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La palabra pupilaz
Cómo se escribe

Comó se escribe pupilaz o pupilas?

Cual es errónea Pupilas o Pupilaz?

La palabra correcta es Pupilas. Sin Embargo Pupilaz se trata de un error ortográfico.

El Error ortográfico detectado en el termino pupilaz es que hay un Intercambio de las letras s;z con respecto la palabra correcta la palabra pupilas

Errores Ortográficos típicos con la palabra Pupilas

Cómo se escribe pupilas o pupilaz?


la Ortografía es divertida

Algunas Frases de libros en las que aparece pupilas

La palabra pupilas puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 1998
del libro La Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Sereno, podría estarlo; pero tenía los ojos enrojecidos, brillaba en sus pupilas una chispa azulada e indecisa, semejante a la llama del alcohol, y su cara iba adquiriendo por momentos una palidez mate. ...

En la línea 1135
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Un velo parecía flotar ante sus ojos, empequeñeciendo las pupilas. Su respiración tenía el burbujeo del hervor, como si en su garganta tropezase el aire con el obstáculo de extrañas materias. ...

En la línea 1145
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Salvatierra hizo callar a la vieja. La moribunda ya no veía: su respiración cavernosa era cada vez más pausada, pero el oído aún conservaba su poder. Era la última resistencia de la sensibilidad ante la muerte; prolongábase mientras el cuerpo iba cayendo en el abismo negro de la inconsciencia. Sólo restaban en ella los últimos y trabajosos estremecimientos de la vida vegetativa. Cesaron lentamente las contorsiones, el hervor del mísero cuerpo: los párpados se abrieron con el escalofrío final, mostrando las pupilas dilatadas con un reflejo vidrioso y mate. ...

En la línea 3774
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Un momento se habían encontrado sus ojos con los de Mesía, pero no se habían turbado ni escondido como otras veces; le habían mirado distraídos, sin que ella procurase evitar el contacto de aquellas pupilas cargadas de lascivia y de amor propio irritado, confundido con el deseo. ...

En la línea 5115
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... —Eso no, madre —gritó el Magistral perdiendo el aplomo, con las mejillas cárdenas y las puntas de acero, que tenía en las pupilas, erizadas como dispuestas a la defensa —. ...

En la línea 6267
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Por lo mismo que estaba segura de salvarse de la tentación francamente criminal de don Álvaro, entregándose a don Fermín, quería desafiar el peligro y se dejaba mirar a las pupilas por aquellos ojos grises, sin color definido, transparentes, fríos casi siempre, que de pronto se encendían como el fanal de un faro, diciendo con sus llamaradas desvergüenzas de que no había derecho a quejarse. ...

En la línea 6483
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Y entonces, los ojos apagados del elegante Mesía brillaron al clavarse en el Magistral que sintió el choque de la mirada y la resistió con la suya, erizando las puntas que tenía en las pupilas entre tanta blandura. ...

En la línea 427
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... A los pocos días empezó ella a mirarle con estudiosa insistencia, reflejando cierto asombro en sus pupilas de mirar profundo, como si hubiese descubierto dentro de su amante ideas inesperadas. También se mostró otra en su trato diario, permaneciendo silenciosa cuando quedaba a solas, siguiendo a Borja con una mirada interrogantes así que le volvía la espalda para alejarse. ...

En la línea 737
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Era el único que parecía acordarse de la existencia de Rosaura, sin duda porque ésta también tenía novela. Con una discreción sonriente procuraba mencionar a la argentina, valiéndose de los más diversos pretextos, y a 1 , mismo tiempo sus ojos de pupilas claras, con las córneas un poco purpúreas, miraban al joven como diciéndole: «Lo sé todo y envidio su buena suerte.» ...

En la línea 1361
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... A continuación convertíalo en pájaro, a causa tal vez de su afición a vestirse, según la moda española, con rasos y brocados negros. Era un ave de presa del mismo color de la noche, las pupilas de fuego y un penacho blanco como remate. ...

En la línea 599
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Calló un instante, como si las tristezas de su vida anterior le impusieran silencio. Pero vio tal curiosidad en las pupilas del coloso, que al fin siguió hablando. ...

En la línea 742
del libro Sandokán: Los tigres de Mompracem
del afamado autor Emilio Salgàri
... Esta vez el jefe de los piratas sacudió la cabeza y un relámpago sombrío brilló en sus pupilas. Se volvió con ímpetu para explorar la inmensa extensión del mar. ...

En la línea 385
del libro Un viaje de novios
del afamado autor Emilia Pardo Bazán
... Acontecía que los pícaros de los túneles se solazaban en taparles adrede los mejores puntos de vista de la ruta. Que aparecía un otero, risueño, un grupo de frondosos árboles, una amena vega, ¡paf! el túnel. Y se quedaban inmóviles al vidrio, sin osar hablar, ni moverse, cual si de pronto entrasen en una iglesia. Algo familiarizada Lucía ya con el calor, interesábanle mucho los accidentes de paisaje que a uno y otro lado del tren se extendían. Le agradaron las fábricas de fósforos, altas, enyesadas, limpias, con su gran letrero en la frente; y en Hernani batió palmas al divisar a la izquierda un magnífico parque inglés, con sus macizos de flores resaltando sobre el verde césped, y sus coníferas elegantes, de ramaje simétrico y péndulo. En Pasajes, tras de la monotonía fatigosa de las montañas reposaron al fin los ojos, viendo extenderse el mar azul, un tanto rizado, mientras los buques, fondeados en la bahía, se columpiaban con oscilación imperceptible, y una brisa marina, acre y salitrosa, estremecía las cortinillas de tafetán del coche, aventando el sudor de la frente de los cansados viajeros. Lucía se quedó embobada ante el Océano, nunca de ella visto hasta entonces, y cuando el túnel -de sopetón y sin pedir permiso- cubrió el espectáculo con negro velo, permaneció de codos en la ventanilla, absorta, las pupilas dilatadas, entreabiertos de admiración los labios. ...

En la línea 386
del libro Un viaje de novios
del afamado autor Emilia Pardo Bazán
... A medida que corrían las horas y la jornada avanzaba iba Artegui perdiendo un poco de su estatuaria frialdad, y cada vez más comunicativo, explicaba a Lucía las vistas de aquel panorama móvil. Escuchaba la niña con el género de atención que tanto agrada y cautiva a los profesores: la del discípulo entusiasta y sumiso a la vez. Artegui era elocuente, cuando a hablar se resolvía; detallaba las costumbres del país, contaba pormenores de los pueblecitos, hasta de los caseríos entrevistos al paso. A su voz, respondían unas pupilas fijas y atentas, un rostro que escuchaba todo él, mudando de expresión según el narrador quería. Fue de suerte, que al bajarse en Irún y oír las primeras sílabas pronunciadas en idioma extraño, Lucía murmuró como con pena: ...

En la línea 551
del libro Un viaje de novios
del afamado autor Emilia Pardo Bazán
... -¡No oír misa! -pronunció la niña, y veló sus pupilas el asombro, y turbose toda-. ¿Y por qué no oye usted misa? ¿No es usted cristiano? ...

En la línea 668
del libro Un viaje de novios
del afamado autor Emilia Pardo Bazán
... Y así se estuvieran probablemente hasta sabe Dios cuándo, a no abrirse de golpe la puerta, apareciendo en ella un hombre; no el camarero, ni menos el esperado Miranda, sino un mozalbete de algunos veinticuatro o veinticinco años, mediano de estatura, pronto y desenfadado de modales. Traía el sombrero puesto, y lo primero que se veía de su persona era el reluciente alfiler de la corbata, y las botas de caña clara, atrevidas, cortas, un tanto manolescas. Causó la entrada de este nuevo personaje una transformación a vista en la escena: mientras Artegui se levantaba furioso, Lucía, vuelta a la conciencia de sí misma, pasó las manos por las sienes, enderezose en el sillón adoptando actitud reservada, pero con las pupilas vagas aún, perdidas en el espacio. ...


El Español es una gran familia

Reglas relacionadas con los errores de s;z

Las Reglas Ortográficas de la S

Se escribe s al final de las palabras llanas.
Ejemplos: telas, andamos, penas
Excepciones: alférez, cáliz, lápiz

Se escriben con s los vocablos compuestos y derivados de otros que también se escriben con esta letra.
Ejemplos: pesar / pesado, sensible / insensibilidad

Se escribe con s las terminaciones -esa, -isa que signifiquen dignidades u oficios de mujeres.
Ejemplos: princesa, poetisa

Se escriben con s los adjetivos que terminan en -aso, -eso, -oso, -uso.
Ejemplos: escaso, travieso, perezoso, difuso

Se escribe con s las terminaciones -ísimo, -ísima.
Ejemplos: altísimo, grandísima

Se escribe con s la terminación -sión cuando corresponde a una palabra que lleva esa letra, o cuando otra palabra derivada lleva -sor, -sivo, -sible,-eso.
Ejemplos: compresor, compresión, expreso, expresivo, expresión.

Se escribe s en la terminación de algunos adjetivos gentilicios singulares.
Ejemplos: inglés, portugués, francés, danés, irlandés.

Se escriben s con las sílabas iniciales des-, dis-.
Ejemplos: desinterés, discriminación.

Se escribe s en las terminaciones -esto, -esta.
Ejemplos: detesto, orquesta.

Las Reglas Ortográficas de la Z

Se escribe z y no c delante de a, o y u.

Se escriben con z las terminaciones -azo, -aza.

Ejemplos: pedazo, terraza

Se escriben con z los sustantivos derivados que terminan en las voces: -anza, -eza, -ez.

Ejemplos: esperanza, grandeza, honradez

La X y la S


Te vas a reir con las pifia que hemos hemos encontrado cambiando las letras s;z

Más información sobre la palabra Pupilas en internet

Pupilas en la RAE.
Pupilas en Word Reference.
Pupilas en la wikipedia.
Sinonimos de Pupilas.

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