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La palabra modezto
Cómo se escribe

Comó se escribe modezto o modesto?

Cual es errónea Modesto o Modezto?

La palabra correcta es Modesto. Sin Embargo Modezto se trata de un error ortográfico.

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Errores Ortográficos típicos con la palabra Modesto

Cómo se escribe modesto o modezto?


la Ortografía es divertida

Algunas Frases de libros en las que aparece modesto

La palabra modesto puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 1317
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... La alegría de la muchacha, la frescura de su piel de morena fuerte, producían en el señorito cierta emoción. La castidad voluntaria que observaba en su retiro, le hacían ver considerablemente agrandados los encantos de la campesina. Siempre había sentido cierta predilección por la muchacha, encontrando en ella un encanto modesto, pero picante y fuerte, como el perfume de las hierbas del campo. Pero ahora, en la soledad, María de la Luz le parecía superior a la _Marquesita_ y a todas las cantaoras y mozas de arranque de Jerez. ...

En la línea 4426
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... -¡Ay, Dios mío, señor! -dijo Mosquetón con aire modesto -. ...

En la línea 4623
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... -Helo aquí - dijo Aramis con aire modesto que no estaba exento de cierto tinte de hipocresía:Los que un pasado lleno de encantos lloráis, y pasáis días desgraciados, todas uuestras desgracias habrán terminado cuando sólo a Dios vuestras lágrimas ofrezcáis, vosotros, los que lloráis. ...

En la línea 6237
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Tras muchas aventuras y alternativas de la fortuna, naufragó en las costas de España, y avergonzándose de volver pobre a su país, se quedó en la Península, y residió principalmente en Sevilla, donde ahora sostenía un modesto comercio de libros. ...

En la línea 6175
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Allá quedaba el modesto marido, el humilde empleado del Banco, de cuerpo pequeño, de rostro de ángel envejecido, atusando el bigotillo gris y cuidando de la prole. ...

En la línea 8152
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Perales, el imitador de Calvo, saludaba con modesto ademán algo sorprendido de que se le aplaudiese en escena que no era de empeño. ...

En la línea 10027
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... No le dejaron ser modesto; y corrió aturdido a ponerse la levita y el sombrero de copa alta. ...

En la línea 10051
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Y mientras comía y bebía por máquina preparaba su arenga, sin poder pasar del exordio, que quería original, sin afectación, modesto sin falsa humildad. ...

En la línea 858
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... En realidad, no valía éste mas que los dos prometidos españoles; pero el modesto señor de Pesaro era sobrino de su gran amigo el cardenal Ascanio Sforza y sobrino también de Ludovico el Moro, déspota de Milán interesado especialmente en apoyar al Papa contra Nápoles. ...

En la línea 976
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Tal accidente, digno de la guerra de la fornicación , hizo reír a media Italia. Ludovico el Moro protestó al enterarse del modesto rescate fijado por el capitán francés. ...

En la línea 1420
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Llevaba una hora de pie, mirando hacia la ciudad, espiando las amplias avenidas que alcanzaba a ver entre los aleros, y en las cuales hormigueaba un público continuamente renovado, cuando sintió con insistencia un cosquilleo en uno de sus tobillos. Al volver sus ojos hacia el suelo, vio erguido en la arena, sobre las puntas de sus botas para hacerse mas visible y moviendo los brazos, a un pigmeo, mejor dicho, a un soldado, con casco de aletas y espada al cinto, el cual daba gritos para llamar su atención. Un poco más allá vio también una máquina rodante en figura de tigre, que había traído sin duda a este guerrero, y era guiada por otro de la misma clase, aunque de aspecto más modesto. ...

En la línea 3560
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Lo que propiamente llamamos amor, la verdad, Fortunata no lo sentía por su amigo; pero sí le tenía respeto, y el cariño apacible a que era acreedor por su hidalgo comportamiento. Teníale ella por la persona más decente que había tratado en su vida. ¡Y cuánto sabía! ¡Qué experiencia del mundo la suya, y con qué habilidad se las gobernaba! Para poner en ejecución aquel plan de reserva de que hablara al principio, mandole tomar un cuartito modesto. No por economía, pues bien podía él pagar una casa como la que Santa Cruz pagaba; era por recato. Lo de la honradez, que ella anhelaba ignorando el valor exacto de las palabras, no tenía sentido; pero ya que no fuese honrada, al menos pareciéralo, y esto iba ganando, que no era floja ganancia. Un cuartito modesto en un barrio apartado era ya señal de que al menos se evitaba el escándalo. A poco de instalada en su nuevo domicilio, D. Evaristo le compró una buena máquina de Singer, con lo que ella se entretenía mucho. La visita del protector era diaria, pero sin hora fija. Unas veces iba de tarde, otras de noche. Pero siempre se retiraba a su casa a dormir. Convenía que Fortunata tuviese una criada fiel, discreta y de cierta responsabilidad. Feijoo estuvo cosa de un mes buscándola y al fin pudo encontrarla. ...

En la línea 5535
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Ballester contestó con un gran suspiro, al cual no dio su interlocutora la interpretación conveniente. De pronto el farmacéutico mudó el tema: «¡Ah!, me olvidaba de lo mejor. ¿Sabe usted que el crítico y yo nos hemos hecho amigos? ¡Quién lo creería! ¡Tanto como yo le odiaba! Pues verá usted. Padillita le metió un día en la botica, y yo empecé a darle guasa con sus críticas, diciéndole que me gustaban mucho. Pues resulta que es muy modesto y que se asusta cuando le elogian lo que escribe. Poco a poco hemos ido intimando, y toda la inquina que le tenía se ha evaporado. Es tan honradito el pobre Ponce, que todo lo que escribe es de conciencia, y hasta cuando elogió el dramón aquel que a mí me sacaba de quicio, lo hizo porque le salía de dentro. Y aunque le paguen tarde, mal y nunca, él tan conforme en su sacerdocio; lo toma en serio, y le parece que nadie ha de tener opinión sobre las obras si él no la da. Ha hecho oposición a una placita en el Tribunal de Cuentas y la ha ganado. ¿Pues qué cree usted? El infeliz tiene que mantener a su madre, que está enferma; y yo, desde que me contó su historia, no le cobro nada por las medicinas. Le damos bromas con Olimpia y la pieza que toca, diciéndole que su adorada es muy romántica y que no tenga miedo de casarse, porque no come. Ni necesitan cocinera, ni cocina, ni siquiera cesto para la compra. Yo le digo que abandone el sacerdocio y que deje a los autores y al público que se arreglen como quieran. Está conforme conmigo, y por fin me ha revelado un secreto: ha escrito un drama y lo tiene en el Español; y como se represente, el exitazo es seguro. La noche del estreno pienso ir con todos mis amigos para armar un alboroto y llamar al autor a la escena lo menos cuarenta veces. Me quiere leer la obra y yo le he dicho que me la deje allí. Sin leerla, le diré que es magnífica, y un amigo mío periodista pondrá un sueltecito con aquello de que en los círculos literarios se habla mucho, etc… Le digo a usted que me interesa mucho ese infeliz, y que haría yo algo por él si pudiera. En bálsamo tranquilo le tengo dado ya más de medio cuartillo, y el extracto de belladona se lo lleva de calle, porque lo que padece la mamá es reuma. También le he hecho una bizma para la cintura que vale cualquier dinero. Yo soy así; al que me entra por el ojo derecho, le doy hasta la camisa. ¡Y si viera usted qué cariño me ha tomado Ponce! Echamos largos párrafos sobre el arte realista, y el ideal, y la emoción estética, y cuanto yo digo, aunque sea un gran desatino, porque en mi vida las he visto más gordas, lo escucha como el Evangelio, y yo me doy con él un lustre que no hay más que ver. Fuera de estas tonterías de la crítica, es un alma de Dios, muy agradecido, muy delicado, sin más debilidad que la de querer a Olimpia y figurarse que un hombre de sesos se puede casar con semejante inutilidad. Yo me he propuesto quitárselo de la cabeza, y creo que lo voy consiguiendo. Porque yo le digo: «¿Con qué se van a mantener? ¿Con la pieza?». Si se casa, van a ser cuatro de familia; el matrimonio y la mamá de él, enferma, y una hermanita que, según me ha contado Ponce, debe de tener hambre canina. De esto hablamos largamente en la botica, que llamamos el círculo literario, y le voy engatusando. Olimpia me sacaría los ojos si supiera las cosas que le digo a su novio; pero que se fastidie. Ya le he conocido siete osos, y lo que es a este no le pesca tampoco. Yo le he tomado bajo mi protección, y le he de salvar. ¡Buen turrón le caía si se casara… !». ...

En la línea 6109
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... —De rosas… ¿y qué más le da a usted… ? (quemándose). ¿Acaso tiene usted que pagarla?… Yo hubiera querido hacerla de mármol; pero no hay posibles… y es de piedra de Novelda; tributo modesto y afectuoso de una amistad pura… Era un ángel… Sí; no me vuelvo atrás, aunque usted se ría. ...

En la línea 1088
del libro El príncipe y el mendigo
del afamado autor Mark Twain
... –Sólo que seas ciego, mudo y paralítico, mientras yo cuento hasta cien mil… Contaré despacio –dijo Miles Hendon con la expresión de un hombre que no pide sino un favor razonable y modesto. ...

En la línea 1494
del libro Niebla
del afamado autor Miguel De Unamuno
... –Una pregunta así, tan vaga, tan genérica, tan en abstracto, no tiene sentido preciso para un modesto investigador como yo, amigo Pérez, para un hombre que no siendo genio, ni deseando serlo… ...

En la línea 611
del libro El jugador
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... —Quería provocar al barón a un duelo —contesté con aire modesto y tranquilo—, pero el general se opuso. ...

En la línea 544
del libro Un viaje de novios
del afamado autor Emilia Pardo Bazán
... Artegui, risueño y solícito, le ofreció el brazo, pero ella no quiso cogerse. Al llegar a la calle anduvo muy callada, con los ojos bajos, echando de menos la protectora sombra del negro velo de su manto de encaje, que le cubría las mejillas, dándole tan modesto porte, cuando en León cruzaba bajo las bóvedas medio derruidas y llenas de andamiaje de la catedral. La de Bayona le pareció linda como un dije de filigrana; pero no pudo oír en ella tan devotamente la misa: se lo estorbaba la pulcritud esmerada del templo, semejante a caja primorosa; los colores vivos de las figuras neobizantinas pintadas sobre oro en el crucero, o la novedad de aquel coro descubierto, de aquel tabernáculo aislado y sin retablo, el moverse de los reclinatorios, el circular de las alquiladoras de sillas. Parecíale estar en un templo de culto diverso del que ella profesaba. Una Virgen blanca, con filetes de oro en el manto, que presentaba el divino infante en una de las capillas de la nave, la tranquilizó algo. Allí rezó buena porción de salves, deshojó las rosas sangrientas del rosario, los místicos lirios de la letanía. Salió del templo con ligero paso y alegre corazón. Lo primero que vio a la puerta fue a Artegui, contemplando con interés la gótica forma de la portada. ...

En la línea 1406
del libro Julio Verne
del afamado autor La vuelta al mundo en 80 días
... Mister Fogg y sus compañeros no encontraron la ciudad muy poblada. Las calles estaban casi desiertas, salvo la parte del templo, adonde no llegaron sino después de atravesar algunos barrios cercados de empalizadas. Las mujeres eran bastante numerosas, lo cual se explica por la composición singular de las familias mormonas. No debe creerse, sin embargo, que todos los mormones son polígamos. Cada cual es libre de hacer sobre este particular lo que guste; pero conviene observar lo que son las ciudadanas del Utah, las que tienen especial empeño en sei'¿asadas, porque, según la religión del país, el cielo mormón no admite a la participación de sus delicias a las solteras. Estas pobres criaturas no parecen tener existencia holgada ni feliz. Algunas, las más ricas sin duda, llevaban un jubón de seda negro, abierto en la cintura, bajo una capucha o chal muy modesto. Las otras no iban vestidas más que de indiana. ...


El Español es una gran familia

Reglas relacionadas con los errores de s;z

Las Reglas Ortográficas de la S

Se escribe s al final de las palabras llanas.
Ejemplos: telas, andamos, penas
Excepciones: alférez, cáliz, lápiz

Se escriben con s los vocablos compuestos y derivados de otros que también se escriben con esta letra.
Ejemplos: pesar / pesado, sensible / insensibilidad

Se escribe con s las terminaciones -esa, -isa que signifiquen dignidades u oficios de mujeres.
Ejemplos: princesa, poetisa

Se escriben con s los adjetivos que terminan en -aso, -eso, -oso, -uso.
Ejemplos: escaso, travieso, perezoso, difuso

Se escribe con s las terminaciones -ísimo, -ísima.
Ejemplos: altísimo, grandísima

Se escribe con s la terminación -sión cuando corresponde a una palabra que lleva esa letra, o cuando otra palabra derivada lleva -sor, -sivo, -sible,-eso.
Ejemplos: compresor, compresión, expreso, expresivo, expresión.

Se escribe s en la terminación de algunos adjetivos gentilicios singulares.
Ejemplos: inglés, portugués, francés, danés, irlandés.

Se escriben s con las sílabas iniciales des-, dis-.
Ejemplos: desinterés, discriminación.

Se escribe s en las terminaciones -esto, -esta.
Ejemplos: detesto, orquesta.

Las Reglas Ortográficas de la Z

Se escribe z y no c delante de a, o y u.

Se escriben con z las terminaciones -azo, -aza.

Ejemplos: pedazo, terraza

Se escriben con z los sustantivos derivados que terminan en las voces: -anza, -eza, -ez.

Ejemplos: esperanza, grandeza, honradez

La X y la S


Te vas a reir con las pifia que hemos hemos encontrado cambiando las letras s;z

Más información sobre la palabra Modesto en internet

Modesto en la RAE.
Modesto en Word Reference.
Modesto en la wikipedia.
Sinonimos de Modesto.

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La palabra encantos
La palabra conversar
La palabra estallar
La palabra permaneciendo
La palabra entretenido
La palabra autoridades
La palabra tormentos

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