Cual es errónea Insistencia o Insistenzia?
La palabra correcta es Insistencia. Sin Embargo Insistenzia se trata de un error ortográfico.
El Error ortográfico detectado en el termino insistenzia es que hay un Intercambio de las letras c;z con respecto la palabra correcta la palabra insistencia
Más información sobre la palabra Insistencia en internet
Insistencia en la RAE.
Insistencia en Word Reference.
Insistencia en la wikipedia.
Sinonimos de Insistencia.
Errores Ortográficos típicos con la palabra Insistencia
Cómo se escribe insistencia o hinsistencia?
Cómo se escribe insistencia o incistencia?
Cómo se escribe insistencia o inziztencia?
Cómo se escribe insistencia o insistenzia?
Reglas relacionadas con los errores de c;z
Las Reglas Ortográficas de la Z
Se escribe z y no c delante de a, o y u.
Se escriben con z las terminaciones -azo, -aza.
Ejemplos: pedazo, terraza
Se escriben con z los sustantivos derivados que terminan en las voces: -anza, -eza, -ez.
Ejemplos: esperanza, grandeza, honradez
La X y la S
Te vas a reir con las pifia que hemos hemos encontrado cambiando las letras c;z

El Español es una gran familia
Algunas Frases de libros en las que aparece insistencia
La palabra insistencia puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 7903
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Irritaba a la de Quintanar esta insistencia de sus ensueños. ...
En la línea 1346
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Al día siguiente, cuando llevaba piedras al extremo de la escollera, vio a un hombrecillo en una pequeña barca, que fingía pescar y se colocaba siempre cerca de su paso, sin asustarse de los remolinos que abrían en las aguas las piernas gigantescas al cortarlas ruidosamente. La insistencia del pescador acabó por atraer la atención de Gillespie. Miró verticalmente la barquita del pigmeo, que se mantenía junto a una de sus pantorrillas, y reconoció a Ra-Ra. Este, puesto de pie y con las dos manos en torno de su boca formando bocina, se limitó a gritar: ...
En la línea 1420
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Llevaba una hora de pie, mirando hacia la ciudad, espiando las amplias avenidas que alcanzaba a ver entre los aleros, y en las cuales hormigueaba un público continuamente renovado, cuando sintió con insistencia un cosquilleo en uno de sus tobillos. Al volver sus ojos hacia el suelo, vio erguido en la arena, sobre las puntas de sus botas para hacerse mas visible y moviendo los brazos, a un pigmeo, mejor dicho, a un soldado, con casco de aletas y espada al cinto, el cual daba gritos para llamar su atención. Un poco más allá vio también una máquina rodante en figura de tigre, que había traído sin duda a este guerrero, y era guiada por otro de la misma clase, aunque de aspecto más modesto. ...
En la línea 1259
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... —Te digo formalmente que me llenas de confusión, porque para chanza me parece mucha insistencia; y si fuera verdad, no lo habrías tenido tan guardado hasta ahora. ...
En la línea 1763
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Grande fue el asombro de Fortunata aquella noche cuando vio que Maximiliano sacaba puñados de monedas diferentes, y contaba con rapidez la suma, apartando el oro de la plata. A la sorpresa un tanto alegre de la joven, siguió pronto sospecha de que su improvisado amigo hubiese adquirido aquel caudal por medios no muy limpios. Creyó ver en él un hijo de familia que, arrastrado de la pasión y cegado por la tontería, se había incautado de la caja paterna. Esta idea la mortificó mucho, haciéndole ver la cruel insistencia con que su destino la maltrataba. Desde que fue lanzada a los azares de aquella vida, se había visto siempre unida a hombres groseros, perversos o tramposos, lo peor de cada casa. ...
En la línea 1791
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Una de las cosas a que Maximiliano daba más importancia para poner en ejecución su plan redentorista era que Fortunata le amara, porque sin esto la sublime obra iba a tener sus dificultades. Si Fortunata se prendaba de él, aunque se prendara por lo moral, que es la menor cantidad de amor posible, no era tan difícil que él la convirtiera al bien por la atracción de su alma. De esta necesidad de amor previo emanaba la insistencia con que Maximiliano le preguntaba a su ídolo si le quería ya algo, si le iba queriendo. Algunas veces contestaba ella que sí con esa facilidad mecánica y rutinaria de los niños aplicados que se saben la lección; otras veces, más sincera y reflexiva, respondía que el cariño no depende de la voluntad ni menos de la razón, y por esto acontece que una mujer, que no tiene pelo de tonta, se enamorisca de cualquier pelagatos, y da calabazas a las personas decentes. Aseguraba estar muy agradecida a Maximiliano por lo bien que se había portado con ella, y de aquella gratitud saldría, con el trato, el querer. Según Rubín, el orden natural de las cosas en el mundo espiritual establece que el amor nazca del agradecimiento, aunque también nace de otros padres. El corazón le decía, como él dice las cosas, a la calladita, que Fortunata le había de querer de firme; y esperaba con paciencia el cumplimiento de esta dulce profecía. Sin embargo, no las tenía todas consigo, porque como se dan casos de que salga fallido lo que el corazón anuncia, pasaba el pobre chico horas de verdadera angustia, y a solas en su casa, se metía en unos cálculos muy hondos para averiguar el estado de los sentimientos de su querida. Rápidamente pasaba de la duda más cruel a las afirmaciones terminantes. Tan pronto pensaba que no le quería ni pizca, como que le empezaba a querer, y todo era discutir y analizar palabras, gestos y actos de ella, interpretándolos de una manera o de otra. «¿Por qué me dijo tal o cual cosa? ¿Qué querría expresar con aquella reticencia?… Y aquella carcajadita, ¿qué significaba?… Ayer, cuando me abrió la puerta, no me dijo nada… Pero cuando me marché díjome que me abrigara bien». ...
En la línea 6102
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... —Y ahora también, y ahora también—afirmó Rubín con maniática insistencia—. Empezaré al instante mis trabajos de observación y de cálculo. ...
En la línea 1897
del libro Veinte mil leguas de viaje submarino
del afamado autor Julio Verne
... -¿Y una vez en el cabo de Buena Esperanza? -preguntó el canadiense con una insistencia muy particular. ...
En la línea 493
del libro El jugador
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... —Y tú, Potapytch, dile a ese papanatas de mozo que nos dé una habitación cómoda, agradable, en el primer piso, y haz que trasladen mi equipaje. Pero, ¿por qué quieren llevarme todos? ¿Por qué esta insistencia? ¡Qué serviles!… ¿Quién es ése que está contigo? —me preguntó de nuevo. ...

la Ortografía es divertida
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