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La palabra inesperrado
Cómo se escribe

Comó se escribe inesperrado o inesperado?

Cual es errónea Inesperado o Inesperrado?

La palabra correcta es Inesperado. Sin Embargo Inesperrado se trata de un error ortográfico.

La falta ortográfica detectada en la palabra inesperrado es que se ha eliminado o se ha añadido la letra r a la palabra inesperado


la Ortografía es divertida

Algunas Frases de libros en las que aparece inesperado

La palabra inesperado puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 1297
del libro La Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Mientras detallaba sus recuerdos, el maestro y su mujer lo oían atentamente, y algunos muchachos, abusando del inesperado asueto, iban alejándose de la barraca, atraídos por las ovejas, qÚe huían de ellos como del demonio. ...

En la línea 1656
del libro La Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Batiste y su familia no se dieron cuenta de como se inició el suceso inaudito, inesperado; quién fue el primero que se decidió a pasar el puentecillo que unía el camino con los odiados campos. ...

En la línea 1658
del libro La Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Agobiados por el dolor, vieron que la huerta venía repentinamente hacia ellos; y no protestaron, porque la desgracia necesita consuelo; pero tampoco agradecieron el inesperado movimiento de aproximación. ...

En la línea 13582
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Ana iba como ciega, no oía ni entendía tampoco, pero la presencia grotesca de aquel compañero inesperado la hizo ruborizarse y sintió deseos locos de echar a correr. ...

En la línea 269
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Se llegó a temer que estallara de nuevo el cisma y los cardenales italianos abandonasen a Roma para elegir un segundo Pontífice. Al Papa inesperado le daban el apodo de el viejo catalán, y su amistad con el rey de Nápoles era interpretada como un anuncio del crecimiento de dicho reino. ...

En la línea 1507
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... A Paolo Orsini, el tercer prisionero, lo guardó para conducirlo a Roma y confrontarlo con otros miembros de su familia que habían preparado una conjuración contra la vida de! Pontífice. Dicha revuelta debía iniciarse en la capital tan pronto como se recibiesen nuevas de la prisión de César en Sinigaglia, o de su muerte. Pero la noticia que llegó a Roma fue la del inesperado triunfo de César, y Alejandro VI se apresuró a encarcelar en el Vaticano a todos los de la familia Orsini, un cardenal, un arzobispo, un protonotario de la curia y varios hombres más de guerra. ...

En la línea 1564
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Al evocar Claudio en los días siguientes este encuentro, le era imposible reconstruir con exactitud lo que había dicho. Sólo conseguía acordarse de que ella le escuchaba en silencio, mirándolo fijamente, con gesto de extrañeza, apreciando sus palabras como algo inesperado, molesto e inquietante. ...

En la línea 1597
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Intentó Rosaura apoyarse en dicho brazo; pero no pudo conseguirlo. Algo inesperado, bárbaro, al margen de las conveniencias de vida social, cortó su acción. ...

En la línea 896
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Con el inesperado movimiento de su conductor, el pigmeo había saltado fuera del bolsillo y se mantenía agarrado al borde. ...

En la línea 1394
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Los curiosos ya no reían de la grotesca revolución de los hombres. Lanzaban los periódicos edición tras edición para contar la historia de este suceso, el más inaudito e inesperado desde que las mujeres constituyeron los Estados Unidos de la Felicidad. Los insurgentes de Balmuff se habían lanzado con piedras y palos sobre la Universidad de su capital, apoderándose de ella sin más esfuerzo que repartir unos cuantos garrotazos entre los profesores femeninos y otros empleados de igual sexo que dependían del lejano y omnipotente Momaren. Luego se habían esparcido por el Museo Histórico, apoderándose de los fusiles y cañones que figuraban en sus salas. Precisamente el gobierno de la Confederación, para satisfacer sin gasto alguno la vanidad de las mujeres patriotas de este Estado remoto, había enviado, poco después del triunfo femenil, enormes cantidades del antiguo material de guerra de los hombres, para que con esta ferretería inútil adornasen su palacio universitario. ...

En la línea 1570
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Edwin, empuñando otra vez sus remos, procuró salir rápidamente del puerto. Nada le quedaba que hacer en él. Pero fuera de su boca le salió al encuentro un obstáculo inesperado. ...

En la línea 1682
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Quedó aturdido por el texto inesperado del despacho. Experimentó una gran alegría, avergonzándose a continuación de ella. El desesperado pesimismo que había sentido en los primeros momentos se reprodujo, haciéndole buscar en el telegrama la parte más alarmante, o sea las primeras palabras. ...

En la línea 1238
del libro El príncipe y el mendigo
del afamado autor Mark Twain
... –¿Qué quiere decir ese chico? preguntó Andrews, sorprendido ante aquel vivo ataque inesperado. ...

En la línea 336
del libro Grandes Esperanzas
del afamado autor Charles Dickens
... El estado de mi mente con respecto a la ratería de que tan bien había salido gracias a un suceso inesperado no me impelió a confesarme con franqueza; mas espero que en el fondo había algunas huellas de un sentimiento noble. ...

En la línea 427
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... Raskolnikof había dejado ya tan atrás al matrimonio y su amiga, que no pudo oír ni una palabra más. Había acortado el paso insensiblemente y había procurado no perder una sola sílaba de la conversación. A la sorpresa del primer momento había sucedido gradualmente un horror que le produjo escalofríos. Se había enterado, de súbito y del modo más inesperado, de que al día siguiente, exactamente a las siete, Lisbeth, la hermana de la vieja, la única persona que la acompañaba, habría salido y, por lo tanto, que a las siete del día siguiente la vieja ¡estaría sola en la casa! ...

En la línea 886
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... De súbito se detuvo; acababa de planteársele un nuevo problema, tan inesperado como sencillo, que le dejó atónito. «Si, como crees, has procedido en todo este asunto como un hombre inteligente y no como un imbécil, si perseguías una finalidad claramente determinada, ¿cómo se explica que no hayas dirigido ni siquiera una ojeada al interior de la bolsita, que no te hayas preocupado de averiguar lo que ha producido ese acto por el que has tenido que afrontar toda suerte de peligros y horrores? Hace un momento estabas dispuesto a arrojar al agua esa bolsa, esas joyas que ni siquiera has mirado… ¿Qué explicación puedes dar a esto?» ...

En la línea 1165
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑¡Ah, sí! Pues escucha. Al día siguiente del crimen, por la mañana, cuando la policía sólo pensaba aún en Koch y Pestriakof (a pesar de que éstos habían dado toda clase de explicaciones convincentes sobre sus pasos), he aquí que se produce un hecho inesperado. Un campesino llamado Duchkhine, que tiene una taberna frente a la casa del crimen, se presentó en la comisaría y entrega un estuche que contiene un par de pendientes de oro. A continuación refiere la siguiente historia: ...

En la línea 2627
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... Debo de estar soñando todavía ‑volvió a pensar Raskolnikof, contemplando al inesperado visitante con atención y desconfianza‑ ¡Svidrigailof! ¡Qué cosa tan absurda!» ...

En la línea 83
del libro La llamada de la selva
del afamado autor Jack London
... Por su parte, posiblemente porque adivinaba que Buck era un peligroso rival, Spitz nunca perdía la oportunidad de enseñarle los dientes. Incluso hacía lo imposible por bravuconear ante él, esforzándose constantemente por iniciar una pelea que sólo podría acabar con la muerte de uno de los dos. A poco de emprendido el viaje, tal cosa pudo haber ocurrido, de no ser por un inesperado accidente. Al final de aquel día habían instalado un precario campamento a orillas del lago Le Barge. Una violenta nevada, el viento, que cortaba como una cuchilla al rojo vivo, y la oscuridad los habían forzado a buscar a ciegas un lugar de acampada. Dificilmente podrían haber encontrado uno peor. A sus espaldas se levantaba una pared perpendicular de roca, y Perrault y François no tuvieron más remedio que hacer la hoguera y tender los sacos de dormir sobre el mismo hielo del lago. Se habían deshecho de la tienda en Dyea con el fin de viajar ligeros de peso. Unas pocas tablas sobrantes les proporcionaron un fuego que se hundió al derretirse el hielo dejándolos a oscuras para cenar. ...

En la línea 87
del libro La llamada de la selva
del afamado autor Jack London
... Spitz estaba igualmente dispuesto al combate. Aullaba de rabia y ansiedad mientras giraba a un lado u otro buscando la ocasión de arremeter. Buck no estaba menos impaciente ni era menor la cautela con que giraba a su vez procurando ganar ventaja. Pero fue entonces cuando ocurrió lo inesperado, algo que dejó para el futuro, después de muchos y fatigosos kilómetros, la lucha por la supremacía. ...

En la línea 107
del libro La llamada de la selva
del afamado autor Jack London
... Cuando por fin lo descubrieron y Spitz se abalanzó hacia él para castigarlo, Buck, con el mismo ímpetu, se atravesó entre los dos. Fue algo tan inesperado y ejecutado con tal precisión, que Spitz, empujado hacia atrás, perdió el equilibrio. Alentado ante aquella abierta rebelión, Pike, que había estado temblando de un modo abyecto, saltó sobre el líder caído. Buck, para quien el juego limpio era una norma relegada al olvido, se precipitó también sobre Spitz. Pero François, que aunque divertido por el incidente era inflexible a la hora de administrar justicia, descargó el látigo con todas sus fuerzas sobre Buck. Como ni con esto logró apartarlo de su postrado enemigo, recurrió al mango del látigo. Semiinconsciente por el golpe, Buck cayó hacia atrás y recibió reiterados latigazos, mientras Spitz propinaba una buena paliza al reincidente Pike. ...

En la línea 335
del libro La llamada de la selva
del afamado autor Jack London
... Mientras se deslizaba silencioso como una sombra, su hocico giró bruscamente a un lado, como si una fuerza se lo hubiera agarrado y hubiese tirado de él. Siguiendo el inesperado olor hasta el interior de unos matorrales, Buck encontró a Nig. Yacía de costado, muerto en el lugar donde se había arrastrado, con la flecha que lo había atravesado saliendo por el cuerpo. ...

Reglas relacionadas con los errores de r

Las Reglas Ortográficas de la R y la RR

Entre vocales, se escribe r cuando su sonido es suave, y rr, cuando es fuerte aunque sea una palabra derivada o compuesta que en su forma simple lleve r inicial. Por ejemplo: ligeras, horrores, antirreglamentario.

En castellano no es posible usar más de dos r


Mira que burrada ortográfica hemos encontrado con la letra r


El Español es una gran familia

Errores Ortográficos típicos con la palabra Inesperado

Cómo se escribe inesperado o hinesperado?
Cómo se escribe inesperado o inesperrado?
Cómo se escribe inesperado o inezperado?

Más información sobre la palabra Inesperado en internet

Inesperado en la RAE.
Inesperado en Word Reference.
Inesperado en la wikipedia.
Sinonimos de Inesperado.

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