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La palabra laborratorrio
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Comó se escribe laborratorrio o laboratorio?

Cual es errónea Laboratorio o Laborratorrio?

La palabra correcta es Laboratorio. Sin Embargo Laborratorrio se trata de un error ortográfico.

La falta ortográfica detectada en la palabra laborratorrio es que se ha eliminado o se ha añadido la letra r a la palabra laboratorio

Errores Ortográficos típicos con la palabra Laboratorio

Cómo se escribe laboratorio o laborratorrio?
Cómo se escribe laboratorio o lavoratorio?


la Ortografía es divertida


Mira que burrada ortográfica hemos encontrado con la letra r

Reglas relacionadas con los errores de r

Las Reglas Ortográficas de la R y la RR

Entre vocales, se escribe r cuando su sonido es suave, y rr, cuando es fuerte aunque sea una palabra derivada o compuesta que en su forma simple lleve r inicial. Por ejemplo: ligeras, horrores, antirreglamentario.

En castellano no es posible usar más de dos r


El Español es una gran familia

Algunas Frases de libros en las que aparece laboratorio

La palabra laboratorio puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 390
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Otros autores afirman, basándose en el testimonio de personas que trataron a Eulame y pudieron oír sus confidencias, que el audaz liliputiense apenas fue conocido por la generalidad de los gigantes. Él y el marinero en cuyo bote se escapó fueron recogidos por un gran barco, y, al llegar a la tierra donde todo es monstruosamente enorme, los navegantes lo vendieron a un sabio, y con el vivió, en el ambiente de una soledad estudiosa, aprendiendo con rápidas síntesis todo lo que el ilustre gigante había buscado en los libros y en las experiencias de laboratorio durante muchos años. ...

En la línea 526
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... - ¡Oh, gentleman! -dijo Flimnap-. Eso podía ser un problema en otra época, cuando la ciencia estaba aun en sus descubrimientos elementales. La maternidad entre nosotros no representa ya más que una corta molestia. Un simple resfriado da más que hacer y obliga a mayores perdidas de tiempo. Este progreso de la ciencia es el que más ha favorecido nuestra emancipación. Las mujeres solo tienen que preocuparse por unas horas del acto maternal, e inmediatamente vuelven a sus trabajos, sin guardar huella alguna del accidente. Mi colega el profesor de Física debe estar a estas horas trabajando en su laboratorio. ...

En la línea 862
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Había que aprovechar una conmemoración histórica, porque en tal fecha la mayor parte del vecindario abandonaba sus viviendas para visitar cierto templo de las inmediaciones. Era el glorioso aniversario de la invención de los rayos negros, considerada como el origen de la Verdadera Revolución. Todos en dicho día querían ver la casita y el laboratorio donde la benemérita sabia había hecho su descubrimiento: modestos edificios cubiertos ahora por la techumbre de un templo majestuoso, en torno del cual se extendían vastísimos jardines. ...

En la línea 873
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Los establecimientos de enseñanza habían enviado a sus alumnos en formación militar para que visitasen la tierra de donde surgió la liberación femenil. Las tropas pasaban también, con sus músicas al frente, para desfilar ante la tumba de aquella mujer de laboratorio que se había ido del mundo sin sospechar su gloria. ...

En la línea 4520
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Ballester iba y venía, trabajando sin cesar, y cantaba entre dientes estribillos de zarzuelas populares. Era un hombre simpático, no muy limpio, de barba inculta, la nariz muy gruesa, personalidad negligente, terminada por arriba en una caballera de matorral, que debía de tener muy poco trato con los peines, y por abajo en anchas y muy usadas pantuflas de pana, que iba arrastrando por los ladrillos de la rebotica y laboratorio. ...

En la línea 4542
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Poco después de esto, dijo Maxi que se quería acostar. Fortunata encendió luz, y él fue hacia la alcoba, arrastrando los pies como un viejo. Mientras su mujer le desnudaba, el pobre chico la sorprendió con estas palabras, que a ella le parecieron infernal inspiración de un cerebro dado a los demonios: «Veremos si esta noche sueño lo mismo que soñé anoche. ¿No te lo he contado? Verás. Pues soñé que estaba yo en el laboratorio, y que me entretenía en distribuir bromuro potásico en papeletas de un gramo… a ojo. Estaba afligido, y me acordaba de ti. Puse lo menos cien papeletas, y después sentí en mí una sed muy rara, sed espiritual que no se aplaca en fuentes de agua. Me fui hacia el frasco del clorhidrato de morfina y me lo bebí todo. Caí al suelo, y en aquel sopor… Tú vete haciendo cargo… en aquel sopor se me apareció un ángel y me dijo, dice: 'José, no tengas celos, que si tu mujer está encinta, es por obra del Pensamiento puro… '. ¿Ves qué disparates? Es que ayer tarde trinqué la Biblia y leí el pasaje aquel de… ». ...

En la línea 4588
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Poníase a trabajar, y, cosa por demás extraña, a pesar del desorden de su cabeza, no cometía una sola equivocación, ni aun cuando le dieron seis clases más de jarabes con sus correspondientes letreros de diferentes colores. Ballester, que ya tenía noticia, por una esquelita de doña Lupe, del rudo acceso de aquella mañana, le vigilaba disimuladamente, mirándole por el rabillo del ojo, pero en una de las vueltas que dio al laboratorio, Maxi dejó bruscamente el trabajo y se fue a la calle sin sombrero. Al volver a la tienda y notar la ausencia del joven, el regente se quedó muy tranquilo y no dijo más que: «Ya voló… buena va». Tomaba con calma las extravagancias de su colega, y su deseo era que una de aquellas escapatorias fuera la del humo. «Pero no tendré yo esa suerte—decía—, y ya me lo volverán a traer para que le amanse». ...

En la línea 4603
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Aquella tarde estuvo Maxi en la botica bastante más calmado. En un rato que tuvo libre, se fue al rincón del laboratorio en que guardaba sus libros, y cogió uno disponiéndose a sumergirse en la lectura. Pero Ballester tomó una vara; se fue derecho a él, y arrebatándole el libro, le amenazó con castigarle. «Ea, dejémonos de sabidurías, que eso es lo que nos trastorna. ¿A ver qué es esto?… ¡Hombre, qué bonito! ...

Más información sobre la palabra Laboratorio en internet

Laboratorio en la RAE.
Laboratorio en Word Reference.
Laboratorio en la wikipedia.
Sinonimos de Laboratorio.

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