Cual es errónea Importancia o Importanzia?
La palabra correcta es Importancia. Sin Embargo Importanzia se trata de un error ortográfico.
El Error ortográfico detectado en el termino importanzia es que hay un Intercambio de las letras c;z con respecto la palabra correcta la palabra importancia
Errores Ortográficos típicos con la palabra Importancia
Cómo se escribe importancia o himportancia?
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la Ortografía es divertida

El Español es una gran familia
Reglas relacionadas con los errores de c;z
Las Reglas Ortográficas de la Z
Se escribe z y no c delante de a, o y u.
Se escriben con z las terminaciones -azo, -aza.
Ejemplos: pedazo, terraza
Se escriben con z los sustantivos derivados que terminan en las voces: -anza, -eza, -ez.
Ejemplos: esperanza, grandeza, honradez
La X y la S
Te vas a reir con las pifia que hemos hemos encontrado cambiando las letras c;z
Algunas Frases de libros en las que aparece importancia
La palabra importancia puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 968
del libro La Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Fue para ella un incidente sin importancia, un encuentro agradable, que le había quitado el miedo; nada más. ...
En la línea 2020
del libro La Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Y afectando dar poca importancia a la porfía y a su propia fortaleza, habló de su falta de apetito como de una gran desgracia, después de haberse pasado dos días en aquel sitio devorando y bebiendo brutalmente. ...
En la línea 255
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... La muerte de don Pablo fue para ella una solución. Sintiose más libre de preocupaciones y remordimientos. Su hijo mayor acababa de casarse y sería el dueño de la casa. Ya no era la fortuna de los Dupont, era de un Torreroel, y con esto le parecía que se borraba su vergonzoso origen, y que Dios protegería mejor los negocios de la casa. La aptitud comercial de Pablo, sus iniciativas y, especialmente, la nueva destilación del cognac, que hacía famoso el nombre de la bodega, parecían afirmar estas preocupaciones de la buena señora. ¡Dupont, en el rótulo; pero Torreroel en el alma! Su hijo le parecía un gran señor de otras épocas, de aquellos que con toda su nobleza eran agricultores y servían a Dios arado en mano. La industria serviría ahora para que afirmase su importancia social aquel descendiente de virreyes y santos arzobispos. ...
En la línea 351
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Para Fermín Montenegro no eran un secreto los disgustos de carácter espiritual, las grandes contrariedades que sufría la viuda de Dupont por culpa de los negocios. Su hijo tenía que tratar gentes de todas clases, herejes y hombres sin religión; extranjeros que consumían los vinos de la casa, y al pasar por Jerez habían de ser recibidos con el agasajo que merecen los buenos clientes. ¡Ser buenos servidores del Señor y tener que tratar a sus enemigos como si fuesen iguales! En vano los Padres de la iglesia de San Ignacio disipaban sus escrúpulos recordándola la importancia de los negocios y la influencia que una casa tan poderosa ejercía sobre la religiosidad de Jerez. Doña Elvira sólo se reconciliaba con sus famosas bodegas cuando una vez por año salía con destino a Roma una barrica de vino, dulce y espeso como jarabe, destinado a la misa del Pontífice por recomendación de varios obispos, amigos de la casa. Este honor la servía de lenitivo. Pero aun así, ¡qué angustias no la hacían sufrir aquellos extranjeros rubios y antipáticos que tenían la audacia de leer la Biblia a su modo y en su lengua, sin creer en Su Santidad, ni ir a misa!... ...
En la línea 1241
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Y Luis Dupont, convencido de la importancia de su persona, iba de un casino a otro hablando de la «cuestión social» con vehementes manoteos que ponían en peligro las botellas y copas alineadas en las mesas. ...
En la línea 1669
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... La historia de aquel país, la tradición de la tierra gaditana, provincia de revoluciones, influía en la credulidad de las gentes. Habían visto con tanto facilidad, de la noche a la mañana, derribar tronos y ministerios, y hasta llevar presos a reyes, que nadie dudaba de la posibilidad de una revolución de mayor importancia que las anteriores, pues aseguraría el bienestar de los infelices. ...
En la línea 270
del libro El cuervo
del afamado autor Leopoldo Alias Clarín
... Pero aquí se luchaba menos; se iba con más franqueza a la seriedad del negocio, a la importancia de la vida llena de faenas, de actividad interesada; y sin escrúpulos y paráfrasis, se iba dejando en la sombra lo que estaba destinado al olvido. ...
En la línea 882
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... El rey se levan tó, pues, al cabo de un instante y, metiendo en su bolsillo el dinero que tenía ante sí y cuya mayor parte procedía de su ganancia, dijo:-La Vieuville, tomad mi puesto, tengo que hablar con el señor de Tréville por un asunto de importancia. ...
En la línea 2470
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... -¿Y bien? -dijo vivamente el cardenal, levantándose con la presteza que probaba el grado de importancia que concedía a la comisión que había encargado al conde. ...
En la línea 2539
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... ¿Han pasado así las cosas?-El señor d e Tréville no dice - dijo el cardenal con la mayor flema-que ese mosquetero inocente, ese hombre galante una hora antes, acababa de herir a estocadas a cuatro comisarios instructores de legados por mí para instruir un asunto de la más alta importancia. ...
En la línea 2922
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... -Sí, tengo una cosa de la mayor importancia que deciros. ...
En la línea 40
del libro Memoria De Las Islas Filipinas.
del afamado autor Don Luis Prudencio Alvarez y Tejero
... Estos oficios son de muy corto número y escaso provecho; porque en la inmensa estension del fuero militar en las personas pudientes de Filipinas, la auditoría de guerra ha llevado asi todos los pleitos civiles de importancia en las Islas, y la audiencia se halla reducida á causas criminales y pleitos de tierras entre los indios, y no de mucha cuantía, y únicamente tiene por pleitos de algun valor los negocios de comercio desde la publicacion del código en aquel pais; pero estos, ni son muchos, ni muy graves, lo cual no escluye la idea de que haya algunos de mucha consideracion; mas no es lo jeneral: razones por las que no es posible ni fácil que españoles instruidos compren y entren á servir aquellos oficios de la audiencia. ...
En la línea 52
del libro Memoria De Las Islas Filipinas.
del afamado autor Don Luis Prudencio Alvarez y Tejero
... El juzgado de bienes de difuntos y ausentes, institucion que conviene conservar y darla mejor forma, como despues se dirá por las razones que se espresarán en párrafo separado, es otro cargo que turna entre los majistrados de dos en dos años [4], y en este juzgado hay asuntos de importancia; pero que sea de mucho ó poco bulto su entidad, es lo cierto que en él existen muy retrasados, y que su curso es en estremo lento, por no observarse la ley que manda se señale cada semana un dia para ver estos pleitos [5]. ...
En la línea 85
del libro Memoria De Las Islas Filipinas.
del afamado autor Don Luis Prudencio Alvarez y Tejero
... Es, pues, por tanto de necesidad que se admitan considerables variaciones, como son las siguientes, ú otras reglas análogas á ellas, para su gran reforma en ramo de tanto interes é importancia, y fundar sobre bases sólidas la conservacion y fomento de la riqueza de tan hermosas Islas y seguridad pública, obrándose con todo el tino, madurez y circunspeccion que exije tan delicado asunto, y planteándose las reformas segun las circunstancias, empezándose desde luego á proveer los juzgados de aquellas provincias en letrados de las calidades indicadas, con las demas que espresan los párrafos siguientes, y otras que se estimen conducentes. ...
En la línea 145
del libro Memoria De Las Islas Filipinas.
del afamado autor Don Luis Prudencio Alvarez y Tejero
... El establecimiento de este juzgado es de mucha entidad é importancia, y como tal lo establecen y protejen las leyes de Indias [16], y muchas posteriores Reales cédulas; asi que el conservarle y perfeccionar su planta bajo reglas dadas, separar el conocimiento de sus asuntos de los ministros de la audiencia, y ponerlos en primera instancia bajo la inspeccion de los mismos jueces letrados, quienes procederán con la exijencia que marca la ley [17], y segun se estime con restricciones y garantías para que no puedan abusar de su ministerio aunque quieran, ni distraer un solo real de esas testamentarías, debe ser la principal base de esta reforma, muy conforme á justicia y pública conveniencia. ...
En la línea 80
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Ni la Sociedad Bíblica ni Jorge Borrow preveían entonces que sus campañas en la Península iban a tener la importancia que después adquirieron. ...
En la línea 408
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Debo hacer notar que era un muchacho de unos quince años, muy despierto, con algunos conocimientos de latín; sin embargo, no conocía la Escritura ni de nombre, y no tengo duda, por mis observaciones ulteriores, que cuando menos los dos tercios de sus compatriotas, no están en asunto de tal importancia mejor instruídos que él. ...
En la línea 823
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Llenos de amabilidad y cortesía recibieron al compatriota hereje y aunque el adelanto de su propia religión era para ellos un objeto de primordial importancia, no tardé en observar que, con una inconsecuencia bastante divertida, conservaban en grado portentoso algunos prejuicios nacionales casi extinguidos ya en la madre patria, y movidos por ellos llegaban a censurar y desdorar a sus mismos correligionarios. ...
En la línea 1063
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Hícele algunas preguntas sin importancia, y me contestó; pero parecía ligeramente sorda. ...
En la línea 172
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Mas que, en tanto que esto no hubiese, tuvieron los pasados caballeros por cosa acertada que sus escuderos fuesen proveídos de dineros y de otras cosas necesarias, como eran hilas y ungüentos para curarse; y, cuando sucedía que los tales caballeros no tenían escuderos, que eran pocas y raras veces, ellos mesmos lo llevaban todo en unas alforjas muy sutiles, que casi no se parecían, a las ancas del caballo, como que era otra cosa de más importancia; porque, no siendo por ocasión semejante, esto de llevar alforjas no fue muy admitido entre los caballeros andantes; y por esto le daba por consejo, pues aún se lo podía mandar como a su ahijado, que tan presto lo había de ser, que no caminase de allí adelante sin dineros y sin las prevenciones referidas, y que vería cuán bien se hallaba con ellas cuando menos se pensase. ...
En la línea 246
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... -Si os la mostrara -replicó don Quijote-, ¿qué hiciérades vosotros en confesar una verdad tan notoria? La importancia está en que sin verla lo habéis de creer, confesar, afirmar, jurar y defender; donde no, conmigo sois en batalla, gente descomunal y soberbia. ...
En la línea 332
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... -Pues ése -replicó el cura-, con la segunda, tercera y cuarta parte, tienen necesidad de un poco de ruibarbo para purgar la demasiada cólera suya, y es menester quitarles todo aquello del castillo de la Fama y otras impertinencias de más importancia, para lo cual se les da término ultramarino, y como se enmendaren, así se usará con ellos de misericordia o de justicia; y en tanto, tenedlos vos, compadre, en vuestra casa, mas no los dejéis leer a ninguno. ...
En la línea 507
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Otras algunas menudencias había que advertir, pero todas son de poca importancia y que no hacen al caso a la verdadera relación de la historia; que ninguna es mala como sea verdadera. ...
En la línea 110
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... Algunas observaciones generales acerca de la importancia comparativa de los diferentes órdenes, pueden interesar a los entomólogos ingleses. Los lepidópteros, grandes y de admirable colorido, denotan la zona donde viven con mucha más claridad que ninguna otra raza de animales. Hablo sólo de las mariposas; porque las vespertiliónidas, contra lo que hubiera podido hacer pensar el vigor de la vegetación, me han parecido ciertamente menos numerosas que en nuestras regiones templadas. Mucho me sorprendieron las costumbres de la Papilio feronia. Esta mariposa es bastante común y suele frecuentar los bosques de naranjos. Aunque se eleva en el aire a mucha altura, acostumbra a posarse en el tronco de los árboles. Entonces está cabeza abajo y con las alas abiertas horizontalmente, en vez de levantarlas verticalmente, como lo hacen la mayoría de las mariposas. Además, es la única a quien he visto valerse de las patas para correr; yo no conocía esta costumbre suya, y por eso el insecto me escapaba más de una vez, ladeándose en el preciso momento de ir a cogerle con las pinzas. Pero (hecho más extraño aún) esta especie tiene la facultad de emitir sonidos5 . En varias ocasiones pasó una pareja de estas mariposas, probablemente un macho y una hembra, a uno o dos metros de mí, persiguiéndose la una a la otra. Pues bien; cada vez oía con claridad un ruido análogo al que producía una rueda dentada girando debajo de una lengüeta metálica. El ruido se renovaba con breves intervalos y podía percibirse a la distancia de unos 20 metros. Puedo afirmar que esta observación está exenta de todo error. ...
En la línea 181
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... Me he fijado mucho en un pájaro burlón (Mimus orpheus), llamado calandria por los habitantes; este ave deja oír un canto superior al de todas las demás aves del país, y también es casi la única de la América del Sur a quien he visto encaramarse para cantar. Puede compararse este canto al de la silvia o curruca, sólo que es más potente; algunas notas duras y muy altas se mezclan con un gorjeo muy agradable. No se le oye en primavera; durante las otras estaciones dista mucho de ser armonioso su penetrante grito. Cerca de Maldonado estas aves son muy atrevidas y muy poco ariscas; visitan en gran número- las casas de campo para arrancar pedazos a la carne colgada en las paredes o en postes; si otra ave, sea cual fuere, se aproxima a ellas para tomar parte en el festín, las calandrias la expulsan enseguida. Otra especie, próxima aliada de ésta (Mimus patagónica, de D'Orbigny), que habita en las inmensas llanuras desiertas de la Patagonia, es mucho más salvaje, y tiene un tono de voz un poco diferente. Paréceme curioso mencionar (lo cual prueba la importancia de las más ligeras diferencias entre las costumbres) que, habiendo visto esta segunda especie, y no juzgándola sino desde este punto de vista, creí que era diferente de la especie habitante en las cercanías de Maldonado. Habiendo adquirido luego un ejemplar, y comparado ambas especies sin gran esmero, pareciéronme tan absolutamente semejantes que cambié de opinión. Pues bien, Mr. Gould sostiene que son dos especies distintas, conclusión que concuerda con la leve diferencia de hábitos que Mr. Gould no conocía, sin embargo. ...
En la línea 337
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... También me dieron algunos detalles acerca de un encuentro que hubo en Cholechel unas cuantas semanas antes del que acabo de hablar. Cholechel es un puesto de mucha importancia, por ser sitio de paso para los caballos; por eso se estableció allí durante algún tiempo el cuartel general de una división del ejército. Cuando las tropas llegaron por vez primera a ese lugar, encontraron allí una tribu de indios y mataron a 20 ó 30. Escapose el cacique de un modo que sorprendió a todo el mundo. Los principales indios tienen siempre a mano, para una necesidad apremiante, uno ó dos caballos escogidos. El cacique montó uno de esos caballos de reserva (un viejo caballo blanco), llevándose consigo a su hijo aún de tierna edad. El caballo no tenía silla ni brida. Para evitar las balas, el indio montó como suelen hacerlo sus compatriotas, es decir, con un brazo alrededor del cuello del animal y sólo una pierna encima de él. Suspenso así de un lado, viósele acariciar la cabeza de su caballo y hablarle. Los españoles se encarnizaron en persecución suya; el comandante cambió tres veces de cabalgadura, pero en vano. El viejo indio y su hijo consiguieron escaparse y, por consiguiente, conservar su libertad.. ...
En la línea 393
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... Dormimos en una de las grandes estancias del general Rosas. Está fortificada y tiene tal importancia, que al llegar de noche la tomo por una ciudad y su fortaleza. Al día siguiente vemos inmensos rebaños vacunos; el general posee aquí 74 leguas cuadradas de terreno. Antiguamente empleaba cerca de 300 hombres en esta propiedad, y tenían tal disciplina que desafiaban a todos los ataques de los, indios. ...
En la línea 388
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... En cuanto llegaba un forastero de alguna importancia a Vetusta, se buscaba por un lado o por otro una recomendación para que Bermúdez fuese tan amable que le acompañara a ver las antigüedades de la catedral y otras de la Encimada. ...
En la línea 1751
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Esta era la ocupación a que daban más importancia entre todas las de su atareada existencia. ...
En la línea 2319
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Pero desde que era de la Junta Ronzal, que había visto otros usos en sus cortos viajes, los porteros se inclinaban al pasar un socio sin importancia, y hasta dejaban oír un gruñido, que bien interpretado podía tomarse por un saludo; si era un individuo de la Junta se levantaban de su silla cosa de medio palmo, si era Ronzal se levantaban un palmo entero y si pasaba don Álvaro Mesía, presidente de la sociedad, se ponían de pie y se cuadraban como reclutas. ...
En la línea 2489
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... —y miraba a los lados al decirlo —tenía un precioso manuscrito de Felipe II, un documento político de gran importancia. ...
En la línea 369
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... En sus tiempos de secretario de Alfonso V había mirado siempre con menosprecio a este bastardo, y le era imposible admitirlo como rey. Un caballero de Valencia, avecindado en la calle de la Bolsería, se cuidó de educar al pequeño Fernando, al que luego sus súbditos italianos llamaron Ferrante, siendo el fundador de la dinastía de Aragón en Nápoles. Su madre, dama valenciana sin importancia apenas había dejado recuerdos. ...
En la línea 531
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... —Me lo dijo el señor Bustamante antes que yo saliese de Roma—contestó con indiferencia don Baltasar, no dando importancia a sus palabras. ...
En la línea 650
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Solo comía en vajilla de oro; montaba los más valiosos corceles; su servidumbre vestía de seda y púrpura; iba a todas partes llevando un cortejo de poetas y pintores; daba la importancia de negocios de Estado a la organización en sus palacios y jardines de funciones teatrales y representaciones bélicas. «Quiso competir—dijo Platina, el humanista protegido por él y nombrado por Sixto IV bibliotecario del Vaticano—con todos los personajes antiguos en grandiosidad y magnificencia… , lo mismo en las cosas buenas que en los vicios.» ...
En la línea 727
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... —Me distingo algo de mis colegas de las otras repúblicas de América —decía con falsa modestia—. Esto consiste en que soy un poco artista. Tengo aficiones que ellos no conocen. ¡Y pensar que en nuestro país no se enteran de la importancia que les estoy dando con mi prestigio en Roma!… ...
En la línea 262
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Pasó por entre estos guerreros, con toda la austeridad de su carácter universitario y sus opiniones antimilitaristas, el profesor Flimnap. La inesperada aparición del Gentleman-Montaña había dado una importancia extraordinaria a la traductora de inglés. En unas cuantas horas se había convertido en el personaje más interesante de la República. El gobierno le llamaba para conocer sus opiniones; el rector de la primera de las universidades, que hasta entonces le había considerado como un triste catedrático de una lengua muerta y de problemática utilidad, se dignaba sonreírle, y hasta en la noche anterior, después del recibimiento del Hombre-Montaña, lo había invitado a cenar para que en presencia de su familia contase todo lo ocurrido. ...
En la línea 268
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Flimnap había creído necesario, teniendo en cuenta su nueva importancia oficial, llevar bajo el brazo una gran cartera de cuero, semejante a la que ostentaban los altos funcionarios del Estado cuando iban a despachar con los señores del Consejo Ejecutivo. En esta cartera guardaba las actas de las tres sesiones que había celebrado el 'Comité de recibimiento del Hombre-Montaña', así como los presupuestos de gastos, presentes y futuros, para la manutención de tan costoso huésped. Además llevaba una traducción, en idioma del país, que había hecho de los versos escritos por el Gentleman-Montaña en su cuaderno de notas. ...
En la línea 482
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... - Eso que ha visto, gentleman, no es un ejército. Usted, que conoce, como unos pocos de nosotros, el gran poder destructivo de las materias explosivas, ¿qué importancia puede dar a nuestros regimientos, armados de flechas y lanzas, como en los reinados de los mas remotos emperadores?… ...
En la línea 513
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Algunos jovenzuelos audaces forman agrupaciones con el nombre de Partido Masculinita. Su doctrina la titulan el Varonismo. Pero debo añadir que las mujeres se ríen de esto, y los diarios lo aprovechan como un tema de burlas e ironías para divertir a sus lectores. Dentro de las casas la rebelión de los 'varonistas' suele tener más importancia. A veces, la mujer, dueña absoluta del hogar, como lo exigen las buenas costumbres, se ve obligada a poner mal gesto y a infundir un poco de miedo a su compañero masculino, pues este pretende usurparle sus funciones y grita que no quiere ser esclavo. Me dirá usted que así empezaron las mujeres antes de la Verdadera Revolución; pero el caso no es el mismo. Solamente puede sonar con la conquista del poder quien posea las armas, y mientras los 'rayos negros' hagan su trabajo destructor, nuestros antiguos déspotas no llegarán a conseguir que renazca el pasado. ...
En la línea 478
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... —Maestro… que haya salud. Ciertos artículos se compraban siempre al por mayor, y si era posible de primera mano. Barbarita tenía en la médula de los huesos la fibra de comerciante, y se pirraba por sacar el género arreglado. Pero, ¡cuán distantes de la realidad habrían quedado estos intentos sin la ayuda del espejo de los corredores, Estupiñá el Grande! ¡Lo que aquel santo hombre andaba para encontrar huevos frescos en gran cantidad… ! Todos los polleros de la Cava le traían en palmitas, y él se daba no poca importancia, diciéndoles: «o tenemos formalidad o no tenemos formalidad. Examinemos el artículo, y después se discutirá… calma, hombre, calma». Y allí era el mirar huevo por huevo al trasluz, el sopesarlos y el hacer mil comentarios sobre su probable antigüedad. Como alguno de aquellos tíos le engañase, ya podía encomendarse a Dios, porque llegaba Estupiñá como una fiera amenazándole con el teniente alcalde, con la inspección municipal y hasta con la horca. ...
En la línea 910
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... «Me alegro de verle a usted tocayo—le dijo Ido, a punto que las chuletas eran puestas sobre la mesa—, porque tenía que comunicarle cosas de importancia. Es que ayer estuvo en casa doña Jacinta, la esposa del Sr. D. Juanito Santa Cruz, y preguntó por el chico y le vio… quiero decir, no le vio porque estaba todito dado de negro… y luego dijo que dónde estaba usted, y como usted no estaba, quedó en volver… ». ...
En la línea 1664
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... El tal Ulmus sylvestris era un chico simpático, buen mozo, alegre y de cabeza un tanto ligera. De todos los compañeros de Rubinius vulgaris, aquel era el que más le quería, y Maximiliano le pagaba con un cariño que tenía algo de respeto. Llevaba Olmedo una vida muy poco ejemplar, mudando cada mes de casa de huéspedes, pasándose las noches en lugares pecaminosos, y haciendo todos los disparates estudiantiles, como si fueran un programa que había que cumplir sin remedio. Últimamente vivía con una tal Feliciana, graciosa y muy corrida, dándose importancia con ello, como si el entretener mujeres fuese una carrera en que había que matricularse para ganar título de hombre hecho y derecho. Dábale él lo poco que tenía, y ella afanaba por su lado para ir viviendo, un día con estrecheces, otro con rumbo y siempre con la mayor despreocupación. Tomaba él en serio este género de vida, y cuando tenía dinero, invitaba a sus amigos a tomar un bacalao en su hotel, dándose unos aires de hombre de mundo y pillín, con cierta imitación mala del desgaire parisiense que conocía por las novelas de Paul de Kock. Feliciana era de Valencia, y ponía muy bien el arroz; pero el servicio de la mesa y la mesa misma tenían que ver. Y Olmedo lo hacía todo tan al vivo y tan con arreglo a programa, que se emborrachaba sin gustarle el vino, cantaba flamenco sin saberlo cantar, destrozaba la guitarra y hacía todos los desatinos que, a su parecer, constituían el rito de perdido; pues a él se le antojó ser perdido, como otros son masones o caballeros cruzados, por el prurito de desempeñar papeles y de tener una significación. Si existiera el uniforme de perdido, Olmedo se lo hubiera puesto con verdadero entusiasmo, y sentía que no hubiese un distintivo cualquiera, cinta, plumacho o galón, para salir con él, diciendo tácitamente: «Vean ustedes lo perdulario que soy». Y en el fondo era un infeliz. Aquello no era más que una prolongación viciosa de la edad del pavo. ...
En la línea 1667
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... —¿Es honrada?—preguntó Rubín, mostrando en su tono la importancia que daba a la honradez. ...
En la línea 179
del libro El príncipe y el mendigo
del afamado autor Mark Twain
... –Dejadme. Esto no es más que una debilidad sin importancia. ¡Levantadme! Así; es suficiente. Ven aquí, niño. Apoya tu pobre cabeza pertubada sobre el corazón de tu padre, y sosiégate. Pronto estarás bien. Esta no es más que un desvarío pasajero. No temas, que pronto estarás bien. ...
En la línea 406
del libro El príncipe y el mendigo
del afamado autor Mark Twain
... '¡Ah! pensó–. ¡Qué grande y qué extraño parece! ¡Soy rey!' Nuestros dos amigos se abrieron lentamente camino por entre la muchedumbre que llenaba el puente. Esta construcción, que tenía más de seiscientos años de vida sin haber dejado de ser un lugar bullicioso y muy poblado, era curiosísima, por que una hilera completa de tiendas y almacenes, con habitaciones para familias encima, se extendía a ambos lados y de, una a otra orilla del río. El puente era en sí mismo una especie de ciudad, que tenía sus posadas, cervecerías, panaderías, mercados, industrias manufactureras y hasta su iglesia. Miraba a los dos vecinos que ponía en comunicación –Londres y Southwark–, considerándolos buenos como suburbios, pero por lo demás sin particular importancia. Era una comunidad cerrada, por decirlo así, una ciudad estrecha con una sola calle de un quinto de milla de largo, y su población no era sino la población de una aldea. Todo el mundo en ella conocía íntimamente a sus vecinos, como había tenido antes conocimiento de sus padres y de sus madres, y conocía además todos sus pequeños asuntos familiares. Contaba con una aristocracia, por supuesto, con sus distinguidas y viejas famillas de carniceros, de panaderos y otros por el estilo, que venían ocupando las mismas tiendas desde hacía quinientos o seiscientos años, y sabían la gran historia del puente desde el principio al fin, con todas sus misteriosas leyendas. Eran familias que hablaban siempre en lenguaje del puente, tenían ideas propias del puente, mentían a boca llena y sin titubear, de una manera emanada de su vida en el puente. Era aquella una clase de población que había de ser por fuerza mezquina, ignorante y engreída. Los niños nacían en el puente, eran educados en él, en él llegaban a viejos y, finalmente, en él morían sin haber puesto los pies en otra parte del mundo que no fuera el Puente de Londres. Aquella gente tenía que pensar, por razón natural, que la copiosa e interminable procesión que circulaba por su calle noche y día, con su confusa algarabía de voces y gritos, sus relinchos, sus balidos y su ahogado patear, era la casa más extraordinaria del mundo, y ellos mismos, en cierto modo, los propietarios de todo aquello. Y tales eran, en efecto –o por lo menos como tales podían considerarse desde sus ventanas, y así lo hacían mediante su alquiler–, cada vez que un rey o un héroe que volvía daba ocasión a algunos festejos, porque no había sitio como aquél para poder contemplar sin interrupción las columnas en marcha. ...
En la línea 463
del libro El príncipe y el mendigo
del afamado autor Mark Twain
... Esta fantástica declaración sacó a Hendon de sus meditaciones. Se disponía a dar las gracias al rey y dejar a un lado el asunto, diciendo que no había hecho sino cumplir con su deber y que no deseaba recompensa alguna, cuando acudiendo una idea más sensata a su mente, le pidió la venia de callarse unos instantes y meditar en la graciosa oferta, lo cual el rey aprobó gravemente, diciendo que era mejor no precipitarse en asunto de tanta importancia. ...
En la línea 608
del libro El príncipe y el mendigo
del afamado autor Mark Twain
... –Ahora estoy convencido de que si Vuestra Majestad se digna poner un poco más a prueba su memoria, resolverá el enigma del gran sello; una pérdida que fue ayer de importancia, aunque ya no la tiene hoy, puesto que sus servicios terminaron con la vida de nuestro difunto rey. ¿Quiere Vuestra Majestad dignarse hacer el experimento? ...
En la línea 1141
del libro Veinte mil leguas de viaje submarino
del afamado autor Julio Verne
... El 10 de febrero de 1828, Dumont d'Urville se presentó en Tikopia, donde tomó por guía e intérprete a un desertor establecido en esa isla, y de allí se dirigió a Vanikoro, cuyas costas avistó el 12 de febrero. Estuvo bordeando sus arrecifes hasta el 14, y tan sólo el 20 pudo fondear al otro lado de la barrera, en la rada de Vanu. El día 23, varios de sus oficiales dieron la vuelta a la isla y volvieron con algunos restos de escasa importancia. Los indígenas, ateniéndose a una actitud negativa y evasiva, rehusaban conducirles al lugar del naufragio. Esa sospechosa conducta les indujo a creer que los indígenas habían maltratado a los náufragos y que temían que Dumont d'Urville hubiese llegado para vengar a La Pérousse y a sus infortunados compañeros. Sin embargo, unos días más tarde, el 26, estimulados por algunos regalos y comprendiendo que no tenían que temer ninguna represalia, condujeron al lugarteniente de Dumont, Jasquinot, al lugar del naufragio. ...
En la línea 1914
del libro Veinte mil leguas de viaje submarino
del afamado autor Julio Verne
... El mar Rojo tiene una longitud de dos mil seiscientos kilómetros y una anchura media de doscientos cuarenta. En tiempos de los Ptolomeos y de los emperadores romanos fue la gran arteria comercial del mundo. La horadación del istmo habrá de restituirle su antigua importancia, ya recuperada en parte por el ferrocarril de Suez. ...
En la línea 744
del libro Grandes Esperanzas
del afamado autor Charles Dickens
... — ¡Pobrecillo! - continuó diciendo Camila, mientras yo me daba cuenta de que no había cesado de observarme -. ¡Es tan extraño! ¿Puede creerse que cuando se murió la esposa de Tom, él no pudiera comprender la importancia de que sus hijos llevasen luto riguroso? ¡Dios mío! -me dijo -, ¿qué importa, Camila, que vistan o no de negro, los pobrecillos? Es igual que Mateo. ¡Vaya una idea! ...
En la línea 792
del libro Grandes Esperanzas
del afamado autor Charles Dickens
... Crucé el rellano de la escalera y entré en la habitación que me indicaba. También en aquella estancia había sido excluida por completo la luz del día, y se sentía un olor opresivo de atmósfera enrarecida. Pocos momentos antes se había encendido el fuego en la chimenea, húmeda y de moda antigua, y parecía más dispuesto a extinguirse que a arder alegremente; el humo pertinaz que flotaba en la estancia parecía más frío que el aire claro, a semejanza de la niebla de nuestros marjales. Algunos severos candelabros, situados sobre la alta chimenea, alumbraban débilmente la habitación, aunque habría sido más expresivo decir que alteraban ligeramente la oscuridad. La estancia era espaciosa, y me atrevo a afirmar que en un tiempo debió de ser hermosa, pero, a la sazón, todo cuanto se podía distinguir en ella estaba cubierto de polvo y moho o se caía a pedazos. Lo más notable en la habitación era una larga mesa cubierta con un mantel, como si se hubiese preparado un festín en el momento en que la casa entera y también los relojes se detuvieron a un tiempo. En medio del mantel se veía un centro de mesa tan abundantemente cubierto de telarañas que su forma quedaba oculta por completo; y mientras yo miraba la masa amarillenta que lo rodeaba y entre la que parecía haber nacido como un hongo enorme y negro, observé que varias arañas de cuerpo y patas moteados iban a refugiarse allí, como si fuera su casa, o bien salían como si alguna circunstancia de la mayor importancia pública hubiese circulado por entre la comunidad de las arañas. ...
En la línea 994
del libro Grandes Esperanzas
del afamado autor Charles Dickens
... Aquel abyecto hipócrita de Pumblechook afirmó de nuevo con la cabeza y se echó a reír, dándose importancia y diciendo: ...
En la línea 1013
del libro Grandes Esperanzas
del afamado autor Charles Dickens
... Poca importancia tiene para mí ni para nadie la parte de culpa que en mi desagradable estado de ánimo pudieran tener la señorita Havisham o mi hermana. El caso es que se operó ese cambio en mí y que era una cosa ya irremediable. Bueno o malo, excusable o no, el cambio se había realizado. ...
En la línea 128
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑Esta media botella que ve usted aquí está pagada con su dinero ‑continuó Marmeladof, dirigiéndose exclusivamente a Raskolnikof‑. Me ha dado treinta kopeks, los últimos, todo lo que tenía: lo he visto con mis propios ojos. Ella no me ha dicho nada; se ha limitado a mirarme en silencio… Ha sido una mirada que no pertenecía a la tierra, sino al cielo. Sólo allá arriba se puede sufrir así por los hombres y llorar por ellos sin condenarlos. Sí, sin condenarlos… Pero es todavía más amargo que no se nos condene. Treinta kopeks… ¿Acaso ella no los necesita? ¿No le parece a usted, mi querido señor, que ella ha de conservar una limpieza atrayente? Esta limpieza cuesta dinero; es una limpieza especial. ¿No le parece? Hacen falta cremas, enaguas almidonadas, elegantes zapatos que embellezcan el pie en el momento de saltar sobre un charco. ¿Comprende, comprende usted la importancia de esta limpieza? Pues bien; he aquí que yo, su propio padre, le he arrancado los treinta kopeks que tenía. Y me los bebo, ya me los he bebido. Dígame usted: ¿quién puede apiadarse de un hombre como yo? Dígame, señor: ¿tiene usted piedad de mí o no la tiene? Con franqueza, señor: ¿me compadece o no me compadece? ¡Ja, ja, ja! ...
En la línea 250
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... «Cierto ‑prosiguió, cazando al vuelo los pensamientos que cruzaban su imaginación‑, cierto que para conocer a un hombre es preciso observarlo largo tiempo y de cerca, pero el carácter del señor Lujine es fácil de descifrar. Lo que más me ha gustado es el calificativo de hombre de negocios y eso de que parece bueno. ¡Vaya si lo es! ¡Encargarse de los gastos de transporte del equipaje, incluso el gran baúl… ! ¡Qué generosidad! Y ellas, la prometida y la madre, se ponen de acuerdo con un mujik para trasladarse a la estación en una carreta cubierta (también yo he viajado así). Esto no tiene importancia: total, de la casa a la estación sólo hay noventa verstas. Después se instalarán alegremente en un vagón de tercera para recorrer un millar de verstas. Esto me parece muy natural, porque cada cual procede de acuerdo con los medios de que dispone. Pero usted, señor Lujine, ¿qué piensa de todo esto? Ella es su prometida, ¿no? Sin embargo, no se ha enterado usted de que la madre ha pedido un préstamo con la garantía de su pensión para atender a los gastos del viaje. Sin duda, usted ha considerado el asunto como un simple convenio comercial establecido a medias con otra persona y en el que, por lo tanto, cada socio debe aportar la parte que le corresponde. Ya lo dice el proverbio: 'El pan y la sal, por partes iguales; los beneficios, cada uno los suyos'. Pero usted sólo ha pensado en barrer hacia dentro: los billetes son bastante más caros que el transporte del equipaje, y es muy posible que usted no tenga que pagar nada por enviarlo. ¿Es que no ven ellas estas cosas o es que no quieren ver nada? ¡Y dicen que están contentas! ¡Cuando pienso que esto no es sino la flor del árbol y que el fruto ha de madurar todavía! Porque lo peor de todo no es la cicatería, la avaricia que demuestra la conducta de ese hombre, sino el carácter general del asunto. Su proceder da una idea de lo que será el marido, una idea clara… ...
En la línea 884
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... Siguió su camino, lanzando en todas direcciones miradas coléricas y distraídas. Todos sus pensamientos giraban en torno a un solo punto, cuya importancia reconocía. Se daba perfecta cuenta de que por primera vez desde hacía dos meses se enfrentaba a solas y abiertamente con el asunto. ...
En la línea 1142
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑Admitamos que sea así. Eso a mí no me importa. ¿Qué importancia tiene? ‑exclamó Rasumikhine con una especie de afectada indignación‑. ¿Acaso he alabado yo este rasgo suyo? Yo sólo digo que es un buen hombre en su género. Además, si vamos a juzgar a los hombres aplicándoles las reglas generales, ¿cuántos quedarían verdaderamente puros? Apostaría cualquier cosa a que si se mostraran tan exigentes conmigo, resultaría que no valgo un bledo… ni aunque te englobaran a ti con mi persona. ...
En la línea 101
del libro El jugador
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... Por ridícula que pueda parecer una tal confianza en la ruleta me parece todavía mucho más risible la opinión vulgar que estima absurdo el esperar algo del juego. ¿Es que es peor el juego que cualquier otro medio de procurarse dinero, el comercio, por ejemplo? Verdad es que de cien individuos uno solamente gana, pero… ¿qué importa eso? En todo caso estaba decidido a observar primero y no acometer nada de importancia aquella noche. El resultado de esa primera sesión no podía ser más que fortuito e insignificante. Tal era mi convicción en aquellos momentos. ...
En la línea 153
del libro El jugador
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... Esto es todavía comprensible, pero ¿por qué la señorita Blanche tampoco le concede ninguna importancia? ...
En la línea 155
del libro El jugador
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... En resumen, el general es presa de la mayor inquietud. ¡Se comprende la importancia que puede tener para él en estos momentos un telegrama anunciando la muerte de la abuela! ...
En la línea 181
del libro El jugador
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... Me abrí paso hacia la mesa del centro y me senté cerca del croupier. Mis principios fueron tímidos, no arriesgaba más que dos o tres monedas cada vez. Sin embargo, hice diversas observaciones. Me parece que en el fondo todos esos cálculos sobre el juego no significan mucho y no tienen la importancia que les atribuyen muchos jugadores. Estos se hallan allí con papeles cubiertos de cifras, anotan cuidadosamente las jugadas, cuentan, deducen las probabilidades. Después de haberlo calculado todo se deciden por fin a jugar… y pierden, exactamente lo mismo que aquellos que como yo, simples mortales, juegan al azar. ...
En la línea 1198
del libro Un viaje de novios
del afamado autor Emilia Pardo Bazán
... Lucía miró al cielo, en que brillaban las estrellas, y sintió un frío agudo. Arrodillose en el vestíbulo, y apoyó la cara contra la puerta. En aquel momento se acordaba de una circunstancia pueril; la puerta estaba por dentro forrada de brocado rojo obscuro, de los tonos mates del cuero. No supo por qué recordaba tal detalle; pero suele ocurrir así; en momentos semejantes, acuden ideas que ninguna importancia tienen ni guardan conexión alguna con los acontecimientos decisivos que están pasando. ...
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