabajo. Ya he cobrado seis por adelantado. Cuando terminemos este folleto traduciremos un libro sobre las ballenas, y para después ya hemos elegido unos cuantos chismes de Les Confessions. También los traduciremos. Alguien ha dicho a Kheruvimof que Rousseau es una especie de Radiscev. Naturalmente, yo no he protestado. ¡Que se vayan al diablo… ! Bueno, ¿quieres traducir el segundo pliego del folleto Es la mujer un ser humano? Si quieres, coge inmediatamente el pliego, plumas, papel (todos estos gastos van a cargo del editor), y aquí tienes tres rublos: como yo he recibido seis adelantados por toda la traducción, a ti te corresponden tres. Cuando hayas traducido el pliego, recibirás otros tres. Pero que te conste que no tienes nada que agradecerme. Por el contrario, apenas te he visto entrar, he pensado en tu ayuda. En primer lugar, yo no estoy muy fuerte en ortografía, y en segundo, mis conocimientos del alemán son más que deficientes. Por eso me veo obligado con frecuencia a inventar, aunque me consuelo pensando que la obra ha de ganar con ello. Es posible que me equivoque… Bueno, ¿aceptas? ...

En la línea 1002
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑¡Bravo! Y ahora, amigo, ¿quieres comer? ...

En la línea 1188
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... »‑Espera, Nicolás. ¿No quieres tomar nada? ...

En la línea 919
del libro El jugador
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... Según, dicen, ella tiene un montón de dinero que presta a interés y aumenta el capital. No te acuso, Praskovia. Tú no eres quien envió los telegramas, y del pasado no me quiero acordar. Sé que tienes mal carácter. Eres una verdadera avispa, pequeña. Cuando picas, envenenas. Pero tengo lástima de ti, pues yo quería mucho a Catalina, tu madre. Pues bien, ¿quieres? Abandona todo esto y ven conmigo. Creo que no está bien que vivas ahora con el general. ...

En la línea 929
del libro El jugador
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... —¡Vaya, no lloriquees! —Paulina no pensaba en lloriquear; por otra parte, no lloraba nunca—. Los polluelos encontrarán también sitio; el gallinero es grande. Además, ya tienen edad de ir a la escuela. Así, ¿no vienes ahora? ¡Ve con cuidado, Praskovia! Desearía serte útil, pero ya sé por qué no quieres venir. Lo sé todo, Praskovia. No debes esperar nada bueno de ese maldito francés. ...

En la línea 1067
del libro El jugador
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... —¡Entonces tú quieres que te deje para ir a buscar a ese inglés! —dijo con sonrisa amarga, hundiendo su mirada en mis ojos. Era la primera vez que me tuteaba. ...

En la línea 1229
del libro El jugador
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... —Eh, bien, si quieres, tu verras Paris. Dis-moi, qu’est ce que c’est qu’un outchitel? Tu etais bien bête, quand tu étais outchitel. ¿Dónde están mis medias? ¡Pónmelas, vamos! ...

En la línea 788
del libro Un viaje de novios
del afamado autor Emilia Pardo Bazán
... La presencia de las Amézagas, como les llamaba Perico, determinaba siempre en Pilar una especie de fiebrecilla que la dejaba postrada después para dos horas. Al divisarlas a lo lejos, se componía instintivamente el pelo, sacaba el pie calzado con zapatito Luis XV de tafilete, y paseaba su mano nerviosa por los morenos encajes de su pañoleta, haciendo destacar la flechilla de turquesas que la prendía. Trababan conversación, y las de Amézaga hablaban como con pereza y desdén, mirando al cielo o a los transeúntes, e hiriendo la arena con el cuento de las sombrillas. Respuestas cortas e indolentes «hija, qué quieres»; y «estuvo magnífico», «gente, como nunca»; «pues ya se ve que estaba la sueca»; «raso crema y granadina heliotropo combinados»; «como siempre, dedicadísimo a ella»; «sí, sí, calor»; «vaya, me alegro que lo pases bien, hija»; contestaban a las afanosas preguntas de Pilar. Luego se alejaban las cubanas, con carcajadillas discretas, con medias palabras, taconeando firme y moviendo un ruge-ruge de telas frescas y de ropa fina. Un cuarto de hora lo menos quedaba Pilar murmurando de las petimetras y de alguien más también. ...

En la línea 810
del libro Un viaje de novios
del afamado autor Emilia Pardo Bazán
... -Y está chocho por ti… ¡Vaya! ¡si eso se ve! Él anda por allí mucho con mi hermano… Pero chica, ¿qué quieres? Así son todos los hombres… El caso es que mientras están con una gasten buen humor y le hablen con cierto mimo… Y que no sean celosos… No, Miranda eso sí que lo tiene de bueno: celoso, no es. ...

En la línea 941
del libro Un viaje de novios
del afamado autor Emilia Pardo Bazán
... -Díselo tú, si quieres -pronunció lentamente Lucía, preñados de lágrimas los ojos-. Yo no he de entrar a despertar a Gonzalvo. Así como así, ya ibas a levantarte para beber las aguas. ...

En la línea 1157
del libro Un viaje de novios
del afamado autor Emilia Pardo Bazán
... -Quizá no me comprendas bien… Son cosas, aunque tan ciertas, obscuras para quien por vez primera las oye… Pero me entenderás si te digo llanamente que no moriré, porque te quiero, y me quieres, y ahora, suceda lo que suceda, vivo. ...


El Español es una gran familia


Te vas a reir con las pifia que hemos hemos encontrado cambiando las letras k;q

Reglas relacionadas con los errores de k;q

Las Reglas Ortográficas de la K

Regla 1.- K La letra K es muy escasa en castellano y solo aparece dos tipos de palabras, en los vocablos con prefijo de kilo-

Ejemplos: kilómetro kilogramo kilotón kilohertzio ...

Regla 2.- K La otra fuente de palabras que usan k son los prestamos linguisticos de otros idiomas como

por ejemplo en káiser kárate kurdo

Regla 3.- K En general el sonido K (de queso o camino) se transcribe con c ante las vocales 'a', 'o', 'u' y con qu ante 'e' o 'i'

carne coche cuello queso quince

Las Reglas Ortográficas de la Q

Regla 1.- Regla general La letra Q es poco usada en castellano y siempre va acompañada de que o qui, aunque la u no se pronuncia

La mayorias de las palabras que usan k son los prestamos linguisticos de otros idiomas

Ejemplos de palabras con Que :

aeroparque anaquel arique arqueología arquero arquetipo arranque asquerosidad ataque aunque banqueta banquete bosque cheque desembarque desemboque desempaque desenfoque desmarque dique disloque embarque empaque enfoque estanque maqueta quebrar queja quemadura quemar querer querubín queso.

Excepciones casi todas prestamos extranjeros: bróker búnker cricket hacker hockey karaoke kelvin kendo keniata marketing sketch.

Ejemplos de palabras con Qui : adquirir adquisición alquilar alquimia anarquista aniquilación aniquilar arquitectura esquimal quiebra quietud quijada química quince quincena quincuagésima
Excepciones: aikido bikini kilo kilobyte kilocaloría kilociclo kilogramo kilohercio kilolitro kilometraje kilometrar kilómetro kilovatio kilovoltio kimono kindergarten kiosco kiwi overbooking parking ranking vikingo.

Regla 2.- Plurales de cLos plurales de las palabras de origen extranjero que terminan en c. Ejemplos:

frac – fraques cuello vivac – vivaques clac – claques

Regla 3 .- Doble grafía Existen palabras que tienen doble grafía se escriben con K, pero se pueden usar tambien la Q dos grafías. Ejemplos: kiosco – quioscov fakir – faquir kimono – quimono kilogramo – quilogramo.

Errores Ortográficos típicos con la palabra Quieres

Cómo se escribe quieres o kieres?
Cómo se escribe quieres o quierres?
Cómo se escribe quieres o quierez?

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